Partida Rol por web

Estrategias sobrenaturales para montar un grupo de rock

Prólogo: "Los martes son los nuevos sábados"

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17/07/2016, 23:55
*Dios del Rock*

Los martes son los nuevos sábados, decían aquellos fanzines hechos en bajeras con poco espacio y aire viciado. La Bratmobile NY dijo hace un par de entregas que lo sábados se habían pasado de moda y la Might Spark dijo en respuesta a aquello, que los martes estaban de moda. Por lo que entonces, en Nueva York todos los clubes y discotecas de moda empezaron a cerrar a las 9 los sábados para abrir hasta las 3 los martes y se formalizó el eslogan “Los Martes son los nuevos Sábados”

Una lástima que esas revistuchas no os avisaran de que eso solo ocurría en la zona de Manhattan. Ahora solo podíais conformaros con vagabundear por Jersey City en el estado de Nueva Jersey, el estado que siempre duerme. Todos los bares, cafés y cualquier otro lugar con dependiente que sirva cualquier refrigerio estaban cerrados. Hasta daba la sensación de que os habían apagado los faros ya que no se veía ni un alma por las calles, dándoles un toco lúgubre y terrorífico.

En mitad de toda esa oscuridad, justo en frente de vosotros, las luces de los edificios de oficinas llenas de trajeados haciendo horas extra os deslumbraban cruzando el rio Hudson y si respiráis fuerte, podéis notar el olor de los bagels recién hechos que rezuma la ciudad. Ahora mismo desearíais estar disfrutando de la fiesta que hay ahora mismo en Nueva York.

Pero por suerte (o por desgracia), el Shes Mckil, el bar de Diana era el único que estaba abierto. Pensáis que ella también debería haberse tragado el nuevo lema de la elite urbanita y como beber por las calles un martes es un poco más triste que beber un martes en un bar, decidís hacer una visita a aquel sitio lleno de posters e imágenes de papel de pared y luces de navidad a mediados de junio.

Notas de juego

Teneís en vuestras fichas un monedero con dinero que se puede intercambiar por bienes y beneficios.

Una cerveza son 3 dolares, si quereis algo mas, Diana pone los precios.

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18/07/2016, 01:05
Jim Anderson

¡Maldito sea aquel lugar que no apreciaba la noche! Todo cerrado a esas horas... ¿Dónde había quedado toda la marcha de tanto y tanto tugurio abierto hasta las tantas? ...Espera... ¿Dónde estoy? ¡Mierda! Esto es Nueva Jersey.. ¡Ufff! ¿Cómo he llegado hasta aquí? ¡Ah, si, coño! con el puto piloto automático. Me he recorrido tantas veces este camino, que ya me lo sé de memoria.

Puedo tener el jodido cerebro desconectado, que las piernas pueden llevarme ellas solitas al único sitio en 5 Kms a la redonda al menos de mi casa que está abierto a esas horas: El único sitio que tiene cerveza fría, camellos de maría en el exterior... Y una chavalita en la barra que no está naaaaaaaada mal.. ¡Pero ojo con tocarla!: Recordaba a más de uno haber acabado con las pelotas en el suelo por pedir su mano.

¡"Pedir su mano"! Jajajaja. estaba gilipollas. O un poco borracho ¿Qué mas daba? Eso de pedir la mano era de reyes... O de europeos... o de mariquitas... ¿No? ¡Uff! No se acordaba ¿De qué coño se estaba riendo?

Por fortuna, aparecieron a lo lejos las luces del antrillo y en su cerebro se abrió paso un único pensamiento: "Ir allí". Era la única orden que podía procesar en aquel momento. Y hacia allí se dirigió.

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18/07/2016, 17:23
Nicolas Guyen

Acabada la jornada laboral cambio mi motocicleta con los colores de la bandera amada por Mazzini por una bonita Harley y mis pintas de pardillo por unos vaqueros, una camiseta y una buena chaqueta de cuero bueno, no del que ahora tan de moda se ha puesto entre los niños bien que quieren parecer niños mal.

