Partida Rol por web

La telefonista de la policía muy amablemente le contesta:

- Espere un momento señorita Brennan. Intentaremos ponerle en contacto con su coche patrulla.

Escuchas pulsar un botón y te ponen la típica música de espera. Que realmente no calma tus nervios, más bien los empeora. Tras unos segundos que te parecen minutos escuchas de nuevo el botón y la música cesa.

- Señorita Brennan, el Inspector Booth no nos contesta desde el coche patrulla. Tiene la emisora apagada. ¿Quiere que avisemos a alguien más?

Si tiene la emisora apagada es que no está en el coche. No tienes otra forma de salvarlo que ir hasta su casa e impedir que ese asesino lo mate. Pero tendrás que darte prisa porque no sabes ni siquiera si está vivo o muerto.

Antes incluso de que la operadora hubiese terminado de hablar, Juddith salió corriendo de su apartamento, cogiendo las llaves al vuelo, que había dejado sobre la mesita de la entrada. El teléfono quedó descolgado y tirado en el suelo, la operadora nunca recibió respuesta de Juddith.

Bajó a toda prisa las escaleras, no le importaba ir vestida únicamente con la fina bata de seda que usaba para estar en casa, su pudor no era tan importante como salvarle la vida a Booth. Quizás fuese una tontería, pero racionalmente y por lógica, algo malo iba a pasarle a su compañero. Estaba completamente segura.

Subió al coche y arrancó.

Esquivas el tráfico y tienes suerte de que no te cruces con un coche patrulla porque sinceramente has superado por mucho el límite de velocidad de ciudad. Realmente tu coche parecía más uno de carreras que un utilitario normal.

Aparcas el coche justo enfrente del piso del inspector. Las luces de la calle están encendidas aunque notas que no iluminan tanto como lo recordabas, es como si fueran lámparas de gas de nuevo. Ves que se está levantando niebla, cosa no rara en la ciudad del Támesis pero que en este momento te preocupa. 

La entrada al portal está cerrada, y no hay luz en el interior. Es una puerta de madera de roble maciza, de las antiguas que soportan unos buenos golpes antes de ceder. La cerradura no es difícil de abrir y parece que ha sido forzada recientemente ya que tiene arañazos a ambos lados de la puerta. El asesino ya está dentro. La pregunta que surge en tu cabeza es: ¿Booth también?

Actuando, por una vez en su vida, de forma irracional, Juddith entró en el portal de la casa de Booth tras percartarse de que alguien había forzado la cerradura. No se molestó en llamar al ascensor, y empezó a subir las escaleras. No había recibido formación militar ni nada por el estilo, pero estaba versada en artes marciales y el esfuerzo físico no era problema para ella. Aún así, tuvo que hacer un alto a mitad de camino para tomar aire y su mente empezó a trabajar una idea.

Terminó de salvar el resto del camino, miró la puerta y se situó, como tantas veces había visto hacer a Booth, a un lado de la puerta, con la espalda pegada a la pared. Llamo al timbre varias veces y luego tocó la puerta.

- ¿Booth? ¿Estas ahí? Soy Brennan...

Nadie contesta al timbre y menos a tu llamada. Si está dentro puede que esté inconsciente o muerto. La puerta está cerrada, la cerradura no parece haber sido forzada pero es posible que el asesino tuviera especial cuidado en no dejar ninguna huella visible en esta cerradura para que Booth no sospechara.

Necesitas algo para abrirla ya que si no no podrás acceder al interior de la vivienda y salvar a tu compañero...Piensas que en el coche deberías tener algo para abrirla, un clip, un alambre, ganzúas, navaja multiusos...algo con lo que abrir la puerta. Pero también debes tener en cuenta que si el asesino sabe que vas entrar puede que te esté esperando...o algo peor...que mate a Booth si lo tiene de rehén.

Observas la puerta, es maciza y de madera noble. La cerradura es de seguridad, recuerdas que Booth tenía una llave especial para abrirla con agujeros en lugar de dientes serrados. Te comento que posee muchas medidas de seguridad como pines de metal en los laterales. Realizas un vistazo rápido de la puerta para ver si logras sacar todas las medidas de seguridad que posee la puerta.

 Ahora tienes todos los datos que debes saber de la puerta, está reforzada con acero y posee bisagras reforzadas y pines de metal en cada lateral de la puerta. La cerradura es muy difícil de abrir pero es la forma más probable de poder entrar. Necesitas alguna herramienta adecuada para ello...Debes encontrarlo cuanto antes puede que a tu compañero se le agote el tiempo.

