Partida Rol por web

Realmente el panorama me saca de quicio y una vena en mi frente va tomando relieve poco a poco. Tanto alboroto, desparrame etílico y divertimento en una situación tan seria hace que mi autocontrol se vaya al carajo. Empiezo a respirar agitadamente, un comienzo de ataque de ansiedad y furia me recorre el cuerpo. No puedo moverme de mi sitio, me tiembla la pierna con un tic nervioso. Cinco minutos más de ruido y exploto. 

Parece que la llegada del nuevo -de la cual ni me entero- calma el ambiente, pero la aparición del Rey loco y su estridente voz hace que mi sangre comience a bullir de nuevo...

Miro a mi alrededor y, sin entender porqué, observo que se está montando una fiesta. Como estoy distraida acusando a Samuel de suicida temerario, no me paro a confirmar si están de juerga en serio o no.
Cuando por fin puedo concentrarme en ellos, la fiesta se interrumpe porque llega uno nuevo que pega en este sitio lo mismo que yo en a entrega de los Nobel.
Pero el chico parece majo y despistado y el Rey Jerónimo dice que le parece bien, así que, cuando noto que Rob, que está a mi lado, se empieza a poner nervioso, le cojo del brazo y le digo por lo bajo:
-Tranquilo, aguanta solo un poco más, creo que vamos a salir de esta pronto-

Según estoy hablando con Rob observo como se va poniendo muy tenso. Intento distraer su atención preguntándole sobre su trabajo, familia..., aunque Rob parece no reaccionar. Parece una olla a presión que se va calentando.
De repente aparece alguien diciendo que es el nuevo vecino. Esto es rapidez, y no puedo evitar pensar que a rey muerto rey puesto.
Al oír a Carmen me uno a ella para intentar calmar a Rob. Rob, Carmen María tienen razón, esto se está acabando y en nada podremos salir de aquí. Aguanta

Por un momento temo que se nos esté yendo un poco de las manos el tema del desparrame, pero en ese momento veo a Anayansi pasarle el hielo a Blanca y vuelvo a sopesar el asunto. Un poco de fiesta no viene nada mal, ¿no?, así que continuemos!

Pero es en ese preciso momento, cuando mejor te lo estás pasando (como siempre) cuando la puerta se abre y entra el nuevo vecino, dando por terminada la fiesta...

Anayansi es la más rápida y Lea la secunda. Me aproximo yo también a Erik tendiéndole la mano:

- Hola Erik! Precisamente ahora estábamos a punto de votar por el presidente de la comunidad! ¿Te interesa? - digo sin poder evitar sonreir y consciente de que sus primeras palabras han sido que venía a una reunión de vecinos...pobrín.

Pero claro, tampoco es el momento de decir "hola, soy Hache, piso 3 oeste, ayer era como tu, pero ahora mismo estoy siendo utilizado como rehén por LaCorte para que se establezca el equilibrio de antaño"...

- Bueno! Pues bienvenido seas! La verdad es que estábamos esperando impacientes la llegada del nuevo vecino, y una vez que has llegado, no veo inconveniente en que vayamos todos a la torre a darte la bienvenida como dios manda, ¿verdad? - digo esto último dirigiéndome directamente al Rey Jerónimo.

La escena que se desarrolla en el bar no me sorprende demasiado, porque sé cómo es esta gente de las Termitas. No es que me junte con ellos, claro, pero alguna vez hemos hecho alguna visita para arreglar algún asunto... Después un tío en las escaleras da un montón de órdenes y... ¡¿cómo mierdas se atreve este tío a hablar así de mí?! Estoy a punto de gritarle cuando una chica se acerca a mí y trata de hablarme. No dejo que se me acerque demasiado, dice cosas raras que no me importan una mierda. Ahora que la miro bien, está buena. Y es inmigrante. Seguro que es puta, ¡gentuza!

Después se acerca más gente, entre ellos una chica que me suena de la tele. De buena familia, recuerdo, eso está bien.

- Hola Lea, soy Erik. Van Houten, de los Van Houten que fundaron Aquilea. Qué alegría ver a gente de bien por aquí, cuando me enteré de dónde era la reunión tenía bastantes dudas, la verdad. -Más lejos veo a un hombre que parece tenso, con una mujer negra a su lado-. Ah, no sabía que se podía traer al servicio a la reunión...

