Partida Rol por web

El secreto de los Jardines de Mecenas

Actum prima: Proemio

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14/09/2009, 20:00
Director

Roma, primavera del año 190 DC. El Imperio controla la mayor parte del mundo conocido y sus provincias se extienden desde el Atlántico hasta la antigua Babilonia. El único pueblo que se resiste a ser conquistado son las tribus de la Germania Inferior, con quienes el antiguo César, Marco Aurelio, luchó hasta su muerte hace diez años consiguiendo una frontera fuerte en los límites del río Danubio. Desde entonces, el Emperador es su hijo y sucesor, Lucio Aurelio Cómodo Antonino, que, según algunas osadas lenguas, gobierna Roma de un modo que ha ido degenerando progresivamente.

Ajenos a la política, el pueblo de Roma vive el día a día en sus quehaceres profesionales y sociales. A pesar de no encontrarse el Emperador en Roma, las fiestas y los juegos en el Anfiteatro Flavio se suceden continuamente, quedando en los días posteriores algunos comercios sin abrir y algún que otro cadáver encontrado a orillas del Tíber. Para vosotros, la noche anterior no fue menos, aunque es día de mercado y las calles vuelven a estar bulliciosas y plagadas de comerciantes de todos los rincones del mundo.

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21/09/2009, 02:00
Director

Es primera hora de la mañana y el sol se deja asomar por entre las altas edificaciones romanas del Esquilino. Despiertas aún borracho y apestando a vino en un callejón de mala muerte junto a una caupona. Cuando consigues levantarte, no sin esfuerzo y trastabilleando, no puedes impedir vomitar la cena de la noche anterior, aunque no recuerdas nada al respecto, ni te importa. Te duele todo el cuerpo, incluso tienes algunos moretones, como si hubieses participado en una pelea. Toses con fuerza, sangrando ligeramente por la boca. Tal es el dolor de estómago que apenas puedes enderezar el cuerpo. Inclinado hacia delante, echas mano bajo tus sucias ropas hurgando en ellas. Te echas las manos a la cabeza, tu remedio para aliviar la úlcera no aparece, dónde lo habrás dejado ?

Empieza bien el día.

Notas de juego

*caupona, taberna.

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21/09/2009, 20:58
Director

Te encuentras en tu domus del Esquilino, sobre tu cómoda cama y parcialmente a oscuras. A juzgar por el suave bullicio proveniente del exterior, dirías que debe ser primera hora del día. Anoche sufriste otra de esas horribles pesadillas que te atormentan alguna noche que otra. En tu cama dormita una mujer con aspecto de suburana, una prostituta de baja ralea que debiste encontrar antes de llegar a tu casa. El vino está derramado sobre la cama. La mujer tiene diversas contusiones y una desagradable herida en la cara que ha manchado parte de la cama. Tienes las manos manchadas y algo amoratadas, como si le hubieras pegado con fuerza.

Para tu sorpresa, compruebas que la mujer está muerta. Alguien aporrea la puerta de entrada a la domus fuertemente.

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21/09/2009, 21:19
Pompeyo Apolinaris

Te encuentras durmiendo plácidamente en el centro del laberinto de los Jardines de Mecenas, en el Esquilino. No recuerdas como llegaste hasta ahí, pero como a menudo te suceden estas cosas no es algo que te inquiete o preocupe. En tus manos tienes tu libro de carmina sortes manchado de vino, o es sangre ? Para tu sorpresa, además le faltan numerosas páginas. Despiertas con el bullicio que hay a tu alrededor, unos soldados pretorianos a juzgar por el ruido metálico de sus atavíos oficiales. Lo primero que ves es la cara del tribuno pretoriano Pompeyo Apolinaris.

- Durmiendo plácidamente en dominios del Estado ? - la frase por supuesto es irónica, no sería la primera vez que encuentran a una o varias personas en los Jardines después de haberse tomado unas jarras de más.

Notas de juego

* Adivinación por medio de versos.

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21/09/2009, 21:54
Anariaco

Te encuentras durmiendo en tu pequeño apartamento que tienes alquilado en una insulae de mala muerte. Cuando despiertas, una sensación de peligro te invade. Al pie de la cama se encuentra Anariaco, el frumentarii, devorando pacientemente unas aceitunas y algo de vino. Se muestra sonriente y te observa con unos ojos que sólo los dioses sabrán qué esconden.

- Espero que hayas descansado apaciblemente.

