Partida Rol por web

Assassin mira a Audrina y sus mejillas rosadas se comban mientras hace pucheros. 

-¡Pero no llores, mamá! Todo eso fue antes, hace mucho. Ahora tengo una mamá y todo está bien, ¿a que sí? 

Ante la oferta del chocolate, Assassin sonríe de nuevo. 

-¡Sí! Me encanta el chocolate, nunca lo había probado.

Fukuro puede sentir un toque de decepción en su Servant cuando le responde. 

-¿Una niña? Espero que eso no sea todo, no me hice un nombre luchando contra niñas. Veremos qué nos encontramos en ese cementerio de por aquí. 

Mientras hablan, han llegado ya al parque que se abre delante del río, justo en frente del gran puente, que se alza recto ante ellos. Fukuro recuerda que vio a la niña subir de debajo del puente en la otra orilla y dirigirse recto hacia el cementerio. 

Lancer se recuesta en el asiento y bebe un sorbo de vino.

-Puedo detectar la presencia de los Servants que se acerquen a mí, pero la clase Assassin es famosa por su habilidad para ocultar su presencia, así que no podría percibirle. La respuesta a tu pregunta es no, no podemos confiar en que no nos atacarán por sorpresa. 

Es posible que alguien esté haciendo algo como un ritual, efectivamente. Pero considera que una descarga mágica tan notoria también puede ser una trampa para atraernos, ya que sabe que podremos notarlo. 

En todo caso, lo de "ir" va a ser complejo. Tan solo he notado algo en algún punto de las afueras, no podría precisar dónde, así que si queremos buscar el origen habría que recorrer todas las afueras de la ciudad. 

Lancer da vueltas al vino en su copa, como valorándolo, y después lo deja en la mesa con delicadeza. 

Doku comienza a echar vino en la copa, pero tan sólo ha echado un dedo de líquido cuando Elizabeth alza la mano. 

-Basta. Es una copa, no una bota de vino. Si echas más, se calentará en la copa.

Sobre el conjuro, me parece bien, algo en el agua que atraiga la fuerza vital de las personas hacia aquí. Sin embargo, habrá que echarlo físicamente en el agua. Coge ese familiar-dice señalando al que tiene sobre el hombro-y úsalo para buscar un punto por donde pase el agua de la ciudad, para poder verterlo y que se extienda. 

Ahora me retiraré al taller, tendré el frasco listo en breve. Mientras tanto, enviaré a los pájaros como me has dicho, pero te advierto que son frágiles y fáciles de detectar por otros magos. No descartaría que los perdiéramos con facilidad.

Dicho eso, se levanta del asiento, mientras el resto de figuritas cobran vida y comienzan a revolotear por la estancia. 

Tras un par de minutos, el gorrión sigue su vuelo, mientras su subyugada conciencia grita y se revuelve inútilmente, queriendo escapar de la prisión de su propia mente. No le resulta difícil esquivar la barrera, que está deteriorada y llena de agujeros, y continúa por el siniestro bosque gris, donde el tiempo parece haberse detenido. Da la sensación de que, si una de las hojas se soltara, ni siquiera caería al suelo, se quedaría en el aire, suspendida, temiendo alterar la forma del lugar. 

Cuanto más se adentra en el bosque, más opresiva es la sensación de rechazo, de no querer estar allí, y una extraña desesperación nubla por un instante la mente de Jard, hasta que se la sacude como una molesta telaraña. Finalmente el pájaro llega a un edificio destartalado, que parece una pequeña casa de dos pisos en ruinas. A través de sus cristales rotos, Jard puede ver un interior sucio y cubierto de polvo, con una cama como único mueble de la casa. Allí, la barrera se ha debilitado hasta casi desaparecer, y la sensación opresiva disminuye un poco. 

"Perfecto" Asintió la joven. "Aunque tus sentidos se vean ligeramente afectados con la noche, seguirán siendo mucho mejores que los de los demás. Otra cosa, Archer. Tus flechas, ¿son normales? quiero decir, ¿son flechas como las que se lanzan en la Tierra ahora mismo? ¿O son flechas mágicas? ¿Tendríamos manera de encantarlas o envenenarlas de alguna manera?

