Partida Rol por web

Hambre no humana

Escena 2: El ardiente despertar

Cargando editor
Cargando editor
29/11/2011, 13:35
Director

 

Latidos en la oscuridad. Pulsaciones que resuenan como tambores.

Habéis recuperado la conciencia y os encontráis en la completa penumbra, tirados en lo que vuestro tacto intuye como el frío suelo de cemento. Contra una pared construida en ladrillo sin pintar ni rebozar.

Una tibia humedad se filtra por las paredes de aquel caluroso y sofocante lugar. Podéis sentir el hambre en vuestro vientre ¿Cuántos días llevaríais allí encerrados sin comer? ¿Qué ocurrió para que terminarais en aquella situación?

Tenéis el estómago vacío, un pensamiento se repite sucesivamente como una reverberación de la mente.

Vuestra piel está helada a pesar del aire cargado, viciado y caluroso que se respira. Tampoco sentís agujetas, golpes ni moratones o cansancio de ningún tipo, pero una insólita percepción de incomodidad y extrañeza persiste.

Los latidos insisten firmemente

Hay alguien o algo más en la oscuridad junto a vosotros. Escucháis sus respiraciones y cada uno de sus movimientos rozando a su alrededor. Advertís una o dos presencias muy cerca vuestro, quizás más.

 

Cargando editor
29/11/2011, 16:10
Robert Atkinson

Sangre...

Olor a sangre...

Charcos de sangre...

Sabor a sangre...

Oscuridad, miedo, soledad...

Nadaba en un mar de sangre, perdido entre sus peces de color negro. Cada puntito negro en ese mar rojo se acercaba a otro, y después a otro, y a otro... hasta formar un agujero de oscuridad. Pero no era un agujero cualquiera, era una boca enorme con dientes y... colmillos. Colmillos afilados y sedientos de sangre. La boca se abre con ferocidad y avanza hasta donde estoy con una velocidad sobrehumana, sencillamente no puedo huir. Me muerde, me desgarra la carne, me devora... me succiona hasta la última gota de sangre del cuerpo y después me escupe de nuevo hacia ese mar rojo. Una lengua viperina se limpia los restos de sangre... de mi sangre... de esos carnosos y viles labios negros y al final...

Sonríe...

Ríe a carcajadas...

Se ríe de mi...

Y de nuevo... la oscuridad.

***

Me desperté con el corazón acelerado, como si aquella pesadilla no hubiera terminado aún. No podía distinguir mi propio cuerpo en la oscuridad de aquel lugar, pero noté como movía los brazos como si siguiera nadando en el mar de sangre. De alguna forma una sensación de estar manchado de ese agua roja permanecía en mi. Mi corazón latía muy fuerte y muy rápido pero mi cuerpo estaba frío.

Tardé unos segundos en reaccionar y tomar contacto con la realidad, no sabía que había pasado y lo último que recordaba era haberme desmayado de camino a casa...

-¡Jane! - recordé que ella estaba allí y su nombre pasó rápidamente de mi mente a mi boca

Entonces fui consciente de que en aquella negrura había alguien más, podía oírlos, podía olerlos y podía sentirlos aunque no pudiera verlos. Tenía la boca seca y un hambre atroz, debía llevar días sin comer ni beber pero... ¿Por qué? Comencé a moverme con torpes movimientos, a ciegas en la oscuridad, palpando en busca de algo que no sabía qué era y al final, hablé.

- ¿Qui... qui... quién está ahí? - mi voz sonó agónica, llena de miedo - ¿Dónde estoy? ¿Dónde demonios estoy? ¿qué me has hecho, joder? ¡Contesta!

Cargando editor
30/11/2011, 17:50
Ryan "Boston" Blake

Ryan fue conciente de aquellas presencias, mucho antes de que sus propios sentidos le indicaran nada más. Lo supo antes de abrir los ojos. Antes de sentir el áspero suelo de concreto bajo su mejilla. Antes incluso de despertar a aquella pesadilla.

Durante un instante exasperante e infinito, simplemente permaneció allí tumbado, completamente inmóvil. Paralizado. Sin atreverse siquiera a abrir los ojos o a respirar. Como cuando era pequeño, y se hallaba solo en la oscuridad. Quizás, se dijo, si permanecía quieto y en absoluto silencio, solo quizás… la siniestra amenaza sin forma seguiría su camino y lo dejaría en paz.

Sin embargo, a pesar de todos sus esfuerzos y de su ferviente anhelo, su despiadada conciencia se fue abriendo paso por su mente. Implacable. Inexorable. En cierto sentido, hasta incluso inhumana. Susurraba a su oído, hablándole con palabras severas y descorazonadoras, con toda la crueldad de su fría racionalidad.