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22/09/2009, 20:14
Servio Ostorio
Sólo para el director

Me levanto con la vista nublada. Los rayos de sol y la resaca de la noche anterior no me permiten abrir los ojos tanto como quisiera. De cualquier manera, ese es el menor de mis males. Me intento enderezar con movimientos torpes. Mi cuerpo maltratado no me permite ser más rápido. Me duele todo, desde el costado hasta la nuca. Menuda pelea tuvo que montarse ayer. Por Júpiter, que esta asquerosa ciudad no permite una estancia tranquila, te encuentres dónde te encuentres. Inmediatamente empiezo a toser y el sabor de la sangre y el dolor del estómago me recuerda que es hora de drogar a mi maltrecho cuerpo. Busco entre mis ropas, mas no encuentro el divino calmante. Busco como loco por los alrededores, intentando dar con mi medicina, pero todo es en vano, los Dioses me han escondido mi sustento. Maldición. Grito lleno de ira. Los Dioses me han castigado con este sufrimiento, pero no les daré el placer de verme sufrir. Intento encaminarme con pasos torpes y faltos de coordinación hacia mis aposentos, mientras por doquier voy dejando esputos, signo inequívoco de mi paso por aquestas callejuelas.

Mientras me dirijo hacia mi destino, me empiezo a preguntar cómo he podido llegar a parar a aquella caupona de mala muerte e intento darle un sentido a los dolores y morados de mi cuerpo sumergiéndome en vagos y confusos recuerdos del día anterior. Ensimismado en mis cavilaciones y con la torpeza de mis pasos, voy tropezando con cuanta persona encuentro a mi paso, a la vez que les increpo por su tropeza y falta de visión, aunque en mayor medida la culpa sea mía.

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22/09/2009, 23:13
Lucio Cilnio
Sólo para el director

Abrí los ojos, la habitación estaba aun en penumbra me dolía mucho la cabeza y todo me daba vueltas, con los ojos entrecerrados miro a mi derecha y observo una mujer tumbada a mi lado, no lo concocía ni la recordaba, de repente se disipa toda la resaca de la noche anterior, había sangre en la cama, sangre en el rostro de la chica y sangre en mis manos, que podía haber pasado, no me acordaba de nada, la confusión me empezó a inundar.

De repente suena la puerta... cada golpe de esa puerta martilleaba mi sien, que inoportuno, sin perder los nervios y tranquilamente me limpio las manos con agua fresca y me cambio de ropa, tendría que lavarme pienso mientras voy hacía la puerta, doy un suspiro y digo .- quien es? .- no con demasiada amabilidad .- espero que sea urgente...

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23/09/2009, 17:48
Gaia Níger

Por los lares! Ya me he vuelto a pasar! Otra vez despertándome fuera de mi cama...
Pero quién ha arrancado páginas de mi libro? Esto es vino?, o sangre! Ah, Mnemósine! que cruel eres conmigo!!

Me incorporo y me quedo mirando un segundo al pretoriano hasta que lo reconozco, es el tribuno Pompeyo. Me pongo en pie y lo saludo con una sonrisa esperando que no me caiga ninguna multa...

Ave Pompeyo! Disfrutaba tanto de la paz y la tranquilidad que nuestro bienhechor Emperador quiso para con nosotros los humildes ciudadanos al mantener estos maravillosos jardines que en los brazos de Morfeo me quedé y el tiempo pasó volando cual gorrión. Pero en el acto me levanto, lo ve? y me dirijo a mis aposentos a ocuparme de mis poesías si las musas quieren prestarme su inspiración. Si he molestado le pido perdón.

Le saludo con una graciosa reverencia y tapándome el rostro con la tela y alisándome la ropa doy unos pasos dispuesta a volver a mi casa.

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23/09/2009, 20:35
Director

Te diriges ensimismado hacia tu casa del Subura por las callejuelas del Esquilino que, conforme pasa el tiempo, se van hinundando de más y más gente. Entre empujones con el gentío, no puedes evitar tomar nota mental de ciertas frases que se repetían por entre los transeúntes con aire lóbrego.

Asesinato brutal...
Jardines de Mecenas...
...un tal Lucio Cilnio...
.....el tribuno del pretorio Pompeyo...

El resto del camino a tu casa lo pasas cavilando. Por un momento incluso parece que el dolor de úlcera remite por sí solo. Estás seguro de haber oído el nombre de tu viejo amigo Lucio Cilnio relacionado con un asesinato en los Jardines. Incluso te has tropezado con unos guardias pretorianos que iban presurosos Monte Esquilino arriba.
El caso es que llegas a tu desolada casa, el bajo de una ínsula suburana regentada por Cayo Mummio y que usas también como habitáculo profesional. A oscuras, pues nisiquiera te paras a abrir los maderos de la única ventana, abres el cajón donde guardas tu particular remedio contra la úlcera y lo tomas presuroso. Con un poco de suerte remitirá en unas horas.

