Partida Rol por web

Erebus

Escena III: En los salones del rey de las montañas

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23/03/2013, 13:27
Jacques Goubert

“¡Qué bien! Mañana me darán un colorido collar  y, tal vez, alguna piel de zorro…y tendré que simular que he obtenido la mejor parte en el trato”, pensó el soldado que, sin embargo, se encontraba cada vez más cómodo en la choza ¿Sería el confortante calor o que podía, al fin, identificar en aquellas gentes pautas de conductas asimilables a las del resto de indígenas con los que había tratado hasta ahora? Incluso se mostró receptivo a la petición de la mujer, a la que dedicó una pícara sonrisa. Tal vez no fuera tan mala idea pasar aquí la noche. Goubert agradeció las palabras de Wranalok, al que le hizo saber que la hospitalidad de su gente era ya un generoso pago y que se sentían honrados con su presencia.
Una ráfaga de aire helado golpeó la espalda de Jacques y le hizo girarse hacia la puerta. El chico del chucho acababa de llegar…una pena, pues confiaba haberlos perdido de vista. Se ve que el frío exterior no había sido lo suficientemente duro con ellos.
“Vaya ¿Sacando a tu perrito para que haga pis o estabas quitándole las pulgas? Dinos ¿Qué es lo que has hecho fuera tanto tiempo?”

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24/03/2013, 12:13
Adrien Le Brun

- Por lo visto, no me he divertido tanto como vos

Adrien escupió las palabras. Habían visto la abominación de lo que había ocurrido con Danton, le habían dado muerte, y aún así sus compañeros habían cenado en la misma cabaña. Y parecían divertise.

- ¿Han conseguido al menos provisiones o algo que llevar al Erebus, además de un cadáver? ¿Necesito recordarles por qué estamos aquí?

El aullido del fingido funeral del templo recorrió sus pensamientos. Dos de los indígenas habían muerto y no parecía importarle a nadie; desde luego perder a los "hombres altos" no iba a ser diferente.

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24/03/2013, 12:55
Catalina d'Uberville

Lo afectado que estaba el joven LeBrun era evidente; él y el doctor eran los más turbados de todos. 

- Señor LeBrun -se acercó hacia él con gesto preocupado. La tensión era evidente, y en una situación tan delicada como en la que estaban, un conflicto interno podría ser el desencadenante de la catástrofe-.  Le ruego que se tranquilice -le habló con voz calmada, buscando relajar el ambiente, extendiendo las palmas de las manos hacia él-. No es necesario que nos recuerde para qué estamos aquí, señor LeBrun. Sea comprensivo, por favor. Los últimos acontecimientos nos han transtornado a todos.

Le mantuvo la mirada, asegurándose de mostrar una expresión amable y tranquilizadora. La tensión entre LeBrun y Goubert, añadido a la presión que estaba soportando Tessier, podía terminar convirtiéndose en un auténtico problema. Gallos en un gallinero. Lo último que les hacía falta era una pelea a ver quién los tenía mejor puestos. No sería ni la primera ni la última vez que lo veía. Al final los muertos eran los afortunados.

- Dejarnos llevar por la pesadumbre y el pesimismo hará más mal que bien a nuestra supervivencia, señor LeBrun... se lo ruego, trate de ser paciente. Se nos ha ofrecido hospitalidad para pasar la noche. Por mucho que las costumbres de estas gentes sean diferentes a las nuestras, trate de ver que intentan ofrecernos lo mejor que tienen, por extraño o perturbador que nos parezca. Creo entender que para estas gentes, Danton es un elegido divino. No tratan de ofendernos. Son gente ruda en un entorno difícil. Por favor, señor LeBrun -pidió una última vez-. ¿Sería tan amable de acomodarse en esta tienda? Seguro que -se inclinó y acarició al perro, que parecía tan inquieto como su amo- este magnífico animal también agradece guarecerse del frío.

