Partida Rol por web

Lorayne había acompañado a los demás sin perder de vista a la noble de la casa Krin. Para ella estaba siendo un suplicio el no haber acabado con la vida de la misma cuando había tenido la oportunidad. Ahora sabia que debía esperar a encontrar esa nueva y dar rienda suelta a la furia que contenía la Archimilitante.

Debía hacerlo, sentía que tenia que hacerlo, pues esa maldita casa había echo de su vida lo que era ahora. Tenía claro que Lord Sarvus Task no lo vería con buenos ojos, pero debía redimirse y comenzaría con esa mujer y su sangre.

Estamos en los Mundos Expósitos (Foundling Worlds) -dijo Lyana mientras se incorporaba y se lamía de sus heridas, mirando llena de odio a Lorayne- traer el Imperio aquí es una gesta imposible.

     Sarvus sonrió sin humor y se reclinó en su asiento. - Imposible es una palabra con la que no estoy familiarizado. Dijo pausadamente. - Gracias a ello estamos hablando ahora sobre como salir de ésta en vez de abandonar. Gracias a ello pienso en luchar en vez de haber subido yo mismo a una de esas esferas de cristal y dejado que el destino siguiese su curso. Habiendo dejado claro éste punto diremos que es... cuando menos difícil y que no busco una utopía sino un mínimo de estabilidad.

Lorayne observa a sus compañeros mientras las palabras de Lord Sarvus surgen. La mirada de frío odio contenido que dirige a Lyana no dicen nada bueno. Por lo que desplazándose aun con el Bolter en su mano se aproxima a Lord Task.

- Capitán, - Dice la Archimilitante mientras su voz se torna fría y desagradable, incluso para Lord Task que nunca había visto así a Lorayne antes. – con su permito me gustaría retirarme y hacer unas pesquisas por mi parte. – Dijo mientras miraba a 2 de los soldados presentes y les hacia una señal esperando el permiso de Sarvus para alejarse y llevárselos por banda.

     La tensión entre aquellas mujeres podía cortarse con un cuchillo. No lo gustaba el cariz que había tomado últimamente la actitud de su jefa de seguridad con toda aquella hostilidad no contenida hacia la principal aliada (casi la única) que tenían en aquella situación. Si no la había reprendido aun era por no hacerlo delante de extraños y dar así sensación de disensión entre ellos. Parecía fuera de control y aunque no le gustaba la idea de perderla de vista, era peor que estuviese en mitad de las negociaciones creando problemas innecesarios. - Adelante. Dijo al fin. Antes de que la archimilitante abandonase la sala lanzo unas ultimas palabras. - Mantente en contacto, por favor.

Señor capitán - exclamó de pronto M4R14 - me veo incapaz de establecer los patrones lógicos del plan en curso. El ataque de los xenos ha afectado a mis procesos cognitivos y todavía no han vuelto a la normalidad.

Lorayne no tenia gran cosa que investigar solo deseaba alejarse de Lyana para poder centrarse y pensar en tranquilidad. Hasta el momento no había pensado en ello, pero por fin había encontrado a uno de los culpables de su desgracia familiar y aunque Lord Task había echo promesas de ayudarle a acabar con estos, por el momento le impedía cumplir su venganza.

La Archimilitante se sentía frustrada, harta de la situación, tremendamente enfadada por todo ello sabia que debía castigar a esa zorra capitana y nada se lo impediría, aunque eso le fuera peor con Lord Task pero este lo había prometido y si no estaba dispuesto a cumplirlo ella tampoco tenia que verse en la situación de seguir junto a el.

     El desanimo había hecho mella en Sarvus. Podía entender perfectamente como se sentía M4R14 y eso no era bueno, pues normalmente no empatizaba con los siervos del mechanicum y eso daba cuenta de la gravedad de la situación. Por mas que pensó en posibles discursos para difundir entre los ciudadanos de aquella luna, todos le parecían vacíos. Todos apelaban a una ciudadanía imperial que no existía allí, todos apelaban a una civilización que aquí no era mas que una utopía... un estéril esfuerzo impropio de él y dirigido a una audiencia a la que no le importaba. Cada nuevo paso que daban en aquel lugar y en aquella empresa les acercaba aun mas al abismo.

     Estaba claro que los nativos no iban a creerles sin mas. Habían repartido panfletos, lanzado discursos, ideado proclamas... nada parecía funcionar. Así que a Sarvus no le quedó mas remedio que hacer lo que todos los políticos y líderes usan para salir del paso cuando las cosas se tuercen: mentir. Había que pulir aquella historia de forma que pareciese mas convincente, o al menos distraer la atención de lo principal, dando detalle inventados que la hicieran mas fácil de tragar... Y Sarvus era bueno en eso. Era un líder nato y a veces tenía que obviar parte de la información u omitir datos para que sus hombres pudieran continuar con su trabajo. A veces la verdad era una carga demasiado grande como para permitir a la gente continuar con sus vidas.