No termino de entender lo que dice el tío de las escaleras de una clave o algo así, pero debe ser la gente de la inmobiliaria.

- Claro, amigo -le digo al gordo de barba, este es blanco-. Tengo muchas ganas de llegar a mi nueva casa. ¿Dónde hay que firmar?

Por fin, un nuevo investido. Y menudo investido… Con uno de esos cuerpos que no puedes evitar mirar. De esos que te dices “seguro que es imbécil” o “no quiero alguien que pase más horas en el gimnasio que hablando conmigo” pero te mueres por meterles mano.

Ahora podrían largarse a casa y acosar a Samuel con preguntas. A ver si de una vez les daban la información entera y no fascículos sueltos. Pero, para su desgracia, tiene demasiada conciencia para no avisar al nuevo de donde se está metiendo…

No dejo que se me acerque demasiado

Qué alegría ver a gente de bien por aquí, cuando me enteré de dónde era la reunión tenía bastantes dudas, la verdad.

Ah, no sabía que se podía traer al servicio a la reunión...

Nathan abre la boca para decir algo, pero la forma en la que el nuevo se aparta de la excéntrica coach, su opinión del barrio que por ser humilde no puede tener gente buena y, como guinda, el comentario sobre Carmen condensa en minutos una forma de ser que él ha conocido muy de cerca en su entorno.

Cierra la boca y piensa que adelante con el invento, a ver qué tal le sienta a este Charles*ingresar en las filas de la Corte. Todo el atractivo del nuevo desaparece, sigue siendo un cuerpazo que incita al morbo, pero solo si hay una mordaza a mano.

Aun asi el pintor no puede callarse, hasta el más pijo de los pijos tiene derecho a ser avisado:

-Antes de firmar piénsatelo bien. El faro es un edificio apasionante pero tiene sorpresas, es un sitio más complicado de lo que parece.

La situación es tan surrealista que no me atrevo ni a moverme de detrás de la mesa en la que me había parapetado. Mientras veo todo el jaleo noto que algo me oprime por dentro, Martín ha muerto y parece que a nadie le importa... parece que... ¡lo están celebrando!

Ni siquiera sé a qué casa se supone que pertenezco, lo que tengo claro es que este no es mi sitio... yo... no... Unas terribles ganas de llegar a mi piso, cerrar la puerta y meterme en la cama se adueñan de mi.

Llega el nuevo vecino, lo miro esperanzada pensando que quizás aporte un poco de cordura a todo lo que está pasando, pero cuando Lea le saluda y escucho sus palabras, mis ganas de salir corriendo sólo aumentan, así que me uno a Hache 

- Bueno! Pues bienvenido seas! La verdad es que estábamos esperando impacientes la llegada del nuevo vecino, y una vez que has llegado, no veo inconveniente en que vayamos todos a la torre a darte la bienvenida como dios manda, ¿verdad? 

- Si, ¿podemos irnos ya?- digo mientras saludo al nuevo vecino con un movimiento de cabeza- Hola. 

Jadeante y cansada, Blanca se sostiene de una mesa cuando el caos (y el peligro más inminente) acaba con la llegada del nuevo inquilino. Si bien un poco frustrada por la reticencia y la abulia generalizada de la mayoría de los vecinos en el intento por escapar, el prospecto de salir pronto de aquí le hace sentir que el plan, si bien frustrado, no fue del todo malo. Al menos comprobó que se pueden hacer cosas relativamente coordinadas y que sus probabilidades de sobrevivir a "esto" aumentan cuando se deciden a enfrentar realmente la situación (y que a Anayansi le va cualquier cosa con posibilidad orgásmica).

Y Hache.

Una mirada y una sonrisa bastan. Le ha sorprendido para bien el que, sin dejar de lado su característico humor Darío puede alzarse a la altura que se necesite... y eso le hace mirarlo diferente. Como si de pronto ya no fuera un oso de peluche al que hay que cuidar.

Notando que Helena está teniendo problemas para adaptarse, le pone una mano en el hombro. Es lo menos que puede hacer después de que le ayudó a moverse durante la escaramuza con el cocodrilo ese. "Ya nos vamos... tranquila. Supongo que todos necesitamos un momento para ponernos en neutro, tomar un poco de aire, y darle sentido a todo."

Al chico rubio sólo le asiente con la cabeza. Nathan ha sido el que mejor ha descrito la situación sin parecer un loco... y no hay nada más que ella pueda agregar. Sinceramente, creo que necesito recostarme un rato. Un rato como dos semanas, piensa.

