Partida Rol por web

El paladín vió como el adversario que tenía delante caía abatido gracias a la aparición de Sally, y acto seguido, Yenian se fijó como objetivo uno de los dos enemigos que aún quedaban en pie.

El joven humano se cubrió con su escudo mientras echaba a correr hacia el secuestrador encapuchado.

No pinta bien, no pinta nada bien... Esa bruja nos ha mentido, parece que no son los indefensos chiquillos que creía. - Susurraba entre dientes cuando vio caer como un saco a su compañero. ¿Y por si fuera poco, quien demonios son esos dos? - Se quejó dando un pisotón al encharcado camino. 

Primero fue un imperceptible movimiento hacia atrás de uno de sus pies que pronto se convirtió en una carrera para salvar la vida.

!HUYE! !NO HAY NADA QUE HACER AQUÍ! - Grito a su compañero sin ni siquiera echar un vistazo hacia atrás.

SON SÓLO NIÑOS MARL!! Maldito cobarde... - El secuestrador que quedaba entre los arbustos colocó con sumo cuidado la flecha en el arco y apuntó a conciencia hacia la cabeza del paladín que corría hacia él. La flecha voló sin desviarse lo más mínimo para alojarse profunda en la garganta Yenian. El golpe lo paró en seco como si hubiese chocado contra una pared invisible.

Jonas al ver el flechazo disparado a su compañero de batalla decide ir en su defensa y se apresura a atacar al secuestrador escondido en los arbustos. Corre a su máxima velocidad hacia él y le dice a Melk que lo ataque para que éste no pueda continuar lastimando a su amigo.

Rápido como un rayo Melk pasó junto a Yenian y se lanzó a la yugular del hombre, quien cayó de espaldas bajo el peso del animal. Ambos contendientes se convirtieron en un amasijo de hojas, pelo y vestiduras rajadas en mil trozos. Los gruñidos del animal se mezclaron con los gritos de sorpresa y pavor del secuestrador, el cual sólo conseguía patalear como una tortuga panza arriba.

Era el momento, el joven Elfo ya se había repuesto de su repentino ataque de pánico y estaba decidido a combatir junto a sus compañeros, decidido se levantó de los arbustos mientras una nueva flecha se tensaba en su arco, sus ojos se posaron en su objetivo, no podían permitir que ninguno de ellos huyera.

-Plumas!!!, Síguelo!!!!- Fueron las palabras que se escucharon a la vez que la flecha volaba buscando impactar en el distraido corredor.

Y los ojos de Nü fueron para el secuestrador que huía. Y una saeta fue en su búsqueda...

Paralelo a Nü una saeta fue volando para el villano que huía a lo lejos. -No escaparás- Dijo luego de disparar.

Las flechas pasaban a su alrededor como abejas atacando a un oso que intenta destruir su panal para obtener la deliciosa miel. En este caso la miel era su preciada vida... No había sido una vida placentera y llena de buenos recuerdos, pero era su vida, lo único que poseía que realmente era suyo, y ciertamente Marl lo tenía más que presente en ese momento.

La salvación estaba allí, tan sólo a unos cientos de pies más adelante, en ese espeso bosque que tantos años lo había cobijado bajo su enramado techo. Una sombra alada pasó por encima de él y por un momento su estómago se encogió de auténtico pavor, pero no, no había nada que temer, sólo era un mísero cuervo, seguramente el primer invitado al festín que serían sus compañeros de fechorías.

La luna se escondió tras una nube y la oscuridad envolvió al afortunado Marl, que así tendría más posibilidades de salir indemne de este desastroso combate.

Pero, ¿qué sucede? Marl nunca había visto aquello. Bueno, para ser exactos ver, no era la palabra adecuada ya que no veía absolutamente nada. Una oscuridad impenetrable lo rodeaba, tan profunda que ni sus propias manos eran visibles. Entonces fue cuando algo más allá del miedo surgió de su interior, un sentimiento que no desaparecería por mucho, mucho, tiempo. Ese sería el momento en el que la mayor de las desgracias que había padecido se convirtió en una nimiedad comparado con lo que estaba reservado para él.

Sencillamente los arbustos desaparecieron junto con una gran parte de la sección del camino. El silencio cayó como una pesada losa sobre el claro y lo que parecían varias esferas perfectas de oscuridad se cernieron sobre el secuestrador, engulléndolo. NOOOOOO - Fue lo último que el desdichado Marl pudo pronunciar.

Súbitamente su grito cesó mientras el bosque aguantaba la respiración durante lo que dura un latido de corazón, si es que eso era posible, pero para el grupo de ocho muchachos que observaba la oscuridad simplemente lo fue.

Sólo los gruñidos de Melk sobre el cuerpo del secuestrador hicieron que el grupo saliese de tu estado de estupefacción.

