Partida Rol por web

Os colocáis en la plataforma  y comenzáis a hacerla descender desde la palanca que hay en el centro de ésta. Lentamente vais descendiendo mientras podéis apreciar una serie de marcas que hay a unos 5 metros desde la parte superior del pozo. Parece que antaño hubo aquí una gran piedra con la misma forma del agujero, que con posterioridad fue argamasada y sellada.

Justo encima de ese punto hay un túnel de poco más de un metro que viene de una corriente de agua subterránea que se vacía en el pozo. El agua cae hacia las profundidades oscuras. Justo debajo de la parte superior del pozo se ve una abertura de medio metro de ancho.

El agua que cae por los lados de la plataforma en la que descendéis crea una bruma más abajo en las profundidades. A medida que os adentráis más, un escalofrío os recorre el cuerpo. A través de la bruma podéis ver que el suelo que hay debajo está a solo 20 metros de la parte superior del pozo.

El suelo de color negro parece estar muy pulido, como si fuese una ónice o una gema negra. Pero también tiene como vetas de color violeta intenso, como si fueran las venas de una criatura viva.

Las paredes del pozo se pierden en la oscuridad abriéndose en una gran caverna...

Justo cuando dais el primer paso más allá de la pasarela sentís como el frío envuelve la zona, hasta tal punto que permanecer allí durante varias horas, pueda terminar en una hipotermia*. Afortunadamente, Elvar os ha conseguido algunas mantas y lo resistís medianamente bien.

El suelo parece mármol negro aunque no brilla, mientras que las vetas de color púrpura son delgadas y angulosas. Parece como si la superificie entera fuera un poco convexa con los lados más bajos que el centro. Hay algo raro, pues el suelo no se extiende hasta las paredes de la cueva que hay a su alrededor, sino que en si mismo no es más que una plataforma.

Tiene casi 10 metros de diámetro y la cueva, en todas las direcciones, es mucho mas grande. Bajo el borde del suelo las paredes de la cueva descienden hacia la oscuridad. Apoyada sobre el borde oeste del suelo negro hay otra plataforma circular suspendida sobre la oscuridad con una cuerda y unas poleas que permiten que descienda.

En lo que parece ser el verdadero fondo de esta colosal caverna, la piedra está trabajada y lisa. Hay dos símbolos esculpidos en la parte occidental del suelo de la cueva; un zigurat invertido, de color negro y un sol llameante, también negro como el azabache. Elevándose desde el centro de la caverna, una columna soporta la masa negra y violeta del enorme obelisco sobre el que os encontrábais hace poco. Al otro lado de la cueva, el agua que gotea desde arriba se acumula en un estanque.

Elvar volvió a notar aquel frío que se le metía en el cuerpo. Se apretó un poco más contra la manta que llevaba y echó un rápido vistazo por la cueva.

Rápido a la otra plataforma.

Al no ver al resto del grupo Elvar supuso que ya habrían descendido

El frio empieza a hacer mella en mi. Vengo de climas calientes, no estoy hecho para pasar tanto frio.

Al menos es posible que Berio no lo pase tan mal. Su nueva condicion lo hace más resistente que yo a esas cosas.

-Vamos.-Asiento a las palabras de Elvar.

Talindra observa el nuevo hallazgo. Aquella cámara la inquietaba sobremanera y se sentía opresión como si en cualquier momento el enormeobelisco cayera sobre ellos. Se acercó a la columna y la rozó como si la acariciara. Trató de abarcar todo aquello con sus ojos esperando que en cualquier momento algo surgiera de la oscuridad.
El Búho espiritual voloteó por toda la cámara dejando tras sí una estela luminososa.

Xaod se preparó por si algo intentaba atacarles, no se fiaba de esa zona pues había detectado un gran mal desde arriba y ahora no iba a perder el tiempo volviendo a detectar el mal, pues esta era enorme y podía dejarlo aturdido y prefería estar listo para el combate.

- Id con cuidado.

Chuí permaneció callado en el fondo de la cueva y mientras los demás investigaban o se preparaban para el combate el se puso a buscar algo que hubiese escapado de su vista. 

Todos resistieron bien el frío de la zona. No era tan exagerado como lo había pintado Questin, al menos todos menos Alexis que el pobre hombre empezó a tiritar a los pocos segundos de haber llegado.

Vuestros compañeros empezaron a tirar de la cuerda para subir la plataforma, y justo fue entonces cuando pudisteis comprobar que bajo vuestros pies, las vetas de color púrpura del suelo, comenzaban a retorcerse y a dirigirse hacia vuestros pies...

Afortunadamente Elvar os avisa deprisa de que accedais a la siguiente plataforma. Aunque lamentablemente tendréis que alzarla, puesto que vuestros compañeros han bajado y la han dejado allí.

Os colocáis en la plataforma  y comenzáis a hacerla descender desde la palanca que hay en el centro de ésta. Lentamente vais descendiendo mientras podéis apreciar una serie de marcas que hay a unos 5 metros desde la parte superior del pozo. Parece que antaño hubo aquí una gran piedra con la misma forma del agujero, que con posterioridad fue argamasada y sellada.

Justo encima de ese punto hay un túnel de poco más de un metro que viene de una corriente de agua subterránea que se vacía en el pozo. El agua cae hacia las profundidades oscuras. Justo debajo de la parte superior del pozo se ve una abertura de medio metro de ancho.

El agua que cae por los lados de la plataforma en la que descendéis crea una bruma más abajo en las profundidades. A medida que os adentráis más, un escalofrío os recorre el cuerpo. A través de la bruma podéis ver que el suelo que hay debajo está a solo 20 metros de la parte superior del pozo.