- ¡Claro, hombre! -respondo a Nathan dándole una fuerte palmada en la espalda- Parece que el Faro está hecho a mi medida, me gustan los retos. No llega uno a ser campeón del mundo quedándose en el sofá, ¿eh? ¿Por qué no vemos eso del contrato con una cerveza?

No sólo algunos compañeros miran con cierto rechazo a aquel que parece haber lanzado comentarios de desprecio hacia el resto (¿son bromas inadecuadas? ¿es un tío tan prejuicioso como ha parecido?). Tampoco parece haber sentado bien a los piratas que quedan. 

Laverna, la transexual negra, no reprime un gesto de desprecio acompañado de un gritito de desagrado. 

Un segundo después una jarra es lanzada contra su cabeza. Ella grita dolorida. La jarra se rompe y el resto de hombres de La Corte ríe de nuevo sin parar. Sobre todo porque quien ha lanzado la jarra es el Rey Jerónimo. 

Él sí parece más que complacido con el cambio: 

- Erik ¿es nombre de pirata, verdad? Disculpa nuestros modales y el sitio, esta fiesta temática de bienvenida se nos ha ido de las manos. Uy, como esa jarra que ha volado. ¡Eres el candidato perfecto que buscábamos! No lo supimos ver con ese Martín Bigotín Mudanzas pero ahora todo es jolgorio en La Corte... eeeeew... en la marca que patrocina tu estancia en la planta. Nos llamamos así ¿sabes? Somos con el Corte Inglés pero sin ingles. Lo que es Corte Raja sin más. Jajaja. 

Oh, respecto al contrato: me dicen que se ha estropeado la máquina fotocopiadora de este sitio. Siempre fallan la reprografía de las tabernas ¿verdad? Por eso no hay nunca fotocopias manchadas de cerveza ¿no te has fijado? 

En fin, te llevamos en coche al Faro y antes paramos a que firmes ¿te parece? Ah, ¿que has venido en tu propio coche? Pues hacemos lo mismo y encima nos ahorramos gasolina. Que esto es un chollo pero nadie es gilipollas ¿verdad? 

El Rey Jerónimo escolta a Erik a la puerta quien apenas tiene tiempo de despedirse del resto antes de que se cierre la puerta tras ellos. Nada más irse Laverna llora por el golpetazo mientras Rosemary le susurra algo al oído. Entonces la transexual empieza a reírse a carcajadas. 

Banana se dirige al resto y dice

- Podéis iros a darle la bienvenida a la Torre. Ha sido un placer tener aquí esta fiesta. Os invitamos a las rondas que habéis tomado. 

Un monito se sube a su hombro. El mono tiene cara de asesino malhumorado. Banana le acaricia mientras le dice

- Buen trabajo Split. Y ahora... damas y caballeros...

Laverna, Rosemary, Manny y Banana (y su mono) se inclinan al unísono como si saludaran al público y la función hubiera terminado. Después abren la trampilla y se van quedando el sitio vacío. 

Mientras te saca de allí el Rey Jerónimo y sientes que deberías volver a entrar para despedirte de tus nuevos vecinos, ¡ves que hay alguien en el interior de tu coche!

El Rey Jerónimo solo se despide de ti diciendo: 

- Ahí está la notario... Nos volveremos a ver Erik.. Van Houten... Van Houten y se caen... ¿Es un mal chiste, verdad? ¡PERO ES LA OSTIA DE ESPLÉNDIDO TU APELLIDO! 

Se ríe mientras se aleja. 

Pero lo que más te sorprende es la presencia de esa persona dentro de tu coche. Al abrir furioso ves a una mujer pelirroja con un vestido rojo

​- Buenas noches, soy la Señora Threpwood. Espero que no le importe que haya esperado dentro. Se dejó el coche abierto. Aquí traigo el contrato y todo lo que quiera preguntar. ¿Vamos arrancando? 

Nathan piensa en que hacer ahora que todo esto había pasado. Lo que le pide el cuerpo es ir hasta el faro caminando por la costa, quizá hasta descalzándose en alguna playa. Pero sentía que aquello no había concluido. Tal vez cuando hicieran algún tipo de ceremonia de despedida de Martin, algún funeral simbólico hasta que apareciese su cuerpo… si es que aparecía.

