Partida Rol por web

A medida que la velocidad aumentaba, una sonrisa ansiosa se formaba en el tenso rostro de Rocco.

Es momento de devolveros la broma, bastardos

Los tres pistoleros detuvieron su conversación ignorando el estado del maletero el cual aún estaba abierto, un vehículo bastante familiar estaba pasando en esos momentos...

Fedor en ese momento apretó el acelerador al tiempo que pegaba un volantazo. El vehículo en el que iban derrapó con un chirrido antes de dirigirse al grupo de hombres. Aquella brusca maniobra no pasó desapercibida para los tres que saltaron a un lado, para dos de ellos el lado erróneo. Dos cuerpos aparecieron de improviso golpeando la luna para posteriormente desaparecer en algún lugar de la parte posterior. 

Con otro derrape Fedor consiguió frenar, afortunadamente el Bolt Ace Fordor pasó entre el camión y el Ford T por lo que no hubo que lamentar más daños. Ni rastro del tercer bastardo a quien hace unos instantes le vieron parapetarse tras su coche...

Bajó raudamente del vehículo y se cubrió tras este, pistola en mano.

-De acuerdo...un tipo, al menos por ahora-dijo a sus compañeros-. Lo primero es asegurarnos de si está armado o no. Si no lo está...tengo una sorpresa para él mucho mejor que las balas-comentó con una sonrisa cruel-. Sería bueno no matarle...de momento.

La maniobra había sido casi perfecta aunque uno de ellos había conseguido esquivarlo. No había nada que decir, para él estaba claro que tenían que acabar con él o tendrían problemas. Frenó el coche y salió protegiéndose con el vehículo. 

Hay que acabar pronto con él o llamaremos demasiado la atención. Él no iba a poder ayudar demasiado si había un tiroteo pero aún podía ser útil. Acabad vosotros con él. Mauro y yo nos aseguraremos que los otros dos no molesten. Con suerte estarán muertos y lleven algún arma encima.

A pesar de las heridas, Luca deseaba vengarse.

Se bajo del auto y apunto con su pistola... en cuanto tuviese al tipo a tiro dispararia sin mas. Luca era un hombre de accion no de palabras.

Antonino llevaba todo el rato con un sólo pensamiento en la cabeza, pero en cuanto Fedor arrolló a aquellos tipos, apartó a Franco de su cabeza con una plegaria rápida y bajó del auto cubriéndose con él buscando en la parte trasera los otros cuerpos.
Antes no había querido unirse al sentimiento combativo de sus colegas, pero ahora necesitaba un arma sí o sí.

No era un buen tirador, en realidad en su vida había disparado, lo suyo era los coches y ahora le molestaba ser de poca ayuda al grupo. 

De modo que hizo lo poco que podía. Corrió hacia los dos heridos y trato de desarmarlos para evitar que dispararan. Si alguno de sus compañeros quería las armas no tenía ningún problema en darselas.

Antonino se lo piensa un poco al tomar la pistola que le tiende Fedor, pero lo hace, se voltea y dispara con el ceño fruncido, volviendo a su lugar detrás del auto de inmediato, sabiendo que no le había dado pero que con suerte lo distraería para que alguien más lo hiciera.

Para Luca lascosas eran blancaso negras, los grises estaban demas.Aquellos sujetos habian disparado contra el, el por el contrario no fallaria como ellos.

Luca estaba mas que entrenado en combate, tanto desarmado, como con armas de fuego y era de los mejores.... Su disparo fue certero impactando en el pecho del objetivo... Quizas necesitaria alguna bala mas, quien sabe.

La bala impactó en el pecho impulsando hacia atrás el cuerpo del mafioso, se escuchó un quejido, aún vivía. El maldito bastardo empezó a incorporarse lentamente. El arma aún permanecía en su mano...

El hombre estaba muy herido, casi de muerte más ello no amilanó a Rocco, se sentía un espíritu vengativo siciliano en medio de una Vendetta. Disparó sin dudar, sin embargo el extraño ángulo desde el que disparaba hizo que fallase.

Observo como mis compañeros disparan al hombre repetidamente, sin embargo el único que alcanza a darle es Luca, cuyo disparo impacta en su pecho derribándolo hacia atrás. Sin embargo, a pesar del impacto continúa con vida y comienza a levantarse.

Como no voy armado, corro a refugiarme detrás de nuestro coche apartándome del arco de disparo del mafioso...

El gangster disparó casi inmediatamente después que el disparo fallido, aquel desconocido de cabello rasurado era su objetivo, al menos quien tenía más a mano dado el estado en el que se encontraba. Un pinchazo cuyo origen estaba en el agujero que tenía junto al corazón hizo que la mano se le acalambrara y fallase.

-Maldita sea-. Estoy muerto-. Fue su último pensamiento..

En medio de la refriega, se planteaba sugerir mantener al tipo con vida (temporalmente) con objeto de intentar sacarle alguna información útil. Sin embargo, al ver que el cañón de su arma se dirigía hacia él, Rocco sintió cómo las llamas de su rabia se encendían más aún, frenando de forma momentánea su raciocinio. Si el figlio di zoccola suelta el revolver, podrá creer que va a salir vivo durante unos minutos. Apretando los dientes, continuó disparando, mientras los recuerdos de la guerra le envolvían en su temible a la par que seductora marea fantasmal, cuya melodía adulteraba más sus excitados pensamientos.

Una vez hubo desarmado a los dos heridos se guarda la pistola que nadie ha reclamado y corre a ponerse a cubierto tras el coche. Iba a tener que aprender a usar ese arma si seguía metido en estos asuntos, de eso no tenía dudas; pero ahora mismo podía herir a alguno de los suyos.

Acabad con él, ya interrogaremos a los heridos.