Partida Rol por web

Tras librarme del golpe de Magmard, respiro aliviado y aunque la magia de Nell tampoco ha sido de una ejecución perfecta, no pasa nada, la batalla está como empezó .Vuelvo a apuntar a la bestia, esta vez me tomo mi tiempo, controlo la respiración y acciono el gatillo con suavidad. 

Tras realizar un gran disparo no pierdo el tiempo y animo a Nell a probar de nuevo. - ¡Inténtalo de nuevo! Puedes hacerlo tan bien como antes, sólo relájate y concéntrate. Vuelvo a centrar la atención en el enemigo para estar preparado para su ataque.

Nell prepara otra magia de hielo y la lanza, pero Magmard hace lo propio. Una gran bola de fuego aparece en su mano y la lanza hacis Nell. En el último momento, el disparo de Styr le pega en un costado y le hace perder la puntería. La bola de fuego hace desaparecer el hielo de Nell e impacta en una pared, dejándola rojiza. 

-Ese fuego es muy peligroso. -anuncia Nell moviéndose del lugar. 

Atiendo a la advertencia de Nell, aunque no es algo que ya no presupieramos, pero ahora está claro que es fuerte...

Vuelvo a apuntar contra Magmard y le disparo de nuevo. Me crea curiosidad lo que trama Nell habiéndose cambiado de lugar, asi que intento no perder detalle para poder evaluar todo después.

Viendole levantar el arma, Magmard genera rápidamente otra bola de fuego y la dirige hacia Styr. El ataque conecta y el SeeD puede sentir el calor abrasador que lo envuelve y le hace fallar el tiro. No era broma lo que Nell decia sobre la potencia magica del ser. Detrás del guardián, Nell cubre su hoja con una ola de hielo y la usa para golpear a Magmard en unostado. Éste grita de dolor y sorpresa mientras su forma se desinfla. Sus brazos se ven más delgados que antes, como si los hubiera inflado a propósito. 

¡Ahora, señor! ¡Silencielo con algo! grita Nell en un tono más autoritario de lo que probablemente hubiera deseado. 

La potencia de la bola de fuego me hace apretar los dientes para no chillar del dolor, no quiero dar muestras de flaqueza ni ante Magmard ni ante Nell. Si que es fuerte. Pienso mientras me recompongo.

El ataque de Nell es sublime y hace mucha mella en el guardián, tanto que parece empequeñecer. La orden de Nell me saca totalmente de mi dolor y vuelvo a activarme en seguida. - ¡Lo intentaré! Respondo dudoso, mi seguridad con la magia no es mucha, pero la idea de Nell es buena, no me gustaría recibir otra de esas bolas de fuego, así que merece la pena intentarlo.

Me concentro unos segundos en mi interior e intento conectarme con Magmard, cuando me siento preparado lanzo la magia silencio con la esperanza de que surta efecto.

El ataque mágico de Styr tiene un efecto increible. Se puede ver alrededor de Magmard  un halo fucsia flotar. Señal inconfundible de que su habilidad mágica ha sido sellada. El guardián intenta lanzar un hechizo, pero se refleja en su rostro el asombro cuando no funciona en lo más mínimo. Nell intenta atacarlo una vez más pero Magmard la detiene con la mano, pidiendo tiempo. 

Como bien sabe cualquier estudiante, el efecto silencio no es literal, sino que impide el uso de magias de cualquier tipo. 

-¡Alto! ¡Alto! -exclama Magmard.

-Hacía mucho tiempo que alguien no conseguía silenciarme....ni hacerme perder la fuerza...-agrega mirando a Nell. 

-Me rindo. Claramente no me he recuperado del todo. Los felicito por lograr reducirme. Ahors lo justo es que les dé lo prometido. ¿Qué deseas, muchacha?

Nell titubea, antes de responder. -Ehhh..Necesito una piedra brillante para terminar mi examen....señor.

Magmard se encoge de hombros ante el pedido de la estudiante y arranca una ppiedra de la pared. Tiene un bello color cobre. 

-Y tú, muchacho...Querías que me una a ti ¿Verdad?

