Partida Rol por web

      Estudié la situación con rapidez, al principio planeaba tratar de volar un coche o algo asi... pero vista la cantidad de posibles enemigos, cada segundo contaba. Me apee con rapidez y al instante activé mi escudo, y comencé a correr hacia el vehículo objetivo, con las manos listas, cargando un rayo... no quitaba ojo a las puertas del blindado, pero procuraba también mantenerme atento al resto de enemigos. Fuese como fuese, habia que sacar a de la Cierva de ahi.

Estábamos rodeados por todos los flancos, pero sin embargo la situación parecía propicia para rescatar a nuestro compañero de una vez por todas. Al menos teníamos una oportunidad de hacerlo, Fulmen así lo vio y se lanzó al coche con todo lo que tenía. Debíamos parar al resto que pronto nos encimarían e intentar huir de allí, por que seguramente fuesen demasiados para nosotros.

Me bajé del coche y me situé a cubierto, me concentré en las palomas nuevamente, le mandé vigilar los otros dos coches, debían atacar a cualquiera que intentase atacarles o bajarse del coche...

Las furgonetas se paran a unos cientos de metros y se cruzan en la carretera. Sócrates ve como se bajan varios hombres y empiezan a tomar posiciones para impedir vuestra huída. Los coches que venían delante vuestra repiten la misma opción y todos se preparan para apuntar con sus armas hacia vuestras posiciones aunque de momento no son capaces de atacaros, parece que se conforman con reteneros.

Seoane sale también del vehículo y armado con un subfusil se prepara para abrir fuego cuando sea necesario.

En el vehículo siniestrado no hay señales de vida. Esteban puede ver al conductor del vehículo con su cara empotrada contra la luna delantera y esta llena de espesa sangre roja. Como mínimo conmoción cerebral o fractura de cráneo. Su copiloto parece estar inconsciente. En la parte trasera se ven varios cuerpos amontonados, cuentas tres cabezas así que por lo menos hay tres personas. Una de ellas es rubia como vuestro agente caído y en sus muñecas parece llevar esposas de un metal oscuro.

La puerta parece estar cerrada por dentro para impedir la salida, pero para Esteban eso no es un gran problema.

- Cástor tardará un poco en llegar, seguramente él nos haga el hueco para salir. Hay que aguantar hasta entonces ¿vale? -  dice mientras empuña el arma

Se coloca para apuntar a los dos vehículos ya que están más cerca que las furgonetas.

- Bueno...podemos escapar campo a través si las cosas se tuercen... - dice señalando una zona de hierba alta - ...creo que allí podemos darles caza si son sólo humanos... - dice sonriendo a Sócrates.

      Listo en todo momento para alzar un campo magnético que contuviese la lluvia de plomo que sin duda se nos venia encima, puse la mano sobre la cerradura de la puerta trasera y me concentré. Esto era tarea fácil, el cilindro giró por si mismo desplazando el pasador, y con un "click" la puerta estaba abierta.

      Abrí con rapidez, no habia tiempo para pensarse demasiado las cosas, si algún agente seguia vivo habria que freirle. agarré a nuestro agente del brazo y tiré para acercar las esposas a mi, tenia que soltarle pues podia sernos útil... ¿No decian que era uno de los mejores agentes? Ahora tendria que demostrarlo. Y si estaba inconsciente y no volvia en si por su cuenta... Bueno, un calambre siempre puede ayudar.

Nos habían rodeado sin salida posible, salvo correr a través de un campo y esperar que las furgonetas tuviesen una mala tracción. Aquello estaba pensando riéndome de esos mismos pensamientos cuando los hombres de las furgonetas se bajaron armados hasta los dientes. Permanecían a la espera, aquello podía significar varias cosas.

1. La negativa: que estuviesen esperando y conteniendonos a la espera de refuerzos.
2. La positiva: que nos tuviesen respeto.. transformado en cierto miedo.

Mi cabeza se decidió por la segunda, era así de optimista.

