Partida Rol por web

Antonino por su parte volvió a intentarlo, otro disparo resonó tras apretar el gatillo.

BANG

La bala no pareció haber ido directa al bastardo yaciente, sin embargo su cuerpo sufrió una sacudida con el impacto y dejó de moverse. Il bastardi había muerto.

Después de que el mafioso quedase inmóvil en el suelo tras recibir los disparos, salgo de mi refugio tras el coche y me acerco a donde se encuentra. Me arrodillo a su lado e intento percibir el pulso en su carótida pero no lo consigo ya el bastardo ha muerto.

- Está muerto... - digo en voz lo suficientemente alta como para que mis compañeros me oigan...

Enfundada su arma, avanzaba ya hacia el tipo, pero al conocer la sentencia de Rossi pareció perder por completo el interés. Avanzó hacia donde estaban los otros bastardos que les habían tiroteado en el bar, y se acuclilló junto a ellos en busca de alguna señal de consciencia por su parte, mientras dirigía una mano hacia un objeto oculto bajo su camisa.

Luca aun sin guardar su arma hecho un vistazo al tipo que estaba ya en el suelo con 2 plomos guardados... El habia viso a dos de los tipos, sabia que uno habia ido a por la parte trasera, mientras que no habia olvidado a quien habia disparado contra el con la thompson.

Si el de la thompson seguia vivo, ponto dejaria de estarlo.

- Alguien que revise el carro de estos tres, una thomson de recuerdo seria un buen souvenir.

Para ser unos desconocidos no lo habían hecho tan mal trabajando juntos, claro que habían tenido el factor sorpresa su favor. Las palabras de Luca lo devolvieron a la realidad y se acercó al maletero. Una Thomsom sería un buen botín aunque esperaba encontrar algo más interesante, algo como una pista que les dijera para quien trabajaban. Se puso a registrar el auto.

Lo que vayáis a hacer con esos dos que sea rápido. Aún tenemos algo que hacer.

Sosteniendo con gesto seguro su fiel gancho, optó por comprobar por la vía más rápida el estado de los heridos para que el grupo pudiera proseguir con sus quehaceres. Así, todavía reflejando su rostro el furioso deseo de venganza, pasó el filo del arma lenta, deliberadamente por la mejilla de uno de ellos.

Rocco se sentía una bestia desatada en estado puro, sin embargo el corte débil que inició no provocó el efecto deseado. Sin embargo una fina línea color rubí empezó a aparecer desde la mejilla hasta el mentón de aquel desgraciado que permanecía ajeno a eso... La hostia debió ser buena si aún seguía inconsciente.

Un par de metros más allá la situación era mucho más optimista para Fedor quien se entretuvo en registrar a fondo el maletero. Numerosas historias y rumores hicieron que se tomase aquella labor con especial entusiasmo... ¡Premio! Un compartimento hueco... Un sobre blanco, dinero... Doscientos pavos.

La búsqueda no había dado con nada de lo que buscaba, ni armas ni nada incriminatorio; pero al menos tenían Soldi para gastar. Se acercó a los demás y les enseñó el dinero.

No es una fortuna pero algún lujo nos podremos dar dijo que pensando en permitirse estar con una mujer cuando terminaran. Acabad con esos dos y vamos a la cita. Se marchó hacia el coche y lo arrancó esperando a que los demás llegaran.

- Vamos amigo, no tenemos mucho tiempo para perder... estos dos no van a despertar.

Si ambos matones hubiesen estado despiertos habrían suspirado aliviados... Pero no lo estaban, ni lo estarían. Luca aun con su pistola en la mano, apunto a la cabeza de el primero de ellos y le dio un tiro de gracia, luego al otro.

- Definitivamente no van a despertar, eso es un hecho.

Pero la venganza no estaba completa, aquellos matones habían ido a disparar allá por orden de alguien, eso habría que averiguarlo.

- Saber para quien trabajan no es tan difícil... solo necesitamos saber para quien trabajaba Jimmy y quienes eran sus enemigos.

Simple... Tras guardar su arma, Luca tomo las thompson y las municiones y las guardo en la maleta del auto en el que andaban, luego subió y estaba listo para irse.

BANG 

El disparo fue ensordecedor sin embargo el hombre con quien Rocco aún jugaba no dio muestras de percatarse de lo que ocurría.

BANG

Otro disparo más de Luca. El hombre no estaba teniendo piedad ni estaba para juegos, había ido allí por negocios, ya habría tiempo para la vendetta.

- Saber para quien trabajan no es tan difícil... solo necesitamos saber para quien trabajaba Jimmy y quienes eran sus enemigos.

También parecía por sus palabras que pensaba conseguir las dos cosas a la vez. Ignorando el resto de lo que acontecía tomó todas las armas que se encontraban en el vehículo enemigo y las llevó al maletero del Bolt Ace Fordor. En el interior de éste se encontró un maletín, la curiosidad por aquel fascinante mundo hizo que lo abriese y se encontrase en el interior un sobre parecido al que había encontrado Fedor, este era de un tono amarillento y tenía siete mil dólares en su interior. Aquel día parecían estar ganando la lotería, además del sobre había una escopeta de cañones recortados y una caja de munición con dieciocho cartuchos.

