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Erebus

Escena III: En los salones del rey de las montañas

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19/05/2013, 12:44
Jacques Goubert

Jacques miró a Catalina de reojo.
“Aquí hay una puerta…sería interesante averiguar qué hay detrás de la piel. Este sitio me atrae y me horroriza a la vez…pero no sabría explicar muy a qué se debe.”
El saldado sabía que no debía entrar en la estancia recién descubierta sin permiso de Wranalok, y también sabía que por señas iba a ser complicado hacerse entender. Debía llamar al algonquino para que le sirviera de intérprete.

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19/05/2013, 12:44
Jacques Goubert

"¡Ojo-de-Cuervo! Por favor, venga aquí"

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23/05/2013, 01:10
Catalina d'Uberville

- Sí.  

No pudo añadir más a las palabras del soldado. Deseaba entrar ahí tanto como él, y se veía repelida por el miedo de la misma manera.  Que tradujera el algonquino, y en cuanto dieran su beneplácito... no podía evitarlo, como una vulgar Pandora deseaba abrir aquella caja que bien  podría contener miasmas y desgracias.

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26/05/2013, 15:59
Ojo-de-Cuervo

La escena era horripilante, sin duda, o al menos eso le pareció al montaraz. ¿Qué era eso que sostenía en lo alto la figura perruna? ¿Era humano,? ¿No lo era? ¿Casi era humano? Una arcada amenazó con hacerle vaciar el escaso contenido e su estómago. Hecho a ambientes duros, y después de las pruebas que había tenido que pasar durante las últimas horas, Ojo-de-Cuervo consiguió controlarse. Pero no por mucho. Miró a sus compañeros, todos tan alucinados como él mismo. Y Ludovic Tessier...

...pero Goubert le sacó, le rescató. Agradecido, el algonquino fue hacia el soldado.

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26/05/2013, 16:14
Ojo-de-Cuervo

Con el rostro más pálido de lo habitual, Ojo-de-Cuervo se separó de las paredes pintadas, moviéndose algo envarado y alejándose de Adrien y Ludovic. Se encaminó hacia Goubert, respondiendo a su llamada.

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26/05/2013, 16:24
Adrien Le Brun

- Doctor - dijo Adrien, tomando del brazo a Tessier - Volvamos al Erebus.

Su tono era parecido al de un padre que observa como sus hijos llevan demasiado tiempo jugando en la calle y vuelven a él, sucios y cansados. Su tono les recodaba que ese no era su lugar, y que habían visto suficiente.

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28/05/2013, 10:08
Director

 

Los expedicionarios se reunieron junto al muro que cerraba la estancia, acudiendo a la llamada del Goubert. Él y la baronesa D’Uberville se encontraban junto a Wranalok, con quien al parecer mantenían una difícil conversación. En las manos del soldado había una especie de lanza hecha en un marfil blanquísimo, asombrosamente recta y estilizada, adornada de estrías espirales en toda su longitud. La primera imagen que acudía a la mente al ver aquel objeto era el cuerno de un unicornio.

Colgada de la pared había una enorme piel blanca, la de un oso blanco que llamaba la atención por su descomunal tamaño. Pero algo más provocaba un asombro todavía mayor: el animal al que perteneció aquella piel tenía seis patas. En una segunda ojeada, el temblor de la piel permitía adivinar la existencia de una abertura en el muro.

Al llegar Ojo de Cuervo, Goubert pudo al hacerse entender por el indígena.

-Padre de Todos, vemos que tu pueblo guarda grandes riquezas y asombrosos objetos aquí, y aún queremos conocer más. ¿Qué hay tras esta entrada? –preguntó, señalando la piel-. ¿Está permitido que lo veamos?

Wranalok vaciló, indeciso. Al parecer aquello quedaba más allá de su responsabilidad.

En ese momento, de detrás de unos fardos, apareció el Lector del Cielo. Sin duda había oído la pregunta del francés, porque tras esbozar una satisfecha sonrisa respondió:

-Esa es la entrada a la Casa de Shassog. Podéis entrar, pero exige un pago. Medicina por Medicina. Deberéis entregar el cuerpo de vuestro hermano muerto.

