Partida Rol por web

Theodor se encontraba de pie junto a la cama de su Lord Padre, tan solo unos cuantos pasos alejado de la maestre y el castellano, y también del otro caballero. El joven Lord tiene un porte imponente pese a su relativa corta edad y aunque no puede competir con Robert en altura o complexión, el chico no se queda muy atrás, levantándose hasta el metro ochenta y cinco de estatura y con una contextura bastante atlética. Va ataviado con un jubón de lana y unas calzas de cuero con colchas para mantener el calor. Atada a través de sus hombros tiene una capa de piel de lobo bastante pesada, que llega aproximadamente hasta la mitad de sus pantorrillas. Por encima de su hombro derecho reluce el brillante pomo de su gran espada, que descansa en su espalda y, al igual que la capa, termina su hoja a la mitad de las pantorrillas del joven.

Ante las palabras de su padre no hizo más que asentir y aunque dentro de los deberes delegados nada entraba dentro de su responsabilidad directa, al ser el heredero y en vista de que su padre se encontraba tan enfermo, Theodor sentía que en realidad terminaría siendo él quien supervisara todas las actividades. La sugerencia de la maestre le hizo torcer el gesto al igual que a su hermano, al cual el joven heredero miró de reojo durante un segundo ¿Quería abandonar al Señor de la casa en su estado actual? Desde luego que no. Theodor negó, pero al momento de emitir una palabra, el Castellano fue el que habló, y Theodor simplemente asintio a sus palabras, dándole la razón.

El siguiente en romper el silencio fue su medio hermano, Dan, que habló con su acostumbrada labia. Theodor asentía a todo lo que decía, hasta que se atrevió a mencionar el matrimonio, ante lo cual el gesto de Theodor se volvio bastante más serio que de costumbre. Cuando Dan acaba, Robert interviene y luego lo hace Theodor.

— Hay que contar con todo el mundo, sí —inicia el joven heredero mirando fijamente al Castellano— Pero también hay que asegurarnos de que "todo el mundo" sea competente, y que también esté más interesado en luchar verdaderamente que anexar más tierras a su territorio. Los Stark fueron una casa poderosa antes del largo invierno, Guardianes del Norte y contaban con cientos de vasallos, banderizos y juramentados, y no tengo la menor duda de que quieren restaurar la antigua gloria de su casa, por lo que debemos manejarnos con cuidado. El pueblo libre, al contrario y como sugiere Dan, no tiene dicho precedente y además tienen un gran respeto por mi Señor Padre, que combatio con ellos en el pasado. — concluye el joven, que se remueve un poco en su lugar después de estar tanto tiempo inmóvil. Cuando Ser Robert se marcha le despide con un leve asentimiento.

Ante el pequeño exabrupto de la maestre, Theodor contiene una pequeña risa y niega muy imperceptiblemente. Como es acostumbrado, la afilada lengua de Dan ha conseguido herir la sensibilidad de una persona y, en esta ocasión, dicha persona ha respondido. Theodor escucha las palabras de la maestre y cierra los ojos, soltando un suspiro largo antes de responderle en defensa de su medio hermano.

— Lo que dices es cierto, Haifa, tu labor aquí no simplemente atañe la salud de los miembros del castillo. Sin embargo, y bien lo has dicho, estás aquí para ofrecer sabiduría y consejo, no para demandar un curso de acción sin antes haber sido debatido por todos los miembros de esta Casa. Dan solo quería recordartelo, aunque sus palabras quizás no hayan sido las más apropiadas. Sea como sea el caso, las tareas son muchas y el tiempo escaso, y debemos realizar un millar de preparativos si queremos estar preparados para el regreso del invierno y no tenemos tiempo para insignificantes discusiones entre nosotros. Y a propósito, en ningún momento Dan mencionó negarse a colaborar con los Stark, simplemente sugirio esperar a que ellos sean los que busquen nuestra colaboración—. Theodor se encoge de hombros y hace una pequeña reverencia a su padre— Me aseguraré de que todo esté bajo control, padre. Espero que mañana te sientas más repuesto y con más fuerzas, sin duda necesitaremos de tu experiencia para salir adelante—se gira hacia Haifa ahora—, Haifa, por favor asegúrate de que mi padre tenga todo lo que necesita para una noche tranquila y reponedora, por favor. Dan—dice mirando de reojo a su medio hermano—¿Caminas conmigo?—exige más que pedir el joven Theodor mientras empieza a caminar a la puerta de la habitación.

Milord Theodor, Dan no puede salir hasta que se disculpe. -dijo firme la Maestre.  Es importante que se le enseñe modales mientras está en el castillo Highcrow, al menos.  Entiendo que sienta vergüenza ante el interactuar con otros nobles, pero eso no justifica que recomiende errores tácticos por ello, y que sea grosero para ocultarlo. 

Y por cierto milord, -le recordó muy amablemente, como la maestra que fue para él durante tantos años- quedamos que era importante que empiece a practicar decirme Maestre Haifa, aun en lo cotidiano.  No queremos que otros vean que aun me habla con la familiaridad de un crío. 

