¡Dios!, la reina en persona.
-Saludos bella reina, no se si soy digno de hablar directamente con su merced, pero aquí estoy para servirla a vos y al dios. Le haré un breve resumen para no aburrirla, puesto que seguro que tiene cosas que hacer. Todo empezó cuando se nos encomendó la tarea de buscar al asesino de Sir Duain, lo primero fue investigar a sus hijos y a sus posibles "enemigos", pero la clave nos la dio su hijo, -pausa crítica- ya que comenzamos a sospechar de que alguien quería que él fuese la persona a la que se le cargase el muerto. -cojo aire para poder proseguir-Mas tarde investigamos al guarda que dejaba pasar a sir Daeron por la noche a ver a su amante y al guarda, dándonos otra vez la pista la amante. A la cual intenté interrogar, pero vistas sus negativas, la seguí cuando intentaba escapar del reino, y al parecer no era tan buena amante como quería parecer, ya que en paralelo, se estaba acostando con Sir Galahaut, - poniendo cara de terror-al cual le convenció para cometer el asesinato en forma de venganza contra sir Duain, ya que según ella dijo, era una injusticia lo que había pasado con la familia de este y con la suya, que fue expropiada de las tierras, y asesinada.-niego con la cabeza al decir todo esto- Todo este acto de venganza y traición, lo hemos descubierto, y le dimos la oportunidad de que se diesen presos, y se presentasen ante la corte del rey para ser ajusticiados, pero ante la negativa, me retaron a un duelo, y como yo se que la justicia está de nuestra parte, lo he aceptado de buen grado, ya que de esta manera, podré salvar su honor, y demostrar que soy un buen caballero a vuestras ordenes.-hago el movimiento del cuando le di con el guantelete- Lo que me ha dejado conmocionado, ha sido una promesa que ha hecho sir Galahaut, que es algo de que se va a quedar con el presente que vos ha hecho. Ese sería el mayor acto de traición que jamás se ha hecho.
Mira que yo soy amigo de los posts mediano-pequeños.
Una pregunta, con el discurso anterior conseguimos alguna bonificación por elevar la moral de la tropa ;P
-Sir Galahaut decís?.-Sir Frederic cambió el semblante de alegría a una profunda seriedad.
-Queda esclarecido el asesinato de Sir Duain por Sir Galahaut con la complicidad de su amante y uno de mis guardias. Los tres serán detenidos y ajusticiados. creo que debemos celebrarlo.- La reina se os queda mirando a los cinco con cara de no estar satisfecha del todo. Levanta la mano y hace callar a todo el mundo que ya daban su beneplácito.
-Mañana se celebrará la última justa como bien sabeis. Solo dos escuderos de entre todos los aspirantes han llegado hasta las primeras posiciones. La justa estaba pensada para darse cita a mediodía, pero sabiendo que mi honor aún está en manos de tan noble escudero pospondremos la justa hasta después de determinar la culpabilidad de Sir Galahaut.- La reina coge una copa y la levanta.-Por aquellos en quienes recae mi honor.- Y todos los de la sala os saludan copas en mano.
quereis hacer algo o pasamos directamente al mediodia del siguiente día.
Levanto mi copa, y digo:
-¡Por la reina!
Por mi pasamos al dia siguiente. Poco mas podemos hacer ahora salvo mirar embobados la belleza de la reina!! XD
Al día siguiente os levantais con ánimo, no solo vosotros sino todo el pueblo. Hoy es el último día del torneo y además está la justa entre el caballero Sir Galahaut y un escudero llamado Gallowein por liberar al Duque de la carga del deshonor del asesinato de Sir Duain en su propia casa. Os levantais pronto y empezais los preparativos para el juicio que se celebrará al mediodía.
Habeis dormido bien, bajo el techo del duque, con la orden expresa a los guardias de no ser molestados. Mientras ayudais a Gallowein a vestirse la armadura oís un barullo fuera y el repiqueteo de los cascos de un caballo al galope en los adoquines de la calle que lleva al castillo. Continuais vistiéndoos cuando unos golpes llaman a la puerta.-Caballeros, el Duque Sir Frederic desea verles inmediatamente.-
Al salir el guardia os indica que el Duque está arriba en la torre. Subís las escaleras cruzándoos con un par de caballeros que bajan con rostro preocupado y semblante serio. Cuando llegais arriba más de diez caballeros observan por el lado este de la almena incluyendo al duque, el cual, os hace un gesto para que os acerqueis. Los demás caballeros os hacen sitio. Poco a poco podeis ver la impresionante vista de las tierras del duque que se extienden hasta el horizonte. Al pié de la torre, el pueblo se ve minúsculo y un poco más allá casi al lado, el bosque comienza con su manto verde. Pero es en la pradera y los campos de cultivo donde se fija vuestra atención. Un ejército con la bandera y blasones de los caballeros rojos avanza hacia el castillo, saqueando y quemando las casas de los pobre campesinos que huyen aterrorizados hacia la protección del duque. -El ejército de los caballeros rojos, un campesino alertó de su presencia. Puedo distinguir el estandarte de Sir Galahaut y de Sir Ulbert con quién si no me equivoco ya presentasteis combate en su castillo.-El duque se queda mirando al horizonte ordenando mentalmente sus pensamientos.-Llegarán al mediodía.-Afirmó.-Tocad a combate.- Una trompeta y un tambor comenzaron a sonar. La altura de la torre transmitió la alarma por todo el valle mientras la gente salía de sus casas preguntándose que ocurría. Al llegar poco después los pirmeros granjeros en huida toda la gente del pueblo comenzó una frenética carrera de huída al castillo con sus posesiones mientras seguían llegando campesinos. El duque dió media vuelta y comenzó a bajar las escaleras de la torre seguido por todos los caballeros.