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24/03/2013, 13:56
Jacques Goubert

Jacques profirió una estruendosa carcajada ante la respuesta de Le Brun.
“Mujer, se ve que nuestro joven amigo no tiene sentido del humor-el soldado fijó su mirada en el chico y añadió- Además, muchacho, ¿Acaso te consideras mejor que nosotros o que esta gente? Si es así eres libre de morir congelado ahí fuera. Reflexiona sobre lo que te ha dicho Catalina, pues son sabias palabras”.

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27/03/2013, 18:34
Ojo-de-Cuervo

-Mantén la calma y sé pragmático, joven LeBrun -añadió Ojo-de-Cuervo a lo dicho por los demás-. Danton ha cruzado hacia los Terrenos de Caza y ahora mismo estará disfrutando con sus ancestros de un bien merecido descanso.

Quería creerse esas palabras, desde luego. Con Wendigo y otros manitu sanguinarios pululando descontrolados, ¿cuál era el destino cierto de un alma humana? Deseaba tener cerca a su sachem para que le infundiera sabiduría en aquellos momentos tan duros.

-Su carcasa es como esta tienda bajo la que nos refugiamos... algo que abandonaremos pronto -sonrió sin humor. El doble significado de sus palabras era intencionado-. Pero no hasta mañana.

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28/03/2013, 19:54
Adrien Le Brun

Adrien miró con impaciencia al techo de la cabaña. Aunque le resultara imposible enfadarse con Catalina, el ánimo de Harald empezaba a contagiársele. Respiró profundamente y se sentó al lado de Ojo de Cuervo, haciendo una señal a Harald para que se tumbase detrás de él.

- Veo que no me he explicado con claridad - dijo - No estoy enfadado con estas gentes, ni con lo ocurrido con messié Danton; nadie podía haber sobrevivido a la tormenta. Me inquieta que ustedes hayan podido cenar en la misma habitación, pero allá con sus estómagos. Y, messié Goubert... al menos mi sentido del humor sí que es algo mejor que el suyo, aunque no estamos aquí para discutir eso. El Erebus estará atrapado en el hielo hasta la primavera. Nos quedaremos sin leña y sin víveres en alta mar; pelearemos por la comida y las mantas y Danton nos parecerá afortunado. Si ustedes se encuentran cómodos con estas gentes y sus costumbres, o si quieren quedarse aquí para siempre, por mi no hay problema, siempre que pueda llevar al Erebus algunas provisiones más de las que tenemos hasta ahora.

Notas de juego

Si Harald no hace intención de comer nada, Adrien tampoco.
Adrien no está "fuera de control" o trastornado en modo alguno; simplemente ha entrado en la tienda y se ha encontrado a sus compañeros de "cháchara" mientras la sombra de la inanición se cierne sobre ellos. Lo que sería llegar a una isla desierta y encontrárselos tomando el sol en lugar de pescando o construyendo refugio.

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01/04/2013, 09:53
Director

Sheshneeg asintió a las palabras de la baronesa sin detener sus preparativos para salir de la choza. Si la dama lo deseaba, hablarían sobre El Que Canta en la Tempestad, pero sería por la mañana. Uno a uno los indígenas abandonaron la sala y las pieles bloquearon la gélida temperatura exterior.

Mientras los europeos intercambiaban impresiones, Duwhitzin retiró los restos de comida y los cuencos, limpiándolos con la nieve del exterior. Extendió un buen número de pieles, preparando cómodos jergones para todos y, protegiéndose las manos con sus ropas, arrastró el negro barrilete hasta su posición inicial junto al cuerpo de Danton, aproximadamente el centro de la estancia. Llamó entonces con gestos a Catalina a un aparte:

-Shwoghrotz –dijo, señalando el negro barril. Luego comenzó a susurrar algunas explicaciones y después cantó por lo bajo una breve canción de versos repetitivos.

El doctor fue el primero en introducirse en las pieles. Eran cómodas y cálidas. Aunque los acontecimientos de la jornada y su actual situación en nada invitaban a conciliar el sueño, Tessier se forzó a relajarse, y a medida que la mujer fue apagando los candiles de grasa de foca, fue deslizándose hacia un intranquilo sopor. Igualmente ocurrió al resto, a pesar de los penetrantes olores del pescado y la grasa, y la inquietante presencia del cadáver y su estirada mano, testigo mudo de cuanto había acontecido.
 

