Partida Rol por web

Por fin habían llegado a la casa de Klesna la cuál se veía al final del camino, rodeada tan sólo de la propia naturaleza.

Sí, en este sitio huele realmente mal, pero me preocupa más el silencio sepulcral, ¡no se oye absolutamente nada! Comentó Yenian entre susurros manteniendo los ojos bien abiertos mientras subía su escudo a la altura del pecho.

Ese olor a muerte hizo que un frío recorriera la espalda del Elfo, haciendo caso a las palabras de Jonas, Al ordenó a Plumas que sobrevolará la casa y revisara por las ventanas antes de continuar el avanze, de inmediato el Cuervo acató las órdenes de su amo y emprendió el vuelo hacia su objetivo.

-Algo no va bien.... como dice Yenian, el bosque está mas callado que de costumbre- Susurró Al, mientras intentaba escuchar algo en la oscuridad del Bosque y preparaba su Arco, era mejor estar precavidos y parece que éste era el momento justo para ello.

Secuestradores (8).

Sally se dio cuenta que sus compañeros tenían razón, para ser un bosque todo estaba demasiado en silencio.

Esa es la mia, puedo lanzar por Melk?

Avanzaron siguiendo al lobo, a ese compañero de Jonas al que Aldo le gustaba ponerle sobrenombres. El último había sido el que más risas había desprendido de sus amigos (excepto de Jonas, claro está) y así se había quedado 'Meo' En lugar de su nombre Melk, le sonaba mejor y se ajustaba a su cotidianidad, siempre se estaba meando en cualquier palo que veía, incluso llegó a orinarle la pata una vez a Aldo justo en la mitad de una historia de terror que contaba a unos mercaderes llegados del sur, justo en ese instante la historia pasó de ser de terror a ser un comedia hilarante, desde ese momento, Aldo no quería mucho al lobo. Pero tampoco lo odiaba, sabía que era fiel a su amigo Druida y que siempre era un guardián dedicado -Una adquisición y un valuarte en nuestros viajes, siempre y cuando no se coma a mi buena 'Gula*'- Pensaba constantemente, justo antes de compartirle las sobras de su plato y acariciarle entre las orejas. 

Luego de avanzar durante una hora larga bajo el manto de tenue luz plateada que caía del cielo, llegaron  su objetivo: La casa de la matrona de Essembra. El lugar era lúgubre y un olor nauseabundo invadió sus pulmones, el olor a carne muerta. El cuarto escalofrío de la noche le recorrió la espalda, sabía que ese olor no provenía de su hermana, pero se hacía una idea de lo que pudiera llegar a sucederle, cerró los ojos con fuerza y sacudió su cabeza, mientras escuchaba a sus compañeros murmurar de cosas que no prestó atención.

Tampoco opinó al respecto.

Para ser humano los sentidos de Jonas eran sumamente agudos, desde esa distancia ya había logrado divisar 5 de los enemigos escondidos detrás de los arbustos, imagino obviamente que el punto de máximo riesgo era la distancia a la que estaba Melk, un paso mas y todos podiamos empezar a vernos como colador No den un paso mas, desde aqui veo a 5, al parecer tenemos una bienvenida por cuenta de la casa, esas fueron sus palabras tratando de advertir a sus amigos del peligro inminente que a puerta tenían.

Afortunadamente entre las habilidades de Jonas se encontraba la batalla, durante su entrenamiento se había familiarizado con el uso de armas y escudos, todos aquellos de madera obviamente pero que no por ello eran fáciles de romper, incluso, algunas armas eran tan duras como el mismo metal al cual odiaba.

Al menos cinco hombres esperaban agachados entre los arbustos. Las gotas que se desprendían de las hojas de los arboles resbalaban por sus capuchas. 
Tan sólo un leve brillo debido a la luz de la luna sobre las puntas de las flechas de sus arcos delató su posición. El cielo se había despejado y eso proporcionó la suficiente claridad para distinguir sus siluetas. Los hombres esperaban algo para lanzar sus mortíferos aguijonazos sobre el grupo. ¿Pero qué?

El druida frenó en seco su avance a la par que el resto de sus compañeros. Entonces...