Ignorando la resistencia de su familiar, Jard continuó adentrándose en el bosque.  Sin duda, la barrera, ahora en gran parte deteriorada, facilitaba la tarea de invadir aquel lugar, algo que hubiera sido difícil si hubiera estado en mejores condiciones, detalle que hacía dudar al magi si realmente podría llegar a encontrar algo de interés allí.

Al adentrarse cada vez más, notó como la sensación de rechazo parecía incrementar hasta el punto provocar, por un momento, cierto malestar, desesperación, en la mente del joven.

Finalmente, luego de avanzar sin detenerse, logró hallar una construcción en mal estado. Una casa de dos pisos, pequeña, se presentaba ante él.

Si hay algo, tiene que estar allí. Pensó el magi mientras revisaba el interior a través de los cristales rotos, logrando observar tan solo una cama como mueble en aquel lugar.

El interior parecía sucio, como si no hubiera sido mantenido durante mucho tiempo. Sin embargo, a Jard le interesaba saber si a pesar de esa apariencia, alguien podría estar viviendo allí, y si se trataba de un Master. Intentó observar si la cama tenía indicios de haber sido usada recientemente, de lo contrario, intentaría ver si podía sentir, escuchar si alguien se encontraba en el edificio destartalado o alguna especie de anomalía mágica. En el caso de que no obtuviera nada que confirmara sus sospechas, regresaría por donde había atravesado la barrera y continuaría su búsqueda de Masters, esta vez, en la ciudad, buscando algo fuera de lo normal en la misma y considerando, por el momento, sospechoso y como posible refugio de un Master, aquella casa en el bosque.

Josh afirmó levemente con la cabeza, Lancer tenía razón.

-Entiendo. En ese caso, tal vez sea lo mejor permanecer al márgen de momento. Sin embargo, siento curiosidad por saber que ha podido pasar a las afueras. ¿Crees que sería buena idea is por la mañana a investigar? Sin acercarnos demasiado, tan sólo lo necesario para que puedas detectar alguna presencia. Si esa energía ha atraído a más servants, puede que haya algunas bajas esta noche -pensó unos instantes- O puede que haya más servants observando la zona para atacar a quién se acerque. Assassin o Archer serían perfectos para ello, o incluso siervos de Caster. Dime Lancer, ¿hay alguna forma de saber si otros servants han caído?

-.Adelante señorita-. Dije mientras asentía las aseveraciones, de la dama sangrienta, mientras esta se dirigía a su laboratorio.

Era verdad, los exploradores que habíamos destinados eran débiles y endebles, un factor que me parece más una ventaja que un desperfecto,  por el simple hecho que si llegaran a perecer, estas criaturas postizas, simplemente dejaría en evidencia los lugares a los cuales tendríamos que evitar hasta que al menos tengamos un poder de fuego considerable…

Cuando quede solo en la habitación, agarro mi bolso y comienzo a organizar mis armas, municiones, explosivos, etc.

-. Mi Lady ¿es posible encantar las armas mortales con vuestra magia?-. Pregunte mientras limpiaba mi rifle francotirador, utilizando el pacto como medio de comunicación-. Ya que tengo muchas ideas que, quizás, le llamen la atención-. Ya sabía que enfrentarme a criaturas mitológicas y a mortales nacidos para esta guerra requerirá algo más que las más bellas expresiones armamentística de la humanidad… un sublime reto que solo hacía que mi falo palpite sin piedad y que mi enfermiza imaginación invoque bellos cantares de muerte …

-No se si yo si tenemos que tomarla tan a la ligera, la verdad es que tenía un poder magico muy grande, tanto que hacía que mi sangre hirviese. - Contesté a mi Servant, aunque en realidad no creo que se igualase a su poder.