Me quedo realmente sorprendido ante lo bien que me ha salido el lanzamiento mágico, ha funcionado a la perfección y resulta gracioso ver como Magmard no es capaz de formar una bola de fuego, sobretodo viendo la facilidad con la que lo hacía hasta hace un segundo. Debería entrenar más está faceta, puede resultar muy útil. Pienso encantando con el resultado.

Cuando Magmard se rinde no puedo creerlo, pero me alegra, pues es una batalla que en verdad no quería librar y que además, no iba a terminar muy bien.

Nell me inspira ternura cuando le pide la piedra que necesita para su examen como recompensa y se me nota en la cara, afortunadamente están mirándose entre ellos y no se han percatado. Cuando llega mi turno y formula la pregunta, quiero decir que sí inmediatamente, pero no me parece justo que lo haga por haber sido derrotado... - Sería un verdadero honor Magmard. Digo solemnemente. - Pero siempre que para ti también lo sea, si no quieres, no tienes porque hacerlo. Termino de explicarme con deliberada consideración ante un ser de semejante poder.

Mientras Nell guarda su recompensa en la mochila en su espalda, Magmard observa a Styr extrañado, como si no esperara esa última muestra de consideración. 

-Me caes bien, Stan. -termina diciendo. -Te prestaré mis poderes y viajaré contigo. Quizás logre encontrarme a Blizard en el camino. Ahora, si me permites...

El minotauro comienza a brillar y se reduce a una pequeña esfera, no más grande que una pelota de ping pong. Esta bolita se dirige a Styr y desaparece. La sensación es extraña. Como si sintiera una presencia cercana sin poder ubicarla con claridad. 

-Esto me agrada, creo que nunca antes me había anclado a un humano. Ahora entiendo más a los guardianes que lo hacen. -resuena la voz grave de Magmard en la cabeza de Styr. 

Nell observa a Styr, con expresión claramente impresionada. 

Me resulta fascinante todo el proceso, que un ser de ese tamaño se trasforme en una luz tan diminuta parece realmente increíble, pero el summun llega cuando se introduce en ti, la sensación es tan rara que es difícil describirla, es como un abrazo que se acaba, sin embargo después se convierte en una presencia interna tan sutil, que no puedes identificar donde está.

- Gracias por aceptarme. Me alegro que te sientas bien ahí dentro. Le digo mentalmente a Magmard. - Te ayudaré con tu hermano si me necesitas, no lo dudes. Por cierto, es Styr. 

Cuando todo termina respiro aliviado, relajándome por fin. Entonces me dirijo a Nell con mi tono serio habitual. - ¿Estás bien? ¿lista para la vuelta? No me mires así, no lo hubiera logrado sin tu ayuda, has estado genial. Le reconozco su gran trabajo, es una gran alumna y ayudarla a ganar en confianza es lo mínimo que puedo hacer por ella.

-Es que...igual lo considero espectacular. -responde la chica. 

Estoy de acuerdo. Volvamos cuanto antes. Y gracias...por el halago. Tu también lo has hecho genial. Deberías ser instructor....señor.-se apresura a agregar.

No puedo evitar ruborizarme por las palabras de Nell, así que me giro rápidamente para que no lo note y le hago un gesto con la cabeza para que me siga. Emprendo el camino de regreso sin perder ni un segundo. ¿Instructor yo? No creo que esté preparado, pero sin duda papá estaría más orgulloso y tranquilo de qué enseñara que de que haga misiones de campo. Reflexiono mientras abandonamos por fin el hogar de Magmard durante los últimos años.

El camino de salida de la cueva está libre de cualquier encuentro. Es lógico si uno pienso que tomaron el mismo csmino para salor. En la salida, el guardia apenas los mira cuando salen. 

El sol se está ocultando afuera y el viento trae un agradable aroma desde el mar. 

Me alegro de que el regreso a la salida haya sido tranquilo cuando veo la luz de la entrada al fondo. Ojalá el camino de vuelta al jardín sea igual de tranquilo, ya hemos tenido suficiente por hoy. Medito satisfecho.

- Gracias. Digo al pasar al lado del guardia. No me gusta que el sol se esté poniendo, así que deberíamos apresurarnos y así se lo hago saber a Nell. - Deberíamos acelerar el paso para llegar antes de que anochezca. Digo sin mirarla si quiera.