Partida Rol por web

Se inicia un nuevo día en la “Vila del Pingüí”*, nuevas posibilidades os esperan en este mundo post-radiactivo. La noche anterior fue fría, desoladora y llena de terrores que asolaron vuestros sueños mientras dormíais y os amenazaban en las horas de vigilia. Los árboles de color verde brillante os dan los buenos días mientras los rayos de Sol calientan poco a poco vuestra piel alejando el pasado inmediato. La vida despierta a vuestro alrededor, los animales inician su rutina diaria y una suave brisa lava vuestros pensamientos más oscuros.

Cuando abrís los ojos, lo primero que sentís es alivio por comprobar que todos seguís respirando. Las últimas horas del día anterior fueron casi agónicas. Khan rastreó hasta el último centímetro de bosque buscando a sus compañeros perdidos, Clover y Shade. La pelea con la banda de Ylliria le había hecho perder horas de luz, básicas para poder localizarles, pero los dos tramperos también estaban buscando a su “familia”, por lo que para cuando el Sol se escondió bajo la línea de árboles, se encontraron los tres y se reunieron con Tristan. Entre todos más o menos parcheasteis al miembro más joven del grupo, Grey, que yacía entre la vida y la muerte, pendiendo de un delgado hilo. Lo malo es que apenas tuvisteis tiempo de encontrar un refugio decente para pasar la noche así que tuvisteis que hacer turnos de dos, por lo que lo que es dormir lo hicisteis poco. Pero el amanecer llegó y Grey sigue respirando, trabajosamente, pero sigue vivo. Por el momento. Necesitáis encontrar a vuestros compañeros, en especial a Cassandra, ella sabrá cómo arreglar “lo de Grey” o eso no para de repetiros Tristan.

Y luego está el problema del forastero, el chico gigantón, que Clover y Shade se han traído como mascota. Lleváis desde primera hora discutiendo qué hacer con él, porque aunque Tristan sea el jefe sois una banda y las decisiones de ese calibre las tomáis en grupo.

El día anterior fue el peor de tu vida, incluso más que cuando tu madre murió o cuando te metieron en la Skybox por romperle el cuello a aquel muchacho estúpido. Diane había muerto, ya no te quedaba nada en este mundo aparte de tu propia vida. Bueno, eso y los pocos amigos y conocidos que están a saber dónde de este enorme bosque. El dolor y la tristeza te dejaron tan descolocado y confuso que te dejaste arrastrar por los dos cazadores hacia donde viven. O eso crees tú, porque lo que es entender lo que dicen no entiendes ni una puñetera palabra. Hablan raro y muy rápido, a veces crees pillar alguna pero luego a los pocos segundos tienes claro que en realidad no. Quizás si prestaras más atención, pero ¿a quién le importa eso? Dii está muerta, ahora la tierra es su hermana. Al menos tuvieron la decencia de enterrarla y taparla con piedras. Te arrastraron con ellos, como si fueras un becerro extraviado, hasta que se encontraron con un tipo que llevaba más roña encima que tu padre en un mal día en la Factoría. Tras eso continuaron caminando y caminando, ¿es que nunca se cansan? Finalmente pudisteis descansar en el duro suelo, atado a un árbol, por supuesto, mientras los cazadores hacían guardias de dos en dos. No te prestaron atención alguna, demasiados concentrados en ayudar a un niño muy malherido. Son muy pedestres, no parecen saber muy bien qué están haciendo, aunque tú tampoco es que entiendas de ello la verdad. ¿Aunque sabes quién lo haría muy bien? tu compañero de celda, ¿Cómo se llamaba? Sí, hombre, el canijo poca-cosa que se asustaba hasta de su sombra (siempre te preguntaste que hacía en el ala de Skybox para crímenes mayores). Ufff, cuesta recordar, es duro, porque te trae constantemente imágenes de Dii.

A la mañana siguiente, sus voces de “pájaros” cabreados te despiertan. El grupo de cazadores parece estar discutiendo sobre algo, pero ni idea de qué, sólo hablan en su idioma bizarro. A la luz del día puedes ver que uno de ellos es enorme, casi más que tú, y más negro que el tizón. El niño está a un lado, durmiendo, parece que le cuesta respirar un poco. Como tu hermana.