- Los tenemos donde queremos - dije riéndome - Ahora sabrán como sienta un buen picotazo, algo que no le deseo a nadie.

Tenía a las palomas volando, vigilando a aquellos hombres, pero no sabían muy bien que hacer, debía ser mas concreto con ellas, así que me concentré y les dí unas órdenes lo más claras y simples posibles "Atacad a los hombres de las furgonetas que están armados, de la forma menos frontal posible" La idea era que dieran una especie de rodeo y los pillaran algo mas por sorpresa, pero aquellas palomas no estaban para demasiadas órdenes.

Las palomas se dedican a atacar a todo bicho viviente que esté al lado de las furgonetas. No creo que sepan diferenciar entre armados o no. Puede que en este momento se estén vengando por la multitud de piedras y sustos que los seres humanos les han causado.

Parece que los pobres agentes rusos poco pueden hacer, por ahora ese grupo está ocupado y no creo que puedan disparar contra vosotros entre picotazo y picotazo.

Esteban por otra parte logra abrir la cerradura y sacar a Cierva del coche, está inconsciente con una gran brecha en la cabeza. No ha sido causada por el accidente sino por una culata de un arma. Seguramente intentó hacer algo mientras os acercabais y los rusos decidieron neutralizarlo.

Las esposas poseen propiedades metálicas pero la aleación es extraña, parece un isótopo de Hierro pero tu capacidad para manejarlo es menor. Es una nueva aleación o un nuevo elemento. Parece que los rusos han estado creando cosas nuevas en sus laboratorios secretos.

Los agentes de los coches disparan un par de ráfagas pero no aciertan ningún tiro. Parece más bien un aviso, o una medida de protección ante más ataques de palomas.

Un coche se acerca a lo lejos. En el van los metahumanos de Kalinin. Aparcan cuidadosamente lejos de la acción, no deben querer involucrarse de momento. El conductor hace una llamada por radio e indica a Iván:

- Los refuerzos están al llegar. La agente Vorsyeva llegará en diez minutos y trae a su comando señor.

Katrina y su comando especial están al llegar. Eso complicará todavía más las cosas a los agentes de Heracles. Iván parece meditar unos segundos y luego dice:

- Ilyan, Irina acercaros y neutralizar a los agentes. Evitad que el agente de Heracles capturado se libere de esas cadenas. Si no podríamos tener graves problemas. Yo me quedaré aquí y debatiré con un viejo amigo que está a punto de llegar y tenemos cuentas que ajustar.

      Mis esfuerzos por abrir las esposas no dieron los frutos esperados, y mientras me cagaba en los comunistas rusos y sus inventos, miré la herida del rehen. Igualmente, no tenia pinta de que fuese a servirnos de mucho... Aún maldiciendo entre dientes miro alrededor, y me fijo en la distracción creada por Sócrates... Más valia intentar poner a de la Cierva a salvo cuanto antes y, si procedia, huir despues. Mientras intentaba cargarle sobre mi hombro izquierdo dejando la mano derecha libre para bloquear proyectiles, grité a mis compañeros.

¡Sócrates, necesito una ayudita por aqui! - entonces me acordé del jovencito, al fin y al cabo también el era un agente... su ayuda vendria bien - ¡Y un poco de cobertura no vendria mal!

 La madre que los parió a todos, meternos asi en un tiroteo como quien no quiere la cosa... Con lo poco que me gusta a mi matar gente, joder.

El grito de mi compañero llegó amis oídos perfectamente a pesar del ruido de los motores y las balas, ventajas de tener un oído avanzado.

- Seoane, dales algo con lo que entretenerse a esos traga vodka - le dije mientras me levantaba y echaba a correr hacía la posición de Fulmen.

Corrí como un animal, a impulsos y ayudándome con los brazos. Aparte de ser mas rápido, era más difícil que me diesen un tiro en aquella posición. Me impulsaba con las piernas, volvía a impulsarme con los brazos .. y repetía el ciclo, tal cuadrúpedo veloz.