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23/09/2009, 21:11
Guardia pretoriana

Al abrir la puerta observas un par de guardias pretorianos bien formados. Con voz ruda y potente aunque respetuosa, uno de ellos comienza a hablar.

- Lucio Cilnio !! - grita - El tribuno del pretorio Pompeyo Apolinaris ha solicitado tu inmediata presencia en los Jardines de Mecenas, en marcha !! -

Sin llegar a tocarte, los pretorianos te instan a abandonar el domus con un gesto inminente y con un ademán que indica el camino por el Clivus Victoriae hasta los Jardines.

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23/09/2009, 22:54
Pompeyo Apolinaris

El tribuno pretoriano tuerce el gesto en una mueca al percatarse de tu rostro desfigurado antes de echarte el velo y encaminarte hacia la salida del laberinto del jardín. Ahora que te fijas, hay demasiados guardias pretorianos en la zona. Apolinaris apenas puede dar crédito a lo que ven sus ojos de iris oscuro.

- Ey, adonde crees que vas ? Por Júpiter, es que no te has enterado de lo sucedido ? Toda Roma debe saberlo ya !! - el que ahora ejerce las labores de pretor parece indignado - Un esclavo ha encontrado media docena de cadáveres en las termas del Jardín. Por Juno y Jano, que por la autoridad que me concede el Imperio encontraré al culpable. - finaliza el pretor con aire imperioso.

De sobra es sabido que la hermana del Emperador reside en el palacio de los Jardines desde hace años. Un asesinato múltiple en Roma ? Los había casi a diario. lo verdaderamente importante del asunto era el lugar en donde se habían producido. Además, el pretoriano encargado de la investigación daba la impresión de tomarse muy en serio su actual cometido, pues quería ganarse el favor de su pretor Cleandro y el Emperador.
También te llama la atención el hecho de que se refiera al culpable en singular.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Tirada: 2d10(+6)
Motivo: Percepción
Dificultad: 10+
Resultado: 20(+6)=26 (Exito)

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23/09/2009, 23:25
Lucio Cilnio
Sólo para el director

Miro a los Pretorianos, será por la muerta pensé, pero de repente hablan de mi presencia en los jardines, eso me estraña, que habrá pasado, era muy raro, pretorianos a primera hora de la mañana en mi casa, algo andaba mal, de repente me vuelve a martillear el dolor de cabeza, decido acompañar a los pretorianos, parecía muy urgente, ya solucionaré el problema de la mujer que tengo arriba, realmente me preocupaba más el asunto de los jardines.

.-Esta bién guardías, les acompañaré a los jardines .-cierro las puertas tras de mi y salgo con ellos a la calle.

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24/09/2009, 08:41
Servio Ostorio
Sólo para el director

Por fín llego a casa y presuroso tomo las drogas que calmarán mi estómago. ¿Cuánto vino pude beber ayer?. Respiro aliviado y me acerco al pozo a por algo de agua y vuelvo a escuchar los mismos comentarios. Necesito meter la cabeza en el líquido transparente y asearme un poco, así como cambiar mis ropajes, pues los que porto malamente pueden llamarse como tal. Mientras tanto pienso en aquellas palabras que he oído por las calles. ¿Lucio? ¿Asesinato? ¿Cómo puede ser? Seguramente mis oídos me juegan malas pasadas. En mi estado es casi hasta esperable que delire. Abro finalmente la ventana y no...mis oídos están perfectamente. Vuelvo a oir lo mismo. Así que resuelto, pregunto a uno de los transeúntes desde la ventana de mis aposentos. ¿Qué es eso que comentáis?¿Un asesinato?¿Qué tiene que ver el desdichado de Lucio en todo ello?

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24/09/2009, 19:21
Silvano Vero
Sólo para el director

me incorporo de mi lecho sin perder de vista mi daga, compañera fiel, y disimulando mi sorpresa contesto

ave, Anariaco, dichosas las paredes de este humilde hogar que se honran con tu presencia, aunque sea furtiva como la rata, ¿a qué debo tu voraz visita?

 

estos esbirros pretorianos nunca auguran nada bueno, ni siquiera para requerir mis servicios...

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24/09/2009, 19:58
Anariaco

El frumentarii sonríe apaciblemente ante tu despectivo comentario, deja el tarro de aceitunas y la copa de vino y se levanta sin prisa alguna.