El amanecer trae dolor físico como nunca habíais sentido en vuestra vida. Lo que quedaba del día anterior lo dedicasteis todos a hacer cosas útiles como armas primitivas (lanzas, hachas, y alguna honda), fabricar recipientes para almacenar agua, y los más fuertes y ávidos, dedicasteis vuestro entero esfuerzo en empezar el cercado que iba a proteger el campamento. No es que fuera gran cosa, sólo troncos puestos en vertical y atados con raíces, como alguno sugirió (uno que estaba más atento a las clases de supervivencia que os dieron antes de echaros del Arka) y todavía ni siquiera rodeaba todo el asentamiento, pero Roma no se construyó en una sola tarde. Y el nuevo día reservaba más de lo mismo. Pero al menos estáis todos vivos y con los rayos del Sol todo vuelve a la vida, con los sonidos de los animales están los de vuestros compañeros despertando y organizándose para repartir el desayuno y continuar con las tareas pendientes. Hacéis recuento de las personas y lo primero de que os percatáis es de que falta gente: ya no sois 100+1. Tras repasarlo varias veces el número sigue siendo el mismo, 99. Hay tres desaparecidos: Loki, el compañero de celda de Sean, una chica que iba con él, y un chiquillo cuyo nombre nadie parece saber. Alguien creía recordar que el chico grandullón y la muchacha se fueron el día anterior a explorar en busca de comida o de madera, nadie parece acordarse muy bien del tema. Pero lo que queda claro es que no han vuelto desde entonces, porque nadie ha visto al chico y era difícil que hubiera pasado desapercibido a la vista de todo el mundo por su tamaño.

La tarde anterior no pudisteis hacer la salida, pero Abel os había asignado a dos chicos para acompañaros a primera hora de la mañana en vuestra búsqueda de plantas medicinales, entre otras cosas. Así que cuando estás listo, cerca de la fogata te esperan los dos mayores gañanes que hayas visto jamás: Lorenzo y Murphy, dos de los chavales que ayer habían abusado de la chica pelirroja, tratando de quitarle la pulsera. Por supuesto, ninguno de los dos lleva ya ninguna puesta. Cuando te ven llegar sonríen socarronamente y te miran burlonamente. En última instancia se une Ashley, que camina con decisión hacia vosotros.

-¿La morena es tu guardaespaldas, nerdo?- sonríe torcidamente Murphy mientras le da una repasada la chica, con los brazos cruzados.

–Que conste que no somos vuestros canguros– añade Lorenzo, un chico corriente de aspecto hispano, aunque claro, probablemente podría atarte como una vaquilla, así que… -No bajaremos el ritmo porque vosotros no podáis aguantarlo. Recoged lo que sea que se necesite y para casita rapidito, ¿estamos?

Había dormido fatal, estar atado a un árbol no era precisamente lo que más favorecía al descanso. Pero la verdad era que ni en la más cómodas de las camas habría descansado. Me había relajado, intentado disfrutar junto a mi hermana, y ese momento de calma le había costado la vida, me sorprendía a mi mismo reprochándome por ello, animándome a tomarme esto en serio, no volvería a cometer el mismo error. Pero entonces la abrumante realidad me alcanzaba, ¿qué más daba que cometiera una vez más el mismo error? Mi hermana había muerto. El único motivo que me movía...

Los cazadores llamaron mi atención durante unos segundos, pero tampoco me importaba demasiado la discusión. Mi mirada se quedó clavada en el niño. No respiraba bien. Su respiración casi me hipnotizó perdiéndome una vez más en mis recuerdos, preocupándome una vez más por quien ya había muerto.

-... Estás... ¿estás bien niño...?- Me decidí a preguntar finalmente, me costó un poco hablar, pues tenía la boca seca, y la garganta cerrada.

El amanecer dolía, pero al menos daba un poco de esperanza el tener a todo el mundo trabajando por el bien común y no por quitarnos cosas o arrancarnos las pulseras. 

Hay algunos que se han ido a hacer la guerra por su cuenta... pero ya no podía hacer nada por ellos. Me dediqué a tomar los recipientes para el agua. 

—¡Eh! ¿Quien se apunta a buscar agua?  —tenemos que conseguir toda la que podamos, de la lluvia (que  no se con cuanta frecuencia caerá, pero al parecer es un fenómeno frecuente) y de los ríos o pequeños ríos que sin duda pasen por aquí. No tenemos aparatos para analizarla o filtrarla, así que va a saber de forma bastante desagradable, pero si nuestros ancestros pudieron beberla, nosotros también podemos... y sin duda moriremos si no bebemos agua en dos o tres días. 