Alcancé la posición de Fulmen que parecía no poder cargar con nuestro objetivo - no lo conocía para llamarle compañero - y detener balas a la vez, estaba hecho todo un hombre.. incapaz de realizar dos tareas simultáneas.

- Parece que alguien no ha hecho pesas últimamente - dije en tono de burla, quizás poco indicado, pero.. así era yo - Dime que necesitas.. y te diré que puedo hacer por ti - una sonrisita se dibujó en mi cara

Seoane asiente y empieza a disparar ráfagas cortas contra los agentes de los coches evitando así que de momento no asomen mucho la cabeza. En una de las ráfagas acierta de lleno a uno de los agentes en la cabeza y grita:

- Uno menos... 

Ese momento debe ser el momento perfecto para que Sócrates corra a ayudar a Esteban y puedan cargar con De La Cierva. Esteban lo logra sacar las esposas pero de momento no parece preocuparse.

De la Cierva abre los ojos, mira fijamente a Esteban y susurra:

- Es una trampa...Iván tiene un equipo que viene detrás de nosotros...son metahumanos...Ilyan...Irina...las esposas...qui...

En ese momento vuelve a perder la conciencia. Por lo demás parece que está bien, ha logrado articular frases con sentido pero el golpe de la cabeza parece haberlo dejado sin sentido para un buen rato.

Cargué sin problemas a De la Cierva, nos había dicho que todo aquello era una trampa y que vendrían a por nosotros, teníamos que salir de allí a toda ostia, sin mas miramientos. Así que aprovechando una de las ráfagas de la metralleta de Seoane corrí hasta el coche y puse a De la Cierva en su interior.

- Tenemos que salir de aquí como alma que lleva el diablo - dije sin mas al joven.

Que qué necesito... no es momento para bromitas.

      Las palabras del agente rescatado me habian puesto de muy mal humor... es más, quizá no fuese el agente rescatado, si no nuestro próximo compañero de tumba. Cuando Sócrates cogió el solito a de la Cierva, corri procurando mantener su ritmo, con las manos listas para bloquear lo que se nos viniese encima.

¡Me cago en todo! ¡Seoane, pon la caja en marcha ya, o puede que termine llevando muertos de verdad para hacer honor a su apodo!

Seoane lanza una ráfaga contra los rusos que esconden sus cuerpos tras los coches y luego entra por la puerta del copiloto y se pone al volante. Enciende el coche a la primera y da marcha atrás para protegeros de los disparos de los rusos que todavía pueden disparar.

- Vamos...subid rápido y a ver como nos hacemos paso...

Un águila de gran tamaño se lanza contra las palomas de las furgonetas. Su envergadura debe ser cerca a los dos metros, es un ave majestuosa de ojos negros como el azabache. Las palomas se desbandan ya que temen al águila, algunas valientes todavía siguen las órdenes de Sócrates pero no tardarán en caer.

Miráis un momento hacia esa zona y podéis ver que acaban de llegar un hombre y una mujer. Caminan tranquilamente como si no temieran a nada ni nadie. Puede que ellos sean los responsables de que ese águila apareciera y espantase a las palomas.

Los agentes rusos quedarán libres en cualquier momento y podrán dispararos. Deberéis escapar hacia el otro extremo de la carretera, son menos agentes y un coche no pesa tanto como una furgoneta. Además parece que no hay metahumanos en ese grupo.

No me gustó lo que estaba viendo, aquella águila no era normal y estaba acabando con mi distracción y con aquellas palomas. Chasqueé la lengua a modo de protesta.. y subí al coche, metiendo a De la Cierva dentro.

- Salgamos de aquí antes de que se ponga feo - dije sin más - Odio huir, pero no nos queda otra.

      Los recién llegados debian ser sin duda metahumanos, y ese engendro volador de colosales proporciones debia tener algo que ver con ellos...

Enfila hacia los coches, Seoane.

