Partida Rol por web

Desde hace algún tiempo, vagáis por los caminos de Faerum en busca de aventuras con escasa suerte. La ultima gran hazaña del grupo fue haber terminado con la tenebrosa maldición de las Minas del paso de Duvik. Solo habéis  encontrado comerciantes y campesinos pacíficos; y un par de pueblos grandes donde reponer el equipo utilizado en la anterior aventura.

Por la mañana, en un camino perdido en las montañas donde esperabais encontrar algún orco o bandido. Encontráis a un   un pastor, este comenta que en el pueblo de Fuentesvillas necesitaban aventureros para un peligroso trabajo. El pastor de no más de dieciséis años añade con voz despreocupada. Yo solo he odio rumores, decía masticando una brizna de hierba. Dicen que en un pantano cercano a la villa se perdió la hija del alcalde cuando iba al encuentro de su amante; otros cuentan que son monstruos los que salen del pantano sembrando el caos; incluso los más exagerados hablan de un dragón verde que dormía, al cual, unos chiquillos despertaron cuando lanzaban piedras al pantano. Bueno en realidad no se pero, pocos aventureros pasan por estas tierras, y no creo que hayan contratado a nadie todavía.

 El castaño guerrero estaba comiendo una manzana mientras escuchaba las palabras del muchacho. Estaba de pie junto a Glorioso, el caballo que hace poco le sirve de montura, adquirido con parte del botín obtenido en la misión de las minas. Entre la bestia y la espléndida espada que luce en su vaina, practicamente se había quedado sin oro que gastar y ya hacía tiempo que buscaba algún trabajillo digno que le diera oro y nombre.

 - Supongo que no estará de más dar un vistazo a la villa esa, parece la clase de cosas que estamos buscando mis compañeros y yo... ¿cómo has dicho que se llama la villa esa?

 Dijo antes de darle otro mordisco a la manzana.

Tyfan seguía a sus compañeros por los senderos cuando establecieron contacto con el pastor. El mediano iba igual que desde hacía ya tiempo, pues se gastó su dinero en pociones que creyó más importantes para la supervivencia. La luchas en las minas le había dejado un trauma que difícilmente le haría olvidar lo sucedido. Con su estoque reluciente, la daga al cinto, una ballesta en la espalda enganchada y unas mudas de viajero roídas por las inclemencias del tiempo, se acuclió a la espera de la decisión del grupo. Llevaban demasiado tiempo andando y sin un buen trabajo por lo que estaba seguro de que esto les interesaría a sus amigos. A diferencia de muchos de los de su raza, Tyfan era un pícaro que no tenía mayor tentación por el dinero que un humano normal, pero eso no impedía que la curiosidad pudiera más que su cerebro. Asintió ante las palabras del humano y si de paso podían erradicar el mal del mundo sería algo que Tyfan realizaría de buena gana.

El enano tras recuperarse de la lucha contra el orco, último del clan Tornclaw, y haber dejado huir a aquellas criaturillas lideradas por M'ldok, el jefe kobold. Había aprendido a que toda ayuda es poca y que como decían sus ancestros: Hay que luchar codo con codo y en formación lo más cerrada posible, ya que habían sufrido bajas como la de Bain el monje y otros habían estado al borde de la muerte, de hecho la mayoría, pero estas cosas sirven para poner a los hombres en su sitio y aprender del mundo que nos rodea.

También había aprendido que su dios, Moradin, de momento había ganado el primer asalto contra Gruumsh, pero eso no era todo y debía seguir investigando sobre cuál era el verdadero Dios, así que se interesó por esa parte de la historia:

- Perdone buen señor, ¿Sabe a qué dios o dioses rinden culto en esa ciudad?¿Sabe si la familia real sirve a alguna deidad por encima de las otras?¿Conoce el nombre de la misma?

La experiencia es buena consejera y Fronchens sufrió más de lo debido en las minas...experiencias cercanas a la muerte. No quería pasar por la misma experiencia otra vez.