Juddith empezaba a impacientarse, empezaba a darse cuenta de que estaba actuando de forma irracional y eso podría cortar su iniciativa. Estaba preocupada por su compañero, ya nada importaba, así que al no obtener respuesta y analizar la puerta, bajó corriendo otra vez las escaleras y rebuscó en su maletín algo útil con lo que abrir la puerta. La próxima vez le pediría una llave de su apartamento, por si volvían a pasar cosas como estas.

Regresó arriba otra vez a la carrera, con la lengua fuera y el corazón acelerado. Estudió la cerradura, nunca había intentado forzar ninguna, pero sabía cómo estaban compuestas, eso debía ser suficiente para presionar sobre los pines y girar el bombín. Metió las varillas en la cerradura y trasteó con delicadeza, como cuando examinaba unos huesos. Apenas había empezado cuando un repentino clic anunció que ya estaba abierta. Un poco extrañada por su destreza, seguramente era la suerte del principiante aunque eso era estadísticamente imposible, abrió un poco la puerta para mirar dentro.

Para ser tu primera vez abriendo puertas pareces toda una experta. Con un suave movimiento escuchas el click de la cerradura y ves que la puerta se abre suavemente delante de ti. Hay que reconocer que debes tener un instinto natural para estos quehaceres, podrías dedicarte profesionalmente a esto si quisieras invertir algo de tiempo en formación "académica". Además en tu trabajo conoces a más de un ladrón...

Dentro hay oscuridad. No ves absolutamente nada de nada. Deberás abrir y entrar a hurtadillas, en tu visión el asesino estaba esperando en la cocina pero ¿estás segura de que estará allí? Tienes que andarte con mucho cuidado.

Tragas saliva y te decides a entrar...la cocina es la primera puerta a la derecha. Está a solo unos pasos de distancia...

Se quitó las zapatillas. Había recibido lecciones de artes marciales y sabía que para moverse en silencio debía andar descalza. Las culturas orientales y sus asesinos en la sombra usaban zapatos de suelo plano para no hacer ruido. Aguantó también la respiración y pegó la espalda a la pared del pasillo que daba con la puerta en la cocina y deslizó un pie lateralmente para moverse en completo silencio.

Las bisagras de la puerta de seguridad están bien engrasadas y no producen ningún sonido cuando la abres. Caminas con sumo cuidado pegada a la pared. Llegas con claridad a la puerta de la cocina. No escuchas nada dentro, aunque percibes una respiración en la casa. Es una respiración tranquila aunque suena algo lejana, definitivamente no hay nadie en la cocina. Parece proceder de la puerta situada al fondo del pasillo: el salón. 

Allí está el asesino y podrás enfrentarte cara a cara con él. Esperas que no tenga atrapado a Booth, si es así tendrás que inmovilizarlo antes de que pueda hacerle daño. Si le pasa algo no te lo perdonarías, él nunca dejaría que eso te pasase a ti.

Caminas con más seguridad hasta la puerta del salón, está entreabierta y no hay forma de que entres sin ser vista. Puedes observar el interior de la habitación. Hay una persona sentada en un sillón mirando hacia la puerta. Está fumando un puro ya que detectas el leve resplandor de un habano cuando se aspira una calada. Además el olor llega hasta el salón. Sabes que Booth suele fumar puros pero siempre cuando termina un caso. Definitivamente no es Booth.

Recuerdas que el salón de la casa de Booth es sencillo. Hay dos sillones y un sofá. En el centro una mesa donde Booth deja los periódicos o los informes de los casos. Detrás de los sillones una mesa camilla y un par de sillas de madera. Tras ellos una estantería repleta de libros. En la pared opuesta está un mueble donde Booth situó la televisión y su nueva cadena musical donde puede poner los vinilos de los Rolling Stones.

Hay dos interruptores de la luz, uno al lado de la puerta y otro cerca de la estantería. Hay una lámpara para leer situada al lado del sillón donde justamente está situado el extraño.

Antes de proseguir hacia el salón, Juddith entró en la cocina y a tientas buscó cualquier cosa que pudiera servir de arma improvisada: una sartén, una cazuela, un cuchillo, unos palillos... un salero, cualquier cosa, y bien armada, siguió caminando hasta el salón, con paso nervioso. Ella no era una mujer de acción, ¡era una simple científica! Y lo que estaba haciendo era realmente estúpido, pero prefería no pensarlo. Ya lo olvidaría una vez pasase.