Lorayne se quedaba tranquilamente esperando mientras miraba de reojo a Sarvus y los demás, en el momento en el que su mirada se cruzaba con la Capitana sentía crecer el odio hacia esta y su casa. La mirada que lanzaba a Sarvus de vez en cuando dejaba claro que recordaba la promesa de este y que esperaba algo por parte de el.

Mientras la Archimilitante vigilaba las inmediaciones del lugar.

Volvieron a su cúter con la intención de realizar una exploración de aquella torre de cristal. Su nave estaba en buenas condiciones, tenía algunas marcas de impacto pero nada grave que pudiera interferir en el vuelo. Su piloto se alegró profundamente de verles, como si un creyente le hubiera sido devuelta la fe que hubiera perdido.

La nave despegó con brusquedad pero después voló con suavidad a través del poblado chabolista, Palas, Lyanna y un fiel más les acompañaban, guiando al piloto sobre la superficie de la luna. A través de los cristales podían contemplar la destrucción que el último ataque de los recolectores había dejado.

La dichosa torre de cristal era semejante a un prisma negro del que sobresalían cada cierta distancia unos picos de cristaloscuro, de gran altura y situado sobre una elevación. Tenía en su base algún tipo de generador de energía que fluía a través de la torre y era proyectado hacia la Fortaleza Yu'vath. Alrededor de la torre había una especia de laberinto metálico, que cubría todo el valle.

Por alguna razón el cúter no podía seguir avanzando; algún tipo de campo de fuerza impedía a la nave acercarse a la torre, del mismo modo que parecía ser un escudo protector, semejante a un escudo de vacío, que protegía la estructura de casi cualquier ataque.

Pero se puede entrar a pie -dijo Lyanna-, lo hemos hecho antes, el escudo parece proteger de otras naves y de las salvas de los cañones, pero se puede atravesar.

     Sarvus permanecía de pie observando la fortaleza y las estructuras que la protegían con gesto indescifrable. Se fijó en la forma de la torre, en el laberinto que la rodeaba, en el generador de energía... Le preocupaba lo que veía y lo que no veía. ¿Habría guardianes? Los habría sin duda. Aquellas espantosas arañas de cristal xeno estarían acechando... y quizás cosas mucho peores. Tras un largo rato de examinar visualmente todo el conjunto, volvió la cabeza hacia Lyana.

     - ¿Hasta donde se ha avanzado? Imagino que no nadie habrá cartografiado ese entramado, claro está. 

El fiel que les acompañaba bajó del cúter y observando la zona desenfundó un par de pistolas láser, comprobando la zona. Los soldados de la Casa Task hicieron lo mismo.

Lyana observó el laberinto y señaló una de las torres menores.

Martek ha enviado grupos de mutantes y humanos a algunas torres, algunos nunca volvieron pero estuvieron el tiempo suficiente para decir que recorrieron la mayor parte. No tuvieron mucha oposición. O eso dijeron.

     Sarvus asintió. - Entonces deberíamos reconocer el terreno. Cuando intentemos acabar con esa torre no podemos actuar a ciegas. Quiero que tomes referencias de la ruta que tomemos en tu placa de datos, Nathin. Vamos a intentar hacer un mapa rudimentario para que nos sea mas fácil orientarnos y poder regresar por la misma ruta si fuera necesario.

Lorayne descendió junto a los demás en el interior de aquel lugar. Trataba de mantener las distancias con la Capitana Lyana. Aun no sabia que hacer, pero esperaba que fuera Lord Task el que tomara una decisión ya.

La Archimilitante no esperaría mucho tiempo antes de recordarle al Capitán sus promesas de cuando entro a su servicio. Ya que si este no las cumplía, ella misma se tomaría la justicia por su mano y abandonaría a sus compañeros para buscar a un nuevo capitán que si cumpliera su palabra.

Lorayne investigo la zona circundante mientras esperaba a ver que indicaciones daban los Capitanes.

Nathin se masajeó las sienes. Desde que aquella... cosa lo había devorado, sus habilidades no habían estado a la altura de lo que la casa Task se merecía. El fracaso a la hora de ganarse el favor de los locales había mellado su habitual flema. - Como desee, lord Task. - dijo, haciendo aparecer el objeto de entre sus posesiones con un diestro juego de manos. Empezó a empaparse del entorno, para asegurarse de cartografiar el terreno en detalle.

     Con un cuidado propio del peligro que representaban aquellas ruinas, los exploradores comenzaron a internarse en ellas. Sarvus oteaba cada recodo y cada sombra intentado discernir unos peligros que quizá (o quizá no) estuviesen acechándoles. Lo único que quería era reconocer el terreno, encontrar una ruta para trazar un plan de ataque y salir cuanto antes de aquel lugar que le ponía todos los pelos de punta....

El laberinto no parecía tal una vez entraron en él, sino más bien una espiral que conducía invariablemente a un destino concreto, todo aquello era cuestión de encontrar el camino correcto a la torre correcta.