Bien camaradas, tenemos por fin una aventura delante. Propongo ir al pueblo a por más información. El margen que va desde unos locos secuestradores a dragón verde es, para mí, demasiado amplio.

Dirigiendome al pastor: Gracias por la información, buen hombre

El pueblo se llama Fuentesvillas, se encuentra al final de este camino, es un día y medio de marcha. Dijo el pastorcillo sonriendo al hombre de la espada.

No conozco lo suficiente el pueblo, señor enano, pero sé que no hay minas en el. Dice con aire risueño. Solo se la historia que les acabo de contar. Pero creo que no hay ninguna realeza en Fuentesvillas. Solo es una gran aldea de campesinos y pescadores, que como todos los buenos siervos de la tierra rezan a Khauntea.

De nada, grandes aventureros.

Miro al pastor y frunzo el ceño cuando habla de minas, recordando primero las de mis ancestros en mi hogar, y seguidamente las Minas de Duvik donde estuvimos a punto de dejar la vida, y alguno de nuestros compañeros lo hizo.

- Mmm, Khauntea, Chauntea, mmm, una divinidad basante atractiva. Quizá deba acercarme a ver que tal es su poder y si rivaliza con mi señor Moradin.- Mirando a mis compañeros y cargando con el equipo de nuevo- ¡Venga señores, en Fuentesvillas nos esperan, aunque sea par amatar ratas o limpiar letrinas, JAJAJAJA!

Empiezo a avanzar en la dirección que nos ha indicado el joven o si no lo ha hecho en la que nos indique.

 Etalium se puso en marcha tras dar otro mordisco a la manzana y ofrecer otra al pastor. Andaba con paso relajado, si bien la coraza que vestía no le permitía ir veloz, el paso de Bjorn, tampoco lo requería. La montura cargaba con la tienda y la mayor parte de cachivaches típicos de las personas que suelen dormir a la vera del camino y les gusta hacerlo con un mínimo de comodidad.

 - Fuentesvillas, un nompre curioso, a ver como será.

 Cracs y otro mordisco dió a la manzana mientras seguía el camino que le llevaría a su próxima aventura.

- Será divertido variar la monotonía del camino.- Comentó Tyfan al oir que se ponían en marcha, además dinero aunque fuera poco sería muy bien recibido. Se gastó todo lo obtenido en cuatro pociones que llevaba al cinto, y por desgracia estas no le daban de comer. Andando al paso del enano pues él tampoco podía andar más deprisa, intentó estar algo alerta del camino pues nunca sabes qué te puede estar esperando tras unos matorrales en este mundo. Por desgracia hacía un maravilloso día y era dificil concentrarse en peligros abstractos.

Oh, gracias. Dijo el pastorcillo cogiendo la manzana que le ofrecía Etalium, que la suerte os acompañe en el viaje, y que la alegría que portáis nunca os abandone.

Al mediodía del segundo día de viaje por capos de una inusual belleza: praderas verdes llenas de flores que contrastan con el blanco inmaculado de los picos de la montaña, y el azul de los ríos. No hay ningún sobresalto durante el viaje, las noche es tranquila y sin ruidos. Llegáis a una pequeña ciudad, situada al final de un valle.

La ciudad no tiene protección alguna, salvo por una pequeña torre de guardia que se eleva en uno de los extremos, las casas son de madera; excepto algunas construcciones que tienen un primer piso de piedras, y un edificio de dos plantas en el centro del pueblo que está construido en su totalidad por bloques de sillería.

Uno lado del pueblo se encuentra al pie de un imponerte lago de aguas turquesas. Podéis ver un puerto donde se amarran algunos botes pequeños de remos y alguno un poco más grade de vela triangular.

Nada especial había pasado desde que extirpamos el mal en las minas del Paso de Duvik. Habíamos viajado, estábamos viendo mundo, pero no encontrábamos nada que un grupo de aventureros pudiera hacer.

Después de los horribles días pasados bajo tierra, la verdad era que un viaje por la superfice, sintiendo el sol directamente en la piel, sentaba de maravilla. Chip, mi familiar comadreja, estaba de acuerdo, y correteaba alegremente a mi lado, en contraste a cuando estábamos en las minas, que salió contadas veces del bolsillo de mi túnica.