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28/05/2013, 17:47
Catalina d'Uberville
Sólo para el director

Notas de juego

Esto... me gustaría saber, si es que existe, cual es la jerarquía entre nosotros. Vamos, a quién le corresponde tomar una decisión difícil, llegado el caso. Como esta, en realidad :)

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01/06/2013, 00:56
Director

Notas de juego

En teoría, hay una jerarquía. Laxa en algunos casos y clara en otros.

En principio Adrien es oficial del Erebus, así que es teóricamente quien toma las decisiones.

Hasta cierto punto, Goubert podría dar órdenes a Ojo de Cuervo. Únicamente.

Ni Ojo de Cuervo ni LeFranc mandan nada.

Catalina y Ludovic están en una posición complicada. Deberían obedecer a la oficialidad del buque (en este caso Adrien), pero técnicamente son civiles y están fuera del escalafón. Por esta misma causa, tampoco tienen mando real sobre nadie, pero su categoría social les permitiría dar órdenes a la marinería y los soldados.

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01/06/2013, 15:14
Catalina d'Uberville

Adrien, como oficial del Erebus, era quien tenía la última palabra. En cuanto a Catalina respectaba, no era mala idea. No podían ir por ahí cargando con el cadáver del marinero muerto, era un... ja, un peso muerto. Y esto, a fin de cuentas, era un entierro. No cristiano, ni mucho menos, pero... un entierro a fin de cuentas.

Lo que le puso los pelos de punta fueron las palabras. ¿Medicina por medicina? ¿Es que esta gente eran como esas tribus caníbales que devoraban a sus muertos para recuperar sus cualidades?

- Caballero -se inclinó hacia Adrien y susurró-. Si tenemos que conseguir provisiones para los vivos del barco, sugiero que quizá el sacrificar un cuerpo inerte no sea una pérdida tan grave. Piense en todos los que quedan a bordo del Erebus, señor LeBrun.  Comprendo que su reacción natural puede ser de horror y repugna, pero no es un sacrificio desmesurado si tenemos en cuenta que dependen de él la salvación de los cientos que hay en el barco. Necesitamos las provisiones.

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01/06/2013, 16:12
Ludovic Tessier

Ludovic se había quedado pálido, inmóvil, con los ojos desencajados. Desde que aquel "viento" había atacado el Erebus, más y más cosas extrañas habían ocurrido. Todas y cada una de ellas habían minado su espíritu, su sentido de la realidad. Había soportodo todo con su pensamiento abierto y científico, buscando sentido a lo que no lo tenía. PEro aquello había ido demasiado lejos...

Por suerte, Adrien le agarró del brazo. Había estado a punto de caer de rodillas, y gritar.

-Sí-í-í -tartamudeó. Sólo quería irse. Las palabras de Catalina llegaron a su oído, y solamente pudo mirarla horrorizado.

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02/06/2013, 13:41
Ojo-de-Cuervo

Los ritos eran necesarios, eso lo sabía Ojo-de-Cuervo tan bien como el que más. El alma de un muerto ya había partido hacia los Terrenos de Caza... pero había que asegurarse de que completaba el viaje. También sabía de las extrañas creencias de los franceses. Un dios que muere y resucita, que exige dolor y obediencia ciega a cambio de promesas. Incomprensible, ya que no se manifestaba ante los cristianos, como se autodenominaban. El algonquino sabía de la existencia de los manitú. Aparecían, exigían, daban, siempre a un paso del mundo medio.

Y sabía que los franceses tenían sus ritos de entierro, y se procuraban muy mucho de realizarlos cuando debían. Por eso le sorprendió la declaración de la mujer. Ojo-de-Cuervo veía a los bárbaros franceses como mucho menos pragmáticos... y es que meter bajo tierra un muerto no era sinónimo de entierro. No al menos como él lo entendía.

