Partida Rol por web

El sol no ha salido cuando un adepto os despierta indicando que Aristarchus os espera para desayunar y partir. Efectivamente el vidente está tomando una comida ligera, su expresión es radiante como si se cumpliera el sueño de su vida.

El desayuno es rápido y salís al patio donde el vehículo os espera. Es un viejo y destartalado camión de cuatro ruedas, de caja abierta y preparado para el tránsito campo a través; no tiene cabina, y en lugar de techo tiene una cobertura de lona alquitranada que puede retirarse para utilizarse como tienda de campaña improvisada. Está equipado con una parrilla de faros de alta potencia.

Cargado en la caja del camión hay un suministro de comida, agua potable y combustible suficiente para varios días más de los necesarios para llegar a Desesperanza.

- Bien caballeros, ¿quién será el piloto que nos conduzca a nuestro destino?, pregunta antes de subirse en el asiento al lado del conductor.

Buenos días, vidente.

Tras haber comido un poco el asesino acompaña al vidente. El camión es un desastre, sin embargo a Caín no le disgusta lo más mínimo. De hecho se entusiasma con la idea de ir en ese trasto. Como Caín no sabe conducir no responde a la pregunta. Sino que sube a la parte de atrás del camión y se instala allí. Deja la escopeta en el suelo con el seguro puesto y procede a montar su fusil: selector de disparo dos cargadores de munición estándar y uno de balas perforantes, prescinde del silenciador, que se quedará en su bolsillo y ajusta la mira telescópica al arma. Servirá de prismáticos.

- No tengo experiencia en la conducción de vehículos terrestres Vidente, - hablé con nada abochornante sinceridad -  aunque me preguntaba si en el caso de que ninguno de nosotros pudiera hacerse cargo de esa tarea, podríamos disponer de alguien de confianza aquí en Puerto Amargura que nos condujera hacia nuestro destino.

Aristarchus niega con la cabeza: el número de adeptos en Puerto Amargura es muy reducido y si vamos a enfrentarnos a psíquicos descontrolados o herejía no voy a poner en peligro a más sirvientes del Emperador, tendremos que apañarnos nosotros.

En mi planeta natal, difcilmente sería útil un vehículo de tales características. O por lo menos de donde yo procedía,pero por fortuna durante mi entrenamiento en la G.I había recibido un curso de condcción de vehículos terretres... Yo se conducir. Escupo en el suelo.  y me subo en el asiento del conductor. Nunca me gustraba ocupar esa posición ya que solía ser el primero en recibir un disparo en caso de problemas. Me quedo un momento mirando al vidente. A no ser que otro de mis compañeros sepa donde vamos creo que debería quedarse cerca mío e idicarme el camino, la verdad es que no se donde vamos.

Se supone que el viaje os debería durar unos dos días si os detenéis únicamente para descansar durante la noche, oscura como boca de lobo. Hace mucho calor, el polvo se cuela por todas partes y la carretera es poco más que un camino de tierra.

Durante el camino no dejáis de ver una especie de cuervos o buuitres, al preguntarle a Aristarchus éste responde: Son los carroñeros locales, unos seres repulsivos temas que habéis parecen reptiles emplumados cuando uno los ve de cerca, y tienen picos muy afilados. Las leyendas populares les atribuyen todo tipo de cualidades desagradables. La verdad, no es de extrañar. No sólo son carroñeros, sino que también atacan a criaturas heridas o débiles, incluido el hombre. Esos malditos series no tienen ojos ni uno solo.

El yelmo hace honor a su nombre: es una llanuras desolada de piedra gris, suelos de arenisca y hiedras espinosas. Hay trechos enteros horadados por cráteres de antiguas explosiones y zonas de tierra ennegrecida tan árida que parece que nada volverá a crecer en ellas. Cada pocos kilómetros se pueden encontrar los restos ruinosos de un asentamiento o campamento de clan vacío y abandonado; algunos son viejos, otros parecen recién destruidos y aún están cubiertos por manchas de sangre seca del color del óxido. Multitud esqueletos yacen por doquier allí donde cayeron muertos, y lo más espeluznante son las flores de fuego fantasma que parecen haber arraigado en el lugar de descanso de estos cadáveres, envolviendo con sus raíces los huesos quebrados y abriendo sobre ellos sus capullos multicolores y tornasolados. Y luego está el viento; cuando arrecia, parece soplar de distintas direcciones a la vez, levantando remolinos y nubes de asfixiante polvo, llevando siempre consigo un hedor a carne muerta que satura los orificios nasales con el espantoso olor de la sangre y el hierro, siempre el hierro.

