Partida Rol por web

Pronto Gabou y Court llegaron a los alrededores de Notre Dame... cerca de la estación de metro de la nueva línea. Si la información de Caen era veraz, cerca deberían de encontrar los antiguos túneles del metro.

El hacker llegó un poco más tarde, saliendo de la boca de metro.

Eran las 17:30 de la tarde y Hékate todavía no había llegado. En el interior del coche de Gabou, el hombre seguía golpeando por dentro, incansablemente. Gabou tuvo la prudencia de aparcar el coche en una callejuela para llamar menos la atención, pero tarde o temprano acabarían haciéndolo.

Hékate apareció por su cuenta. Visiblemente nerviosa se acercó al resto del grupo. 

-Me alegro de veros. No sabía si alguno más estaría...comprometido. Me amenazaron con matar a mi amigo si no me entregaba. Lo siento por Marcelle, pero si me entrego, nada nos garantizaría que no nos mataran a los dos. Por lo visto hay un grupo que quiere invocar al Rey Amarillo aprovechando el eclipse, pero no sé si se trata de adolescentes jugando a la ouija o de algo más serio ¿sabéis algo?¿Y qué es esa experiencia con el nuestro sospechoso harapiento, Johan?

-¿El Rey Amarillo? ¿Que es eso? Haznos un resumen rapido de tus pesquisas, Lacroix-Gabou escupio otro palillo roto. Habia masticado media docena en el camino hasta aqui.

Dirigio una breve mirada al callejon.

-El anticuario estaba comprometido con ese "Gran Maestre" pero se nos escapo-alzo una ceja en direccion a Court-Puede que lo encontremos aqui. La pista debe ser buena porque un capullo jugando a Jack el Destripador intento asustarnos.

Tres amortiguadas patadas seguidas de un juramento lejano provenientes del maletero del Renault de Gabou corroboraron sus palabras. El detective se encogio de hombros.

-Lo sacaremos luego, cuando se calme. Al fin y al cabo, lo quiero lucido para detenerle por obstruccion a la autoridad, tenencia de armas, agredir a un policia y pillarme en un dia malo.  

- Yo también pensé que podrían haberos atrapado. Ésto se nos está yendo de las manos. - Suspiró la forense. Estaba realmente asustada. Dominique no estaba hecha para aquel tipo de situaciones. - El Rey Amarillo. Bastonge llevaba un libro que hablaba sobre ese... - Pensó un momento. - ...lo que sea. Parece que puede ser la clave. ¿Sabemos quién es ese tipo?

Court agarró su móvil y abrió Google. Entonces introdujo la palabra clave Rey Amarillo. Dudaba que internet tuviera la solución, pero en aquel mundo moderno en el que Dios había sido sustituido por Google, podía ser que obtuviera algún resultado.

-En realidad no hay mucho más que contar-dijo Hékate-Me reuní con mi amigo pensando que él podría proporcionarme algo de información. Todo lo más me comentó de esa historia del Rey Amarillo ¿Quién es? Pienso, aunque sin mucho fundamento, que puede tratarse del andrajoso. Rey Amarillo, signo amarillo...

Suspiró...no, no era gran cosa. 

-Luego me dirigí al Pub Passage de la Sorcière, un local para frikis y gente de la noche aficionada a la brujería, satanismo y demás, pensando en encontrarme con algún otro conocido que me pudiera contar algo sobre esta gente...la camarera me hiso saber que me estaban esperando y me tendió un dibujo del signo amarillo. Obviamente, sabía que podía tratarse de una trampa, por eso os envié ese mensaje, pero no podía dejarlo correr. Tenían atrapado a mi colega, con el que había quedado antes y amenazaban con matarlo sin no me entregaba. Me sabe mal haber salido corriendo, pero si me entrego, nada nos garantizaba que no nos mataran a los dos. Y eso es todo. 

Jonah ladeó la cabeza.

—Estaba tratando de localizar el ordenador de Mace y, de repente, mi ordenador empezó a apagarse y a encenderse. La pantalla empezó a fallar y a emitir niebla. ¡Eso es imposible! Es una pantalla digital, no puede tener falta de señal. O se enciende o se apaga, ¿lo entendéis? Pero luego se formó una figura harapienta con una capa amarilla sobre la niebla y un mensaje se escribió sobre esa figura: "No te interpongas. Hastur endrá y no podrás evitarlo".

Jonah se estremeció.

