Partida Rol por web

Vuestro grupo se conoce bien, porque lleva bastante tiempo de aventuras y, como observaréis, hay un tema bastante común en los PJs, que es la Naturaleza, lo primordial, etc. Formáis una task force, que lleva a cabo trabajos de naturaleza aventurera por encargo de un círculo druídico de vuestro país.

El archidruida que os convocó puede contaros poco acerca de Ashenport, excepto que se trata de una comunidad relativamente aislada, al extremo de una ruta comercial que está cayendo en desuso. La suerte de la población interesa a los druidas puesto que el lugar tiene fama de buenas cosechas y frutos del mar abundantes, aunque un hecho les inquieta: con periodicidad anual hay informes de desapariciones de gente, la mayoría viajeros que recorrían la zona.

Entre las negras nubes y la incesante lluvia, tal parece que estuviérais ciegos. Sin embargo, gracias a los ocasionales fogonazos de los relámpagos, y cuando la lluvia es apartada a un lado por una racha del aullante viento, podéis ver algo del camino. Un auténtico río de fango serpentea a través de una arboleda y alrededor de una línea costera rocosa azotada por olas de gran tamaño.

Y más allá, visible tan sólo gracias a los relámpagos más brillantes, se alza una población. Por lo que podéis ver, los edificios son viejos y remendados, y los tejados son en punta y están cubiertos de paja. Parece tan sólo otra aldea, pero algo en ella hace que se os ponga la piel de gallina.

Ahora bien, podría ser tan sólo efecto del frío y de la lluvia...

Aunque parece gris y miserable debido a la constante lluvia, la población de Ashenport tiene mejor aspecto de cerca que de lejos. Podéis ver que muchos de los edificios son más sólidos de lo que parecían; y unos cuantos son de piedra en lugar de estar hechos de madera. Incluso bajo el inclemente tiempo, algunas tiendas bullen de actividad, y la luz que procede de muchas ventanas es brillante y cálida. De vez en cuando veis algún aldeano atravesando las enfangadas calles, encogiendo los hombros contra la lluvia, y dirigiéndose a sus quehaceres.

El aroma punzante del mar, y el olor residual de centenares de años de pesca, se insinúan alrededor de vuestra boca y de vuestra nariz. Ni siquiera la lluvia torrencial y el viento pueden eliminar por completo del aire semejante olor.

Sariel cierra los ojos y siente como la lluvia corre por su rostro, resbalea por sus mejillas y se reúne en la mandíbula para formar un hilillo que cae al suelo. Vuelve a abrir los ojos y observa la población, la gente a pesar del clima parece atareada en su que haceres.

- Quizá debamos buscar la posada y cambiarnos de ropa, agradecería una sopa caliente.

Arrugo la nariz ante semejante olor. Había olido los restos que dejan los osos en sus cubiles antes de hibernar, y pensaba que eso era lo peor que había olido... Pero parecía que estaba equivocado. Esto lo superaba con creces, era un olor que casi podía masticar. Y eso no era para nada, una sensación agradable.

Miro al resto del grupo. Seguramente, se encontrasen en la misma situación que yo. Incluso alguno lo estaría pasando peor, ya que mi olfato no era nada de otro mundo. Cuando estoy girado hacia ellos, les digo- Creo que deberíamos de buscar algún tipo de refugio. No me gusta este olor...

Parco en palabras, como siempre, con mi escudo sobre mi cabeza para cubrime de la incesante y torrencial lluvia, intento buscar con la mirada entre el bullicio de la gente, cosa que era cuanto menos sorprendente, ya que la lluvía no parecía afectarles; una taberna, posada, o algún lugar similar, donde poner un techo bajo nuestras cabezas. No era que la lluvia me molestase en exceso, pero eso, mezclado con el olor... Era algo que quería evitar... Y cuanto antes lo hiciese, mejor que mejor.

Yo pienso que habría sido muy amable de parte del archidruida, comentarnos acerca del mal olor, tanto como para venir preparados... Al igual que Jenn, utilizo mi escudo para protegerme de la lluvia lo mejor que pueda. Lamentablemente no creo que un refugio nos ayude con el olor, pero igual deberíamos buscar uno, al menos para guarecernos de la lluvia... Si estamos un rato más bajo el agua tengo miedo de que empiecen a salirnos branquias...

- Entonces olerías igual que el ambiente, comenta divertida Sariel a la que el tiempo y la "peste" no ha hecho venirse abajo.

El elfo se refugia como puede de las inclemencias del tiempo bajo su capa, aunque es inutil pues siente el rostro totalmente empapado y la humedad no solo cala la tela, si no tambien los huesos.