Un planeta salavaje, lleno de bárbaros.

Vidente, tengo entendido que el polen no se cultiva. Crece donde le plazca, ¿no? ¿Por qué no se recolecta ese polen que vemos allí? ¿No hay ningún ejército, si es que se les puede llamar así, por aquí cerca?

Caín usó la mira telescópica para observar los campamentos, por si había algún indicio de actividad en ellos.

- La cantidad que vemos aquí es pequeña, además tengan en cuenta que un clan o ejército suelen ser cientos o miles de personas y que su discurrir es lento, responde a Caín que no divisa más formas de vida que los cuervos de esquisto.

Aristarchus, ¿podría describirnos un poco el sitio al que vamos, y más en detalle el templo? Su forma, entradas, localización geográfica, si está en lo alto de una montaña o en una gran llanura... no sé, para hacernos una idea de la zona y así saber movernos en caso de... necesidad.

Un nuevo día había comenzado y se encontraban viajando junto al vidente. Rabalias aun era un manojo de dudas y preguntas, por un lado sus sospechas por lo que había pasado y por el otro la fe ciega de su compañero le hacía pensar que quizás tenía razón. Por otro lado, se preguntaba si el vidente podía ver a través de sus dudas.

El paisaje, como para bien o para mal, había conseguido cambiar sus pensamientos de momento. -Estoy con mi compañero, vidente. Mientras mas sepamos sobre el lugar, mejor para todos.-

- Aunque no he estado puedo asegurarles que desesperanza es un asentamiento con todo el aspecto de un campamento de refugiados, y según cuentan está formado por varias decenas de tiendas de campaña cobertizo y casuchas distribuidas sin planificación alguna, todas las construcciones están dispuestas en círculo alrededor de una colina rocosa y desnuda sobre la cual, incluso de noche, puede verse el contorno de un gran edificio con cúpula, la catedral.

Los habitantes de desesperanza son una mezcla de los diversos pueblos indígenas de Iocanthos y los peregrinos y mendicantes procedentes de otros mundos. Muchos de ellos han formado familias que se han asentado a la sombra de la catedral en espera de que se convierta en un centro de peregrinaje y futuro para el planeta.

Es decir, que son ieles devotos del Emperador. Es un alivio saberlo.

Albrek, que había guardado silencio durante gran parte del camino prestaba atencion a las palabras y las preguntas de los presentes, sobre todo a las del vidente y cuadno éste hubo terminado, se aclaró la garganta por el intenso polvo del camino antes de lanzar otra pregunta.

- ¿Y del Abar Skae que puede contarnos?- inquiere - Debe ser un feroz y regio pesonaje para conseguir construir y mantener a raya a los oriundos del planeta- comenta.

- Hace unos sesenta años, Orland Skae, dejóla comodidad de su puesto en la gran iglesia de Escintila para venir a Iocanthos como misionero. Ha sido la punta de lanza del Imperio para conseguir que los clanes se vayan civilizando y entrando al redil imperial. Su carrera ha sido tal que incluso desde la distancia ha conseguido varios ascensos y el apoyo de la Eclesiarquía, dice Aristarchus. De hecho hay rumores de que es proviene de familia noble y que ésta ha sido la principal fuente de financiación de la catedral....sea como sea, es un hombre decidido y voluntarioso.

Un hombre santo sin duda. Necesitaremos un faro para que algún día este planeta sea civilizado, más que la colmena Sibellus espero. El abad, ¿es popular entre el pueblo? ¿Es un hombre que se implica con la población o un santo ermitaño?

Caín seguía rifle en mano mirando el paisaje, no buscaba enemigos, aunque estaba atento a eso, sino que observaba las marcas de la guerra. El único recurso del planeta era un polen que ningún valor tenía para él. Pero que parecía serlo todo en ese mundo salvaje.

- Como he dicho, se ha involucrado con la población local para que dejen sus "viejas costumbres" y se adhieran al credo imperial, para nada es un ermitaño, contesta enérgicamente

Lo lamento, vidente. Sólo quería saber si se ocupaba él mismo de la evangelización o sólo dirigía la difusión del clero. veo que es un hombre admirable. Será un honor para mí tener la oprtunidad de conocerle.

Con cuidado Caín, esta gente se ofende con facilidad...