-Malditos traidores, por eso me han retado, para poder escapar, y no tendré mi satisfacción mañana. Malditos cobardes. Parece que no han aprendido nada, y que esta batalla empezó tal y como lo están haciendo ellos ahora.
Pongo cara de preocupación, y le digo a Sir Frederic:
-Me gustaría combatir contra ellos en el campo de batalla, buscaré a Sir Galahaut, y allí mismo tendré la satisfacción que busco. Compañeros, os pido ayuda.
Ahora entiendo lo que dijo de robar el presente de la reina.
Aprieto los puños y los dientes mostrando mi rabia e indignación por el comportamiento de quienes se hacen llamar caballeros.
-Sir Frederic... mi espada es vuestra. Concededme el honor de defender vuestras tierras de esos traidores que no merecen respirar el mismo aire que los hombres de bien.
A pesar de que eran caballeros, lo cierto es que su enemigo había sido astuto: sabría que no podría negarse Gallowain a un desafío individual. Le había servido para huir y reunirse con el ejército. Rastreo pero astuto.
Contad también con mi espada, señor.
El duque asiente ante vuestras respuestas para encaminarse hacia el muro principal, la almena que se encuentra justo encima de la puerta del castillo. LA reina Ginebra está de pie observando a la gente entrar con el pánico en sus caras y como escuderos y pajes recogen sus tiendas para emprender viaje.
-Gente del reino de Logres, escuderos, pajes y granjeros, todo aquello que somos en vida se define en nuestras acciones. No os pido que no tengais miedo pero si os pido que veais en vuestro corazón y comprendáis la razón por la que mi marido y rey Arturo defiende estas tierras. Combatid con nosotros o enviadle el mensaje a otros que si quieran combatir por mi rey, por nuestro rey Arturo Pendragón y para que las luchas e injusticias sean cesadas logrando un reino de paz.-
Todos, desde el humilde campesino hasta el alto caballero guardaron silencio.
Al momento, un hombre ni escudero ni caballero gritó:-Lucharemos por el rey y la reina, yo lucharé por ellos.- Mucha gente contestó y al poco todo el pueblo, escuderos y pajes se unian dispuestos para la guerra.
Perdonad si estos dias no estoy muy al día pero tengo algo importante entre manos que no puedo dejar escapar. Y es un trabajo para los mal pensados.
Sonaron los cuernos y la fiebre de la batalla llegó a todos los presentes que se armaban y disponían para la batalla. Sir Frederic os miró a todos, a los ojos, uno por uno.-La batalla se acerca como tantas otras veces en las que recuerdo a vuestros padres y abuelos, luchando codo con codo por el rey.-Inspira profundamente y asiente con la cabeza.-Sois su viva imagen y se que estoy en la mejor compañía para afrontar este reto. Id a prepararos, nos veremos en el campo.-
Será mejor que nos preparemos bien, la batalla tiene pinta de ser dura- dice Edgar observando y poniendo en orden su equipo.
Salgo corriendo con mis compañeros a prepararnos para al combate:
-Este va a ser un día glorioso compañeros, preparémonos, y limpiemos el honor de la casa real. Si tenemos suerte, igual nos nombran caballeros.
-Valor compañeros, que este día conocerá la hidalgía de muchos escuderos, que a falta de unas espuelas tienen ideales de caballero.-
-Preparémonos para la batalla. ¡Por el rey y la reina!.-
Todo el pueblo era un hervidero de gente corriendo a la protección del castillo de su señor, mientras los participantes del torneo, escuderos que en su mayor parte no llegaban a la veintena de años se preparaban, despedían rezaban y compartían tecnicas y habilidades. Aquellos que habían sido enemigos en la liza ahora luchaban codo con codo contra los enemigos del rey. Los caballeros daban instrucciones y alentaban a los asustados.
Al poco llegó la noticia, el Duque iría en cabeza guiando al ejército hasta la llanura próxima donde se encontrarán los dos ejercitos.
Uno tiene ventaja de caballería, aunque joven y sin experiencia. El otro la experiencia y la rabia de sus corazones.
Os pareció poco tiempo el transcurrido cuando iniciasteis la marcha hasta la llanura posicionándoos en la zona alta para aventajar en la carga. Y allí, al mediodía y tres hileras de hombres a caballo, pues ya nadie cuestionaba que fueran niños tales escuderos, veis aparecer el rojo ejército por el extremo del valle.
Totalmente pertrechado y sosteniendo el espadón a mi lado, miro a mis compañeros sin poder ocultar mi nerviosismo.
-Tenemos a Dios de nuestro lado, hermanos. No podemos perder.
tratando de darme confianza a mi mismo más que a los demás, observo el rojo ejército que avanza hacia nosotros.