Partida Rol por web

"Altair... Suena majestuosa, carismática, atrayente" pienso al escuchar la casa a la que pertenece John y por consecuencia una servidora.

Noto como el nerviosismo se apodera de mis vecinos, eso no es bueno, hace unos años era como ellos, nerviosa, frenética, no paraba de hablar ni de hacer tonterías pero ahora ya no soy así, ahora pienso las cosas y actuo como hay que actuar.

-¡Más ron Jefe!- grito al tal Banana, si supiese que ese es su nombre me echaría a reir, ¿por qué será? Solo de imaginármelo me entran ganas de conocerle.

Cuando tengo una nueva copa de ron me acerco a Manny otra vez, ha sacado su lado más rudo y violento y no he podido sentirme un poco atraida por su actitud. No es que me mole que me peguen, el sado y esas cosas pero una cachetada en el culete a tiempo siempre es buena o eso dicen.

-Manny ¡Qué bueno está el ron! Me encanta este sitio, que rabia no ser una pirata aaarrrr- digo mientras me siento a su lado. -Por cierto, ¿Qué sabes de las casas? Yo absolutamente nada jajajaja ¿Cual es esa tal Altair?- quiero sonsacarle información de una manera más disimulada a ver que me puede contar. Obviamente noo evito hacer un poco de coqueteo para ello.

Parece que no me quedo con todos los datos que se han ido dando pero mi cabeza lo almacena todo y seguramente luego vaya informandome mejor, aunque si lo hacen mis compis no está nada mal, mientras puedo pasármelo bien.

Demasiada información y demasiado surrealista, Martín ha muerto y parece que todos estamos muy cerca de hacerlo. No soy buena deportista, ni siquiera creo que aguantase un rato corriendo incluso con el subidón de adrenalina, así que cuando Samuel Kantor aparece en la puerta como Harry el Sucio y comprendo el lío que se va a montar, me acerco paso a paso hasta alguna puerta de salida tratando de poner sillas o lo que encuentre entre los piratas y mi vía de escape.

Mientras lo hago mi conciencia me grita "eres una cobarde" y para curarme en salud cojo al vecino que más cerca tenga de la mano (no busco a nadie en particular), y con un par de gestos le intento hacer entender mi plan...

No sé mucho más de lo que les conté. El Rey Jerónimo me llamó "Guerrera" cuando hablaba de las casas, pero más allá de eso, ni idea. En todo caso, no confío mucho en lo que diga...- le responde a Darío.- Me alegra que estén todos a salvo, pero para serte sincera, ya me está tocando las narices la reticencia de algunos vecinos. Entiendo que todo esto es más extraño y loco que un perro verde, pero no ganamos nada con mantenernos al margen... y todo esto tiene más pinta de secuestro que otra cosa. Si no hacemos algo pronto......- y se corta. De pronto, la realidad empieza a ser el plato del día. Esta situación es realmente peligrosa: Blanca duda que alguno de los vecinos, gente normal hasta donde puede decir, tenga algún entrenamiento en armas si llegara el caso (y que parece que si va para eso). Sin duda ella no tiene ninguna formación en armas o en defensa personal, y además es una persona más bien debilucha... Empieza a sudar, sintiendo por segunda vez un miedo primigenio, ese que te abre los ojos, que te permite pensar menos y correr más...

El Rey Jerónimo dijo que había que elegir a alguien para ocupar el piso de Martín... ¿pero cómo podemos hacer eso si estamos encerrados en este bar donde estos piratas disfrazados de piratas nos vigilan?...- dice a Nathan y a Hache, que le habían acompañado a la barra a tomar algo.- Creo que LaCasa nos ha tendido una trampa y que debemos escapar como sea... puedo intentar distraer a la gente mientras ustedes van a buscar a Randoll y los demás......- propone.