—Afortunadamente no le ha pasado nada al ordenador. Vuelve a funcionar con normalidad. No se que ha pasado... estoy seguro de que no es un virus.

- ¿Hastur has dicho? - Preguntó entonces la forense. - ¿Quién se supone que es ese tipo? ¿Un dios o algo por el estilo?

Era evidente que había muchas cosas que desconocían, pero lo que estaba claro era que estaban enfrentándose a una secta peligrosa. Ya les habían enviado a un matón que ahora estaba en el interior del maletero del coche de Gabou y también les habían amenazado vía telemática.

- Jonah, te tengo por un genio informático. - Llamó la atención del técnico. - Dices que no hay ningún virus en tu pc. ¿Un troyano? ¿Cómo sino se han metido dentro?

-Tiene gracia-Gabou alzó una ceja: no la tenía-el capullín del maletero me dijo algo muy parecido después de que lo zarandease un poco. Típica palabrería de fanáticos pirados. 

Se llevó un palillo a la boca mientras pensaba. Aunque no tenía el nivel de Caen, Gabou también se informaba. Tenía cierta preferencia por los textos analógicos por la sensación de control e intimidad que le daban frente a los archivos informáticos. De hecho, los textos que había estudiado desde que estaba en el Equipo Lambda no se habían escaneado por motivos de seguridad: no era sensato arriesgarse a que una copia en PDF de un ritual apocalíptico  circulase por internet. Bastante mierda correteaba ya...

-Hastur-murmuró-Creo que he oído ese nombre antes.  Suena como uno de esos entes interdimensionales que adoran estos tipos. 

Había toda una lista de dioses raros con diferentes nombres según épocas y países: Thu Thu, Nyarlgalutep, la Cabra Negra, Dagón, Gathanotoa, El Caos Reptante, el Sultán Demoníaco, el Príncipe de los Excesos, Zoth Ommog... muchos de ellos entremezclaban sus historias con las de religiones clásicas del mismo modo que las mayoritarias habían ido asimilando a las menores. Sin embargo, aquellos dioses no se habían fundido en el olvido de la historia pues incluso con diferentes nombres y apariencias seguían acechando a la humanidad. Gabou nunca había sido religioso y, desde que había descubierto que ciertos santos eran figuras asimiladas de cultos mucho más antiguos y siniestros, menos aún. 

—Eso me sigo preguntando —respondió a Dominique mientras se encogía de hombros—. He investigado sobre ese Hastur. Es un primigenio sacado de la mitología de un tal Lovecraft. En algunos sitios lo llaman "Rey de Amarillo". Lo describen con una capa amarilla sin rostro que conforma un cuerpo similar al humano. Supongo que por eso lo de "rey de amarillo". Encontré una imagen de ese rey de amarillo. Mirad.

Jonah mostró la imagen en su terminal móvil.

—También he buscado algo sobre "El Signo Amarillo", aunque en realidad en ningún sitio lo llaman exactamente así. Todas las cosas que he visto que podrían ser ese signo coinciden en una cosa: inducen la mala suerte y la locura en sus portadores que lo consideran un objeto de deseo del que no se quieren desprender.

- Bien... pues ya sabemos algo más. - Se encogió de hombro mientras resoplaban. - Conozco a Lovecraft, he leído algo de él, pero muy poco. Es un autor de terror psicológico de principio del siglo XIX, creo... - Tragó saliva, esperaba no haber metido la pata con esos datos. - Por lo que... Estamos buscando a una secta que se basa en novelas fantásticas de terror sobre una cosmología terrorífica nacida de la mente de un tipo a mi modo de ver, brillante. ¡Atajo de locos! 

Esa era una teoría y la más probable. Gente que había estado leyendo a Lovecraft, había llegado a creer que realmente sus escritos hablaban sobre una primigenia verdad y se habían convertido en los heraldos de uno de sus personajes mitológicos. Al modo de ver de Court, tenía cierto sentido. Al fin y al cabo, para ella la Biblia no era más que eso, una novela o cuento moralista, que una panda de fundamentalistas habían adoptado como una verdad universal y había derivado en una de las más importantes religiones y dogmas de fe de la civilización humana.

Otra opción era bastante más aterradora. Podía ser que el propio Lovecraft hubiera descubierto cosas sobre el mundo y el universo que nadie más había podido contemplar nunca, salvo quizás unos pocos. Y esos pocos podían ser ni más ni menos que los protagonistas de los relatos que le llevaron a la fama. Aunque, eso la forense Dominique Court debía descartar por completo, pues al fin y al cabo ella basaba toda su visión del mundo en la experiencia, el método científico y a fin de cuentas, en la clásica expresión de "si no lo veo no lo creo". Aunque.... ¿Y si no? De ser así, Lovecraft se convertiría en una especie de profeta.