Hasta que encontramos al pastorcillo que nos encaminó hacia nuestra nueva aventura.

- ¿Un dragón verde? Me parece a mí que mi Arte no es lo suficientemente fuerte todavía para enfrentarme siquiera a una cría de dragón. Pero ten por seguro que investigaremos. Gracias por el soplo. - termino con una amplia sonrisa.

Respondo al comentario de Bjorn con otra carcajada - Espero que no terminemos de señores de la limpieza. ¡Que eso ya sabía yo hacerlo antes de recibir el entrenamiento de aventurero!

Continuamos el viaje en dirección a Fuentesvillas. Por el camino, intento encontrar alguna baya comestible, o cazar algo. Sólo encuentro bayas venenosas, y mi rudimentaria técnica de caza (meter el bastón en los matorrales y esperar que salga algo comestible) no surte ningún efecto. Tiene que ser Chip, que como todas las comadrejas es una cazadora excelente, la que traiga un gran conejo recién atrapado. El conejo es casi dos veces más gordo que mi Chip, pero eso no le impide llevarlo entre sus fauces como quien lleva un palillo.

El conejo, aunque grande, sólo da carne para que comamos Chip y yo. Ella se lo come crudo, pues no le gusta la carne cocinada, pero yo lo aso en una pequeña hoguerita que enciendo en alguno de los descansos. Todo esto regado con agua fresca de mi odre, por supuesto.

Al llegar a la aldea, me llama la atención su precioso lago. - Siempre me han asombrado las grandes masas de agua, y ésta en concreto es maravillosa. - me dan ganas de alquilar alguno de esos pequeños botes y remar un rato, pero una muchacha ha desaparecido, y tenemos que hacer lo posible por encontrarla.

- ¿Vamos hacia el edificio del centro? Tiene toda la pinta de ser la residencia del alcalde, o el mismo edificio de gobierno.

El viaje fue muy agradable hasta la aldea del lago. Se me habían acabado las provisiones y el bosquecillo que cruzamos estaba bastante repleto de comidas fáciles. Pues hasta un mediano con pocas habilidades fue capaz de rellenar su estómago con un jabato casi recién nacido cuando su madre se despistó. Tyfan no pudo por menos que reprocharse no haberse acordado de comprar raciones en la última aldea, aunque suponía que tenía más gracia cazar mientras andaban por el bosque.

Cuando vieron el pueblo, se dio cuenta de lo pobre que era la defensa del lugar. Sin duda un ataque firme contra el poblado terminaría cuanto menos en un incendio general y global. Por suerte ahí estaban ellos, para proteger a los pobres aldeanos... si no acababan ellos quemando el poblado sin querer. - Tu suposición es tan buena como la de cualquiera Sestar, vayamos ahí pues.

 El viaje había tranascurrido sin peligros, por suerte esas tierras no eran demasiado peligrosas, o por lo menos esos peligros procuraban evitar a aventureros bien pertrechados.

 Finalmente habían llegado, Fuentesvillas, una urbe más grande de la que pensara en su momento, pero tampoco era nada abrumador, era más bien un pueblo grande que una ciudad pequeña, un lugar ideal para elegir como morada... para aquellos que la buscaran, que no era el caso de Etaliun, evidentemente.

 Ante las palabras de Sestar apunta.

 - Sería bueno ir a dar un vistazo y presentarnos... aunque tal vez sería mejor pasar antes por una posada para ver que se cuentan, comer algo y quitarnos el polvo del camino y no parecer unos pordioseros.- Tanteando sus provisones añadió.- En estos momentos me vendría de perlas una birra bien fresca.

El enano caminaba repasando las diferentes religiones y sus dominios, de vez en cuando miraba las grandes construcciones de la naturaleza y se preguntaba si eran obra de Chauntea o había sido el mismo Hacedor, Moradin, el que había construido todas aquellas cosas, que para algunos eran dignas de admiración por su belleza, pero a ojos de un enano, debían ser admiradas como grandes construcciones de ingeniería.

