Partida Rol por web

Castle Rock Radio

17 de Junio de 2291

—Después de escuchar las penas del bueno de Pat Boone, pasemos a las noticias —anunció la voz radiofónica tras la canción, una pausa con ruido de papeles de fondo dio paso de nuevo al narrador —. Hay noticias desde la Zona Muerta, ¡así como lo oyen! Según nos cuentan algunos de nuestros cazaseñales favoritos, ¡La Frecuencia ha cambiado! Como os lo cuento, mis queridos oyentes, mi colega Señales Joe ha detectado una variación de las ondas que.. —una pausa de nuevo, parece estar leyendo algo que no termina de entender —. ¡Qué más da! La Frecuencia ha cambiado, pero nosotros seguimos sin tener ni puta idea de lo que significa.. ¿puede que se vaya a abrir otro Refugio? ¡Más noticias después de escuchar a las siempre magnificas Chordettes y su Mr. Sandman!

La música suena como siempre a esa hora de la mañana, pero cuando los acordes de Mr. Sandman están acabando, la radio se ve interrumpida por una misteriosa señal. Los asiduos de la frecuencia 83.4 la reconocen como La Frecuencia, pero jamás había invadido la señal de la Castle Rock Radio, además reconocen que los tonos han cambiado.. muy ligeramente.. pero han cambiado..

La duración de esta interrupción no llega al minuto, justo para cuando se escucha el final de la canción del grupo femenino. Ahora le sigue un inquietante silencio, la voz algo quebrada de vuestro anfitrión radiofónico toma las ondas, pero se le nota afectado.

—Sabréis disculpar estas.. interferencias.. queridos oyentes. Nunca nos había pasado esto, nuestros técnicos tratan de determinar lo ocurrido  —habla inseguro, casi con miedo, aunque enseguida prende la chispa del ánimo jovial que le suele caracterizar —. ¡Pero hombre! Hasta La Frecuencia nos hace su visita de cortesía en Castle Rock Radio, ¡la mejor radio del Yermo de Colorado! Os dejaremos con minutos musicales mientras.. tratamos de solucionar este problema de interferencias... ¡permaneceeeeed en la onda!

Después de que la emisión acabe, la voz del locutor, menos amigable se escucha por el micrófono ya que a alguien se le ha olvidado cortar la señal.

—¿Qué ha pasado con esa intrusión, Kinkle? ¡Si mañana no está el equipo habitual, no hago el programa! Pero becarios no, becarios no, ¿vale? Nunca más.

Castle Rock Radio

24 de Junio de 2291

—¡No nos cabe duda que las botas son para caminar, Nancy! ¡Especialmente en el yermo postnuclear! —exclamó el narrador tras el final de la canción —. ¡Atentos ahora, viajeros! Tenemos un surtido generoso de noticias.

Tras unos segundos en los que se podía escuchar sonido de papeles, algún comentario soez del narrador hacia el pobre Kinkle, el narrador prosiguió.

—Empezamos por Los Muertos. Los rumores sobre la llegada de las tropas de la RNC al sur del Colorado crecen diariamente. Según me ha contado el amigo de un amigo, el alcalde Diego está dispuesto a darles la bienvenida si los libran de los numerosos ataques de supermutantes de la zona —chasqueó la lengua tras leer esto —. Parece que la bandera del oso bicéfalo ondeará en breve en Los Muertos, si es que no acaban todos así por los supermutantes.

Un coro de risas enlatadas sonó a destiempo, esto provocó un nuevo cabreo del narrador que se acordó de toda la parentela del becario Kinkle.

—¡Más noticias! Corre el rumor que los caminavías de los Ferroviarios han encontrado un camino hacia el Valle Verde —dijo con un tono muy escéptico, alo que añadió con ironía —. Que sorpresa, seria la octava vez que esos amantes del ferrocarril encuentran el mítico valle en la Rocosas. Entre nosotros, amigos, yo creo que lo que está verde es el sentido de la orientación de sus muchachos.

En esta ocasión, las risas enlatadas entraron a tiempo, salvando la dignidad de Kinkle ante los improperios del narrador.

—Pero lo más interesante es esto, queridos amigos. Desde que Señales Joe y la Frecuencia irrumpió en nuestro canal, se han empezado a ver visitantes extraños en el Yermo —aseguró dándole un toque de misterio —. ¿Lo más reciente? Un grupo de correyermos que pasaron por aquí ayer, aseguran haber escuchado un zumbido ensordecedor y figuras en medio de una tormenta de arena cerca de las torres Wardenclyffe, en La Divisoria —chasqueó los dedos, se escuchó a alguien corretear hacia el micro, un sonido de cristal y luego un trago —. Todos sabemos cómo se las gastan nuestros nómadas favoritos, amigos. No se acercan a las ruinas de La Divisoria ni locos, ¿una historia de fantasmas más en el Yermo?

En lugar de risas enlatadas, un estribillo de misterio sonó de fondo. Algo debió ir mal, porque el narrador volvió a acordarse de la madre de Kinkle y lo que le hacia cada noche al llegar a casa. Después de la bronca, el narrador volvió a tomar el micrófono.

—Estas son las noticias de hoy, estimados oyentes. ¡Permaneced atentos a las señales!