-Nü, quedémonos juntos.- Dijo Zhaelín con vos casi tétrica, como si estuviera en un funeral. Observaba la oscuridad, pero entonces decidió observar a su alrededor, buscando lo que venía buscando ya, pero estaba demasiado distraída con esas esferas negras cerca de ella como para concentrarse en buscar si su objetivo estaba cerca....

Al se preparaba para lanzar una nueva flecha cuando observó aquello con total asombro.... -Pero que rayos.....- Pensaba el elfo a la vez que intentaba relacionar aquello con algun tipo de sortilegio.

Al ver como todo aquello había acabado, el clérigo alzó su martillo.-Los heridos conmigo.-Dijo secamente.-Me da igual si son nuestros o suyos, cualquier vida que pueda salvarse debe salvarse. Además pueden ser útiles. Vamos. 

Jonas se dirige a toda velocidad hasta el secuestrador que esta con Melk, coloca su espada al cuello del sujeto y dice Bueno amigo creo que tienes algunas preguntas por responder, ya sin amigos cerca lo mejor que te queda es colaborar por tu propio bien y voluntad asi que habla,  quienes son ustedes y para quienes trabajan?

Jonas lo dice en un tono intimidante, al mismo tiempo empieza a detallar las vestimentas del sujeto buscando alguna pista.

Sally llevaba el estoque recubierto de sangre. Una gota carmesí se deslizó hasta la punta y cayó al suelo. Le había arrebatado la vida a un hombre.

Tenía una extraña mezcla de sensaciones en su interior.

Levantó la mirada y vio a aquellos dos extraños que parecía que les habían ayudado. ¿Por qué? ¿Qué intenciones les movían?

¿Y vosotros quienes sois y por qué nos habéis ayudado?

Yenian se levantó como pudo, aquel flechazo fue inesperado y el dolor que le produjo era evidente. Sin prestar demasiada atención a los recién llegados, pues sus compañeros ya se encargarían de ellos, el paladín caminó unos pasos hacia el clérigo.

Ss....si no te importa. Su voz era ronca y se entrecortaba debido a la herida de la garganta, pero aún así sonrió a Grasp señalandose el problema.

Ese bastardo morirá ahora. pero la oscuridad lo engulló los ojos de Nü parecían casi salirse de la cuenca. Miró alrededor suyo y los que al lado suyo estaban parecían ignorar lo que ahí pasaba. Zhaelín, esto no me gusta... dijo a la pequeña. La cogió entre sus brazos y la alejó de aquellas bolas de oscuridad. ¿Qué diablos puede ser eso? ¿Y porqué a esta gente no le importa?¿Tan acostumbrados están a esta clase de magia? Uno de ellos parecía querer atender a los heridos. Pelo castaño y barba. Nü miró a Zhaelín asegurándose que estaba bien, la acercó al centro del grupo. Allí estarían más seguros y alejados de esas dos bolas. Uno de los guerreros interrogaba a un prisionero, parecía tosco y duro. Y finalmente la mujer del grupo le habló...
Zhaelín déjame hablar a mi... Tranquila. Le susurró al oído.
-Hmmm.. interesante. dice Nü tocándose el mentón y mirando a Sally. Modales esquisitos...  le reprochó a la dama Yo soy Nü y ella es Zhaelín, nos disculpamos por ayudar a quien parecían guerreros siendo atracados. Oímos gritos y creímos que necesitabais ayuda... Creo que fue una mala idea ayudarles le vuelve a susurrar a su acompañante. Ni si quiera se presenta. ¿Qué modales son esos? Deberíamos irnos, ¿no crees? divagaba con Zhaelín.

Zhaelín parecía encantada viendo como su hermano era un completo desastre delante de los extraños, aunque no pareciera que les fuera tan mal. Tranquilo, no creo que después de una situación así haya muchos "modales"... Le susurra a su hermano. Perdonen a Nü, las sociales no son lo suyo. Como el bien me ha presentado, soy Zhaelin, y bien, si, oímos gritos y quisimos ayudar. El señor de la posada nos dijo algo sobre un secuestro de una dama embarazada y una bruja, y bueno, nos mato la curiosidad y por eso andábamos por aquí. Algo en la joven llamaba la atención, claramente ella era una elfo, pero al mirarla era como percibir algo más, algo en sus rasgos mostraba majestuosidad y habilidades perceptivas superiores... Bueno pues, ¿Con quien tenemos el gusto?

Nü se rascó la cabezota y sólo pudo rechistar no soy tan malo con la gente... balbuceaba a espaldas de Zhaelín, mientras esta hablaba. Fue la chica la que era borde...no yo! Fui muy simpático. Claro que lo fui. meditaba taciturno Ella tenía que haber dicho "soy tal y vosotros?" pero no lo hizo. Yo sí me presenté... ¿porque soy el a social? AAAAAHG! se desesperaba internamente hasta que golpeo una piedrecita. Tenía morritos y los brazos cruzados, pero no se atrevía a protestar a Zhaelín, tenía que cuidar de ella, así que aprovecho su rabieta infantil para poner pose de tipo duro y respaldar sus palabras.