Traté de recordar por donde se había ido, ya que solo la vi de pasada y no me acordaba muy bien. - Creo que se fué en esa dirección - dije señalando en dirección a lo que me pareció un cementerio. - ¿Necesitas algun tipo de preparativo antes de pelear? yo creo que estoy listo - dije mientras sacaba mi pistola y comprobaba la municion y quitaba el seguro.

—Todo está bien, mi princesa oscura —susurra Audrina incorporándose —. Toma todo el chocolate que quieras, si se acaba esta noche compraremos más. ¿Sabes? Yo descubrí el chocolate hace mucho tiempo, la primera vez que vi la luna llena —Audrina cierra los ojos rememorando aquel día tan lejano, cuando se escapó de su hogar y un hombre fue amable por primera y última vez con ella. —Su nombre era David —dice más para ella que para Assassin— él me encontró y me dio calor en la frialdad de la noche —la Master de Jack se acerca a su mochila y saca una raída chaqueta de antaño fue de color azul oscuro, pero que ahora era gris. Audrina la abraza contra su pecho y aspira su aroma, luego se la tiende a Jack— toma, pruébatela, seguro que te queda bien.

Mientras sujeta la chaqueta, Arañita sigue cubriendo sus presas con una fina pero resistente tela.

Beowulf responde con su voz atronadora, que, como ahora le llega a Fukuro a través del canal telepático, es como si una montaña se derrumbase en el interior de la cabeza del mago. 

-¿Prepararme? Yo siempre estoy listo para una pelea, siempre. Incluso cuando duermo sueño con pelearme. Bueno, ahora no, claro, porque los Servants no soñamos, pero cuando vivía sí era así. 

Ambos cruzan el puente, acompañados por un gentío que va o viene de las dos ciudades vecinas, y se dirigen hacia el cementerio. Según se acercan va habiendo menos y menos gente, hasta que llegan al cementerio, apartado del bullicio de la gran ciudad. Allí se respira un aire de tranquilidad y paz, y en todo el cementerio no parece haber nadie, ni siquiera un pájaro. 

-Master-dice la voz de berserker en su cabeza-Ten cuidado. Si ese Servant es Assassin, tiene muchos trucos sucios bajo la manga, puede ocultarse de nosotros a la perfección y no le veríamos hasta que nos atacara. 

Recorren el cementerio, pasando al lado de los grandes mausoleos antiguos, y no encuentran más que lápidas y flores marchitas. 

Inmediatamente después de que Caster salga de la habitación, una ventana se abre lo suficiente como para que todas las figuritas salgan en tropel volando por la ventana, aleteando mientras se dirigen a sus objetivos. En cuanto han salido todas, la ventana vuelve a cerrarse, y su pestillo cae como movido por una mano invisible. 

Sin embargo, el ave de vidrio y zafiro que se había posado encima de Doku permanece en la mesilla, quieto, mirándole con una cabeza ligeramente ladeada, como expectante. 

A través del canal telepático le llega la dulce voz de Elizabeth. 

-Mi magia no se centra en encantamientos, sino en la manipulación de la sangre y el sonido. Conozco algo sobre el tema, pero no si es aplicado a armas tan vulgares como las de fuego. Aunque hay que admitir que han evolucionado mucho desde mi época. Mis encantamientos solo serían efectivos sobre armas nobles, de cuerpo a cuerpo como sables o floretes. Con esas lo más que podría hacer sería aplicarles un fortalecimiento, que no sería demasiado útil. 

Te avisaré si hay alguna novedad de los demás familiares. Tú controla ese y busca un sitio donde verter el preparado mágico en el agua. ¿Sabes hacer una transferencia de conciencia, no?

Lancer le responde, reclinada en su trono de hielo cubierto de pieles. 

-Probablemente lo que tendría que acercarme para detectar una presencia ya fuese demasiado en el caso de una trampa. Pero podríamos ir a investigar. Es indudable que es peligroso, pero esto es la guerra, ¿No es así?