Fuera como fuera, la forense ya había perdido demasiado tiempo haciendo elucubraciones que no le iban a llevar a ninguna parte. Lo importante ahora era llegar hasta el final del asunto que les atañía y no buscar más allá, no al menos de momento y hasta que hubieran resuelto con éxito el caso que les habían asignado. Y eso pasaba por encontrar a Bastogne, al gran maestre, a Mace o quien fuera con las manos en la masa en aquella boca de metro. Esperaba poder conseguirlo sin complicaciones.

-¿Lovecraft? No me suena. 

Pero sonaba convincente. El típico autor underground objeto de culto por un montón de frikis pirados. 

Culto. Underground. Pirados. 

-Vamos allá. 

-Desde luego, la imagen de ese Hastur coincide con bastante exactitud con el ser con el que contacté en el apartamento. Que sea una deidad me parece bastante más coherente que la idea de que fuera un ghoul. De ese Lovecraft he leído algo hace años. Hubo una época en la que estaba muy de moda en los círculos en que me movía, que supongo que coincide con la descripción de círculos de "frikis pirados" de Jean. Solo me faltaba que el necronomicon existiese realmente. De ser así, Lovecraft decía que había una copia en la Biblioteca Nacional. Podríamos intentar acceder a él, aunque sinceramente, creo que sus escritos son pues ficción. No descarto que tengan inspiración en leyendas y que por ello tengan coincidencias con cosas reales. El nombre de Hastur desde luego, se cita en sus obras. Y ahora que lo dices, El Rey Amarillo también me suena, pero no recuerdo haber leído nada sobre él. De todos modos; no olvidéis de que la gente a la que nos enfrentamos es algo más que una panda de pirados. Ese ser, sea Hastur, sea El Rey Amarillo o sea lo que sea, es real. Y el asesinato de la amante de Gallé, es real.

Hékate se quedó pensativa un momento.

-¿Ir?¿A dónde? Si queréis que nos acerquemos por el pub e interroguemos a la camarera, es la pista más cercana que dispongo a ellos. También podría ir a los registros policialez , si nos dejan acceder para intentar reconocer a esos pirados que secuestraron a mi amigo...y por ultimo, podemos acudir por la noche a ver qué hay de verdad en eso de qué hay de esa gente que intenta incvocae al Rey Amarillo. Por mi parte es todo lo que puedo aportar.

- Bastogne, el dueño de la tienda de antigüedades está en el ajo. Ha quedado en el túnel del metro... - Explicó la forense. - Dijo en una hora, pero ya queda muy poco para ese momento. No sabemos muy bien en que túnel, pero sospechamos que no debe estar lejos de donde nos encontramos. A quien fuera que estaba al otro lado del teléfono le dijo que estuvieran preparados y levaba bajo el brazo un tomo que hablaba sobre el Rey Amarillo... - Tragó saliva. - Es ir a ciegas, pero creo que deberíamos intentar encontrar ese túnel y sorprender a... - Hizo una pausa. - A Bastogne, a los sectarios, al gran maestre... a quien sea que haya quedado con el anticuario...Es ahora o nunca...

- Por lo que he visto, cruzando planos más antiguos de París con la red de metro hay unos antiguos túneles que salen de la estación de Notre Dame. Fueron cerrados hace años por la remodernización de la red y por el auge turístico de las catacumbas de París, un antiguo complejo minero que a partir del siglo XVIII se convirtió en un cementerio público. En la actualidad son un destino turístico de París, tanto que está protegido por un cuerpo especial de la policía: los cataflics. Los túneles de las catacumbas pasan muy cerca de los del antiguo metro, razón por la cual se ha cerrado esa línea. Se cuentan varias leyendas populares sobre actividad sectaria por esas zonas, pero nada concluyente - hizo un repaso rápido de las notas en su móvil. Sobre el eclipse, aunque hay varios puntos interesantes para verlo el más turístico será la propia Motre Dame; y sobre el pub, su dueña es Celine Depaut y no he encontrado nada raro o que la relacione con este asunto.

- Creo que nuestra mejor pista es utilizar los planos que descargué para meternos en los pasadizos antiguos en busca de ese tal Bastogne.