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01/04/2013, 09:55
Director

Harald se agazapó contra el cuerpo de LeBrun, cuyas tripas emitían algún que otro crujido, pues ninguno de los dos había probado bocado. El animal, intranquilo, no dejó de moverse en toda la noche, pese a lo que el joven aún logró dormitar algunas horas. Un rato después de haberse apagado las luces, oyó el quedo murmullo de la voz de la mujer nativa. Más tarde sintió a alguien salir de la tienda, alguien que regresó un rato después y estuvo calentándose y frotando sus miembros junto a aquella especie de brasero.

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01/04/2013, 09:56
Director

Casi inmediatamente después de haberse apagado el último candil, Goubert sintió cómo unas manos levantaban con tiento las pieles que le cubrían. Un cuerpo cálido se acomodó junto a él, y unas manos gruesas le tentaron la ropa. El soldado notó que aquella persona estaba desnuda, su cuerpo menudo y recio cubierto de un vello espeso y suave, y que olía a grasa y pescado. Un aliento caliente sopló junto a su rostro y musitó unas incomprensibles palabras en la lengua aborigen, soltando luego una queda risita. Todo aquello le evocó las maneras cariñosamente sucias de las rameras de Saint Pierre.

Notas de juego

Si deseas que Goubert tenga trato carnal con la aborigen, dímelo ya que puede ser importante, pero por favor no entres en mucho detalle. Una cosa es que la partida sea +18 y otra que sea una partida porno-gore XD

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01/04/2013, 09:57
Director

El shwoghrotz parecía construido en una piedra basáltica negra, y estaba decorado con grabados y pinturas geométricas. Debía tener menos de media vara de alto y acaso palmo y medio de diámetro, y era patente el calor que emanaba de él. En su parte superior había una pequeña abertura, poco más grande que una moneda, sellada a presión con pieles medio carbonizadas. Por la manera en que la mujer lo manejaba, debía pesar bastante. Cuando Catalina buscó al lengua Hurón para que le tradujese las palabras de Duwhitzin, ésta le puso sus dedos en la barbilla, impidiéndole el gesto, y luego tapó su boca. Al parecer, debía tratarse de un secreto femenino.

Un torrente de palabras incomprensibles salió de la boca de la mujer, señalando a modo de aclaración unos cuantos dibujos en el objeto, pero Catalina nada fue capaz de comprender de aquella explicación. Luego la indígena comenzó a musitar una cancioncilla en voz tan baja que incluso a la baronesa le costaba escuchar. Era, empero, una melodía fácil que se repetía tres veces, y afinando el oído, logró captar la estrofa.

Shi-wanná wradhachee n’haa-shinhaa shik-hotheff
Gn’haaya, agn’haaya, Lehrigshee-gwamaa

 

A medida que se desgranaban los versos, Catalina pudo notar un levísimo resplandor verdoso en los símbolos que había señalado Duwhitzin, y enseguida notó en su rostro intensificarse el calor que el shwoghrotz emitía. Parpadeó, atónita. ¿Cómo había logrado tal efecto aquella simple tonadilla? La explicación desafiaba toda lógica.
 

Notas de juego

Hágaseme una tirada de Humanidad dificultad 5 por presenciar el milagrito (so pena de perder un punto), y otra de Inteligencia+Ocultismo si deseas aprender lo que parece a todas luces un hechizo. La dificultad es 6 –al fin y al cabo, le están enseñando-.