Quería hacer un grupo grande, para poder enfrentarnos a los hostiles que había por ahí fuera. 

Mientras discutís, oís de fondo el vozarrón de Loki.

-... Estás... ¿estás bien niño...?

Humedad, algo de rocio cae sobre mi rostro mientras mis ojos se abren ligeramente. No, no es solo eso, alguien golpea mi bota y asiento lentamente al vacio, dando a entender que entiendo que es hora de despertar. La primera sensacion del dia me recorre como fuego por mis venas. Dolor, simple y llano dolor. Burbujea y se transporta por mi cuerpo como un animal enfurecido, golpeandolo todo. Levanto mi mano hasta mi rostro, alli donde el ultimo puñetazo me lando a volar. La paliza a la que me sometieron esos dos es de las que no se olvidan y por eso mismo algun dia clavare mi puñal en el corazon de ese malnacido. Maldito Copton y maldita sea Ylliria. Amaba a esa mujer, pero sin duda le haria pagar por esto. La familia esta por encima de todo. Me levanto como puedo, apoyo mi espalda contra el tronco del arbol bajo el que me cobijaba y miro a mi alrededor, a mi banda, a mi familia e inevitablemente mis ojos se dirigen hacia Grey. Todos se estan despertando ya, parece ser que los parches de ayer le han mantenido con vida al menos por el momento, mas su respiracion es entrecortada... algunos dirian que ha pasado la noche y ha sobrevivido que eso es suficiente, pero no lo es.

No es suficiente, ni de lejos. Conozco al muchacho, no se rendira. Es duro como el solo y aguantara, eso es lo que me gusta de el.

Necesitamos a alguien que sepa lo que hace con la sutura y las heridas de ese calibre, o no vivira para ver otra luna. Mi mano se desliza por mi brazo hasta la muñequera que llevo, mis dedos se cierran como un cepo sobre ella. No solo no puedo salvarle, sino que tras una amplia busqueda ayer no tenemos ni idea de donde esta Cassandra aun y como bien no para de repetir Tristan la necesitamos para que Grey sobreviva. Suspiro mientras saco una pequeña pelota de mi zurron y me la paso por los dientes, antes de meterla en la boca y comenzar a masticarla suavemente.

Me levanto del todo, recojo mis cosas y me acerco a Grey, mas a mitad camino una voz desconocida hace que gire mi rostro para fijarla en el prisionero que hicieron Clover y Shade ayer. Miro a mi amiga y compañera a la espera de alguna respuesta sobre el individuo, mas aun asi habla demasiado alto... me giro para mirarle y atraer su atencion mientras levanto un unico dedo que poso sobre mis labios.

Tras eso me acerco a Grey y coloco mi mano sobre la suya, mirandole a los ojos. Preocupado pero sobretodo intentando trasmitir energias y fuerza, el camino que debemos recorrer no es facil y por todos los Dioses que tiene que sobrevivir.

Despertando de golpe de un sueño profundo e inducido desde la noche anterior, abre los ojos de par en par, levantándose demasiado rápido como para poder evitar un quejido por su abdomen aún desgarrado por la lanza desde hacía un día. Respirando agitado pero profundo para buscar un ritmo más acompasado logra acostumbrarse al dolor nuevamente, perdiéndose rápidamente en la surrealista visión de verdes árboles y ruidos de animales a su alrededor. Dudaba que algún día aquella fantasía dejara de maravillarle lo suficiente para desconcertarle por al menos unos segundos, acostumbrado a un paisaje muy distinto e infinitamente más reducido. 

Por supuesto, como a todos, las desapariciones no le habían pasado desapercibidas. Y de no haber visto a la mujer extraña en la tienda en que le habían atendido las heridas, habría pensado que solo habían buscado su propio camino, incluso tras la emboscada de la jornada previa, pero ese no era el caso. 

A ver si nos va mejor que ayer - se ofrece, yendo hacia Finn, consciente de que no era una tarea que pudiera seguir postergándose. Le preocupaba que la herida lo ralentizara demasiado, pero no suponía que fuera realmente grave, o seguiría encerrado bajo supervisión médica. Y hablando de supervisión médica... - ¿Has visto a la médico? 