       Nada más decir esto, me concentré en uno de ellos y me decidí a algo que, mientras nuestro objetivo siguiese dentro de uno de los coches, no me había atrevido a hacer. La idea era hacerlo levitar, no era tarea facil, pero tampoco imposible... y ya puestos, arrojarlo contra el otro. Dos pájaros de un tiro...

Tengo que concentrarme, estareis sin mi por un rato y es posible que agote mis energias... Asique más vale que también os esforceis al máximo por sacarnos de aqui.

      Lo último estaba de más decirlo, pero no me gustaba dejar nada al azar, ni tampoco a otros, y la idea de depender enteramente de ellos a partir de esto... pero podia facilitar mucho la huida. Tenia que fijar toda mi atención y concentrar la totalidad de mis poderes sobre uno de los dos coches que formaban la barrera, ¿pero cual, izquierda o derecha?

Derecha... la mayoría de americanos son de derechas y se les da bien dar por culo a los comunistas... ¡Concentrate!

      Tras reprenderme a mi mismo, logré extraer de mi mente todo lo que no fuese el vehículo citado. Extendí ambas manos, al fin y al cabo, un cristal no era merma para ESTE poder en concreto, y comencé a manipular los campos magnéticos del coche con el fin de vencer a la gravedad haciendolo levitar, y arrojándolo violentamente contra el otro para apartar uno o, con suerte, los dos coches de escena. Poco a poco todo sonido se desvaneció, no percibia la vibración del motor bajo el asiento, ni el aire, nisiquiera veia nada que no fuese mi objetivo y la energía (invisible a los ojos de los demás) con que lo estaba envolviendo... y pronto ni eso, pues cerré los ojos para concentrarme exclusivamente en los metales y en dicha energia, ajeno a cualquier distracción.

      Comencé a levantar las manos, lentamente, realizando el movimiento que el coche debia realizar. Sentia como toda mi energia fluia a raudales hacia el vehículo, impulsándolo hacia arriba, antes de arrojarlo hacia el otro cuya presencia habia tratado de mantener en un segundo plano gracias a mi habilidad para sentir los metales. Al pretender arrojarlo realicé un brusco movimiento de brazos, como si realmente estuviese sosteniendolo en ellas hasta el momento, y dejé escapar un grito, al igual que muchos tenistas cuando golpean la pelota.

¡¡Ahhh!!

Seoane pisa a fondo el acelerador y enfila los dos coches. Los rusos empiezan a disparar a vuestro vehículo, las balas perforan la chapa. Una de ellas impacta en el hombro izquierdo de Seoane al traspasar la luna delantera. Sócrates se agarra al asiento preparándose para un más que posible impacto. De La Cierva sigue inconsciente y poco puede hacer. Esteban se concentra en el coche de la derecha e intenta lanzarlo sobre el otro vehículo.

Con gran esfuerzo logra hacerlo levitar pero no a demasiada altura. Seoane mete segunda y rápidamente tercera. El motor del coche ruge y se nota la vibración del motor en todo el cubículo. Acelera a fondo y se lanza por el hueco que deja ese vehículo aunque bordeando la cuneta por si acaso.

Los rusos al ver el coche levitar se apartan por temor a que les caiga encima y durante unos segundos dejan de disparar dándoos un respiro. Esteban no logra todavía apartar el vehículo del todo y vuestro coche impacta con la parte izquierda del morro ayudando involuntariamente a Esteban a lanzarlo sobre el otro coche y provocando una fuerte sacudida que hace que Esteban pierda la concentración por completo y que Sócrates y De la Cierva casi se coman la luna delantera. De todas formas el coche no impide que sigáis avanzando y os alejéis. 

Si giráis la cabeza podéis ver que el coche ha aplastado a un agente ruso y descansa parcialmente encima del otro coche inutilizando los dos. A lo lejos veis el águila gigante que empieza a seguiros e intuís que los otros agentes están montando en las furgonetas para proseguir la caza.

Os habéis librado por muy poco. Seoane comprueba que la herida no es grave, ya que la bala le ha atravesado el hombro por completo.