Partida Rol por web

Lucrecia sintió vergüenza ajena al ver la pinta de aquel edificio. Si hubiera tenido al arquitecto delante, le hubiera dado un par de palmdas en la espalda. Era lo mínimo que se podía hacer por un individuo tan necesitado de... necesidades en general, múltiples y muy variadas, presumo. El interior, por misericordia divina, no estaba adornado con implementos puntiagudos.

Hallarse encima de una prisión no hizo nada por mejorar sus ánimos. Le recordaba a su hermano, tan lejos, encerrado en un lugar quizás tan siniestro como aquel. ¿Lo habrían situado también bajo tierra, sin siquiera poder asomarse un momento a ver la luz del sol? Esperaba que no fuera así, que la prisión de aquel lugar estuviera erigida por encima del suelo, y los presos tuvieran ventas con barrotes en sus celdas. Claro que no he tenido en cuenta el frío que tienen que pasar en invierno y...

Por fortuna, Raellia y el fortachón la sacaron enseguida de sus incómodas reflexiones.

Ah, así ocurrió, señor guardia. Yo soy la "secuestrada". Ahora que estaba allí, se sentía un poco estúpida habiendo llegado con tanta gente, como si no fuera capaz de sostenerse por sí sola, pero ya no podía hacer nada al respecto. ¿A quién puedo dirigirme para hacer una declaración en firme?

Aire atravesó las puertas con decisión, como si aquella fuera su casa. De hecho, no hacía muchas horas había estado allí denunciando a Desthen, y ahora, con un grupo más nutrido, pensaba preguntar por el mago, después de que atendieran a la loca que lanzaba piedras a la iglesa.

¡Hola! Yo ya he estado aquí, ¿me recuerdas? Quiero saber si han llegado a averiguar algo de Desthen. ¿Le habéis encontrado? ¿O le habéis pillado?

El guardia se aturulló al ver tanta gente hablando a la vez. No esperaba que de pronto fuera tanta gente a denunciar o a sacar varios temas de golpe. Trató de ir por partes, primero contestó a Lucrecia, nuestro jefe, el señor Iborian no se encuentra ahora mismo aquí, dijo también mirando al grandullón, con quien deberíais hablar ambos es con él, o bien podéis pasaros por aquí esta tarde, o bien vais a la mansión del alcalde, la mansión Timertikos y le localizais allí. 

En cuanto al tema de Desthen, dijo mirando a la alocada chiquilla, no hemos recibido ningún tipo de información. Lo siento.

¿Es que solo hay un oficial en toda la guardia de la ciudad? No podía ser posible que un solo hombre tuviera la responsabilidad sobre todo lo que sucedía en la ciudad. O, de hecho, sí lo tiene, y explica muchas cosas. Por otro lado, era una buena ocasión para conocer al alcalde de Tormentos Cristalinos.

¿Vamos entonces? Lucrecia ya sabía dónde se encontraba esa casa. Había pasado justo por delante al huir de la mansión encantada. Ambas estaban pegadas, casi valla contra valla.

El Kraken puso los brazos en jarras, contento de tener un objetivo.

-A LA MANSIÓN DEL ALCALDE!

¿Desde cuando los crímenes solo se reportan al capitán de la guardia? Pensó Elianne extrañada, que sólo había podido oir el final de la conversación por haberse rezagado mirando un puestito callejero.- Vamos...- fue lo único que atinó a decir con voz apagada, atónita por lo infructífero del viaje. Aunque viendole el lado bueno, a este paso realmente terminaría de conocer cada rincón de la ciudad antes de que terminara el día, y con el Kraken como compañero no tendría que mucho que temer a los matones y criminales de poca monta.

Parecía que aún no iban a poder denunciar debidamente aquel asunto, si no que tendrían que ir a buscar al capitán de la guardia a la mansión del alcalde. 

-Muchas gracias por las aclaraciones, señor guardia-dijo la joven con una débil sonrisa, antes de apresurarse a seguir al resto. Cuando antes terminaran con aquel asunto, antes podrían dedicarse a ayudar de otra forma. Y, con un poco de suerte, hacerlo con algunas ganancias para continuar con su presencia en la ciudad. 

¿Aún no se sabe nada? Aire puso morritos, acompañados de un croado de Aristóteles Pues vaya, que pena. Sólo espero que no me esté siguiendo, porque seguro que me quiere hacer cosas malas dijo a nadie en particular. Se quedó pensativa unos instantes y sólo se centró al ver que se quedaba sola

¡Esperadme, voy con vosotros! gritó y salió corriendo detrás de los demás.

Esta sombría y tenebrosa estructura se alza sobre una colina baja, rodeada de una valla de piedra de más de 4 metros de alta rematada con una amenazadora maraña de púas y cuchillas. Son los cuarteles de Tormentos Cristalinos, que también sirven de cárcel. La parte de la frontera que sobresale del suelo alberga la armería y los cuarteles de guardia de la ciudad, así como las instalaciones de entrenamiento, comedores y demás comodidades. Los tres niveles subterráneos comprenden la cárcel de la ciudad, cuanto más baja uno, más peligrosos y terribles se vuelven los prisioneros. Te das cuenta de que hay una tercera planta pero no llegas a descubrir que hay allí.