Los ojos de Aldo siguieron atentos a la huida del matón, como si de sus pupilas dilatadas fueran a salir proyectiles que dispararan directamente a la nuca del sujeto que corría despavorido, pero no fue así. Sabía que él no podría hacer mucho más para evitar la huida del hombre, tenía claro que sus compañeros estaban dotados de diferentes atributos a la hora de combatir, Al y su magia, Grasp y su valentía, Jonas y su lobo funcionando en perfecta armonía y el bosque como aliado, Sally y su habilidad de enterrar el cuchillo donde ponía el ojo y Yenian con el magistral manejo de su espada. Pero Aldo no era uno de ellos por más que lo pensara y lo meditara, jamás sería tan bueno como cualquiera de ellos, quizá se menospreciaba, pero así era él.

Sus ojos negros persiguieron la carrera del bandido, cuando un par de esferas negras lo engulló de repente, acallando un último grito desesperado. Las esferas estaban peligrosamente cerca del lobo y de su nuevo prisionero. Aldo se puso en guardia con la lanza, como si las esferas fueran a atacar de un momento a otro. Vio como su compañero se dirigía temerariamente hacía el bandido capturado y temió lo peor -Que rayos Jonas! trae al prisionero inmediatamente, esas esferas pueden ser peligrosas, no te acerques!. -Quizá el Druida no hubiese caído en cuenta de lo que tenía a escasos pasos de distancia. -Tráelo -Volvió a gritar, con la esperanza de que Jonas lo escuchara esta vez, ante una amenaza desconocida, permanecer juntos era la mejor opción.

Al ver como las esferas no se movían ni hacían nada extraño, volvió a relajar sus brazos de la lanza, aunque sus ojos seguían clavados en las esferas y en Al, el Elfo mago seguro sabría que pasaba o que era aquello, él siempre sabía todo eso y Aldo siempre lo había escuchado, estaba ansioso por saber que tenía que decir esta vez.

Mientras las esferas seguían inmóviles y Al pasó a concentrarse en los recién llegados, aunque seguían inquietándole esas extrañas masas negras de vacío. 
Observó como Yenian se acercaba tambaleante y dejándo un rastro de sangre en el suelo que emanaba desde su garganta, iba a ir a socorrerlo, pero Grasp se le adelantó y prefirió dejarlo en las manos del clérigo, escuchó como los recién llegados se presentaban y carraspeó cuando terminó de escuchar a la Elfa.

Apretó la mandíbula con fuerza y habló -Esa niña por la que sientes 'curiosidad', es mi hermana! -Dijo en un tono amenazante y que podría confundirse como hostil. Observó como el hombre calvo y de piel quemada cerró los puños y sintió como la tensión en el aire podría cortarse incluso con el cuchillo menos afilado de Essembra. Inhaló y exhaló, se llevó las manos a la cara y se restregó los ojos.

-Disculpen -Comprendió que su tono no había ido el mejor. -Soy Aldo y ellos son Al-Baridel, Grasp, Jonas Bosquecreciente, Sally y Yenian Waveharp -Los iba señalando mientras los presentaba. -Mi hermana estaba en embarazo cuando la malnacida bruja la raptó. -Suspiró de nuevo y comprendió que no iban  entender nada si relataba las cosas tan rápidamente a unos desconocidos. -Mi hermana se iba a casar con un hombre del pueblo, cuándo él llegó a casa, observó como la matrona de Essembra, una mujer ermitaña conocida como Klesna había irrumpido y la intentaba secuestrar. El hombre.... Me refiero a Surnen, el padre de mi futuro sobrino, fue a socorrerla, pero no vió que había un segundo hombre en las estancias, el hombre lo apuñaló varias veces y lo dejó moribundo. La bruja se llevó a mi hermana y Surnen como pudo llego a rastras a la posada, donde estabamos nosotros pasando un buen rato, él nos contó como había sido todo como pudo. Inmediatamente vinimos a la casa de esa mujer, es la que queda allá -Señaló las esferas negras-  La que está detrás de esas masas negras que recién aparecieron.

No se había dado cuenta que la visión borrosa no era debido a la oscuridad y el bosque, un par de lágrimas habían recorrido sus mejillas y se habían encontrado en su quijada, entre los vellos bien mantenidos de su barba. Su mano derecha estaba sujetando con demasiada fuerza el asta de su lanza larga y escuchaba los latidos de su corazón, fuertes y rápidos. Se preguntó si los demás también podrían escucharlos.