“Orejas de diablillo” se puso pálido de repente –Vecinos. Hay un tema que no hemos tocado en toda la noche. No sabemos si Martin murió por algo normal, ya sabéis una enfermedad, un atraco que salió mal, si lo mataron pero por algún asunto suyo personal… o si murió por ser un investido de la Corte como Carmen o de cualquier casa como todos nosotros. ¿Alguien sabe que estaba haciendo, a donde fue? Deberíamos investigarlo, por nuestro propia salud.

Se pone nervioso al pasar a otro tema escabroso –¿Alguien sabe si Martin tenia familia? Deberíamos hacer llegar sus cosas a alguien antes de que el… La palabra es como una flecha, si la dices no vuelve, piensa Nathan mordiéndose la lengua …nuevo tome posesión del piso. No parece el tipo de persona que respete que los objetos que hay en su casa son de un muerto.

El gesto de Blanca y las palabras de Nathan hacen que mi ánimo cambie y consigo sonreir, un poco, puede que me haya puesto algo dramática, o no, pero no voy a pensarlo más.

Cojo a Nathan de la mano

- Vamos- le digo a él y al resto de los vecinos- yo pago un taxi.

La mirada y sonrisa de Blanca me basta para saber que ha apreciado el gesto. No sé si pensaba que era un oso de peluche al que tenía que proteger.

Aunque intento disimularlo, la primera impresión de Erik me recuerda a la primera impresión del anterior  inquilino, Martín. Acaba de llegar y ya ha dicho que es campeón del mundo en la segunda frase y se ha mostrado tirante con algún vecino ¿Igual en la elección de los vecinos hay menos azar de lo que nos creemos y son buscados según tipo de carácter/estereotipo?

- Mejor tomamos la cerveza en la torre, ¿te parece, Erik? - digo con la esperanza de salir de una vez de allí, ya que no puedo quitarme del pensamiento que hasta hace 5 minutos eramos rehenes.

Me dirijo hacia la puerta, siguiendo a Helena.

- La verdad es que tienes toda la razón Nathan, deberíamos hacer algo en memoria de nuestro amigo...quizá podamos reunirnos unos minutos en el jardín y decir algunas palabras...aunque la verdad, no sé ni siquiera si le gustaría...

De hecho, ni siquiera estoy seguro de que él viniese si hubiese muerto cualquiera de nosotros

No he ignorado la pregunta de Nathan a propósito, pero no quiero contar nada más en la taberna. El Rey Jerónimo me parece un poco..."inestable", y cuanto antes salgamos de ahí, mejor

"¿Qué se ha creido el Barbie-Ken este?" pienso tras ser rechazados mis besos de coridal saludo pero ni me molesto en contestar algo al tipo cuando hace un par de comentarios muy desafortunados contra mi amiga Carmen y demás personas.

"Mal encaminado va si piensa tratar así a los vecinos... ANAYANSI FÁTIMA SEGUNDA CASIMIRA MÉNDEZ tendrá estas cosas en cuenta" me sorprendo a mi misma por no enfurecerme y empezar a soltar veneno por la boca. Supongo que la niña negra endemoniada que tengo en mi interior tiene algo preparado para más adelante y prefiere ir con cautela con este personaje.

Como mis amigos deciden irse a casa hago también lo propio. Me hubiera gustado consolar a la transexual, charlar un poquito más con Manny y conocer más a fondo a Banana pero será en otra ocasión.

-John, ¿quieres que tomemos la última en mi piso y me cuentas un poco lo de las casas y en qué consiste la nuestra?- propongo a mi compañero y amigo de rellano.

Los demás quieren hacer algo para recordar a Martin, no le conocía demasiado pero ese bigote merece unas palabras.

-Yo si queréis puedo prepararme un discurso de despedida, incluso una canción. Soy de palabra fácil y siempre sé lo que tengo que decir. ¿Cuándo queréis que lo hagamos?

Tampoco ignoro la pregunta de Nathan pero como ya conté mi historia y no la recuerdo muy bien no quiero arriesgarme a contar otra cosa distinta, soy consciente de que las cosas no fueron tal cual las narré y no quiero quedar como una chiflada... Ya se lo contará otro.

"¡Ay noooo!" pienso cuando oigo las palabras del nuevo. "Carmen Maria, sin falta en cuanto llegues, depuras del descansillo, si se acumula el mal karma que dejó Martin con el malo que trae el nuevo, el pestuzo a alquitran o que no funcione el ascensor seran tus menores problemas..."