Claro que había algo indudable, algo que no se podía negar de ninguna de las maneras: los manitú de estas tierras exigían en vez de dar. Y uno se enemistaba con los manitú por su cuenta y riesgo. Si estos enanos exigían el cadáver, medicina por medicina, era porque así lo exigían los espíritus.

Al montaraz no le gustaba, pero él no era quién para decidir la suerte del cadáver de un compañero expedicionario.

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07/06/2013, 09:56
Jacques Goubert

Goubert se estremeció durante unos segundos ante la respuesta del Lector del Cielo, “¿Medicina por medicina?...para qué diantres querrán estos salvajes el cuerpo del estúpido de Danton”, pensó. Sin embargo la duda se desvaneció  rápidamente, después de todo no era tan mal trato: un cuerpo muerto a cambio de penetrar en una sala que bien podía albergar objetos que superasen en riqueza a aquella piel que cubría la entrada o al cuerno que él sostenía entre las manos. Las palabras que Catalina dirigió a Adrien no hicieron más que reforzar el imperioso deseo que sentía por traspasar aquel umbral.
“Adrien, la mujer tiene razón. Necesitamos provisiones…además ¿Piensa que el capitán aceptaría “transportar” el cuerpo putrefacto del marinero durante el trayecto de vuelta? Ja, lo más lógico es que arrojara el cuerpo por la borda nada más usted lo suba a bordo ¿Y cuál es la otra alternativa? ¿Enterrarlo en la nieve? Creo que lo mejor sería entregárselo a estas gentes…piense en que con lo que obtengamos podremos salvar al resto de la tripulación.

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07/06/2013, 14:06
Adrien Le Brun

Adrien escuchó pensativo las palabras de sus compañeros. Disfrazar de pragmatismo o espiritualidad la mera curiosidad volvía la propuesta aún más escalofriante. El trato: el cadáver de un valiente a cambio de cruzar el umbral. Nada de víveres, nada de riquezas, nada que les pudiera ser más útil que un cadáver. Medicina por medicina.

Suspiró.

- Bravo, caballeros. Aplaudo sus palabras y la pasión con la que han defendido sus argumentos. Por desgracia no estoy en absoluto de acuerdo con ustedes.
>> En primer lugar, no está bien. Messié Danton ha sido uno de nuestros compañeros de tripulación, y el pobre infeliz se merece algo mejor que ser utilizado como moneda de cambio. La sola idea me repugna. Y me repugnaría aún más tener que explicárselo a su hija, que lo está esperando en St. Pierre.
>> En segundo lugar, no nos engañemos. ¿Riquezas? ¿Víveres? ¿De dónde han sacado eso? El nativo sólo ha mencionado "medicina por medicina", y voto a tal, desconfío tanto de su medicina como de la corriente de viento que nos atacó en el Erebus. ¿Han visto ustedes esos frescos? ¿Alguien más, además de Ludovic, ha comprendido lo que significan? Creo que todo esto no tiene que ver con la supervivencia, sino con la curiosidad. Y si es por curiosidad, el remedio es fácil... volvamos al Erebus, contemos lo que hemos visto y regresemos, con más hombres, provisiones y armas, y dejemos a Danton descansar en paz.

Notas de juego

Siento ser aguafiestas, pero es que los marineros son todos coleguitas XD

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09/06/2013, 20:04
Catalina d'Uberville

Cataline no se ofende ni se indigna por las palabras de LeBrun. Le dirige una mirada seria pero respetuosa.

- Como desee, señor. La decisión final es suya, ya lo sabe. No obstante, he creído apropiado hacerle saber mi punto de vista. En mis viajes siempre he comprobado que, efectivamente, las medicinas suelen estar bien protegidas en refugios de chamanes, como me parece que es este lugar. Y puedo añadir que suelen ser tanto o más efectivas que las medicinas que usted conoce; pero esto es irrelevante ahora. No niego que sienta curiosidad, pero he de decir que la curiosidad no es suficiente para hacerme entregar un cuerpo de un hombre que traté a lo desconocido. Me hiere, caballero, que me considere tan mezquina. Insisto en la importancia de lo que aquí se pueda guardar, importancia para una tripulación que ha de pasar quién sabe cuanto tiempo con los recursos de los que disponemos. Por supuesto, señor LeBrun, si usted considera que puede conseguir todos los vegetales y carne que se necesitan para el viaje de vuelta en el poblado... confío plenamente en su criterio. 