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01/04/2013, 10:00
Director

Ojo de Cuervo se mantuvo despierto hasta que todos, ya apagados los candiles, estuvieron en sus yacijas. Oía el rebullir inquieto del perro y su amo, y oía las quedas palabras de la indígena en su ignota lengua nativa. El Wendigo, sin embargo, centraba sus pensamientos. ¿Cómo lograrían sobrevivir? ¿Acaso se le podía aplacar o evitar? Ojo de Cuervo no era un hombre-medicina. No conocía los ritos necesarios. Pero sentía correr por sus venas la sangre caliente de su pueblo algonquino, más que otros de su misma tribu. Un chamán le había dicho una vez que en él vivían los héroes, brujos y sabios del pasado, y le había enseñado cómo llamarles y cómo hablar con ellos. Quizá sus antepasados tenían una respuesta que ofrecerle.

El algonquino se levantó en silencio, y salió al exterior. La noche polar enseguida mordió su bronceada piel, pero no buscó refugio a aquel frío mortal. Entonaría los nombres de sus ancestros y solicitaría su ayuda.
 

Notas de juego

El ritual concreto te lo dejo a ti. Como hablamos, el éxito es automático esta vez.

Un hombre llamado Tres Alces acude a tu llamada. Es un cazador cuyo grupo se extravió hacia el norte y se encontraron con esquimales y con el Wendigo. Te dice que el Wendigo ya no es un peligro inminente: aunque es un espíritu asesino y caprichoso, suele marcharse después de jugar con su presa. Pero hay otros espíritus muy antiguos y poderosos a tu alrededor, a quienes no conviene molestar. También te dice que la sangre de los que te rodean no es pura. Y que cuando la tierra era joven, hubo un feudo de sangre entre sus linajes ahora mezclados y una gran guerra en este lugar.

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01/04/2013, 13:18
Jacques Goubert
Sólo para el director

El soldado notó deslizarse el velludo cuerpo de la indígena dentro del jergón de pieles. Aquella mujer no era hermosa, pero, sin embargo, tenía algo especial que despertaba el deseo en Jacques ¿Sería acaso su salvaje belleza? ¿O tal vez el hecho de que  Goubert no yacía con mujer alguna desde hacía meses? Poco importaba ya el motivo, pues la pareja se fundió en un abrazo y el soldado se dejó llevar por la pasión y la fogosidad de la aborigen.

Notas de juego

Como ves Jacques acepta tener trato carnal con la mujer…y, como puedes observar también, no he entrado en detalles ;-)

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01/04/2013, 13:20
Director

Duwhitzin se entregó con pasión animal. En el más absoluto de los silencios mordió y arañó a Goubert como un gato salvaje. Aunque aquella indígena era tan mujer como cualquier otra bajo su velluda piel, en la oscuridad el soldado descubrió sorprendentes detalles en su cuerpo: su espina dorsal se prolongaba en una corta cola de unos cuantos dedos de largo, y aunque sus pechos eran pequeños, ¡poseía nada menos que seis!

Sus juegos se prolongaron gran parte de la noche, pero antes de que el día despuntase, saciados los instintos de ambos, la mujer se retiró a su propio lecho sin articular una palabra de despedida.

Notas de juego

Gracias por no entrar en detalles. Bastantes escalofriantes son los que te doy yo. O tal vez no...  O_o

Para empezar, la tribu te agradece tu contribución a salvarla de la endogamia otorgándote una noche de placentero entretenimiento. Como continuación, haz una tirada de Resistencia... dificultad 8!

Ya verás, mi rijoso amiguete, ¡vas a coger unas ladillas como centollos de hermosas! XD

 

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01/04/2013, 18:09
Jacques Goubert
Sólo para el director

Goubert quedó extasiado en su jergón. La aborigen sabía como tratar a un hombre  y él apenas dio importancia durante su unión con ella a la extraña anatomía de la mujer. Es más, a su macabro cerebro le pareció de lo más divertido y excitante. Sin embargo, tras abandonar la salvaje el lecho Jacques volvió a sentir pavor ante la idea de encontrarse entre aquellos extraños seres. El soldado tomó la decisión de contar por la mañana al doctor Tessier su aventura amorosa y, sobre todo, el descubrimiento que había realizado.