Gilipollas.

Recorro el camino hasta Mckill a toda la velocidad que permite la extrema moralidad del estado familiar y llego en cuanto puedo. De hecho con tiempo para poder beber algo antes de que empiece la hora feliz. Entro con decisión y me siento en la barra. Paso de las mesas, ahí están lo que no saben disfrutar de lo mejor del bar.

Buenas noches Diana- la saludo con la familiaridad de quien lleva muchos años compartiendo un lugar-. ¿Esta noche ninguno ha intentado que lo mates?- bromeo-. Ponte unas patatas y una cola.

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19/07/2016, 16:42
Diana McKil

-No, no podemos cerrar a las 9 como los demás bares, no; nosotros tenemos que tener abierto para acoger a todos los borrachos, genial- musitaba molesta mientras barría el maldito local. Todos los bares estaban cerrados, ¿porque tuve que ser la hija de las dueñas del único bar que no lo estaba?. Estaba de bastante mala leche por tener que trabajar, y las cuatro latas de RedBull que me había tomado para no dormir no ayudaban a calmarme.

-Oh mierda, ya vuelve a empezar a venir gente- pensé asqueada mientras se empezaba a abrir la puerta. Era Nicolas, sus pintas de chino motero eran inconfundibles. No era mal tío, pero si me iba a dar trabajo. -Hola Nico- le saludé con tono tosco mientras me dirigía a la barra -No, de momento nadie ha venido a tocarme las narices; pero dale tiempo, la noche, por desgracia, acaba de empezar- le respondí.

Tomé nota de su pedido, y le di la espalda a Nico -¡¡MAMA!! UNA RACIÓN DE PATATAS. RÁPIDITO, POR FAVOR- le grité a mi madre desde la barra (no tenía ganas de asomarme a la cocina y que toda la grasa se me pegue al pelo). Saqué una botella de cola de una nevera bajo la barra, saque un vaso y se los dí a Nicolas -Bueno, mientras esperamos las patatas, ¿que tal te ha ido hoy?- le pregunté poco interesada; realmente me importaba menos que una mierda, pero lo hice por pasar al menos dos minutos sin currar.

Notas de juego

Cola: 1,50 dolares

Patatas: 3,50 dolares

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19/07/2016, 17:24
Nicolas Guyen

Vaya. Hoy tiene el día amable.

Tampoco es que me importe mucho la actitud de Diana, siempre ha sido así y tampoco hay mucho que esperar respecto a los cambios.

Como siempre- respondo encogiéndome de hombros-. Un montón de gente con mucho tiempo libre y el culo enorme pidiendo pizzas para que el culo les crezca aún más y poder seguir perdiendo el tiempo libre que tienen. Y encima te miran mal si cuando abren la puerta no eres un niñato granudo o una adolescente tetuda con un uniforme apretado.

Saco cinco dólares y se los doy.

Al menos dan buenas propinas sin apareces en la puerta sin la chaqueta, enseñando brazo y tienes la suerte de que te sale una madre de familia con falta de contacto físico.

Esta no ha sido una buena noche para ninguno de los hosteleros del grupo.

¿Y tú qué?- finalizo- ¿Con ganas de salir?

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20/07/2016, 01:41
Jim Anderson

En las afueras del local, había dos o tres tipos bastante mal encarados. Ese tipo de tíos que asustan a las madres y los padres de familia y de los que parece recomendable mantenerse alejado. Pero yo tenía que acercarme a ellos, ya que ellos vendían algo que yo necesitaba.

Consideraba que no era un adicto, pero me gustaba la sensación sedante de la maría y consideraba que se estaba mejor en esa especie de nirvana que me hacía alcanzar que perfectamente en el mundo real. No podía estar todo el día colocado, pero las noches eran diferentes. Las noches me pertenecían. Y hacía con ellas lo que me daba la gana.

- Hola Nick ¿Cómo te va la noche?