Para reforzar sus palabras, retrocede dos pasos alejándose de la puerta. 

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09/06/2013, 21:45
Jacques Goubert

Goubert lanzó una mirada llena de odio y resentimiento al joven Le Brun.
“Eres un maldito idiota- dijo, henchido de rabia, al tiempo que acercaba su rostro sudoroso al del oficial- ¡Y nos llevarás a todos al infierno contigo! ¿Acaso no te das cuenta de que necesitamos provisiones? ¿Eres tan inepto que no te percatas de que esa “medicina” puede ser muy valiosa y sernos de gran ayuda?”, el soldado apretó los puños y cerró con fuerza la mandíbula. Sabía que debía contenerse o, de lo contrario, acabaría propinándole una paliza al muchacho. Y también sabía que si intentaba evitar el placer que le produciría partirle la cara a aquel estúpido era porque su suerte se vinculaba a la del resto del pequeño grupo de expedicionarios…ya tendría tiempo, más adelante, cuando estuvieran a salvo en el puerto de St. Pierre de ajustar cuentas con él.
Goubert se apartó de Le Brun, dio la vuelta y se colocó al lado de la mujer.
“Además- sonrió ahora Jacques- no veo la necesidad de tener que obedecerle…usted no deja de ser un chaval con mucha menos experiencia que yo sobre el terreno…incluso Catalina muestra unos conocimientos superiores a los suyos a la hora de tratar con los indígenas. No sé todavía por qué le concedemos a usted el derecho a decidir sobre la vida o la muerte de los integrantes de nuestro esperpéntico grupo…porque eso es, por si no se ha dado cuenta, señor Le Brun, lo que se discute aquí: tomar las provisiones y la “medicina” de estas gentes, que podrían ayudarnos a sobrevivir, o morir congelados o muertos de hambre ahí fuera ¿Qué me dicen? ¿Entregamos el cuerpo de Danton o le hacemos caso a nuestro botarate amigo y, cuando tengamos hambre, nos comemos la carne seca del cadáver?”, dijo mirando al resto de integrantes de la expedición.

Notas de juego

Lo siento, eanáir, no es nada personal…es que Jacques es así… ;-)

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09/06/2013, 22:02
Adrien Le Brun

Adrien soportó flemáticamente las palabras de sus compañeros.

- Cierto, messié Goubert. No tiene por qué obedecerme. - sonrió con ironía - No obstante, ¿sería capaz de, repito, explicarme de dónde han sacado la idea de que, a cambio del cuerpo de Danton, estos caballeros nos ofrecerán provisiones, y víveres? ¿Quizá ha mantenido usted alguna conversación de la que no estoy al tanto? Pues yo soy el primer interesado, créame. Además, usted mejor que nadie - dijo, bajando el tono de voz - que siempre hay maneras de conseguir víveres en un poblado indígena

Notas de juego

Adrien se está refiriendo a que Goubert sabe bien que se puede hacer una matanza de indígenas para robar las provisiones llegado el caso.

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09/06/2013, 22:11
Catalina d'Uberville

- ¡Caballeros, por favor! -interviene Catalina, preocupada. ¡Un motín! Ay, Señor... un motín es lo último que necesitan, y no obstante, quizá está a punto de desatarse-. Calmen los ánimos, se lo ruego... Señor LeBrun, por favor -extendió las manos hacia él, conciliadora-. Nadie puede garantizar que tras esa puerta hay algo vital, pero trate de pensar que los artículos esenciales, en las culturas tribales, tienen un fuerte componente mágico. Es muy habitual encontrarlos... protegidos. Como esto -señaló la puerta-. ¿Comprende lo que quiero decir? En esta población el pescado no es excepcionalmente valioso, pero seguramente medicinas, verduras, artículos de protección contra el frío... sí lo sean. En el desierto, el agua es mágica. En las poblaciones con alto índice de mortalidad, la fertilidad femenina es sagrada. ¿Comprende la correlación? -explicó con expresión preocupada, suplicante, deseando que esto pasara sin llegar a más- Lo escaso es valioso, y a lo valioso se le da un matiz de sacro. Y lo sacro se guarda en lugares especiales, rituales. 