Snit tenía una misión y un objetivo. Tenía que encontrar al grupo de la loca y el sapo y acabar con ellos en cuanto pudiera.

Buscó a un guardia que pudiera atenderla. Cómo no, tiene que ser un hombre

Disculpe, señor. Me han dicho que ha pasado por aquí un grupo de personas. Hay un hombre muy grande que habla a gritos y una muchacha con un sapo. ¿Sabe dónde han ido?

El guardia negó con la cabeza. Lo lamento. Dijo. Desconozco lo que andáis buscando. Dijo negando a pesar de que le estuviera mintiendo. No debía revelar información confidencial. Así que prefirió mentir a tener que explicarle la razón por la que hacía.

Frunció el ceño. Snit sabía que estaba mintiendo. Dudaba mucho que la tabernera manca la hubiese mentido, así que era él el que lo estaba haciendo. Le hizo sospechar que Desthen hubiese contactado con más gente y él fuera uno de ellos. Al fin y al cabo, los hombres y la corrupción estaban ligados de la mano, así que era totalmente esperable.

Tengo entendido que la mujer del sapo ya ha venido aquí a pedir ayuda. Si la volvéis a encontrar informadla de lo siguiente. Desthen ha metido en su grupo a alguien que le cortará la cabeza y se la servirá en bandeja.

Esperó la respuesta del guardia antes de marcharse de aquel lugar.

Desthen otra vez. El guardia chasqueó la lengua al escuchar de nuevo esenombre. ¿Cómo sabes eso? Preguntó. ¿Dónde has averiguado esa información?

Busco oro. Escuché que Desthen necesitaba protección y me acerqué a cotillear. Pensaba venderle a esa muchacha extraña la información. No se si lo sabes, pero necesito comer y dormir, y en la calle es complicado. Parte de esas palabras desde luego eran verdad. No tenía ya ni una moneda, y no quería recurrir a dormir en la calle. Jamás

Al acercarme a cotillear, esperando que alguien fuera... Pues no tuve que esperar. Un tipo extraño estaba hablando con Desthen. Pero a Desthen no se le veía. Le dijo que ya no necesitaba sus servicios, que había infiltrado a alguien en el grupo de la muchacha. Pero que contactaría con él si no lo conseguía, que se mantuviera atento.

Aunque el guardia antes había mentido a Snit, parecía que la información que tenía la mujer era importante, así que, a pesar de ponerse colorado no dudó en revelarle la información. Lamento habérselo ocultado, mi labor es guardar los secretos pero dado que es un asunto de vida o muerte y puede que la vida de la mujer del sapo esté en peligro, será mejor que vaya a avisarles, creo que se fueron hacia la casa del alcalde, la Mansión Timertikos.

Snit sonrió. Los hombres eran tan simples y fáciles de manipular...
Gracias. Me pondré en marcha ahora mismo. Pero, por la seguridad de la muchacha y su grupo, no les diré la situación hasta que no descubra el asesino y sin más, se dio la vuelta y se marchó

Esta sombría y tenebrosa estructura se alza sobre una colina baja, rodeada de una valla de piedra de más de 4 metros de alta rematada con una amenazadora maraña de púas y cuchillas. Son los cuarteles de Tormentos Cristalinos, que también sirven de cárcel. La parte de la frontera que sobresale del suelo alberga la armería y los cuarteles de guardia de la ciudad, así como las instalaciones de entrenamiento, comedores y demás comodidades. Los tres niveles subterráneos comprenden la cárcel de la ciudad, cuanto más baja uno, más peligrosos y terribles se vuelven los prisioneros. Te das cuenta de que hay una tercera planta pero no llegas a descubrir que hay allí.

- Va la tía y no me reconoce.- Lictea caminaba cabizbaja y retrucando para ella misma. La sacerdotisa de Pelor la había puesto de mal humor.- "Tienes mala cara".- Habría que verla a ella enfrentándose a aquel monstruo. Y así se le fue pasando el tiempo bien rápido. Tanto que, al volver a levantar la mirada, ya se encontraba frente a la horrible construcción humana que formaba los cuarteles de la guardia de Tormentos Cristalinos.

- ¡Ains!¿Holaa? Mi nombre esLictea y tengo que hablar con algún mando. Es sobre una bestia que anda suelta pro la ciudad, es urgente.

Holal. Saludó el guardia más cercano. Iborian ahora mismo está reunido con el alcalde. Me temo que no puede ayudaros. ¿Quizá pudiera serle yo de ayuda?

- Ehm...- Lictea dio un repaso de arriba a abajo al imberbe guardia.- Vengo del parque de la rana de enfrentarnos a un monstruo que ha aparecido allí. Yo diría que era un ser maligno de otro plano y aún sigue suelto por ahí. Salió muy mal herido pero se nos escapó. Puede estar en cualquier parte d ela ciudad. Deberían mandar patrullas a buscarlo. Es muy urgente. Quizás deberías plantearte interrumpir a Iborian... Es capaz de tragarse a gente de un bocado y sólo con su fuerza a tirado árboles más altos que tu y que yo.