- “Idiota. Mejor te pones de pie. Lo que sea que está junto a ti, no va a desaparecer por solo desearlo…”

Quizás por eso, o tal vez por el puro terror que lo embargaba, Ryan empezó a reptar muy lentamente, abandonado su posición sobre el suelo para acercarse a la pared de ladrillos que había palpado a su derecha. Poco a poco, sin emitir el más leve sonido, conteniendo incluso la respiración, se alzó sobre sus rodillas y se recostó contra el muro.

Aún intentaba con desesperación que sus ojos se acostumbraran a la oscuridad reinante, pero ya se encontraba algo más aliviado. En cierto sentido, lo reconfortaba poder sentir la dura rugosidad de la pared desnuda. Era como si lo protegiera. Como si le cuidara las espaldas.
 

Cargando editor
30/11/2011, 22:06
Director

La voz de Robert estalló como una detonación en medio de aquel silencio gritando el nombre de una chica.

Te das cuenta de lo difícil que resulta modular tu voz y la cantidad de matices que se destilan en cada una de las notas y sonidos con los que lanzas las preguntas que engulle la oscuridad.

Por un segundo todo movimiento cesa y sin necesidad de luz alguna puedes intuir las miradas de las demás presencias con la atención fija en tu dirección.

Cargando editor
30/11/2011, 22:15
Jane Lewis

Mi voz entrecortada y húmeda demostraba que había estado llorando en silencio recogida en aquel rincón cuando consigo articular tímidamente:

- ¿Robert?

Dudaba sobre si mi mente estaba jugando conmigo

- ¿Eres tu?

Tenía miedo, no sabía ni dónde estaba ni qué habían hecho conmigo todo aquel tiempo

Cargando editor
30/11/2011, 23:58
Attila

Oscuridad, miedo, silencio. Tres palabras que ahora mismo se vuelven aterradoras. En la sala, completamente oscura, se oyen voces de extraños. No sé si están en la misma situación que yo o si el hijo de puta que me ha hecho esto intenta joderme aún más, pero poco tengo que perder y decido, en un alarde de estupidez, dar a conocer mi presencia.

-¿Quienes sois?.-Pregunto a la oscuridad.-¿Quienes sois?¿Vosotros me habéis traído aquí?.-El miedo se nota en mi voz. Intento sacar fuerzas de donde no las tengo, reunir valor, pero yo no soy un valiente. Dioses, sólo soy un maldito crío, y seguramente quien me haya traído aquí lo sepa.-¡Contestad!.-Grito ansioso.

Cargando editor
01/12/2011, 00:10
Robert Atkinson

Pensé que aún seguía dentro de aquella agónica pesadilla pero la voz de Jane parecía muy real, tenía que ser ella, deseaba que fuese ella. Todo era muy confuso, no podía recordar nada y si me habían secuestrado o algo así ¿por qué estaba allí Jane también? Tantas preguntas y ninguna respuesta...

En medio de aquella oscuridad pudé distinguir pequeñas lucecitas que me miraban, no pude contarlas pero estaba seguro de que eran ojos, eran personas, había otros allí. Me limité a seguir la dirección en la que estaban las dos lucecitas que correspondían a Jane, reconocí esas luces como sus preciosos ojos imposibles de olvidar.

- ¡Jane! Oh Dios mío, Jane... ¿te encuentras bien? - le hablé a sus ojos, que era lo único que poddía ver - Tranquila, voy hacia ti, no te muevas.

Me arrastré por el suelo, pues no me atrevía a levantarme, con pasos lentos. A medida que avanzaba el contorno de Jane comenzó a dibujarse en la oscuridad, cada vez estaba más seguro de que era ella y eso me alegró el corazón, me empujó a seguir avanzando.

Cargando editor
01/12/2011, 00:16
Richard Knox

Cuando veo todo a oscuras, me siento confuso, desorientado. Lo último que había hecho era salir del club dirigiendome a ver un cliente. Era de noche. ¿Qué había pasado? Entonces noto el hambre. ¿Cuanto podía llevar allí encerrado? No tenía ni idea...

Con la misma el cabrón del cliente era un depravado. No era la primera vez que me enfrentaba a eso, pero entonces escuché esos gritos aterrorizados y temerosos, de tantas personas. No puedo evitar ponerme nervioso ni cabrearme, así que me levanto a tientas, ayudandome de mi tacto con la pared, y comienzo gritar a la nada.

¡¡Cobarde, hijo de puta!! ¡¡Muestrate!! ¡¡Te mataré hijo de puta!! ¡¡No sabes con quien te has metido!! ¡¡ME OYES!!

Golpeo la pared, en un acto de impotencia y me desplomo por el suelo, mientras agarro mi barriga por el hambre.

Hijoputa inhumano... cuanto piensa tenernos aquí encerrados sin comer..

Cargando editor
01/12/2011, 07:37
Ahney Tao

   Ahney poco a poco va recobrando la consciencia. Oye unas voces a su alrededor, primero como un susurro. Unos segundos más y ya empieza a ubicar un poco el origen de estas. -Que a pasado? -Al menos  distingue cuatro voces distintas en la sala. Pero ella sigue en silencio mientras intenta que sus ojos se adapten a la oscuridad para poder ver al menos dónde se encuentra.