- Tiradas (1)

Motivo: Resistencia

Dificultad: 8

Tirada (3 dados): 10, 2, 3

Éxitos: 1

Notas de juego

Cuando dijiste que podía ser importante el encuentro carnal me imaginé que podía ser algo más trascendental que las ladillas xD

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01/04/2013, 18:47
Director

Notas de juego

Te has librado por un pelo, maldito... ¿Crees que por unas simples ladillas habría que tirar Resistencia a 8? XD

A ver si convences a otro y falla la tirada, así echamos unas risas...

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04/04/2013, 20:14
Catalina d'Uberville
- Tiradas (1)

Motivo: Humanidad

Dificultad: 5

Tirada (6 dados): 6, 5, 5, 9, 8, 10

Éxitos: 6

Notas de juego

¿Se permite el gasto de puntos de FV para conseguir un éxito automático?  Si lo permites, lo hago. Voy a postear esto y a continuación haré la tirada de FV en otro post, para que quede patente que la intención del gasto de FV es de ahora mismo, antes de saber el resultado de la tirada. Entonces, independientemente de lo que vaya a conseguir con la tirada, si me dejas gasto un FV. Y si no... pues que los dados caigan donde quieran.

Cargando editor
04/04/2013, 20:19
Catalina d'Uberville
- Tiradas (1)

Motivo: Int

Dificultad: 6

Tirada (4 dados): 7, 2, 6, 4

Éxitos: 2

Notas de juego

Acabo de mirar mi ficha. No puedo hacer la tirada porque no tengo Ocultismo, y según las normas de Vampiro necesitas el Conocimiento para poder hacer la tirada.  Hago la tirada con Int de todos modos, por si levantas la mano en base a que me lo están enseñando y no es que yo esté rebuscando en mis conocimientos.

Cargando editor
05/04/2013, 09:55
Director

Notas de juego

En principio, permitiría gastar un FV para cancelar temporalmente los efectos de un fallo en Humanidad (no te desquicias de momento, te desquiciarás más tarde).

De todas maneras, has acertado con ambas tiradas.

No hace falta Ocultismo, dadas las circunstancias, para aprenderse la canción. Catalina no sabe si tiene algún significado, ni mucho menos por qué, pero sí sabe que cantándole al shwoghrotz, éste emite calor.

Cargando editor
06/04/2013, 20:47
Catalina d'Uberville

Santa Catalina de la que llevo el nombre... se dijo la mujer, sorprendida. Grabó en su mente las palabras misteriosas, sin saber su significado. No estaba sorprendida de que hubiera ritos a los que solo las mujeres pudieran tener acceso, eso era habitual en las culturas primitivas. Habitualmente, el mundo de la fertilidad, los partos y los hijos tenía veto para los hombres.

Pero por Dios, esto... la piedra refulgente era un misterio más allá de su comprensión. Catalina grabó en su prodigiosa memoria las extrañas runas.

Se inclinó hacia adelante, haciendo una reverencia hacia la mujer, en gesto agradecido. No podía comunicarse con precisión, pero se llevó las manos al pecho mientras se inclinaba, con rostro solemne, para tratar de hacerle entender que se sentía honrada de que hubiera compartido el secreto de aquel artefacto con ella.

Notas de juego

Cuando la mujer de por terminado lo que quiere enseñarle a Catalina, Cata le ofrecerá un té a solas con ella en un rincón de la tierra, para intentar establecer aún más el lazo entre ambas. Por si acaso luego viene bien. Preparará el té con ceremonia pero sin ostentación.

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07/04/2013, 15:39
Adrien Le Brun
Sólo para el director

A pesar del hambre, el joven LeBrun trató de conciliar el sueño. Sólo lo consiguió después de prometerse que, para desayunar, traería algo de carne seca para Harald y para él. No podía pedirle a su amigo que arrastrara el trineo si no lo alimentaba. Hundió la cara en las mantas y pensó en Giselle; solo para darse cuenta con espanto que su rostro se desdibujaba en sus recuerdos.

Acarició al terranova. Volverían, volverían a Francia. Los dos. Y todo aquello no sería más que un mal sueño.

Adrien entreabrió los ojos y trató de ver quien se estaba calentando junto a las llamas.