Una vez llegó al salón, inspiró profundamente y encendió la luz más cercana, esperando poder deslumbrar al asesino y levantó su improvisada arma a modo de defensa.

Te acercas sigilosamente a la cocina y coges un cuchillo, el más afilado que encuentras. Es lo suficientemente grande para poder llegar a perforar pulmones o corazón llegado el caso de apuñalarlo. El problema es que si el posee una pistola no podrías hacer mucho, una bala sigue siendo más rápida que tú.

Entras con cierto sigilo y enciendes la luz pero el hombre no parece deslumbrado. Es más parece que te estaba esperando. Te sonríe y aplaude tu entrada mientras sigue fumando un puro. En la otra sostiene una botella de licor aunque muy vieja. Nunca habías visto una parecida. Tiene la corbata algo suelta y el pelo oscuro le tapa la cara. Viste a la antigua, ya que sus ropas aunque de buena calidad hace mucho tiempo que pasaron de moda.

- Estupenda entrada Miss Brennan...magnífico...

Parece cachondearse de ti la verdad sea dicha. Parece que está de guasa contigo, como si todo esto fuera una broma macabra. Puede que la muerte para él sea simplemente un juego más.

- ¿Qué le pareció mi primer asesinato? Tengo la presunción que lo ha visto...se metió en mi cabeza de algún modo extraño que no logro comprender...y eso llamó mi atención. ¿Cómo lo hizo? - te pregunta

Está muy tranquilo y realmente eso crispa tu calma, aunque ves que le mueve la curiosidad incluso puede que sea un puntod e vista científico.

Brennan no estaba acostumbrada a que la dejaran en ridículo, ella era una eminencia en el campo de la Antropología y se consideraba una de las mentes más brillantes del país, del continente y porqué no decirlo, del mundo. Pero se sintió un poco ridícula cuando se encontró con aquel extraño acomodado en el salón de su compañero. Sujetó el cuchillo con las dos manos, había recibido entrenamiento y podría atacarle antes de que él la atacase  a ella.

- ¿Quién es usted? ¡Identifiquese! - ordenó. - ¿Dónde está Booth? ¿Cómo ha entrado?

El extraño guarda la petaca y te sigue mirando con atención. Para nada está nervioso o muestra temor hacia tu presencia. Se moja los labios pasando lentamente su lengua por ellos y comienza a hablar.

- El inspector Booth no está en casa...creo que tiene que atender un aviso urgente en Liverpool...un asunto ineludible. No creo que se de cuenta del engaño hasta dentro de un par de horas...tiempo suficiente para que juguemos un poco...

Booth no está en casa. Fue todo un engaño tramado por él.

- Perdone mi educación no me he presentado...mi nombre es Lucian Gull...hijo ilegítimo de Sir William Witney Gull, médico de su majestad...pero puede llamarme Jack El Destripador...

Hace una floritura con el brazo como si se quitara un sombrero imaginario. Y luego levantando la cabeza te mira fijamente.

- ¿Ahora me dirá cómo logró meterse en mi cabeza? - te pregunta con cara - Es la primera vez que alguien ve uno de mis crímenes y me fascina ver que existe gente con esa capacidad...pensé que yo era único...

Juddith estaba confusa y se sentía profundamente dolida consigo misma por haberse dejado engañar tan facilmente. Su mente tenía un coeficiente intelectual superior a la media de los científicos más inteligentes del mundo y aún así, aquel tipo la había engañado. La humillación dio paso al enfado y fulminó al desconocido con el ceño arrugado.

- Usted no es Jack El Destripador... - dijo empleando el mismo tono que utilizaba cuando quería demostrar algo lógico. - Nadie conoce su identidad, además, murió el siglo pasado, usted no debe pasar de la treintena. Si usted fuera Jack El Destripador tendría que tener por lo menos cien años más de lo que aparenta. Y es evidente que usted no tiene cien años, a pesar de las pintas que lleva, claramente pasadas de moda... - añadió. Si había ignorado su última pregunta de forma deliberada, el extraño no lo sabría nunca.

Te mira un sonríe, parece que tu ataque verbal le ha hecho gracia y realmente disfruta con esta charla.