Aquel descubrimiento hizo que pegase un respingo, sin embargo lo dejó todo allí junto con el resto de las armas y ocupó nuevamente su sitio en el asiento del copiloto, en el interior se encontraban el resto de sus compañeros. El coche volvió a ponerse en marcha con un rugido.

Varios minutos después llegaron hasta la zona portuaria. El Bolt Ace Fordor cruzó el distrito portuario a lo largo de su calle principal hasta que llegaron a los muelles. En estos había algunos locales abiertos con sus luces amarillentas, bares y 
clubes de mala reputación parecidos a los que habían visto anteriormente. Diez minutos más llegaron a la parte externa del muelle, ésta estaba aún peor iluminada, con un par de tinglados que lo delimitaban, entre estos destacaba una garita tras una valla de acero entrelazado.

Una luz iluminaba pobremente aquella escena, la emisora hablaba del partido del fin de semana que enfrentaría a los Gigants contra los Cubs...

Una vez que Luca dispara a quemarropa a los dos hombres inconscientes en la cabeza no hay nada que pueda hacer ya por ellos.

Nos volvemos a subir al coche y arrancamos en dirección al muelle donde llegamos poco después. Espero que no haya muchos más problemas... pienso mientras permanezco aún sentado en el interior del vehículo...

Antonino enfundó la pistola y entró al coche detrás de Rossi.
--Vaya noche --suspiró quitándose el sombrero y secándose el sudor frío de la frente. Y esperó.

No pareció molesto cuando Luca interrumpió su infructuosa tarea. De hecho, sonrió antes de encaminarse de vuelta al auto. Una vez en él, se recostó tranquilamente en el asiento, todavía con una sonrisa despreocupada.

-Bueno, eso ha estado bien-comentó alegremente-. Ahora, toca encargarse de los negocios. Con suerte todo irá de forma relajada y no hará falta repetir lo de ahí atrás.

Tras una pausa, empleando el mismo tono casual, añadió:

-...no demasiado, al menos.

Contempló en silencio la valla metálica, contrariado.

-Bien, caballeros...alguien tendrá que hablar con el vigilante de turno y convencerle de que nos deje pasar...puede que alguno de vosotros tenga más maña que yo en esos asuntos-observó calmado antes de añadir-. Aunque, si los buenos modales fallan, no tendré problema en ocuparme de la charla alternativa...

Claramente, estaba sugiriendo que otro consiguiera abrirles el paso por medio de la diplomacia, tal vez mencionando un nombre o "perdiendo" el retrato de algún ex-presidente, sin cerrar la puerta a la opción de emplear su "encanto portuario" para intimidar al ocupante de la garita.

Al llegar a la valla paró el coche. Tampoco tenía que ser tan difícil pero prefería quedarse en el coche por si era necesario salir de forma precipitada.

No creo que sea complicado. Quien vaya a hablar con él sólo tiene que dejar caer el nombre de Jimmy. Si hubiera algún requisito nos lo hubieran dicho. Si eso no funciona mostramos los pasaportes. Añadió mostrando la 45.

Ante la poco apasionada y aun menos multitudinaria respuesta que su cuestión despertaba, la impaciencia de Rocco se hizo más patente. Abrió la puerta del vehículo y bajó de él despacio, llevando una mano al gancho oculto bajo su camisa sin llegar a exhibirlo; al menos, por el momento.

-Vale, supongo que me tocará hablar a mí...no os preocupéis, seré tan encantador como hace un rato-sonrió.

Sin cerrar la puerta, empezó a caminar con fuertes pasos en dirección a la garita rodeando el auto, eso sí, tomándose su tiempo. No parecía experimentar serios deseos de mantener una conversación civilizada, más bien, parecía tener ganas de resolver aquél trámite lo antes posible y continuar con el "negocio" que tenían entre manos.

Rocco salió del vehículo y empezó a acercarse paulatinamente a la garita, con lentitud, dedicando de vez en cuando una mirada en derredor buscando cómo sentirse a salvo. No veía nada. La palma de su mano sudaba mientras aferraba con fuerza el gancho que descansaba bajo su abrigo.

Al acercarse a la garita advirtió que la verja se encontraba abierta pues la no tenía ninguna cadena o un candado. Tras dedicar una mirada al coche buscando algo que no encontró, Rocco empezó a correr la verja, ésta protestó con un agudo chirrido. Nadie respondió a aquel escándalo.

La curiosidad fue superior a él y se encaminó a donde se dirigía en un principio, a la garita. Allí encontró a un tipo grande, no tan grande como Luca pero se acercaba bastante. Éste parecía encontrarse dormido con su frente enterrada en su propio pecho, bajo ésta asomaba una barriga prominente, el desgraciado se encontraba recostado en una silla. Los pasos que daba el trabajador del muelle, demasiado pegajosos incluso para la suciedad que acostumbraba a transitar, hicieron que se fijase en el suelo, éste era de un color rojizo muy oscuro, casi negro... ¿Sangre? ¿Estaría muerto? Auditore dio otro paso movido por la curiosidad, no era suficiente, era necesario otro más. Entonces localizó el origen de toda aquella mierda:

Un agujero de bala en la nuca.