Genial. La han llamado Guerrera. Estupendo. No podían haberla llamado "Sedentaria", o "lectora", o "guardiana de esta puerta de aquí". No. Guerrera. Pues nada. Esperemos que también se diferencien según la orientación del piso y si uno es Guerrero, el otro sea lo opuesto, porque sino va a ser la mar de gracioso.

Jaja.

En fin, ya nos enteraremos.

- Supongo que cuando se han referido a buscar otro nuevo inquilino, no se refería a que lo buscasemos nosotros, sino a que lo tendrán que hacer los que han buscado los inquilinos la primera vez...por eso del equilibro de las Casas y todo eso...

Digo entre resignado y abatido. Incluso habría preferido que la hubiesen llamado "la jardinera", o "la observadora"...ese sí que hubiese estado genial!

En fin, es hora de animarse.

- Y no te preocupes por la reticencia de algunos!, si es que es hasta normal...si no hace apenas ni 24 horas que nos conocemos! Por cierto - digo levantando mi copa - por Martín

Parece que algunos de los vecinos se van posicionando ante una nueva intervención de Samuel...

- No sé vosotros como lo veréis - digo haciendo un gesto con la cabeza a los movimientos de Helena - Pero yo ya estoy cansado de correr de un lado a otro, así que voto por disfrutar un poco más de la bebida y que sea lo que dios quiera, además, no voy a permitir que te quedes aquí tú para que yo me vaya y mucho menos con esta gente - digo mirando al rededor, aunque finalmente no puedo evitar sacar el tema que realmente me preocupa -  ¿En serio te ves siendo Guerrera?, me pregunto si podremos ponernos de acuerdo con otros dos vecinos y cambiar los apartamentos, así como cuando entras en un turno de una clase y quieres cambiar por otra...yo es que me imagino blandiendo un arma y ya me están dando así como que calambres por todo el brazo...

Ni idea de si me veo o no siendo guerrera. La verdad me importa poco lo que digan que representa cada casa, yo soy yo y nada más. Al igual que Martín era Martín (levantando el ron y bebiendo un sorbo, en respuesta al brindis de Hache), y fue eso lo que le trajo consecuencias, no LaCorte. Cada cual hace lo que puede con lo que tiene. Puedes cambiarte de piso (o al menos intentarlo), pero eso no va a cambiar quién eres. Lo que hagas y dejes de hacer si lo hará.- En su cara se nota el recuerdo de algo doloroso... de decisiones complicadas, de heridas pasadas.- Pero para sobrevivir se requiere luchar... y no toda lucha necesita de armas (mucho menos de espadas y qué se yo). No sé aún cómo eres realmente, Darío... pero me gustaría pensar que ese hombre simpático y bueno está dispuesto a tomar la decisión de sobrevivir.- al terminar la idea, Blanca mira fija y directamente a los ojos de Hache.

Yo tampoco quiero seguir el ejemplo de Martín... y por eso lo estoy discutiendo con ustedes dos... -vuelve a dirigirse a Nathan.- Si la idea es que ellos elijan a un representante para entrar a La Torre, pues muy bien... pero eso no explica por qué nos retienen aquí o dónde está Randoll y los demás. No, aquí hay algo más... y apostaría que, aún cuando quisiéramos resolver todo esto por las buenas, LaCorte no nos dejaría... Quizás si Carmen María lograra convencer al Rey Jerónimo....- dice como para si misma, pensando en posibles soluciones.

Rob está hablando con Ochi en la barra, justo al lado de otro grupo de concursantes formado por Blanca, Nathan y Hache. Carmen y John han mostrado claras reticencias a huir de allí en este momento y Anayansi está bebiendo y tonteando con uno de los piratas; el taxista llamado Manny. 

Así que Helena coge la mano de Lea, la única que aún no había intencionado con el resto y sin que esta entienda bien qué pasa, busca una vía de salida: Sólo hay una: La puerta de la Taberna, ya que a las cocinas o por la trampilla parece aún más peligroso. Cuando se acerca paso a paso ve que algunos piratas borrachos bloquean torpemente su camino. Aunque distraídos no cesan en su vigilancia y no permitirán tan fácilmente que alguien se vaya. 