Las últimas horas del día anterior fueron completamente caóticas. Casi por casualidad, la pantera cayó sobre mi cuchillo, pero había estado peligrosamente cerca de acabar como la otra chica. Cuando me quité de encaima el cuerpo del felino, que afortunadamente estaba ya malherido por las flechas de Shade, me acerqué a ella para comprobar que no saldría de esta. Yu gonplei ste odon, había dicho de forma casi ritual cerrándole los ojos. Yo era una cazadora, no una guerrera, y sólo hace unos días acabé con un reaver, pero de alguna forma tenía la incómoda sensación de que la chica había muerto por mi culpa... y no tenía muy claro que lo mereciese.

Shade había conseguido que el chico dejase atrás el cuerpo y por sus palabras entendí que la chica era su hermana y que su nombre real era Diana, no Diii como inicialmente la había llamado. Poco a poco, nos fuimos reuniendo con el resto de la banda; un Khan magullado como pocas veces le había visto, Grey al borde de la muerte y Tristan. Pero aún nada de Tier o Cassandra. Desgraciadamente, no habíamos tenido tiempo suficiente como para ponernos al día, ya que estabilizar a Grey y buscar refugio había sido la prioridad antes de caer rendidos.

Había dormido mal, acosada por una pesadilla en las que toda la tribu desaparecía de uno en uno, atacadas por una pantera que finalmente se convertía en esa chica, Diana. Me desperté violentamente justo antes de mi turno de guardia y casi agradecí tener que pasar el resto de la noche en vela.

Con el amanecer, los otros miembros de nuestra reducida banda fueron despertando. Khan comprobó el estado de Grey, tal y como Shade y yo habíamos hecho con regularidad en las últimas horas. Tal y como dice Tristan, no aguantará mucho más si no encontramos a Cassandra.

- El prisionero puede que sepa algo de dónde encontrarla- comento hablando en Trigedasleng. - Lo único que me dijo es que estaba dándose un baño con su hermana y parece estar totalmente perdido, como si nunca hubiera estado en esta zona... No sé a qué tribu pertenece y no entiende nuestra lengua, pero no parece pertenecer a la Montaña.

Levanto la mirada para observar al chico, que seguramente trate de vengarse de la muerte de su hermana. Al menos es lo que yo haría. La verdad es que no tengo muy claro qué hacer con él después de interrogarle, pero después de todo es mi prisionero, así que Tristan seguramente me pregunte si no quiere tener él la última palabra como líder de la banda.

Repaso los vendajes de Grey, mas por mantener mi mente ocupada que por otra cosa. Cuando termino me levanto para ir a dar una vuelta, una inspeccion rapida de si alguien ha estado vigilandonos durante la noche. No durara mucho apenas unos cinco, tal vez diez minutos mientras los demas recogen el campamento. Mas las palabras de Clover atraen mi atencion, la miro escuchando sus palabras y sin poder evitarlo tensando mis brazos... mi mirada pasa lentamente de ella a el y de nuevo a mi compañera. Si ese chico, sea quien sea, sabe donde esta Cassandra me da igual lo que tengamos que hacer o a que Clan pertenezca.

Mas entonces Clover termina de hablar y mirada se vuelve extrañada hacia ella, usando nuestra lengua. - ¿Como es eso posible? - Que un borracho se pierda es normal. Pero no saber nuestro idioma ni tampoco pertenecer a ninguna tribu... eso no existe a menos que venga de la montaña y si no viene de alli... ¿entonces de donde narices viene? Mi curiosidad siempre ha sido bastante propensa a meterme en problemas pero eso ahora no es lo mas importante, por mucho que quisieera saber mas sobre el chico. Grey y Cassandra son de lejos mas importantes, ya habra tiempo para mis preguntas.

Miro a Tristan y despues a Clover. - Lo importante es si sabe donde esta Cassandra. La necesitamos. - No hace falta ser un genio de a que me refiero, alguien tiene que hablar con el chico y yo no estoy de muy buen humor, asi que o hablamos o lo apalizamos hasta que hable.

Me dolía absolutamente todo. No recordaba haberme despertado tan mal en toda mi vida. Echaba de menos la dura cama de las celdas del Arca, quien me lo iba a decir. Me llevé una mano al lugar en el que fui golpeado el día anterior y, tras comprobar el estado de las lesiones, decidí salir de la tienda con recelo. La mayoría de la gente ya se había puesto manos a la obra para cuando yo salí.