- ¿Qué cojones te importa "Jimbo"? -respondió el primer tipo al que me acerqué, un negro alto y cabreado con las manos en los bolsillos de su cazadora- Tú solo vienes a pillar cacho venga... ¿Cuánto quieres? No tengo toda la noche.

- Lo de siempre... claro.

- 20 pavos -dijo sacando una bolsita de regulares dimensiones-.

- ¿20 pavos esto? -dije sosteniéndolo en alto- ¡Hay mucha menos que de costumbre y me la vas a cobrar al doble!

- ...La pasma ha pillado un alijo de la ostia en la aduana... Hasta que no traigan otro cargamento, habrá escasez y eso dispara el precio.

- Puedo entender que suba un poco... ¡¡Pero el doble...!!

- Si no la quieres, no tienes más que decirlo ¡Venga! ¡Fuera de aquí, idiota!

El negrazo dio un fuerte tirón de la bolsita mientras yo la tenía fuertemente sujeta y eso provocó que se rajara el plástico, desperdigándose toda la molicie por el suelo del parking.

- ¡Me cago en tus muertos, "Jimbo", gilipollas! ¡¿Has visto lo que has hecho?! ¡Me lo vas a pagar con tu pellejo, desgraciado!

Los otros dos camellos, al ver que se montaba follón, vinieron a donde estábamos el tal Nick -que acababa de sacar una pequeña navaja- y yo. En cuestión de segundos, me vi rodeado de aquellos tres energúmenos y tenía toda la pinta de que me lo iban a hacer pasar poco divertido...

- Espera Nick, podemos hablarlo, la culpa no ha sido del todo mía...

Intentar hacer entrar en razón a ese tipo, era como intentar ver a la Virgen... Pero algo había que hacer ¿verdad?

Notas de juego

Bueno pues ya he puesto la escena "en suerte" para que salga Diana y nos conozcamos como dijimos en el off-rol... ¡¡Pero no te retrases mucho o Jim no lo contará!! Jajajaja.

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20/07/2016, 05:47
Ives Campbell

“Patético” esa era la palabra que aparecía en mi mente como un mantra mientras caminaba con las manos escondidas en los bolsillos de la chaqueta negra que llevaba  y miraba sombríamente entre las pocas personas que caminaban allí, realmente estaba agotado pero prefería demorar más en las calles que regresar, mi mente apostaba a que padre tenía una cita a la luz de las velas, pero no quería arriesgarme a una nueva “conversación”.

El haber aceptado e ingresado no ayudaba en lo absoluto, ni los grandes resultados, simplemente a pesar de amar aquellas melodías no soportaban escuchar sus halagos... Pero… ¿Qué más daba? ¿Me molestaba? En cierta medida, pero era más una suerte de reacción sin controlar, una imprecación sin pronunciar, podía vivir con ello si me mantenía alejado de eso.

Como hacía en aquellos momentos, las personas… el resto del mundo caminaban, aunque aquellas noches las calles estuvieran un poco vacías ¿o era percepción mía? Mis pasos me llevaban a un bar, aunque no un bar-arte como era mi costumbre, el Shes Mckil era un bar diferente a los que yo solía frecuentar pero al que solía ir con cierta frecuencia, y aquella noche esperaba que estuviera abiertos, me demoraría allí con una cerveza o quizás con algo menor, mientras oía a los parroquianos cantar a voz en grito y sin nada de estilo, pero sin duda con mucho más sentimiento que algunos de mis compañeros.

Sonreí irónicamente, el rostro ligeramente oculto por la capucha impidió ver la leve sonrisa formada en mis labios mientras avanzaba, por el rabillo del ojo me pareció ver a un chico rodeado de otros tres, una pelea injusta, a la que no pensaba meterme… parpadee mientras ingresaba y echaba la capucha hacía atrás revelando el rostro pálido por la falta de exposición al sol y avance, contrariamente a mi costumbre hacía la barra, donde distinguí a Diana, la camarera, hablando con un cliente, lamente perderme una mesa vacía al fondo pero había sentido algo parecido a la lastima… hice un asentimiento en dirección al joven con el que hablaba a modo de saludo antes de dirigirme a ella.