Encontró algunos hongos para llenar su barriga a pies de algunos árboles situados en las sombras de los bosques y de las montañas, y algunos otros en alguna roca donde poca o ninguna vegetación más crecía.

Ante el comentario de Sestar sobre la masa de agua:

- Mmm, los enanos no somos buenos ni dentro ni encima del agua, si el suelo bajo nuestros pies no es firme, no esperéis ver allí a un enano, a no ser que algo valga mucho oro o gemas.

Quizá si estaría bien una cerveza ahora Etaliun, pasemos por la posada como dices a ver que se rumorea y que tal se come en este lugar. Luego tengamos lo que tengamos, deberíamos pasar por las autoridades para ver que piensan y si es lícito según sus leyes lo que nos hayan propuesto si se ha dado esa coyuntura.

Fronchens se quedó pensativo todo el viaje sin decir mucha cosa, pero ante el comentario de Sestar añadió: Nadie aquí en su sano juicio quiere tener algo que ver con dragones, no aún claro está... 

Palabras sabias de unos compañeros sabios. La taberna siempre es una fuente de información, que sea fiable o no nos lo confirmarían las autoridades. La idea de visitar la taberna es pues, ampliamente apoyada.

La posada es uno edificio de dos plantas cuya planta baja es de piedra, en su entrada hay un cartel que con una trucha y una jarra de cerveza que indica “la trucha borracha“, Casi la totalidad de la primera planta sirve de taberna, en ella hay unas cuantas mesas distribuidas por el espacio en una de las esquinas esta la barra formada por una tabla sobre cuatro barriles de vino. En ambiente de la posada es alegre pero tampoco festivo, en las mesa se ve a campesinos y pescadores jugado a las cartas, solo hay hombres y ninguno de ellos está armado. Vuestra entrada despierta el interés de los parroquianos.

El posadero desde la barra os mira y grita: ¡Acercaros ¡ ¡acercaros!, Tomar un cerveza que son suaves durante el día pero amargas cuando baja la niebla. En que os puede servir un humilde posadero.

Mira detenidamente vuestras armas. No tenemos por costumbre recibir a gente tan pertrechada para el arte de la guerra, este es un pueblo tranquilo. ¿Qué os trae aquí?

Bjorn se acerca al posadero que tan amablemente les recibe con alegría y buen hacer:

- ¡¡A ver esa cerveza, que tengo el gaznate seco del camino hasta la bella villa de Fuentesvillas!!¡ Y algunas viandas calientes también se agradecerán!

 Al llegar a la entrada de la Trucha Borracha, Etalun dió una vuelta sobre sí mismo buscando un establo a la vista para dejar a Glorioso, vió el cubierto al lado de la posada y se acercó a él tirando de las riendas. Nada más llegar vió a muchacho que atendiá a un par de bestias. Sacando un par de cobres de la falquitrera dijo.

 - Toma chaval, que no le falte comida ni bebida.- Dijo entrando con el caballo mientras la deba las monades, luego descargó el fardo del equipaje y fue hacia la posada.

  Antes de entrar se quitó a manotazos un poco el polvo del camino mientras miraba su reflejo en un cristal irregular, adecentando su presencia antes de entrar a la taberna de la planta baja. Cuando el posadero les saludo el castaño guerrero asintió y dejó a un lado el fardo del equipaje y el escudo antes de acercarse quitándose los guanteletes de metal y los guantes de cuero.

 - Saludos compadre.- Dijo mientras se apoyaba en la barra.- Pues para empezar una jarra de esa cerveza que dices, y un poco de pan y queso si os parece.

 Dijo con una sonrisa mientras saludaba con un gesto a los parroquianos.

 - Mis compañeros y yo estábamos de camino cuando nos topamos con un mozuelo, un pastorcillo, que nos contó que tal vez alguien en Fuentesvillas, precisaría de los servicios de unos aventureros profesionales. El motivo exacto no lo conocía... ya sabe con las distancias los rumores crecen y cambian.- Terminó encogiendose de hombros.