-Rob ¿nos vamos?- digo intentando "cogerle" del brazo pero, sin tirar de él, y mirandole a los ojos "No rompas el contacto visual"
Y, hacia Ochi, que también estaba pendiente, pero sin mirarle, -Rob y tu podíais ayudarme con una 《cosita》que tengo que hacer en mi planta ¿si?- Digo por sacar un tema ajeno a lo que vivimos ahora.

Entonces Anayansi hace su propuesta y a mí me falta tiempo para contestar, casi antes de que haya acabado -Yo me apunto, cuenta conmigo para hacer un ritual de despedida-

Durante los quince minutos de trayecto en coche, la Señora Threpwood le va leyendo el contrato. 

Cuando llega al punto del Equilibrio de Antaño hace una pausa interrumpida por un gesto de extrañeza de Erik que ella despacha con un "supongo que las cosas ya no están tan equilibradas como deberían... esto es un acuerdo entre... entre las diferentes órdenes que subvencionan cada planta. Tú ya has conocido a la tuya. Se trata de que haya un balance objetivo y azaroso pero tu suplencia es la primera grieta en un sistema arbitrario y justo. La Corte pidió en retribución que tú fueras el nuevo inquilino"

Erik debería haber sospechado que algo extraño pasaba pero su ego se lo ponía difícil. ¿Tan raro era que quisieran que un triunfador como él fuera el candidato? Sobre todo viendo la pinta de los demás. Tanto de esa Corte como del resto de vecinos. Lo que le seguía molestando es que no le hubieran cogido de primeras. Tal vez ese era el Equilibrio. Que hubiera destacado de más.

La mujer siguió hablando y explicando y Erik interrumpía de vez en cuando con alguna pregunta: 

- ¿Pero este otro vecino al que sustituyo? ¿Ha muerto? ¿Y sus cosas están aún en el apartamento?

- Incorrecto. No debes preocuparte por eso. Todo ha sido ya... borrado. El apartamento es totalmente nuevo para ti. Y todo ha sido ya arreglado. Creo que Phineas te comentó acerca de la necesidad de llevar una buena convivencia con el resto de vecinos. Ya habrás comprobado que aunque se conocen de hace dos días, existe un fuerte clima de grupo. Haz lo mejor que puedas para integrarte. 

Al llegar al Faro Pródigo de noche, no se percibe el brillo dorado de sus ladrillos ni los detalles de la Torre pero aún así, o puede que por eso, su imagen es aún más poderosa recortada en la noche. 

La Señora Threpwood describe al salir todo lo que encontrará y las características de la Torre, aunque no le hace el tour por dentro. Le extiende los papeles para que los firme y le recuerda que: 

- Mañana vendrán a recoger los 111 euros del alquiler. Disfruta de tu estancia en el Faro Pródigo. 

La mujer se aleja por el jardín sin pedir viaje de vuelta. Erik tiene tiempo de investigar su planta ¿por qué huele tantísimo a ron?, su apartamento y los exteriores cuando el resto llega al Faro en varios taxis. 

John salió de aquel antro sin decir nada. Al salir al exterior, se sintió desorientado, como si no supiese donde estaba. Cogió aire. Realmente no lo sabía con exactitud. Miró a lo lejos y tomó referencias que le permitieron situarse.

- Alguien...¿alguien entiende qué...qué es lo que ha pasado ahí dentro?

Miró a sus compañeros esperando una respuesta y sin esperarla. Aquello había sido deliberadamente subrealista. Tanto interés en retenerlos para soltarlos ahora sin más. Se alegró de no haber hecho caso a Kantor que proponía salir por la fuerza. Al final todo lo que habían tenido que hacer es tener un poco de paciencia y seguirle el juego al rey. Se sonrió.

Iba a decir algo cuando Orejas de diabllillo se le adelantó. 

-No se...conocía a Martin más que la mayoría de vosotros, pero no...nunca...no me daba buena espina. No quiero saber...de sus as...negocios más de lo necesario, pero creo...no creo que mereciese morir. Y sí que merece una despedida digna. Todo ser humano la merece. 

Siguieron caminando hacia la Torre cuando Anayasi se le acercó. John correspondió a su oferta con una sonrisa. 

-Poco sé...Altair es...una estrella, pero te prometo...te contaré lo que sé.