-Buenas noches... Diana- salude con voz serena, la conocía de mis visitas allí - una cerveza por favor –dije en voz baja mientras la observaba- quizá desees hacer una llamada a la policía… parece que fuera empezara una pelea… o ya debe estarlo- comente casi indiferente listo para recibir mi cerveza y quizás irme a una mesa vacía y oculta. 

Notas de juego

aprovecho para ser nexo xD

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20/07/2016, 15:48
Diana McKil

-Más que de salir, tengo ganas de dejar de trabajar y hacer cualquier otra cosa- le respondí a Nico, mientras cogía sus cinco pavos y los metía en la caja. Poco después, entró otro tío en el bar. Era Ives, un tío gótico y siniestro que venía a veces a beber y observar... el repelús era fuerte en él.

Le serví la cerveza mientras oía lo que me tenía que decir, y cuanto más hablaba, más me calentaba. -¿Una pelea? ¿En la puerta de mi bar? Y una mierda, eso no va a pasar ni de puta coña. Nico, vigila la barra, como toques algo te parto las piernas- dije enfadada mientras salía de la barra, apretando los puños. -Por fin, un modo sano de sacarme la mala leche del cuerpo- pensaba impaciente de patear culos -Y después me llaman violenta... que razón tienen-.

Salí corriendo del bar, en busca de esa pelea. La localicé sorprendentemente rápido; a tres tíos con pintas de camello, uno de ellos con navaja, amenazando a un chavalito que no estaba nada mal... le podría hacer un hombre hecho y derecho si me aburría demasiado de la pelea. -Vamos a ver mingaflojas, ¿que creéis que estáis haciendo en la puerta de mi bar?- les grité amenazante a los camellos, crujiendome los nudillos y con media sonrisa en la cara. -Ahora mismo tenéis dos opciones: primera, correr lo máximo que vuestros pulmones de porretas os dejen; y segunda, afrontar el castigo como hombres y abandonar la posibilidad de tener descendencia- les dije, a punto de empezar a tirarme a los cuellos de esa gente. Levante tres dedos de mi mano derecha, y empecé a contar -Uno..., dos...- iba contando mientras bajaba los dedos. Si a la de tres no se iban... me iba a divertir.

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20/07/2016, 21:57
Ezra McAbbe

Salgo del pequeño armario de escobas que las dueñas se habían dignado en llamar oficina. Había estado nueve horas revolviendo entre sus papeles para colocarlos en algo que pudiera ser concebiblemente llamado un sistema. Ahora que las hojas estaban como Dios manda, sólo debería tomarme un par de horas el hacer las formas y estudiarlas para poder darles consejos semi-decentes a las McKill. Por suerte el bar no cerraba temprano, a pesar de ser Martes, lo cual me permitía observar el Sabbath sin sacrificar un cliente. Debería ponerme a concluir todo en una ráfaga de eficiencia, pero el agotamiento era demasiado y estaba en un maldito bar; esto podía esperar a que me tragara una bola de boliche de grasa disfrazada de cena.

Bajo al bar propio y espero tener que comerme la cara de bruja de la ramera de Babilonia, pero sólo están tres de sus más asiduos clientes, uno de los cuales estaba detrás de la barra. Creo que se llama, "Nicolas, no?" le pregunto. "¿Dónde está Cancerbera? Quiero pedir unas papas, pero si ella no las ordena, las dueñas matarán a alguien."

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20/07/2016, 22:13
Nicolas Guyen

Como siempre la solución de todo lo que se presenta es la violencia y la amenaza para Diana. Ni siquiera me molesto en recordarle que difícil será vigilar la barra y atender a los clientes si no puedo tocar nada y que, por tanto, en esencia mi labor es mirar lo que pasa, ya que no puedo evitar que pase nada sin tocar.