De todas formas repito que no es un punto concreto, tan solo las afueras. Deberíamos recorrerlas enteras, todo el bosque, si quisiéramos encontrar el lugar. Ciertamente, podría exponernos ante las flechas de Archer, aunque algo tan insignificante como una flecha es difícil que me dañe, a menos que sea un gran Tesoro Heroico. 

Si hay alguna forma de saber si otros Servant han muerto, yo no la conozco. No tengo manera de saber cuál es su estado. 

La voz de Archer le llega un poco más tranquila, pero vigilante aún. 

-Encantar un Tesoro Heroico como las flechas de Tauropolos está muy por encima de tus capacidades, Master. Muy por encima de las capacidades de cualquier mago de esta Era, es algo difícil incluso con alta taumaturgia o magia de la Era de los Dioses. Sobre el veneno, bueno, supongo que sería posible, pero no muy útil si fuese veneno corriente, fácil de eliminar mediante conjuros de purificación para cualquier mago, incluso uno de esta Era. 

Tal vez, si fuese...

Atalanta se interrumpe, y durante un segundo calla, hasta que su voz vuelve a sonar en la cabeza de Mayuri, un poco más tensa. 

-Master. Veo algo saliendo del bosque y entrando en la ciudad. Parecen aves pequeñas, pero hechas de vidrio o alguna clase de gema. Evidentemente, nada natural, son constructos mágicos o máquinas. Al ser aves, podrían ser familiares. Se están dispersando por la ciudad, unos cuantos parece que vienen en esta dirección. ¿Disparo? No deberían ser difíciles de abatir. 

En la casa no hay nada más que polvo, cristales rotos y una cama. Parece un lugar que lleva mucho tiempo abandonado. Sin embargo, tras ella encuentras un pequeño sendero, nada más que un camino desdibujado en el terreno, que parte hacia delante, internándose más en el bosque. En cuanto el gorrión sale de la casa, vuelve la sensación opresiva, aunque ya has dejado atrás la barrera y no debería tener efecto una vez cruzada. La sensación ya no es tanto de detectar magia sino de pesadez, de frustración y desesperación, y la pobre mente del gorrión ya se ha rendido hace rato y está en un estado de tristeza absoluta.  

Según continúa volando por el camino, los árboles parecen cada vez más grises y retorcidos, siniestras presencias oscuras que hablan de muerte, pena y dolor. 

Finalmente, el bosque se abre en un gran claro, y, en el centro de él, como el esqueleto antiguo de una enorme criatura prehistórica, se alzan las ruinas de lo que en tiempos debió ser un imponente castillo, ahora quemado, con toda la pinta de haber ardido hasta los cimientos. Solo se conservan en pie, como huesos enormes, las partes de piedra y mármol, y alguna viga totalmente ennegrecida que fue demasiado gruesa para el fuego. Sólo con verlo, la sensación de aplastante desesperación se redobla, hasta que es como si alguien aprisonara la conciencia del magi bajo una pesada bota de acero.

A la vez, de las ruinas surge una tremenda perturbación mágica, que recorre el aire como ondas de electricidad, distorsionando el aire a su alrededor. 

Mayuri para un segundo, pensando qué deberían hacer. "Si disparas ahora, el dueño de los familiares sabrá que Archer se esconde por esta zona. Con suerte, aún estarán lo suficientemente lejos como para que sepan exactamente dónde nos escondemos. Si no atacamos, no revelaremos la posición, pero nos arriesgamos a que los familiares nos localicen o nos hagan algo peor, como tendernos una trampa." Frunce el ceño. ¿Qué opción era la correcta? "No dispares aún, a menos que notes que su acercamiento puede poner en peligro nuestra posición. A partir de ahora deberíamos vigilar como si no hubiera un mañana. Archer, ¿crees que los familiares pertenecen al mismo participante que creó la construcción pétrea? Quiero decir, el rastro de maná que dejan, ¿son similares? Si no lo son, significa que dos servants y masters poderosos están a punto de pelear. Si son de la misma persona... bueno, hay alguien ahí fuera que tiene mucha más idea que yo sobre ganar guerras."