Eskol miraba la escena desde la puerta, esperando a que terminara para poder seguir las órdenes de Ser Robert. Su primo y futuro Lord había hablado... aunque no había decidido nada realmente. Una Sonrisa apareció en su cara cuando la Maestre se mantuvo en sus trece exigiendo que se la mostrara el respeto que la otorgaba su título de maestre. Era una mujer dura, hecha en aquellos tiempos tan duros donde la mayoría de la civilización había acabado pisoteada por los monstruos surgidos del norte. Aún así deseaba que no enviaran a la maestre tan lejos, sería un viaje peligroso y duro, sobretodo cuando quedaba tan poco para la llegada de un nuevo invierno.

Dan se echó a reír ante la nueva intervención de Haifa; una risa franca, no sarcástica. De verdad la maestre le había hecho reír con sus palabras.

— ¿No puedo irme, decís? Señora, mi anterior intervención se basaba en vuestro exceso de sus atribuciones para con el castillo, y ahora lo estáis demostrando de manera flagrante —dijo Dan, ya calmado un poco de su ataque de risa—. No podéis obligarme a hacer o no hacer nada; en ningún momento os he faltado el respeto, sólo os he llamado la atención sobre vuestros deberes y sobre vuestro juramento de Maestre. Si tenéis tiempo para escandalizaros y actuar de víctima, con argumentos podéis rebatir lo que he dicho, y entonces me disculparé. Deberíais disculparos vos por intentar ordenar algo a un noble, eso en otro sitio se castigaría de maneras no muy agradables; pero nuestro señor padre os tiene en estima. Por ello, por vuestra edad, y por el hecho de ser mujer, lo tomaré todo como un asunto gracioso únicamente —sonrió a la maestre—. Y ahora, hermano, caminemos como me lo pediste. Padre está cansado.

Dan se dispone a salir junto a Theodor.

Eskol se mantuvo apoyado en la pared junto a la puerta. No le gustaba el trato del Nieve hacia la Maestre pero no era su sitio para debatir. Sólo quería hablar con ella antes de irse a la cama para terminar la órdenes dadas por el caballero. Los ojos se le llenaron de lágrimas de sueño mientras impedía escapar un bostezo.

La maestre relajó por un momento la mirada firme hacia Dan y volteó hacia Eskol, dedicándole una sonrisa de cálida mañana.  Sabía que contaba con su apoyo aunque no hablara.  Ya su sola presencia era una muestra de solidaridad y respeto a su lugar en esta Casa. 

50 DIAS PARA EL INVIERNO

EN ALGUN LUGAR AL SUR DEL MURO (falta localización en ficha de Casa)

TEMPERATURA EXTERIOR -4ºC

Pasan varios dias en los que el anciano no salió de su cuarto; no se encontraba bien.

Finalmente reunió a algunos miembros de Casa y habló.

Quiero que un grupo de ustedes viaje a otras Casas o incluso a tribus de hombres libres que se asientan más al Norte. Es indispensable hablar con la mayoría y crear un plan en común.

Volved en un mes con lo que se decida, pero esta guerra no la ganaremos si no permanecemos unidos, hay que enfrentar a los Caminantes con todos los hombres posibles.

Saliendo de su habitación terminando de colocarse la espada al cinto, andó rápidamente hasta la sala principal donde el lord los había convocando, llegando el primero a las instancias, y cruzándose de manos, esperó al resto de participantes en la reunión, hablando un poco con el lord antes de esto:

- Cómo os encontráis mi Lord? He temido que hubierais empeorado estos días.

Cuando el resto hubieron llegado y el Lord expuso sus órdenes, Robert asintió y dijo:

- Si a los presentes les place, yo y Eskol iremos a ver a los del Pueblo Libre.

Ser Robert, Eskol, la maestre Haifa saludó cortésmente, Milord, ¿cómo se encuentra?  ¿Tomó ya su té contra los dolores?  La maestre procedió a poner lo más cómodo posible al anciano lord de la Casa Highcrow. 

Lo escuchó en su petición, finalmente había venido el tiempo que ella esperaba.  

Yo viajaré entonces a ver a los Stark.  Me llevaré una escolta si me lo permite Milord, estas zonas aún no están pacificadas del todo.

Dispuso todo para el viaje el resto de ese día, incluyendo las indicaciones a un par de aprendices curanderas para atender lo mejor posible a Lord Highcrow.  Se fue a despedir de los demás que estaban en lo suyo.

Eskol, cuídate mucho.  Ser Robert, la mejor de las suertes.  Le dejo un paquete de hierbas raras del Sur que sirven para curación.  Déselas al sabio de la tribu, seguro apreciará el gesto. 

Eskol había hecho los avisos encomendados por Ser Robert durante los días que el Lord estuvo desaparecido. Cuando por fin apareció de vuelta recuperó las fuerzas como para darles las órdenes necesarias. Eskol se encontró algo decepcionado ante tales órdenes, había albergado alguna posibilidad de buscar una dama en la cohorte del lord Stark. Aún así no sería mala idea conocer al pueblo libre ya que sus armas serían tan necesarias. - Será un honor acompañarlo Ser Robert, veamos en qué se han convertido el pueblo libre en estos años. - Se gira hacia la Maestre - Cuidese maestre, tenga mucho cuidado y tapese bien pues hace mucho frío y cada vez será peor.

Se giró a la espera que los Highcrow nobles decidieran si cambiar alguna de las órdenes o si se unirían a alguna de las expediciones.