Claro- respondo poniendo los ojos en blanco.

Qué manía de amenazar. Con lo fácil que es ser educada con los clientes.

La dejo ir a su aire mientras espero las patatas y voy dando sorbitos a la cola.

A mí no me mires- respondo al recién llegado-. Yo no trabajo aquí. La camarera está ahí fuera feminizando gente.

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20/07/2016, 23:00
Ezra McAbbe

"Je," suelto una risa seca. "Feminizando," respondo.

De repente, la realidad me golpea. "¿¡Pero es que aparte de envidia del pene tiene deseo suicida!?" digo alterado antes de salir corriendo hacia la puerta.

Igual no quería trabajar. Puedo usar la pelea como excusa.

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20/07/2016, 23:38
*Dios del Rock*

La noche en Nueva Jersey es una noche aburrida, lo más emocionante que puede ocurrir en los alrededores es el cabreo de Diana peleándose con alguna de las bandas callejeras de turno. Ese tipo de bandas que intentan decir algo con sus mensajes y su propaganda pero que están demasiado ocupados fabricando, vendiendo y por supuesto consumiendo estupefacientes. Aun así, para ser una panda de bandidos uniformados con chaquetas de cuero y camisas amarillas (y gafas de sol a elegir como muestra de originalidad propia de cada componente) eran unos corderitos de pelaje suave y sobre todo de carácter asustadizo.

La jerga de la calle, la lista de insultos sacada de internet y demás atrezo solo forma parte del negocio. Una manera de sacar el máximo beneficio de la manera más rentable. –Esto no ha terminado, Diana la Loca, tendrás noticias de los Fugs más tarde que pronto- Gritaba el que parecía el cabecilla de aquel grupo de venta de droga ilegal móvil. No pudo evitar tropezarse mientras huía despavorido, girando en la primera intersección en la que sus compañeros se habían metido. Oyendo como las fuertes pisadas de los pandilleros huyendo rebotaban en las paredes, os disteis cuenta de una cosa, que no había absolutamente nada afuera.

Solo se oía el tintineo de una de las farolas, estropeada y permanecida ahí durante meses gracias a los bajos fondos en mantenimiento de la ciudad. No había absolutamente nada ni nadie en la calle, tan solo una camarera que había dejado desatendida la barra de un bar sin clientes y vagabundo nocturno con unas cuantas copas de más que necesitaba de su atención. Así que como si de una historia de amor escrita por Nancy Spungen, entraron al bar a tomarse una cerveza.

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21/07/2016, 01:27
Jim Anderson

Tenía la sensación de haberme librado de una buena por los pelos. Bueno, más bien por una especia de ángel que había aparecido cuando más lo necesitaba. Era increíble como una chavalita no demasiado hercúlea, había puesto en fuga a tres pedazo de tíos y una navaja con un simple crujir de dedos. Por supuesto, no pensaba reconocer que me había parecido un ángel ni en presencia de un abogado: Había visto a esta chica... Diana, si, como la diosa cazadora se llamaba. La había visto, decía, poner orden allí en múltiples ocasiones y sabía que lo mejor, era quedarse de momento calladito: Había tenido que desatender su negocio por mi culpa y seguro que le debía haber sentado como una patada en el coño. Aún así, no pude por menos que agradecérselo:

- Grap!... Gracias. Me has salvado de una buena. Esa gente no se anda con chiquitas -le dije mientras entrábamos en su local- La jarra de cerveza que me voy a tomar ahora, me va a saber a gloria.

Se puso donde siempre: En su sitio. Allí donde la barra giraba y dejaba un tramo como de metro y medio para entestar contra la pared. Apenas cabían dos personas, pero si una solo, se ponía en el centro, nadie mas podía sentarse allí y era donde Jim gustaba de saborear esa cerveza maravillosamente tirada por toda una especialista como Diana.

