Partida Rol por web

Llegas al lugar el cual se encontraba completamente desierto, siendo solo el viento el único elemento que destruía el silencio que albergaba en todo el lugar.

Paneles de chapa bailoteaban mientras que en sus ranuras se oía el leve silbido de un viento terriblemente frío.

Un gran cartel indicaba que el lugar estaba cerrado y no importaba cuantas veces llames a la puerta, nadie te atendería. Los vidrios empañados con escarcha no permitían ver gran cosa y por mas de que sean limpiados, ningún movimiento certero podría ser detectado en el restaurante.

 Con precaución, procurando no ser visto, busqué una entrada por la que poder entrar en el interior, esperando poder saber lo que me había impulsado a este lugar...

La entrada de enfrente contaba con la cerradura normal, pero la trasera contaba con cadenas y un grueso candado aparte de la cerradura.

Entrar en el lugar sin las llaves seria imposible, aunque forzando la cerradura con algún instrumento es viable, por otra parte...la puerta de enfrente es de vidrio, por lo que romperla también es una opción, no muy cuerda, pero opción al final.

 Con cuidado, tratando de tomarme mi tiempo, trato de forzar la cerradura, confiando en que nadie me verá. Aunque trato de mantener la calma, sé que dentro está la llave a las respuestas que busco...

El cuervo ingresa cuando abres la puerta tras unos empujones, el nota que el lugar estaba polvoriento y casi abandonado, con las sillas recogidas, las mesas desprolijas y los estantes vacíos, no había peligro.

El restaurante es algo bastante típico, con mesas y sillas por un lado, una barra para atención rápida, una puerta que lleva a una pequeña cocina y otra mas que servia como acceso al refrigerador, ademas de una salida trasera que se encontraba cerrada con llave y candado.

Por lo demás, nada que llame mucho la atención.

 Fui avanzando, primero hacia el refrigerador y, según iba caminando, iba tocando todo lo que me encontraba, como el mostrador, una mesa, una silla,... Para luego tratar de abrir la puerta del refrigerador...

Cuando tocas las sillas, las mesas y demás elementos dentro del restaurante solo ves imágenes de gente que viene y que va, que consume comidas orientales algunos con disgusto y otros con alegría.

Pero cuando tocas el refrigerador notas el rostro de Shirō Ishii, quien abre la puerta metálica y luego abre una trampilla secreta en el suelo, con una llave que el llevaba encima.

 Decido volver sobre mis pasos y pruebo entrando en la cocina, por si casualidad hay alguna herramienta que pueda usar para abrir la trampilla o alguna pista que me pueda servir...

En la cocina solo notas a Shirō cocinando y llevando la llave en todo momento en su cinturón.

Había cuchillos y tenedores, lo típico de una cocina simple.

 Cogí uno de los cuchillos y traté de usarlo para abrir la trampilla, tomándome mi tiempo y esperando que abajo estuviera definitivamente mis respuestas...

La trampilla se abre con una pequeña dificultad, pero al final te da acceso a unas escaleras que bajaban por una estrecha gargantilla de concreto, la cual a su vez termina en un pequeño cuarto que a simple vista se asemejaba bastante a una oficina antigua.

No hay iluminación eléctrica, y solo una vela puede ser encendida para poder observar con exactitud todos los elementos de la oficina.

El cuervo te facilita unos cerillos que en la cocina descansaban, por lo que pudiste contar con una buena iluminación.

 Empiezo a registrar la mesa del despacho, en busca de pistas, esperando que me sirviera para encontrar algo que pudiera servirme...

Ves como una muchacha quien antes trabajaba como mesera, era llevada a la fuerza en ese lugar, para terminar siendo ultrajada por Shirō, esto se repetía día a día...pero hubo algo que cambio, temprano por la mañana la muchacha tomo un libro que en un cajón del escritorio se encontraba escondido, ella con una simple mochila lo carga y lo quita con lagrimas en los ojos, desapareciendo así por el linde de la puerta.

 Tratando de visualizar lo que contenía ese libro, abrí el cajón que lo había guardado y toqué su interior, esperando visualizarlo... Al parecer la chica había sabido vengarse de su torturador, esperaba que no hubiese pagado un alto precio por ello...

Tratas de ver algo sobre el libro, pero al parecer, nunca fue abierto en ese lugar, ni siquiera extraído.

Sientes que te duele la cabeza y una serie de visiones comienzan a atacarte.

 Los recuerdos me golpean, como trenes, en mi cabeza, caigo de rodillas, al suelo, con las maños en la cabeza, mientras comienzo a recordar retazos de mi vida y recuerdo a alguien... Una chica... Laura.

 Trato de incorporarme y toco la silla volcada, esperando que de de alguna información...

Tus memorias caen como rayos agudos en tu cabeza, y poco a poco recuerdas sobre tu novia, tu nombre, tu vida anterior a tu muerte, una muerte descarada que no te merecías.

Sobre la silla ves a Serpens con su alta figura sentado en la misma, ademas de la muchacha quien se mantenía ahí desnuda mientras era violada por ese repugnante ser.

Ademas, notas la presencia de otra muchacha, solo que esta no era de origen oriental, era una muchacha de cabellos rubios quien sentada ahí...era mordida por Shirō, lo que solo demostraba su naturaleza de...¿vampiro? La muchacha desconocida temblaba de aparente excitación, mientras que el oriental le clavaba ambos colmillos para hacerle brotar grandes cantidades de sangre por las comisuras de su labio. Tras unos minutos, la muchacha se mantiene inerte y Shirō satisfecho...se quita los pantalones y busca de nuevo a la pobre muchacha victima de sus tortuosas violaciones.

La mujer ya muerta por su parte, contaba con los ropajes de una enfermera, una del Hospital Santa Barbara.

 - Nunca des a un irlandés un motivo para vengarse.... - Era un dicho que le gustaba decir muchas veces mi abuelo... Pues este lo tiene y mucho...

 La ira dentro de mi hace brotar algo de mi interior, noto como mis uñas se endurecen y se vuelven negras, mientras mi piel se vuelve pálida, como un muerto. No es el único cambio, por el reflejo de un cristal puedo ver que mi rostro ahora parece similar al de un mimo, pero bastante más intimidante...

 Con una sonrisa feroz, comienzo a registrar todos los cajones, para luego hacer lo mismo con todos los libros, archivadores y armarios que encuentro...

Tocas cada objeto, elemento, cosa o lo que sea necesario para tener mas claro el panorama, estabas estresado, enfurecido, colérico y con este malestar semejante a un fuego que te recorre por todo el cuerpo notas nuevas imágenes:

La chica oriental siendo torturada en toda la habitación.

La visita de personal medico en el lugar.

La alimentación de aquel despreciable ser, mediante bolsas de sangre y mediante otros humanos quienes caían a sus pies tras terminar de alimentarse, dichos humanos eran todos del hospital Santa Barbara.

 Finalmente, con un grito de furia, trato de sosegarme. Luego respiro hondo y decido ponerme a buscar los archivos de personal del restaurante, tratando de encontrar el de la chica que se había llevado el libro. Si no estuviera aquí, lo buscaría en la zona principal...