Tras un vistazo general a ese intento de campamento defensivo que se estaba organizando localicé a mi amigo Finn hablando con su antiguo compañero de celda y me dirigí hacia allí. No podía evitar mirar en todos aquellos músculos que me rodeaban y deseé haber hecho más ejercicio para estar preparado para aquello. Hoy me iba a tocar ir a por medicamentos y probablemente iba a tener que andar más de lo que había andado en toda mi vida.

Yo iba a ir a buscar medicamentos con la chica...Dije, deseando de pronto dejar ese plan para buscar agua. Sin embargo, era consciente de que las dos tareas eran necesarias, aunque tal vez pudiéramos hacerlas juntas... Lo cierto era que me daba bastante miedo ir por ahí solo con tres personas. Cuanta más gente mejor, como el mecanismo de defensa de las sardinas. ¿Creéis  que podríamos juntar las expediciones?

Miré a Scott y fruncí el ceño. Estaba seguro de que yo era mejor médico que la chica, pero aún  así prefería verla a ella. No era difícil suponer la razón. Me encogí de hombros. Ella se iba a venir con nosotros. Si decidís venir con nosotros estaremos por allí. Les indiqué, señalando el lugar en el que se encontraba la chica junto con dos tipos de muy mal aspecto. Suerte chicos.

Me acerqué a Murphy y Lorenzo bastante inseguro y les salude con un nervioso movimiento de cabeza. Su saludo fue bastante peor. Ni siquiera le respondí, aunque esperaba que la morena fuese mi guardaespaldas. Lo que no sabía era de quien tenía que protegerme, si de ellos o de los salvajes. Probablemente de ambos.

Entendido. Le respondí rápidamente y sin dudar. No quería broncas y la perspectiva de volver pronto era bastante alentadora. Si no encontrábamos nada siempre tendría la excusa de decir que Murphy nos había hecho volver rápido. Sin más indicaciones fui en busca de comida, bebida y una honda que robé sin permiso y disimulo, solo por si acaso. La iba a necesitar más que ellos seguro. También cogí unas rocas, bolsas para clasificar y colocar las plantas medicinales, algunas piedras y un palo largo para andar e intimidar, aunque sea un poco. Aunque algo me decía que en mis manos poco iba a intimidar eso.

Estoy listo... Les indiqué, con una mirada nerviosa. Cuando estemos fuera podríais buscar agua vosotros. La vamos a necesitar. Sin agua nuestro organismo no durará más que tres días a lo sumo y eso teniendo en cuenta que estemos en reposo constante y con las condiciones ambientales adecuadas. Si, me estaba poniendo nervioso y había empezado a hablar con rapidez para tranquilizarme.

Respondí a Scott —¿La médico, quién es la médico? No se quién te atendió, si una de nuestras chicas o la extraña mujer de fuera —dije esto en un tono mucho más bajo. 

Vino Sean y le sonreí —Sí, podemos ir todos, con lo peligroso que es, quizá sea mejor un grupo grande que uno pequeño. ¡Eh, no te vayas! Iremos todos juntos.

Le seguí. Haciendo una señal a Scott. Mejor todos juntos. 

Vuestro enorme líder de piel oscura se queda escuchando a cada uno de vosotros, en especial a los detalles sobre el chico que da Clover.

Shade se limita a inclinar la cabeza afirmativamente, al lado de su hermana, dando su apoyo silencioso. Siempre deja la palabrería a Clover, según él, se le da mejor que al resto.

El hombretón lanza una mirada algo cargada de desprecio, recordando lo que les ha costado todo aquel viaje, como si todo fuera culpa del muchacho maniatado. Respira hondo, dándose tiempo para responder, una super-técnica que le enseñó Cassandra para controlar sus arrebatos locos. Lo usa más bien poco, sólo cuando se acuerda, que es más bien casi nunca, pero de vez en cuando va bien, como ahora, con una decisión complicada (o muy fácil, sería tan fácil rebanarle el cuello al chico y dejarlo como comida para los animales…).

-Está bien, el chico vive. Por el momento. Por su bien espero que sea verdad que sabe donde está Cassandra- dice secamente. Os mira a ambos, alternativamente –Que sea útil. Por vuestro bien- zanja la discusión. Alza una ceja cuando oye la voz del muchacho preguntando algo del niño. Tristan se acerca a Grey para revisar el emplaste de barro y hierba que le ha puesto para tapar la hemorragia. Pero en su fuero interno sabe que no es suficiente. Es vuestro turno de hacer “cantar” al forastero… Y rapidito.