Así que Helena espera a la señal de Samuel y reculando disimuladamente, sigue aferrada a Lea y le señala el camino más rápido para salir en caso de que tuvieran que hacerlo. También se apoya en una mesa de madera, tanto para fingir que se queda ahí como para utilizarla en caso de que tuviera que correr. Si la movieran bruscamente pondrían un obstáculo entre ella y los piratas. 

Samuel Kantor no da crédito. 

Tras intentar buscar a todos los inquilinos de la Torre llegó a la Estación Central de Tren demasiado tarde para salvar a Helena. Pero al menos vio como aquella mendiga de La Corte la raptaba. La siguió y logró dar con Randoll en las Termitas. El muchacho había puesto a salvo a los dos durmientes implicados en todo aquello pero no había cesado en su empeño de ayudar a sus vecinos de la Torre, temiéndose una jugarreta por parte de la Torre. 

Entre los dos habían logrado noquear a uno de los mendigos y coger sus ropas. Samuel se infiltraría mientras Randoll hacía una maniobra de distracción desde el exterior. Después esperarían poder escapar o al menos ponérselo difícil al demente del Rey Jerónimo. 

Porque la verdadera dificultad no estaba en entrar allí por la fuerza sino en no parecer que estaba asaltando a una de las Casas. Ellos habían incumplido el Equilibrio de Antaño reteniendo a los inquilinos pero lo estaban haciendo de una manera tan absurda y disimulada que no era fácil denunciar lo que tramaban. 

Y entonces había llegado allí, había explicado su plan... ¡¡¡y casi todos habían pasado de él!!! * 

Sólo Helena había cogido a Lea y parecía preparada para huir si diera la señal. Pero sin el resto no tenía nada sentido. ¡Ni siquiera el grupo con el que había hablado había comunicado al resto que estaba allí! ¿Eran acaso unos insensatos? 

¿O lo era él? Maldición. Tal vez en su celo de protegerles había acabado irrumpiendo allí y creando un conflicto diplomático. Ninguno de los vecinos estaba en peligro, algunos incluso parecían disfrutar de su estancia forzada allí. 

Tal vez se estaba equivocando así que para asegurarse tuvo que admitir su desconcierto y preguntar a los vecinos. 

- ¿Estáis todos bien, entonces?- preguntó a John y a Carmen- Pensé que... Bueno, da igual. ¿Os han dicho hasta cuánto os van a tener aquí? ¿A qué están esperando? Contadme y trataré de salir de nuevo sin ser descubierto. 

Manny poco a poco rebaja su tensión ante el coqueteo de Anayansi. Y tras su estereotipo de matón empieza a aflorar un joven vacilón que poco a poco se deja llevar por el movimiento de caderas de la coach sexual. 

- De las casas te puedo decir que te llevo a la mía, jaja, o... mmmm, tal vez las cocinas estén libres. Cabemos en una alacena y si no cerramos me cabe también el undécimo dedo, que va sobrado, no sé si me entiendes... jaja. 

Todo eso se corta cuando Anayansi menciona que es de la Casa Altair. 

Oh, mierda, ¿eres de la sexta planta? Joder... perdona nena pero... de hecho perdona por llamarte nena, no quiero, no quiero ofender... Pero aléjate ¿vale? 

Tras su corte se vuelve a mostrar tenso y molesto. Algo brusco trata de alejar a Anayansi de ella mientras dice a otro

Joder, es una de los Altair. Ni de coña. ¡Qué escalofrío! ¡Hasta podría hacer el pino puente con una de las Demonios de la Casa Cruoris! ¿Pero con los Altair y la forma que tienen de tratarnos? Ufffff... Creo que voy a echarme algo de agua fría. 

Y desaparece en el interior de las cocinas. 

Jonh se quedó mirando a Anayasi mientras se acercaba a hablar a aquel pirata. Casi ni oyó la pregunta de Samuel cuando vio que la mujer coqueteaba con aquel al que había llamado Manny. 