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21/07/2016, 02:42
Diana McKil

-¿En serio? ¿Os decantais por la primera opción? Sois unos eunucos, incluso yo tengo más cojones que vosotros- les grite molesta a los camellos mientras corrían despavoridos, quería partirles la cara.

Después de que desaparecieran, mire al tío que, al parecer, había salvado. El tío me agradeció lo de quitarle de encima a esos porretas -¿Que no se andan con chiquitas? Esos son unos pichacorta que actúan como malotes para compensar su falta de pelotas- le respondí -Anda entremos. A la primera invito yo, para que recuperes el líquido que posiblemente hayas orinado en el suelo- le dije. En verdad era un gesto de esos que los clientes pensaban que no hacía. “Oh Dios, Diana la Loca invitando a una cerveza” o “Cielo santo, Diana la Castrati se preocupa por alguien”, esos pensamientos eran bastante comunes entre la clientela, pero hasta yo tengo kokoro, uno muy negro y posiblemente armado hasta los dientes, pero lo tenía.

Al entrar de nuevo al bar, me crucé con Ezra todo nervioso -¿Pero que te pasa sosainas? ¿Que haces que no estás en tu armario-despacho?- le pregunté con voz inquisidora; seguramente ya habría terminado de trabajar, pero quería meterle algo de miedo en el cuerpo. Aunque fui yo quien ayudó a que le contratarán, no tengo ni la más puñetera idea de que hace. Para mi, simplemente era “ese tío que me dio pena y ahora comparte despacho con las escobas”.

Luego volví a la barra, echando a Nico. Cogí el plato de patatas de él y se lo deje enfrente -Gracias por cuidar la barra… espero que no hayas tocado nada- le agradecí a mi manera, aunque echándole una mirada amenazante.

Acto seguido le serví una jarra fría de cerveza al cachorro desvalido que he rescatado -Vamos a ver cacho carne con ojos, ¿tienes un nombre por el que te pueda llamar, o “casi apuñalado por un yonki” sirve como tal?- le pregunté; me sonaba su cara, el nombre ya era otro cantar.

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21/07/2016, 11:21
Jim Anderson

Nunca antes había cruzado con mi "salvadora" más palabras que "ponme una cerveza" o "cuánto te debo", pero ahora sabía por qué llevaba a la clientela tiesa como una vela: Era más bien de trato brusco, casi violento, pero sin olvidar que al fin y al cabo, los clientes son los clientes y son los que se dejan la pasta. ​Aún así, hasta me invitó, pese a tener que soportar un par de frases mordaces ¿Qué menos que pagar ese precio, no?

El incidente había disipado bastante la medio melopea que traía antes de llegar, pero se me había quedado un dolor de cabeza como de dos clavos en las sienes que me parece que me iba a amargar la noche si no le ponía remedio: Y decían que para la resaca, lo mejor era una cerveza, así que estaba en el hospital perfecto, con la medicina perfecta delante y "la enfermera perfecta" administrándomela.

- "...Casi apuñalado por un yonki" está bien -le dije mientras me ponía la cerveza delante en la barra y yo le sonreía- pero es más corto y más cómodo Jim. Encantado... Y gracias por tu intervención.

Hubiera quedado más "Bond. James Bond" añadir después mi nombre completo, pero tampoco venía a jugar Bacarrá al Casino de Montecarlo, así que lo dejé así mientras le tendía la mano. Al fin y al cabo, imagino que mi apellido le importaría un carajo.

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21/07/2016, 11:56
Nicolas Guyen

Diana sigue con su actitud de que la mejor manera de vivir es no tratar bien a nadie, no sea que al final les caigas bien y te ayuden.

Penoso.

Decido coger mi plato y mi vaso e irme a una mesa. Ya había tenido suficientes desplantes y amenazas por un rato. Y respecto al nuevo, ya veremos qué queda de él cuando acabe la noche.

De nada- respondo-. Ahora que ya tienes a casi apuñalado no te hago falta para cuidar la barra si tienes que salir.

Esta chica confunde ser dura con ser gilipollas.