El suelo de color negro parece estar muy pulido, como si fuese una ónice o una gema negra. Pero también tiene como vetas de color violeta intenso, como si fueran las venas de una criatura viva.

Las paredes del pozo se pierden en la oscuridad abriéndose en una gran caverna...

Justo cuando dais el primer paso más allá de la pasarela sentís como el frío envuelve la zona, hasta tal punto que permanecer allí durante varias horas, pueda terminar en una hipotermia*. Afortunadamente, Elvar os ha conseguido algunas mantas y lo resistís medianamente bien.

El suelo parece mármol negro aunque no brilla, mientras que las vetas de color púrpura son delgadas y angulosas. Parece como si la superificie entera fuera un poco convexa con los lados más bajos que el centro. Hay algo raro, pues el suelo no se extiende hasta las paredes de la cueva que hay a su alrededor, sino que en si mismo no es más que una plataforma.

Tiene casi 10 metros de diámetro y la cueva, en todas las direcciones, es mucho mas grande. Bajo el borde del suelo las paredes de la cueva descienden hacia la oscuridad. Apoyada sobre el borde oeste del suelo negro hay otra plataforma circular suspendida sobre la oscuridad con una cuerda y unas poleas que permiten que descienda.

Gracias a que el monje iba francamente atento pudo descubrir y ya de paso avisaros de que una horrible criatura parecida a un cerebro flotante con tentáculos descendía desde una parte oscura de la cueva.

Gracias a Chuii aquella criatura no os pillaría por sorpresa, así que, o bien la hacíais frente o bien decidíais seguir adelante y adentraros en la parte inferior de la cueva.

La reacción del paladín ante el aviso silencioso de Chui fue tremendamente veloz, y eso que iba preparado para proteger a sus compañeros, aún así tardó en situar la amenaza ya que el extraño y asqueroso ser se camuflaba con el entorno que habitaba. Xaod avanzó sin pensarlo demasiado y atacó tanteando al ser causando una leve herida a ver si sangraba y podían detenerlo por medios marciales.

El gnomo sintió el frío intenso según iban descendiendo. Poco a poco se iba internando por debajo de la manta la cual iba haciendo cada vez menos su trabajo. Parecia que ella sola se iba  congelar sin el cuerpo caliente que luchaba contra el frío. Apretando los brazos contra el cuerpo Nierethi miró la plataforma y decidió que el tiempo era tan valioso como la vida. - Debemos darnos prisa no podemos quedarnos quietos pues nos helaríamos hasta los huesos. Bajemso cuanto antes -

Tiritando muchisimo, intento apretarme mas la manta mientras realizo pequeñas carreras para entrar en calor mientras busco al resto de compañeros deseando salir de aqui cuanto antes

Galimatías observaba todo con calma y serenidad, preguntándose qué sería esa piedra y sintiendo escalofríos, pero no tanto como alguno de sus compañeros, que tiritaban por el frío. Golpeó con las garras de sus patas la ropa, comprobando su dureza.

Dio unos pasos seguros hasta la plataforma y apremió a sus compañeros. Vamos, sigamos bajando mientras nuestro cuerpo aguante.

La mujer retrocede y se coloca en posición. La criatura se eleva y no puede evitar sentir algo de...miedo.
La energía se concentra alrededor de la chamán. Talindra comienza a crear una esfera inscandescente.
- Atrás que voy a chamuscar a esa criatura.
Espera que sus compañeros se retiren para dirige la esfera de fuego hacia la criatura. Esta va rodando para saltar sobre la criatura.

-AAAAAgh.-Digo cayendo bajo el peso de mi ropa.-Berio, sacadme de aqui. Subidme. No puedo moverme.

Elvar notó como la energía escapaba de su cuerpo con el contacto de aquellos zarcillos que poco a poco trepaban por su pierna.

Rápido mago, algo de fuego quizás los ahuyente.

Elvar se quitó la manta y la tendió a sus pies. No entretendría mucho tiempo a los zarcillos, pero quizás lo suficiente para hacer subir la plataforma.

Agarró la cuerda y comenzó a tirar de ella con fuerza

-Berio, tira de la cuerda y asciende la plataforma.-Digo sin poder moverme.-Deprisa.

Casi al instante, el esqueleto obedece y empezamos a ascender con fuerza.

Chuï había avistado a la criatura pero aún estaba fuera de su alcance así que lo único que podía hacer era esperar. Se apartó un poco cuando Talindra invocó aquella grandiosa bola de fuego y se preparó para atacar a la criatura tan pronto como esta bajase a "tierra".

Xaod se sintió incapaz de reaccionar ante semejante monstruosidad, por lo que no fue capaz de reaccionar, así que fue Talindra la que reaccionó antes materializando una gran esfera de fuego que lanzó directamente contra el cerebro volante. Desgraciadamente, aquel monstruo volante esquivó con soltura la bola de fuego que se perdió hacia la inmensa oscuridad que había sobre vosotros.

Chui esperó a que aquella cosa llegase hasta donde estabais, pero antes de que os dierais cuenta, agarró a Talindra con sus diez largos y enormes tentáculos. Aquella parecía vuestra única oportunidad de asestarle un duro golpe a la criatura, o tal vez perdieseis a Talindra para siempre.

Desgraciadamente la plataforma ya no estaba a vuestra altura, vuestros compañeros la habían subido, por lo que no tendríais ninguna forma de acceder hacia la parte superior hasta que vuestros compañeros no bajasen, y quizá para entonces ya sería demasiado tarde si aquel bicho llegase a huir.