El tabernero escupió en el suelo cuando Reluë le habló.
Pues depende. ¿Cuánto está dispuesto a pagar? dijo sonriendo, mostrando así una dentadura a la que le faltaban varios dientes.
Tras las palabras de Lúthien, el tabernero quedó embobado.
Claro, joven elfa... Dime, ¿qué tipo de atención necesita? dijo embobado mirando el escote con descaro
Tirada oculta
Motivo: Averiguar intenciones
Tirada: 1d20
Dificultad: 25+
Resultado: 8 (Fracaso)
Sigo con la mirada la trayectoria del escupitajo y luego vuelvo a mirar a los ojos del camarero.
- Es curioso. -le comento sin perder la sonrisa- Es la primera posada en la que me dejan poner a mí el precio. Supongo que tendré que hablar con mi hermana y nuestro compañero de viaje para decidirlo.
Me separo de la barra y comienzo a andar tranquilamente, buscando una mesa libre. Me vuelvo a fijar en el tipo del rincón; creo que se traen algo entre manos con el camarero.
Paso por al lado de Lordo y echo un vistazo a la chimenea. El olor es particularmente desagradable allí. Finalmente, termino mi corto paseo por el tugurio y me siento en una silla libre de una mesa libre. Apoyo la jarra en la mesa y dejo la mochila junto a mí, sin quitarle el ojo de encima.
Motivo: Avistar
Tirada: 1d20
Resultado: 8(+3)=11
Motivo: Averiguar intenciones
Tirada: 1d20
Resultado: 9(+1)=10
Otra vez "Avistar" y "Averiguar intenciones" al tipo del rincón y... ¿qué tiro si quiero examinar la chimenea y averiguar la procedencia de ese olor?
El gnomo se cruzó de brazos cuando la elfa trató de camelarse al tabernero. Vaya, si querían un buen precio aquello seguro que lo conseguía. Guardó silencio mientras reflexionaba acerca de la terra que se había desprendido de las botas de aquel tipo. Dejó que su mente cavilase mientras Dragón se acomodaba en su hombro.
Pensó también que podría usar su magia. Podría... pero no. Si tenían que ser discretos aquello no los ayudaría.
Cuando volvió a despertar de su ensueño, y es que se despistaba mucho, se apresuró a seguir los pasos de Reluë, cual autómata. Y al llegar a su lado le susurró.
- Si se nos pone difícil tengo algún truquito, pero no sé si podría llamar de alguna manera la atención.
Motivo: Reunir información
Tirada: 1d20
Resultado: 17(+3)=20
¿Truquito? Miro a los ojos del gnomo y entonces lo veo claro: un colega en la magia, seguramente aprendiz, como yo.
- ¿En qué estás pensando? -le pregunto, con disimulo.
Pero mejor que, de momento, esperemos acontecimientos. Como ha dicho él, mejor que dejemos pasar el rato sin llamar más la atención, hasta que se acostumbren a nuestra presencia.
Lúthien tuvo la decencia de sonrojarse, demasiada práctica en hacerlo como para que fuera sincero, pero funcionaba bastante bien en las tabernas.
-Tenemos ciertas necesidades a ser cubiertas-explicó con suavidad la chica antes de refugiarse tras su ficticio hermano, presa de un ataque de timidez súbito.
El elfo y el gnomo cuchicheaban y ella, haciendo gala de su buena educación y del conocimiento de su posición, aprendida a los largo de años y años de travesías, guardó silencio tomando el brazo de Reluë con familiaridad, aunque quizá al tacto podría decirse que tenía un leve temblor por el considerable esfuerzo que hacía con la pequeña escena.
-si usáis un truquito más nos vende el tugurio-musitó.
El barro te resulta más que familiar. Es el mismo barro que se encuentra en la costa del mar de la Luna.
Con todo el rato que has estado mirando con disimulo, eres capaz de leer en parte los labios de ese hombre, aunque sólo captas palabras sueltas. Habla sobre "esclavos", "mantenerlos en la caverna" y "no pienso bajar hasta que encuentre un comprador"
Tras unos susurros procedentes de la mesa de al lado, uno de ellos se levanta con violencia, dejando que la silla se caiga. Aunque susurra, escucháis unas palabras suficientemente altas y muy mosqueadas:
No quiero mercancía maldita
Y se marchó. El hombre que queda hace un gesto a los otros hombres y uno de ellos se levantó para seguir al que se acababa de ir.
El que debía de ser el jefe, esperó un poco y después salió por la puerta, refunfuñando y resoplando.
En la taberna queda sólo el tabernero y otro de los hombres que os había mirado intensamente al entrar.
¡Ajá! Mirando con disimulo, he conseguido entender alguna de las palabras del que parece que maneja aquí el cotarro, con bastante claridad. Y hay una en particular que indica realmente que se puede tratar de un asunto muy feo.