Me siento a mi aire y me pongo a escribir mentalmente algunos riffs. Seguro que alguien más amable los apreciará.

Cada cual con su estilo.

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22/07/2016, 18:54
Ives Campbell

Acomodado en mi mesa, con el cuerpo apoyado contra la silla me sentía casi viendo un documental, Diana continuaba con ese carácter suyo que seguía causándome curiosidad: a veces daba la impresión que en vez de atender a los clientes los aterraba, pero seguían viniendo, así que no podía ser eso.

Di una mirada a todo el local, levemente vació, mientras las luces de navidad seguían titilando extrañamente y mi cerveza seguía llena, observe el líquido estancado de forma extrañada ¿Qué hacía allí? Había ido a ver a gente cantar, y hacer el ridículo, con algo de pasión.

Negué lentamente con la cabeza, aquella noche estábamos solos, y algo me decía que los otros iban a demorarse un poco en emborracharse, di una mirada de reojo… uno podía no demorarse tanto… pero los otros dos, y mi bebida seguía estancada, me lleve la bebida a los labios paladeando lentamente aquel sabor amargo, y tras un sorbo no muy corto lo deje de vuelta sobre la mesa, detalles sin importancia, vacíos de entendimiento, aquella música de fondo, y el aburrimiento mientras Diana atendía a sus clientes y dos de los ya atendidos nos habíamos acomodado en nuestras propias mesas, y todo resultaba tan… tranquilo.

Tan tranquilo que en cierta medida espantaba... era verdad, debía pagar la cerveza, Diana se había ido antes de poder hacerlo y yo me había retirado antes de que ella volviera... ya lo haré después... probablemente terminaría consumiendo algo más. 

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23/07/2016, 02:17
Ezra McAbbe

"Un día te vas a encontrar con alguien tan desquiciado como tú, Diana la l..." me detengo antes de repetir esa fuente de creatividad de los chavales que espero logren canalizar mejor antes de que Diana los castre.

"En fin," toso, fingiendo que no iba a decir nada, "ya arreglé tu desastre de la mejor manera posible, fuera de un fraude de seguros. Iba a pedirte alguna versión herética de sustento pero esa pelea ya me bajó el nivel de azúcar en la sangre. Lo terminaré mañana."

Me despido sin ganas y le doy la espalda a la barra, pero no quiero irme. Estaré contra una columna hasta que me parezca demasiado patético hasta a mí mismo, pensé. El único chalado vestido de camisa y pantalones de vestir. Quizás una buena canción me dé ganas de meterme alcohol por el hocico.

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23/07/2016, 14:57
Diana McKil

-Muy bien Jim, y no me agradezcas lo de intervenir; donde pueda haber una buena pelea suelo estar- le dije, más o menos con tono agradable; casi le meten una paliza, no creo que hablarle como suelo hablar vaya a sentarle muy bien -Quedate ahí quieto, voy a hacer una cosa- le dije apartandome de él, pero sin abandonar la barra.

-Sosainas, así das pena. Anda, si ya has terminado, vente y te doy una cerveza- le ordené a Ezra. Ignore por completo que estuviera a punto de llamarme loca; ese tío me daba tanta pena que no me salía ser demasiado agresiva con el, si hasta casi le da un chungo por una pelea en la que ni siquiera ha intervenido. También ignoré eso de "versión herética de sustento", las palabras raras a un lingüista.

También miré a Ives desde la barra -Oye, ¿tu me has pagado la cerveza?- le dije con un tono algo enfadado; a lo mejor se creía que no me había dado cuenta.

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23/07/2016, 19:30
Ezra McAbbe

Ya se estaba poniendo violenta de nuevo. "Calma, Diana," le dije, con las manos frente a mí como si de un gato se tratara. "Seguro te olvidaste de cobrar cuando ibas camino a derrumbar estereotipos por ahí. Hagamos algo, si vas a invitar una cerveza, que esa sea la mía y yo te compro otra."