-¿Eh?...Ah sí. Estamos bien. Quiere que...d....nombremos dos investidos por casa. Eso es todo. S...será mejor que te vayas cuanto antes.  

No dijo nada más. Consideraba que siendo Samuel un infiltrado, corrían un riesgo si lo veían hablando con él. Debían ser cautelosos.

- Eh!, eh!, que yo no he dicho que me quiera cambiar de piso solo!, la verdad es que no se me ocurre mejor parej...emmm..compañer..ummm...vecina!, quería decir vecina!

Digo poniendome colorado de nuevo y bajando la mirada para centrar la vista en mi copa.

La verdad es que me ha sorprendido la respuesta tan vehemente y filosófica de Blanca y a la vez, me ha dolido...elijo sobrevivir! Elijo ser un guerrero! Elijo ser valiente! Y se lo voy a demostrar en cuanto se me quite el tirón del gemelo!!!

Pero a mi manera... y a la de Anayansi, que al parecer se ha quedado sola al irse Manny.

- RON!, RON! RON! LA BOTELLA DE RON!!!

Digo a voz en grito y dirigiéndome hacia Anayansi y guiñándole un ojo. Pretendo cantar como el que más, pretendo que Anayansi me siga la corriente y así comenzar la juerga. Pretendo armar jaleo. Pretendo armar la fiesta padre...y pretendo crear la suficiente distracción entre los piratas como para poder acercarnos a la puerta entre el tumulto y poder poder huir.

Si son piratas de verdad se apuntarán. Si son piratas de verdad, beberán...Espero

Comprendiendo la idea de Hache, Blanca sonríe. Es una sonrisa entre maliciosa y divertida... porque ya que estamos y si nos estamos jugando la vida, bien podemos tratar de divertirnos con eso.

Eso!... Ron y juerga para todos! -exclama, mientras se pone de pie, termina el vaso de cuba libre y comienza a bailar, levantando a los que estaban sentados, cogiendo de la mano a quienes se encontraban de pie y moviéndolos de manera casual, pero llevándolos decididamente lejos de la puerta. Cada vez que pasa cerca de uno de sus vecinos, le señala con un ademán de su cabeza (disfrazado de baile) que se acerque a la puerta, o que al menos use la distracción...

ya me está tocando las narices la reticencia de algunos vecinos. Entiendo que todo esto es más extraño y loco que un perro verde, pero no ganamos nada con mantenernos al margen... y todo esto tiene más pinta de secuestro que otra cosa. Si no hacemos algo pronto......-

-Yo también. Joder esto es peligroso, pero es una cosa increíble, de millones de personas somos unos de los pocos que estamos en el ajo de algo mágico y extraño.- Nathan está ofendido de que alguien pueda descubrir que la magia y los duendes sean reales y decida centrarse en volver a su vida normal a pagar la hipoteca y ver la tv.

No, aquí hay algo más... y apostaría que, aún cuando quisiéramos resolver todo esto por las buenas, LaCorte no nos dejaría...

-Esta claro que algo traman, lo del derrumbe ha sido demasiado evidente, espero que el príncipe este bien… me sentiría mas comodo si tuviésemos un presidente de la república, pero en cualquier caso parece que su figura es importante para que esto no explote.

Cuando distingue a Samuel se acerca a comentarle la respuesta a sus preguntas y hacerles otras.

- ¿Estáis todos bien, entonces?- preguntó a John y a Carmen- Pensé que... Bueno, da igual. ¿Os han dicho hasta cuánto os van a tener aquí? ¿A qué están esperando? Contadme y trataré de salir de nuevo sin ser descubierto. 

-Estamos retenidos aquí hasta que el Cónclave de una respuesta a la Corte por lo de su segundo investido, por la muerte de Martin. Dijo que iba para largo. Provocaron un derrumbe para separarnos del príncipe y los empleados de la clínica. En teoría a ellos los liberaron, pero no sabemos nada de su paradero.