- Es lo que más me gusta de ti, directo como las garras de un halcón. Media Roma debe haberse enterado ya. Ha habido una matanza de más de media docena de hombres en las termas de los Jardines de Mecenas. - dice como si tal cosa; algo preocupaba a Anariaco, pero desde luego no eran los asesinatos en cuestión -

- Debes ir a los Jardines e informarme a fondo sobre este asunto. - se produce un silencio en el que se muestra pensativo - Hay algo que no encaja en todo esto, pero por los dioses, que no se qué es.

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24/09/2009, 22:37
Gaia Níger

Abro los ojos muy sorprendida por la afirmación del pretoriano:

Por los todos los dioses lares! No, no lo sabía, me acabas de despertar. Apenas puedo dar crédito, un asesinato aquí!

¿Y cómo sabes si hay un sólo culpable? Media docena de personas no son una sola... Antes de que se sienta ofendido me disculpo -

Discúlpame si me he entrometido en tus asuntos, esta noticia que me has dado me ha dejado asombrada y aún estoy algo aturdida de que semejante crimen haya tenido lugar en este sitio. No hay duda que encontrarás al culpable y que será castigado como merece.

Ya me lo imagino: encontrará a alguien a quien echar al muerto, se le torturará hasta que confiese y luego se le ejecutará. Porque si no seguramente será su cabeza la siguiente en ser ejecutada... Así va Roma!!

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25/09/2009, 01:58
Silvano Vero
Sólo para el director

me acerco hasta el tarro de aceitunas y me lanzo una a la boca, mastico mirando impasible al joven

mi querido Anariaco, tales hechos no eran de mi conocimiento, sin embargo, y aunque me entristece ver como mi amada Roma es agraviada con la violencia que debiera quedar para la arena del circo, mi pesar no supera mi necesidad de pecunio... por supuesto que debes considerar mis funciones a tu servicio y el del Cesar pero... quisiera conocer mis honorarios... siempre que no sean un precio inferior al de mi cabeza

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25/09/2009, 12:22
Silvano Vero
Sólo para el director

sin darle tiempo a contestar me calzo las sandalias y me ciño mi daga.

De acuerdo, voy allá, me acompañais para darme los detalles del suceso de camino?

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25/09/2009, 15:27
Director

El sol ya se ha alzado en el cielo y la mayoría de comercios ya están abiertos, cuyos tenderos comienzan a preparar sus puestos con cierta dejadez. Los transeúntes que empezaban a agolparse en la calle no se detienen, pero lanzan comentarios al aire como pregonando la noticia.

- Un asesinato no, varios !! - dice un joven poniendo el grito en el cielo.

Por ahí pasaba la mujer del casero Mummio, Pristina, una veterana mujer con un carácter altanero y potente tono de voz, vaciando un cubo de agua sucia por la fuente del alcantarillado.

- Ave Ostorio ! Los dioses no han descansado como debieran durante la noche, y han permitido una matanza de jóvenes en las termas del Jardín. Por las vestales ! Quién osaría cometer tal acto de atrocidad en los confines del Palacio de la hermana del Emperador ? Se rumorea un nombre, un tal Lucio Cilnio, acaso le conoces ? - pregunta la mujer con aire curioso; apuestas a que le encantaría convertir cualquier información en la comidilla del barrio durante aquel aciago día.

Cargando editor
25/09/2009, 15:57
Anariaco

Anariaco se sorprende y en su rostro se dibuja una mueca arrogante y depectiva.

- Por Júpiter ! Caminar contigo por Roma a plena luz del día ? Debes estar de broma ! - Sin duda no bromeaba.

- El principal sospechoso es un tal Lucio Cilnio. Se ha encontrado su nombre pintado con sangre en las paredes de las termas del Jardín. Pero la Fortuna parece estar del lado del joven, pues un influyente senador ha movido piezas para permitirle defenderse de tal acusación.

Antes de que pudieras siquiera levantarte de la cama, recoge la copa de vino para propinarse un largo trago y, salpicando cama y suelo con los restos, vuelve a dejar la copa en el suelo, mientras se da media vuelta y se aleja hacia la puerta, con la evidente intención de marcharse de la oscura habitación.

- Bajo la cama he dejado el primer pago por tus honorarios. Doscientos denarios ahora y cuatrocientos al acabar el trabajo. Buena suerte. - tras de sí, un portazo, y lo único que escuchas ahora desde tu desolada habitación es el murmullo de la muchedumbre de la calle.