Partida Rol por web

punto de encuentro en el que comienza el juego en común

Creo que todos sabeis bien donde estáis,en la posada "el buen descanso" cada uno de vosotros ha llegado allí por diversas razones,y es a partir de este punto donde empieza vuestra historia en común.

ves como la pelirroja te mira y te dice en voz alta,mira cuanto quieras bárbaro,pues eso es todo lo que obtendrás de mi

es un PJ que ya sabe lo que le dijiste, habrá que esperar que conteste,aunque esta semana supongo que va a ser tranquila.

La mujer tarda poco en alzar la voz para dejar clara su postura. Era lo que pretendía. Al menos, ahora ya sé que se ha fijado en mi. Dibujo la mejor de mis sonrisas y me levanto lentamente para acercarme hasta la mesa donde se ha sentado.

- Puedo acompañarte, mujer? - Sé cual va a ser la respuesta, pero conozco la forma de pensar de las mujeres.

Sonja dirigió una mirad de reojo al hombre a sus espaldasm, llevó su mano izquierda al pomo de su espada, por precaución y sonrió, levemente.

—¿Qué te hace pensar que necesito tu compañía, bárbaro?

Balmorda mira a la guerrera discutir con el Barbaro, toma un poco de su cerveza diciendo Parece que algunos hombres siguen pensando con las hormonas...jejejeje...una mujer con una espada no te servira Barbaro.. para eso estan otro tipo de mujeres...

—Sabias palabras —dijo Sonja, volteando hacia la recién llegada—. Tú tienes espada y yo también, bárbaro. Sólo te buscas problemas. Lo que necesitas es una mujer bien dispuesta a ofrecerte una vaina —Los comensales de las mesas vecinas rieron, en respuesta a la pulla. Sonja hizo un ademán hacia la mujer que acababa de hablar—. Ahí tienes.

Una mujer que no había visto hasta ahora interviene de repente, como si conociese a la mujer de pelo rojizo. Entre ambas intentan humillarme, y el resto de comensales ríen sus chanzas. Las dos me llaman bárbaro cuando se dirigen a mi, por lo que parece evidente que mi aspecto deja bastante claro de donde provengo.

Amplío mi sonrisa y espero unos instantes hasta comenzar a hablar.

- Vaya vaya, estáis seguras de que soy yo quien piensa con la entrepierna?... Tan sólo pregunté si podía sentarme, y ya habéis dado por hecho que buscaba acostarme con alguien... - Guiño un ojo a ambas y me siento en la mesa sin esperar aprobación. Retiro un mechón de pelo mojado por el sudor que tapa mi cara, dejando que vean mi hermoso y curtido rostro con total claridad. - No os hagáis las duras, chicas, y dejad que coma con vosotras. Tal vez tenga algo que ofreceros que sí pueda interesaros...

—Vaya vaya, estáis seguras de que soy yo quien piensa con la entrepierna?... —replicó el norteño—. Tan sólo pregunté si podía sentarme, y ya habéis dado por hecho que buscaba acostarme con alguien...

—¿Acaso existe otra razón por la que un bárbaro le hablaría a una mujer? —le preguntó Sonja con una sonrisa divertida—. No me digas que quieres aprender una nueva receta o algún punto de tejido.

—No os hagáis las duras, chicas, y dejad que coma con vosotras —dijo el bárbaro, mientras se sentaba a la mesa—. Tal vez tenga algo que ofreceros que sí pueda interesaros...

—¿Eso significa que lo que pensábamos que nos ofrecías no iba a interesarnos para nada? —preguntó Sonja, mientras bebía el último sorbo de cerveza—. ¡Qué decepción! —dejó la jarra sobre la mesa, se limpió la boca con el dorso de la mano y lanzó un sonoro eructo—. ¿Qué es lo que quieres? Si eres chulo, yo no estoy interesada, tal vez la morena sí.

Un alto marinero curtido entra en la posada, mira por doquier para poder observar todo su entorno, es la primera vez que entra en este tugurio.

Al ver al posadero se dirige a él.

¿Tiene habitaciones y comida para un cansado marinero?

Mientras espera la respuesta del hombre observa una mesa con una plaza libre, en la que hay dos mujeres y un bárbaro.

Curiosa mezcla. - Piensa con una mueca burlona.

Marek el posadero se te acerca secándose las manos en el mandil,Para eso estamos,¿que quieres tomar?