- Pues querida permítame decirle que a pesar de mi impecable y creo que atractivo aspecto tengo más de cien años...¿el por qué? Sinceramente no lo se...unos lo llamarían bendición, otros considerarían esto como una terrible maldición...yo no pienso en ello, simplemente disfruto con mi arte... - hace una pausa - ...y creo que usted sabe apreciarla...cortes perfectos y sin haber estudiado medicina...simplemente leyendo los libros de la universidad de Oxford...

Se mueve con cautela hacia ti, no quiere hacer un movimiento brusco que precipite en un ataque tuyo hacia él. Te mira fijamente y sonríe. No tiene ningún miedo de ti, está ahora mismo a tan sólo metro y medio de distancia...

El desconocido sigue avanzando sin que hagas nada por impedirlo, realmente no muestra ningún tipo de temor o miedo. Va directo hacia ti, ves que en su mano lleva un bisturí antiguo que parece estar muy afilado. Con esa arma debió de matar a todas sus víctimas tanto en el pasado siglo XIX como en el presente...

Retrocedes un par de pasos hacia la puerta por temor, es un acto reflejo aunque sigues paralizada por el miedo. Si no haces nada seguramente te convertirás en su siguiente víctima y de momento has sido la única que le ha visto la cara y ha sabido dónde encontrarlo...¿Será este tu fin? ¿Aquí terminará tu existencia?...miles de preguntas como esa cruzan tu mente en estos momentos...

Juddith estaba demasiado afectada por la situación. No la entendía, y puesto que no la entendía, no sabía lo que tenía que hacer. Había situaciones en las que sabía perfectamente lo que debía hacer; aquí y ahora estaba más ocupada en encontrarle lógica a las palabras del desconocido que en preocuparse por su propia vida.

- No tiene sentido... - repitió en voz baja. - No puedes tener cien años - analizó. - Tus huesos deberían haberse degenerado con la edad, igual que tu piel, ¡es el proceso lógico! Es como si te hubieras detenido en los treinta... ¡No puede ser! ¡Mientes! - levantó el cuchillo, más a modo de defensa que de ataque.

Jack avanza hacia ti con cierta parsimonia. Te mira sonriendo maliciosamente, está disfrutando con cada palabra que dices, con el temor que se asoma en tus ojos, con las ideas que tu científica mente crea para explicar lo inexplicable.

- No le des más vueltas doctora Brennan...la lógica no tiene cabida en esta sala, ahora sólo la inundan dos cosas...mi locura y su terror... 

Levanta el bisturí y te ataca con el. Con un suave movimiento hacia atrás logras esquivar el ataque pero en vez de enfurecerlo sonríe. El maldito asesino es también un sádico, seguramente su cabeza refleje todas las locuras y perversiones de las que son capaces la humanidad entera.

- Muy bien doctora...me encanta jugar con la comida... - te dice.

Ves que sus ojos parecen oscurecerse y asumen un color negro. Es como si sus pupilas se dilatasen para poder ver perfectamente en la oscuridad. Es algo que muchos animales hacen, y él te ha dejado claro que de humano tiene más bien poco.

El ataque solo sirvió para que ella reaccionase de forma institiva. Ante el golpe de Jack, ella dejó de pensar y actuó en defensa propia. Sin embargo, igual que el bisturí de su enemigo había rozado su cuerpo, el filo de su largo cuchillo pasó de largo. Y ahora estaba expuesta.

Tu ataque resulta un fracaso. Jack pone cara de loco y puedes ver en sus ojos que va terminar contigo por suerte su ataque falla aunque notas que el filo del bisturí pasa demasiado cerca de tu cuello. Estuviste a punto de morir en este mismo momento. Caminas de espaldas y notas la fría pared del pequeño hall que posee el piso de Booth. Seguramente te ataque sin compasión ahora mismo, no tienes escapatoria...

En ese mismo momento la puerta del piso se abre de un fuerte golpe y aparece Booth pistola en mano por la puerta. Tiene una cara de enfado que nunca habías visto. Apunta con la pistola a Jack que realmente se queda preocupado ante la inesperada situación. 

- Apártate de ella o te vuelo la puta tapa de los sesos... - dice con un tono muy agresivo - ...no te lo volveré a repetir...

Jack recula un poco y se aleja un paso de ti. Notas una extraña sensación en tu cabeza. Ves imágenes de Booth intentando acercarte a ti y como Jack le lanza el bisturí acertando en el cuello. ¿Será el futuro? No lo sabes pero tienes que impedirlo...