-Una posada, un hospicio, incluso una cuadra, me conformo con cualquier cosa que nos de proteccion frente al temporal.

Los ojos de Rolen se mueven rapidos buscando entre las calles cualquier cartel agitado por el viento que indique una taberna o posada cerca.

-Aunque si este el clima habitual de la region, no quedara mas remedio que acostumbrarse.

La fortuna os sonríe: a unos cuantos pasos, visible entre los relámpagos y la cortina de agua, hay una posada.

Diferentes estilos de arquitectura sugieren que el edificio fue antes dos o tres tiendas separadas, antes de que alguien rellenara los huecos y derribara las paredes medianeras, hasta formar ahora la estructura mayor de la manzana de casas. Surge humo de varias chimeneas, que se desvanece en la inclemente lluvia. A través de las ventanas podéis entrever la luz del fuego, y el sonido de la conversación (casi inaudible por la tormenta) se filtra por la puerta. Una señal sobre la misma, que representa un barco a toda vela sobre un mar sin olas, se mueve violentamente, impulsado por el viento.

Sariel se acerca a la puerta para disponerse a entrar pero antes de eso se para un segundo al lado.

Se oyen conversaciones típicas de bar (aquí oiríamos lo típico: "Oído cocina: dos cañas, media de chipirones y unas bravas." Y la respuesta de la cocina: "Marchando").

Abro la puerta de un golpe, con la esperanza de que al mismo tiempo caiga un rayo en la lejanía que me ilumine ominosamente. Al ver que nada de eso ocurre, suspiro desanimadamente y entro.

Si no es una posada, por lo menos vamos a estar secos un rato y vamos a poder preguntar donde demonios está la bendita taberna...

Viento en popa (que es el significado del rótulo) es la mayor taberna y la única posada de Ashenport, como rápidamente averiguáis.

Más o menos lo que habéis podido ver, mientras os movíais por el pueblo en busca de cobijo, es:

La posada es el edificio 1; el 1a son los establos, que están detrás.
El edificio 2 es una tienda de ultramarinos (el típico "General Store" de las pelis del Oeste).
El edificio 3 es una herrería.
El punto 4 es una arboleda, que se halla en el centro de la población.
El edificio 5 es el Ayuntamiento.
El edificio 6 es una pequeña cárcel.
El punto 7 son los muelles, a los que está sólidamente amarrado un buen número de barcas de pesca.
El edificio 8 es fácil de reconocer de lejos por el olor: una curtición.
El edificio 9 es un molino.
El edificio 10 es una mansión, la de mejor calidad de Ashenport.
El edificio 11 es una iglesia, con su rectoría (11a) y su cementerio (11b) anexos.

Rolen es el segundo en acercarse a la puerta para entrar en el lugar, no sabia si los habitantes de Ashenport serian mas o menos hospitalarios con los foraneos, pero gracias a sus viajes habia descubierto algo que no falla, siempre te tratan mejor si empiezas gastando dinero.

-¡Un plato caliente para mi y mis compañeros, por favor! -Dijo el elfo con energia.- ¡Este tiempo cala hasta los huesos!

¡El plato caliente, preferentemente con algo comestible y también caliente dentro, por favor! Agrego a lo dicho por Rolen, algo de buen humor tampoco va a venir mal.

Tres tipos diferentes de suelo de madera, a tres niveles ligeramente diferentes, conforman la sala común. Más allá de esta pequeña singularidad, ésta podría ser cualquier otra taberna: hay una barra en uno de los lados de la vasta cámara, una escalinata en el otro, y una buena cantidad de mesas y sillas esparcidas entre ambas. Dos chimeneas irradian una reconfortante calidez por toda la sala, y varios camareros y camareras circulan por la misma, distribuyendo jarras de cerveza y bandejas de pescado ahumado.

Unas dos docenas de clientes ocupan la sala común de la posada/taberna.

Sariel sigue a sus compañeros y cuando entra dice: Buenas noches....a pesar del tiempo.

Entro en la taberna tras mis compañeros, y dejo la puerta abierta para que termine de pasar el resto. Miro a mi alrededor, contemplando a los parroquianos de la misma. Parece una taberna normal, como cualquier otra.

Me encamino a la mesa más cercana con el resto de mi grupo, que veo que ya están pidiendo algo para comer. Eso está bien. Algo caliente nos vendrá bien con esta lluvia torrencial que nos ha caído encima. Dejo mi escudo y mochila a un lado, y me siento en una de las sillas.

Cuando estoy cómodamente recostado en la misma, suelto- También estaría bien algo de beber.