Balmorda se rie ante las palabras de la Pelirroja Puede que si, pero digamos que estoy buscando un buen trabajo... antes que una buen revolcon.... se toma un trago de cerveza Bien Barbaro.. si tienes algo que ofrecernos, hazlo rapido mira a la otra guerrera demosle una oportunidad.. mira que aunque sea se atrevio a hablarnos

- No tengo nada que ofrecer, excepto mi espada y mis músculos. Vengo del Norte, de más allá de las Eiglofias. Soy un Aesir, he cruzado Cimmeria y Aquilonia en busca de trabajo, y nadie ha querido contratar a un bárbaro mercenario. Muchos me han rechazado por ser uno sólo. Es difícil realizar determinados trabajos si tan sólo tienes dos manos y una cabeza, así que tal vez podríamos buscar algo si fuésemos dos... o tres - Miro a la mujer morena y sonrío buscando ganarme su confianza. - Os puedo asegurar que si a mi me ha costado encontrar algo, vosotras solas no tenéis nada que hacer...

Sonja echó la cabeza hacia atrás y emitió una sonora carcajada, después miró al Aesir, con una sonrisa pícara.

-¿Tan seguro estás de qué te necesito, norteño? Déjame mostrarte algo.

Se paró, puso un pie sobre el borde de la mesa y elevó la voz para que todos la oyeran.

-Una ronda de cerveza, por mi cuenta, para todo el que grite mi nombre, en este instante.

Inmediatamente un coro de vozarrones se alzó estruendoso, cuando la mitad de la concurrencia clamó casi al unísono.

-¡¡¡RED SONJA!!!

Sonja volvió a reír a carcajadas, se desprendió una bolsilla del costado y se la arrojó al posadero, después volvió a sentarse.

-Te diré qué haremos bárbaro: A cambio de la mitad de tus ganancias, diré que te conozco y podrás formar parte de la banda de Sonja. Piénsalo, conseguirás trabajo en menos de lo que la morena tarda en bajarse las bragas -le guiñó un ojo a la aludida-. Es broma, hermana. La oferta va para ti también, si es que tienes alguna habilidad que valga la pena.

Bien Pelirroja...no encuentro problema en trabajar juntas, pero creo que las ganancias iran mejor cuando las obtengamos...o sea en el combate se ven quienes huyen teniendo heridas en la espalda y quienen las tienen en el pecho... te prometo trabajar juntos... inclusive el Barbaro.. pero las ganancias que se vean.. cuando haya un trabajo...

Sorprendido por la reacción de la mujer pelirroja, no puedo evitar negar con la cabeza resignado ante su muestra de vanidad.

- Está bien, de acuerdo. Por lo que veo, todos te conocen en esta ciudad, y eso puede ser interesante para encontrar un buen trabajo. Además, me alegra comprobar que te sobra el dinero, y que no pondrás objeciones en repartir lo que ganemos de manera equitativa - Al decir esto, no puedo evitar echar un vistazo rápido a la bolsa que la mujer ha dado al dueño del local - Si estás de acuerdo en esto, tenemos un trato. Por supuesto, te incluyo a ti - Finalmente miro a la mujer morena que comparte conversación con nosotros, acompañando mi ofrecimiento con una cálida sonrisa.

No me gustan las formas de estas mujeres. Donde yo vivo son sumisas y no alardean de sus aptitudes. Espero no equivocarme, pero al menos una de ellas parece tener contactos.

-Mira, morena, yo prefiero pertenecer al grupo de los que terminan ricos y sin heridas en ninguna parte -replicó Sonja y dspués se volvió hacia el bárbaro-. ¿Equitativa? -le preguntó, divertida-. Eres bien hablado para ser un bárbaro. Hay algo que no entendéis. No os conozco. Estoy poniendo mi reputación en juego por vosotros. Soy Sonja, la roja, La Diablesa con Espada, La poderosa Guerrera de Hyrkania. Mi nombre es conocido en los cuatro rincones del mundo. He tenido reyes a mis pies, ejércitos han temblado al oír mi nombre. En cambio vosotros sois unos desconocidos, que ni siquiera se han presentado.¿Por qué no me decís vuestos nombres? Así dejamos de llamarnos por el color del cabello. Aunque yo ya me acostumbré a eso, como podráis imaginar.