 

¡Hasta podría hacer el pino puente con una de las Demonios de la Casa Cruoris!

Demonios, diablillo,... Parece que su casa no era de las elegantes. Cosas de la vida, al menos si se jodia el ascensor lo tenía más fácil que los Altair.

Tal vez sea por sospecharse de una casa de tipos duros, tal vez por simple impaciencia, mientras el bueno de Darío intenta emborrachar a los piratas apoyado por Blanca, se acerca de nuevo a Samuel. -Oye el rey de los chiflados dijo que nos quedásemos aquí, pero... ¿si digo que me sale de las narices irme y me lo impiden, sería como si la corte estuviese atacando a mi casa, y lo mismo con las demás? A lo mejor esta es una de esas situaciones absurdas en las que si nos levantamos y nos vamos todos a la vez no tienen redaños a pararnos.

Nathan habla con Blanca y Hache pero no es capaz de descubrir que Samuel ha llegado disfrazado de pirata y se ha dirigido a John, Carmen, Helena y Hache ya que nadie le ha dicho nada. Ni siquiera Hache que ahora está hablando con él. 

Anayansi, Hache y Blanca empiezan a actuar, por fin, de manera coordinada. Bailan, gritan, festejan...tratando de crear un caos y un alboroto y ver si esto les facilita las cosas. Bueno, Anayansi no, Anayansi baila, grita, festeja y se restriega contra los piratas que no huelan de golpe a ajo porque ella es así. Sin contemplaciones. 

Helena y Lea ven que la fiesta que se está montando, efectivamente, facilita las cosas. Los piratas se unen a la celebración. Se sirven rondas de jarras y un medigo empieza a hacer break dance en medio de un círculo. Luego ven que no, que es que es epiléptico o algo. Se lo llevan en volandas. 

¿Pero es buen momento para huir? De momento todos siguen el rollo y dan palmas pero ¿qué pasaría si alguien intenta dejar la Taberna del Pirata Cojo? 

Además, ni Rob ni Ochi ni Carmen ni John parecen listos para salir corriendo. 

Quien si va a aprovechar para irse, viendo que tal vez se precipitó entrando allí es Samuel Kantor. 

Antes de escabullirse, parapetado por la juerga, le dice a John: 

- Si están esperando ser dos investidos por Casa habrán contactado con el Cónclave para que busque el de La Corte que falta... Será mejor que me vaya pero estaremos muy cerca. Si ocurre algo gritad, no creo que La Corte se atreva a asesinaros a todos. Sería un suicidio para ellos. Pero por si acaso os lo hacen pasar mal, Randoll y yo estaremos al otro lado. Lanzad algo contra esa vidriera y entraremos a por vosotros. 

La juega se torna cada vez más peligrosa. A Blanca se le acercan dos o tres mendigos con intenciones empotradoras, lo que provoca que otros más sobrios y conscientes de lo que significaría violar a un vecino de la Torre de la Encrucijada tengan que pararles los pies, lo que acaba provocando la descarga de la tensión sexual en forma de puñetazos. El ron sigue volando. 

Niños borrachos van cantando "Martín tin tin ya no haces tilín". Dos piratas están montándoselo sobre la barra del bar. Manny vuelve y dispara una pistola al aire para calmar los ánimos, produciendo solamente inquietud en los que no son de la Corte, que en líneas generales son los que huelen bien. 

En ese momento se abre la puerta y aparece un chico rubio y musculado. Va vestido con ropa playera y lleva una gorra y unas gafas de sol que se quita al contemplar lo que podría ser la batalla final de Piratas del Caribe o una escena de una imaginaria película porno llamada "Mendigos con tres patas de palo" 

- Hola... Venía a lo de la reunión de Comunidad... Soy Erik Van Houten... y soy el nuevo inquilino del Faro Pródigo. 

Todos se callan y justo antes de que eso de pie a que lo zarandeen por el aire y le metan en un barril, o se le tiren, aparece de nuevo en las escaleras el Rey Jerónimo. 