Que ceda uno de los dos, Dios mío... que ceda o va a haber dos cadáveres que entregar a cambio de medicinas. Catalina no ha escuchado el comentario sobre modos de conseguir materiales... y es curioso, porque si lo escuchase, se indignaría. Proteger una cultura indígena le resulta más importante que dar cristiana sepultura a un marinero. Que nadie se engañe: Catalina no es una filántropa. Pero las culturas indígenas son escasas, y valiosas como valioso es un jarrón exótico, un animal escaso. Los marineros los hay a montones, y mueren cada día. 

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09/06/2013, 22:31
Jacques Goubert

Goubert rió a carcajadas al escuchar a Le Brun.
“Es usted más estúpido de lo que pensaba, joven ¿Qué siempre hay maneras de conseguir víveres en un poblado indígena?- el ataque de risa hizo que el soldado doblara el espinazo- Sí, es tan estúpido como el marqués de Montcalm. Él cometió el error de subestimar y despreciar a los indígenas…y lo acabó pagando muy caro…todos lo pagamos caro. No sé qué puede ser esa “medicina” que nos ofrecen.. puede tratarse de comida o de plantas medicinales…pero piense, también, que si tenían esto aquí-dijo mostrando el objeto que sostenía con su mano derecha-, a simple vista ¿Qué maravillas no tendrán en una sala oculta?Y lo único que nos piden a cambio es el cadáver de ese idiota

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09/06/2013, 22:36
Ojo-de-Cuervo

"Además, usted mejor que nadie que siempre hay maneras de conseguir víveres en un poblado indígena".

Ojo-de-Cuervo no pudo evitar sentir un escalofrío le recorriera la espalda. Así se comportaban los bárbaros: sometiendo, robando, violando. Ellos lo llamaban "civilizar". ¿Dónde está lo civilizado en robar, ya sea a los congéneres o a la Madre Tierra? Un dicho bárbaro decía algo así como "trata a tu prójimo como tú quieras ser tratado". Algo así, sí.

Bárbaros.

Ni siquiera la llamada a la razón de la mujer hizo otra cosa que indignarle. ¿"Mágico"? ¡Real! Subestiman lo que no entienden en vez de respetarlo.

Bárbaros.

El montaraz levantó la voz para imponerse a la discusión.

-Aquí no se va a adquirir nada de un modo que no sea legítimo -sentenció el algonquino con un deje duro en la voz y el rostro mirando al joven Adrien. Recordaba muy bien lo que entendían los bárbaros por "adquirir"-. Poner bajo tierra a un muerto no es enterrarlo, eso lo sabemos todos. Un viaje tranquilo hasta los Terrenos de Caza requiere que el espíritu no piense en volver. Vuestras costumbres -habla por las de los franceses- son similares en el fondo aunque no en la forma. Sí, todo eso es cierto. Pero la vida siempre ha sido más importante que la muerte, así lo dispone el Gran Manitú y también lo dispuso vuestro Dieu.

Repasó los rostros de sus acompañantes, taladrándoles con su mirada. Un algonquino sólo temía a los manitú... y ningún hombre bajo el cielo iba a llegarle a Wendigo en capacidad de generar pavor.

-Danton no necesita su cuerpo ya. Nosotros tampoco -añadió, irguiéndose en toda su estatura-. Preguntaremos qué medicina ofrecen estos hombres a cambio de una carcasa vacía y, una vez en tierras "civilizadas" -lo dijo sin un sólo ápice de retintín en su voz-, nos congraciaremos con el espíritu de nuestro amigo por no haberle dado digna sepultura. He dicho.