Partida Rol por web

A sendos lados aparecen dos elementales de tierra, parecen ser los guardianes de esta entrada y no parece que vayan a dejaros pasar por las buenas.

Una extraña sensacion recorrio la espalda de Torgeis. Sus compañeros seguian pensando en las trampas del corredor, pero el habia percibido a los dos elementales enemigos antes que cualquiera de sus compañeros, incluso los elementales parecian ajenos a su aparicion. Todos se movian como en arenas movedizas, todos menos el, que se movia muy rapido...

Sin duda era una señal de los dioses, debia devolverles el saludo. Sin mas dilacion, empuñando el hacha con fuerza y guardando silencio a pesar de que queria rugir como una bestia feroz, se lanzo adelente con la intencion manifiesta de decapitar al elemental mas cercano en un unico y brutal golpe de su hacha.

El hacha de Torgeis impacta de lleno en el elemental, se ve que suelta chispas y que las armas fisicas no son lo mas efectivo contra esta criatura, aun asi, se ve una mella en el elemental, que desafortunadamente se cierra cuando este emite un grito de furia y golpea violetamente a Torgeis, causandole daños internos. Además, el elemental golpea el suelo con violencia, haciendo que salgan rocas puntiagudas del suelo que atraviesan a Torgeis, haciendole mas daño.

Al ver el tremendo y desbastador poder de los elementales, recurro al último conjuro que me queda, a sabiendas que lo que puedo hacer con mi varita es básicamente nulo, la electricidad no sirve contra la tierra, y desconozco que alguno de mis compañeros sepa algo de como usar o tener armaduras con ácido... ¿Tal vez con agua se ablande la tierra y puedan golpear mejor? Era algo que podríamos probar.

Mientras tanto, comienzo a hacer mis típicos movimientos y mentalmente menciono las palabras necesarias para que el conjuro tenga efectividad, mi cansancio es mucho ya, pero tengo que hacerlo lo mejor que pueda si quiero proteger a mis compañeros.

A su vez, y aprovechando que ambos conjuros son cortos, hago otros movimientos y una pequeña aura blanquecina aparece en la cabeza de todos. Hecho eso trato de ocultarme y no ser vista por los monstruos. 

Caronte vé aparecer a la poderosa criatura, pero nada le impresiona, el también puede regenerarse. Como un reflejo innato en en un ser vivo, su cuerpo se prepara para el combate. Su brazo arma, se transforma en algo largo y defensivo como queriendo mantener a esa cosa alejada de sí, su escudo le órbita listo para defenderle y dañar al enemigo. y con su otro brazo lanza una versión avanzada de su ataque eléctrico. un impulso debilitador, que permite luego dañar mejor a su adversario. 

El elemental recibe una fuerte descarga electrica que desequilibra levemente, de su cuerpo salen chispas, parece atraer la electricidad cercana desde que ha recibido el golpe.

Cuando soy consciente de lo que está ocurriendo, Torgeis, Caronte y Selena ya han empezado a moverse y a atacar. No me puedo demorar más, un solo segundo sin actuar podría ser letal para alguno de mis compañeros.

Realizo un reconocimiento rápido a la situación, y me doy cuenta que uno de los elementales que han salido todavía no es consciente de que estamos aquí, y decido aprovechar la ventaja que tengo para intentar asestarle un golpe, aun a sabiendas que seguramente la flecha no haga mucho efecto, pero no está de más el comprobarlo.

Cuando lanzo la flecha, ésta se dirige directo al objetivo, pero por desgracia nada más chocar con su cuerpo se desvía y lo único que consigo es sacarle unas cuantas chispas y humillo en la zona donde ha impactado.

- Necesitaré que juntemos a los dos elementales si no encontramos una forma de derrotarlos antes de que ellos nos derroten a nosotros - digo con el objetivo de todos los compañeros se enteren - puedo colocar trampas que nos dén ventaja en la lucha pero para eso necesito que estén cerca el uno del otro, y como última opción dispongo de un frasco de ácido, que solo lo usaré SI NO QUEDA MÁS REMEDIO. -

Keiran ha reaccionado tarde, pero no hay tiempo que perder. Mientras da un paso en dirección al elemental y ponerse cerca de a él, convoca su arma y en su mano se forma esta vez un enorme martillo de guerra con el que intentar golpear a su enemigo.

A la vez que ataco, sano a Torgeis algo.

Los ataques resultan completamente inefectivos contra el elemental de tierra, el segundo elemental se acerca a Selena y la golpea con inmensa brutalidad, y cuando esta cree que ha recuperado el sentido es golpeada por las rocas puntiagudas que salen del suelo, es porbable que muera si no sale de alli. Y la verdad es que los elementales empiezan a haceros un proverbial sandwich.

Corro hacia el elemental con el que acabo de intercambiar golpes. Amago a la izquierda y voy a la derecha, trato de buscar su espalda, me arrojo sobre ella y rodeo su cuello con mis brazos, simulando que trato de extrangularlo.

Pero mi ataque no es un ataque de extangulamiento, quiero que lance sus ataques sobre mi, los estoy esperando, cuando vengan, me alejare, con suerte, se golpeara a si mismo.
 

-¡Cae bestia del arverno!

Con un poderoso rugido, Torgeis descarga su mas temible hachazo sobre la rodilla derecha del elemental 2.

El golpe no hace mucho daño al elemental, pero lo derriba, aunque este se levanta otra vez, aunque parezca que no ha servido de mucho os fijais que ahora no ha golpeado el suelo, sino que simplemente ha golpeado, parece que no puede moverse y atacar en área al mismo tiempo.

El elemental al levantarse golpea a Torgeis, es sin duda un enemigo muy duro de roer fisicamente.