- ¡Se acabó la fiesta, señores de la Corte! ¡El Cónclave nos ha buscado un nuevo vecino! ¡Y aquí mar y después gloria! Está muy tierno pero al menos es un marinero. ¡Laverna, trae los contratos. Banana limpia todo esto y los demás, ¡desapareced! ¡desapareced! ¡desapareced! 

Con cada "desapareced" seis o siete mendigos piratas salen corriendo en todas direcciones, se abre la trampilla, otros van a las cocinas, otros salen por la puerta. De nuevo una coreografía caótica donde en apenas dos minutos solo ha quedado el Rey y cuatro o cinco de los suyos. 

Y los otros diez vecinos del Faro, atónitos, exhaustos y sin saber cómo explicar qué está pasando o qué decirle al nuevo. 

Al escuchar Manny la palabra Altair pasa de mi culo de forma instantánea. "Pues mira chato, tú te lo pierdes. Al fin y al cabo solo quería sacarte un poco de información y quizá un ratito de diversión jijiji"

Guiño un ojo a John a lo lejos para hacerle saber que todo está bien y que no dejaré a ninguno de estos tipos me toquen, la casa Altair tiene un nivel o al menos eso parece. ¡DEBO COMPORTARME!

Segundos después me encuentro dando saltos, bebiendo a morro de una botella que me pasa Hache y pasándome un hielo con Blanca. Ellos lo hacen por paripé, yo aún no soy consciente del peligro que corremos por lo que les sigo el rollo básicamente por divertimento.

Hasta que el aguafiestas mayor entra por la puerta y todo se acaba. FIN. Está buenorro o eso parece pero HA ACABADO CON LA FIESTA y eso a Anayansi no se le olvida fácilmente.

-¡Hola Erik! Me llamo Anayansi Fátima Segunda Casimira Mendez, coach sexual- tomo la iniciativa de presentación con el nuevo vecino. -Coach sexual no son apellidos, es mi profesión.- saco de mi bolso (hecho de bolsas de la compra por si alguien no lo sabía) un papel y escribo mi nombre, mi profesión, mi número y mi dirección. -Esta es mi tarjeta.- dicho esto le doy dos besos agradablemente y me siento al lado de John para ver que nos quiere decir el Rey Jerónimo. Le doy la mano si se deja para sentirme segura.

"Banana, Laverna, Manny... Lástima no haber pertenecido a esta casa" pienso sin ser consciente todavía de que trata todo esto. "Espero que en mi casa haya gente con nombres tan chulos como Kiwi, Morla o Pacquiao."

Lea se queda con Helena esperando su reacción. Ella también pensaba que lo mejor era salir de aquel lugar como había indicado Samuel. Los demás vecinos no parecían tan dispuestos...Quería regresar cuanto antes al faro y averiguar más sobre las casas y todo aquello que ahora mismo seguía siendo un lío enorme en su cabeza. 

La situación parece empeorar cuando de repente entra un chico diciendo ser un nuevo vecino. Lea se dirige a él para saludarle y se ríe al ver la cara que se le queda al chaval después de la presentación de su amiga. Hola! Yo soy Lea. Encantada. Cómo has llegado hasta aquí?

John respondió al guiño de Anayasi con una media sonrisa pero en ese momento su atención se desvió hacia la puerta y concretamente hacia el extraño que acababa de entrar por ella. Decía ser inquilino de la torre y sin embargo, no se conocían. Lo miró con escepticismo. Que John recordase todas las plantas habían quedado completas con lo que si decía la verdad, solo podía significar una cosa. 

-¿Ya...han buscado sustituto para Martin? No pierden el tiempo, desde luego-dijo sin pensarlo demasiado-.

Esperó a ver cómo lo recibían. El Rey Jerónimo parecía complacido por la aparición. ¿Hablaba de un contrato? Sí, firmaría lo que fuese. Quizá entonces los dejasen marchar.