Los hombres de la mesa se levantan y uno se marcha airado, gritando una frase que encaja perfectamente con lo que acabo de descifrar.
- Creo que deberíamos salir fuera, ya tengo una vaga idea de lo que ocurre. -susurro, disimuladamente. Es demasido indiscreto contarles aquí lo que sé, demasiada poca gente y demasiado silencio.
Miro al hombre que ha quedado en la taberna, creo que no nos quita el ojo de encima.
Levanto la jarra en su dirección, en una especie de saludo, y después, me acabo el trago que aún quedaba.
Miro al hombre que quedo sentado en la mesa, ¿mercancia? pienso, ¿qué será lo que llama mercancia maldita?, miro al hombre que estaba vendiendo algo y veo que los compañeros de mision salen, sin embargo yo me quedo tranquilo, bebo de mi vaso y me acerco al hombre que queda en la mesa, murmuro bajo.. parecen molestos.. digo.. parece que vende algo, me interesa saber, dado que si no puedo adquirir lo que tiene, tengo contactos y podría saber a quien le podría interesar
Hago como si no conociera al resto del personas del grupo.
Motivo: engañar
Tirada: 1d20
Resultado: 12(+1)=13
Mil disculpas he estado enferma
Tus compañeros se marchan de allí y te dejan en la intimidad con ese hombre. Espera que el tabernero se vaya dentro y te mira.
Hay algo en tí... Sí, puede que me inspires confianza... Mira, yo no vendo nada. Soy una especie de guardaespaldas. Es mi jefe, el que se ha ido medio mosca, Corwyn. Él vende esclavos. Están escondidos cerca de la playa, pero dentro de esas habitaciones hay una trampilla que conduce a un pasadizo que le lleva directamente.
Si estás interesado... Puedo ir a avisar a mi jefe. Se por dónde se mueve, no tardaré mucho.
Se queda esperando tu respuesta.
Tirada oculta
Motivo: Engañar VS Averiguar intenciones
Tirada: 1d20
Dificultad: 13+
Resultado: 4(+1)=5 (Fracaso)
Postea sólo pare el director, los demás se han ido de la taberna y no pueden escucharte
Salís fuera de la taberna después de pagar como ha indicado Reluë.
No pinchéis a Lordo, se ha quedado dentro
Creo que puede ser buena idea, ver la mercancia sería bueno, así le podría decirle a mi contacto, y seguro podrian hacer negocio. Digo sin miedo tomando de la cerveza. Ve entonces, yo espero.
Ellos han salido de la posada, y se han perdido de esta perla, espero que vuelvan, porque sí no, no sabría como comunicarme con ellos. Pienso frente al evento, ha sido algo tonto que hayan salido... en mi concepto.
- He podido captar alguna que otra palabra suelta del tipo que parece el jefe. Ha dicho claramente: "esclavos", "mantenerlos en la caverna" y "no pienso bajar hasta que encuentre un comprador".
Parece que tenemos entre manos un feo asunto de comercio de esclavos. ¿Será suficente información para que el señor Whitealciervo se sienta satisfecho?
De todas formas, mi propia curiosidad me invita a investigar algo más. Deduzco que la posada esconde la entrada a una cueva donde los tienen encerrados hasta su venta.
"No quiero mercancía maldita."
¿Por qué habrá dicho eso?
Muy bien, pues espero no tardar en volver. Esperame aquí dijo levantándose. Se fue por la puerta haciendo un leve gesto con la cabeza al tabernero. Éste, tras unos instantes se metió dentro de la taberna, y dejaste de verle
Mientras hablábais, el otro hombre que quedaba en la taberna salía. Se detenía en mitad de la calle para mirar a ambos lados hasta que decidió optar por un camino y se alejó.
Lordo se había quedado solo dentro de la taberna, quizá era un buen momento para entrar y hablar con él.
- Parece un asunto bastante agrio, en efecto. Me pregunto qué llevaría a estos hombres a dedicarse a un negocio tan oscuro - un momento, ¿realmente le importaba? Hizo una mueca rara de confusión - Investigar más sería divertido, e interesante.
El gnomo se cruzó de brazos.
- Y... - susurró - ¿habéis oído lo de la mercancía maldita? ¿Se referiría a los esclavos o a otra cosa?
¿Esclavos malditos? ¡Cuan extraño!
- Quizá deberíamos intentar investigar durante la noche, con más libertad de movimiento, no sé si me entendéis - sonrió tontamente.
- Lo de investigar por la noche me parece una buena idea. Supongo que necesitaremos alguna prueba concluyente que ofrecer al señor Whitealciervo.
Para ello, lo ideal sería pasar la noche en la posada, pero el tabernero parece reacio a darnos acomodo.
¿Lo intentamos de nuevo? -quizás alguien con más dotes de persuasión, como mi querida hermana, sea capaz de convencerle.
Si decidís entrar, podéis hacerlo directamente, marcando a Lordo como destinatario.
Espero que me digáis qué vais a hacer.