- Buen trabajo Jonah. - Le dijo la forense dándole un pequeño golpecito en la espalda. - Desde luego parece lo más probable. ¿Lo intentamos? 

Dominque no era una mujer de acción. Desde luego el trabajo que estaba realizando no era el que mejor se le daba. Ella se sentía mucho más cómoda en un laboratorio forense, pero al aceptar el trabajo con el grupo Lambda, sabía que llegarían tarde o temprano momentos como aquel, momentos peligrosos. Por suerte con ellos estaba Gabou. Se fiaba de él como de su propio padre. Ya le había visto en acción en otras ocasiones y concretamente hacía menos de media hora. Prueba de ello era el tipo que todavía estaba en el maletero de su coche.

-intentemos lo de los túneles, sí-aceptó Hekate-y luego a partir de ahí decidimos.

-Vamos allá.

El grupo se acercó a las inmediaciones de la parada de metro de Notre Dame, donde un equipo de trabajadores mantenían el control de personas para el acceso a la estación. Las obras de construcción del nuevo túnel del metro avanzaban rápido, tanto que la nueva línea ya discurría por la nueva derivación y los obreros estaban asegurando la zona y tapando los antiguos accesos.

Gracias a los mapas de Jonah y a la amabilidad de algunos obreros, localizaron rápidamente los antiguos túneles. El reloj de la estación dio las 19:00 cuando el grupo estaba accediendo al ramal ahora anulado de la red de metro. Junto a la entrada se apilaba un gran cantidad de material para construcción de vías y, una vez cruzada, llegaron a ver la antigua vía, que estaba construida en pendiente.

Según el mapa de Jonah había que ascender la pendiente para acceder a una de las entradas a las catacumbas que buscaban. Ascendieron la pendiente durante pocos minutos hasta que llegaron a una zona donde había un viejo vagón de metro abandonado, con la pintura oxidada y desgastada por el paso del tiempo, aunque aún estaba encarrilado sobre las vías, las cuales terminaban abruptamente en un muro.

En las inmediaciones del vagón comenzaron a ver montones de botellas de bebidas alcohólicas, colillas de cigarros y los restos de un bidón de gasolina usado para hacer fuego. Este lugar, aunque ahora estaba abandonado, parecía haber sido la vivienda habitual de algunos mendigos.

El lugar estaba muy oscuro y casi no podían verse los unos a los otros sin la ayuda de alguna luz. Todo estaba tranquilo y parecía que el túnel acababa en este lugar pero según el mapa de Jonah, las catacumbas discurrían paralelas a esta vía. Debían de estar cerca.

- Ésto está realmente oscuro... - Dijo entonces la forense.

Aquel escenario no le gustaba ni un pelo. Su corazón estaba alterado y casi le había dado una taquicardia. Saber además que aquellos túneles podían ser el lugar de reunión de un culto que difícilmente les dejaría vivir de poder capturarles, no le tranquilizaba ni un ápice.

- No me gusta este sitio. - Afirmó con la voz algo entrecortada. - Hasta huele mal...

Se metió la mano en el bolsillo del pantalón. No había pensado en coger una linterna, pero llevaba el teléfono móvil. ¡Bendita tecnología! Tecleó en la pantalla para activar el modo linterna e iluminó la zona frente a ella.

- ¿Cómo vais de batería? - Les preguntó a sus compañeros.

Acostumbrado a escenas del crimen oscuras donde no podias tocar los interruptores a horas intempestivas, Gabou solia llevar consigo una pequeña linterna compacta. Estaba casi seguro de que tenia pilas.

Las tinieblas retrocedieron a su alrededor mientras las recorria con el haz de luz. Suspiro aliviado.

-Si las catacumbas corren paralelas a este tunel es posible que haya un acceso en alguna parte. Busquemos cualquier cosa que parezca una puerta, un tunel bloqueado, tablones...

Su atencion se vio atraida por el vagon de metro. Los cristales de las ventanillas estaban llenos de grietas y pintadas por lo que no se veia gran cosa dentro. Dio un rodeo pisando con cuidado el desigual suelo para acercarse a uno de los extremos del vagon. Encontro la puerta que normalmente conectaba los vagones: estaba cerrada pero tenia un cristal agrietado y sucio. 

Le faltaban manos: la pistola en la derecha, la linterna en la izquierda... se lo penso un segundo y dejo la linterna en el suelo.

-Gente-llamo-Necesito luz aqui dentro.