  Antes de ni siquiera intentar incorporarse palpa el suelo a su alrededor, busca un poco más de información de dónde se encuentra... Mientras escucha en silencio.

Cargando editor
01/12/2011, 21:15
Ryan "Boston" Blake

“… encerrados sin comer”

Las palabras de aquel extraño hicieron sonar las alarmas en la mente de Ryan. Por primera vez desde que recuperara la conciencia, una nueva sensación conseguía abrirse paso en su pecho, una que conseguía hacerle frente al opresivo terror que lo tenía paralizado junto a la pared, y que incluso era capaz de salir victoriosa del lance. Era una sensación tan angustiante como el pánico, pero mucho más ardorosa, que lo aceleraba de una forma casi desesperante. En verdad, más que de su pecho, aquel insoportable aguijón que había empezado a dominarlo provenía de sus tripas. Era el hambre.

Un hambre extraño y perturbador, como el joven no había sentido jamás en toda su vida. Era una punzada acuciante y amarga, que se extendía lenta pero inexorablemente por todo su cuerpo. Era una mezcla de dolor y ansiedad, o de una ansiedad que causaba daño.

Poco a poco, a medida que las misteriosas figuras que lo rodeaban comenzaban a mostrar algunos atisbos de identidad, el horror inconfesable fue remitiendo, apartándose del corazón del muchacho para refugiarse en las penumbras de su inconciente. El hambre fue ganando terreno, y tras él, otras sensaciones pugnaron por recuperar el trono que había quedado vacante.

Finalmente, ninguna pudo hacerse con el control definitivo, y todas permanecieron en una tensa calma, aguardando el momento justo para continuar la lucha. Sin embargo, de entre todas ella, solo una parecía seguir teniendo la mano ganadora: el hambre.

Cargando editor
02/12/2011, 10:21
Director

Atkinson se empieza a mover a tientas hacia el foco de voz que había identificado como el de su vecina Jane.

A medida que avanzas por la sala te das cuenta de lo que estas haciendo realmente: estás siguiendo un sonido que se hace más intenso con cada paso que das, es un latido, el latido del corazón de Jane, el mismo que habías oído con solo despertar y que cada vez sonaba más potente y cercano hasta que logras tenerlo justo delante, a una distancia donde incluso lo podrías tocar. También sientes ahora el sonido de la respiración de Jane, y su olor resulta embriagador, como el de la carne cocida y bien especiada que perfuma el ambiente de los restaurantes más suculentos.

Otra punzada de hambre en tu vientre.

Los gritos de Richard parecen despertar a todos los que todavía yacían dormidos o inconscientes en aquella sala, pero sus palabras no obtienen otra respuesta más que su resonar enlatado entre las paredes que delimitaban aquellas incómodas tinieblas.

Pero entonces se empiezan a escuchar también sollozos, gemidos de un niño que provenían de un punto cercano en aquel lugar cuyas distancias podéis empezar a medir por las voces provinentes de ambos puntos como bastante reducidas.

Pronto alguien contesta a aquel llanto, es la voz de otra mujer

Cargando editor
02/12/2011, 10:44
Mavis Jackson

Llevaba ya algunos minutos despierta, pero en aquel lugar el tiempo se alargaba indefiniblemente, era el miedo que sentía pero no quería alzar la voz ni moverme para no despertar a Suzy que reposaba en mi regazo. Reprimía la ansiedad y las ganas de llorar mientras trataba de pensar que hacer si es que había algo que yo pudiera hacer para salir de allí.

Entonces las voces empezaron a aparecer por todos lados; había otros prisioneros y sus gritos terminaron por despertar a la pequeña que se agarró fuerte a mi cuerpo cuando se dio cuenta de dónde estaba.

Lo único que pude hacer fue acariciar su pelo con mi mano temblorosa y tratando de poner la voz más clara y segura posible intenté consolarla, si es que había consuelo posible en aquel lugar endemoniado.

- Shhh Suzy, estoy aquí, estoy aquí... no pasa nada

Cargando editor
02/12/2011, 10:51
Director

Ahney busca a tientas algo a su alrededor que le pueda decir alguna cosa sobre el lugar en el que se encuentra. Palpas la pared, ladrillos por todos lados, ni una ventana a tu alrededor, ninguna puerta.

El suelo es liso bajo el muro y cuando extiendes tus brazos hacia adelante y buscas por la parte interior de aquel lugar, de repente estalla una cadena de sonidos metálicos que todos logran oír y te dan un susto de muerte

Tocaste algo, una mesa quizás con instrumental encima, y tiraste parte de ello con el brusco movimiento.

Cargando editor
02/12/2011, 10:57
Jane Lewis

Escuchar la respuesta de Robert en aquella total oscuridad fue un enorme alivio

- Estoy aquí

Traté de guiarlo a mi con la voz

- Estoy... creo.. creo que estoy que bien. ¿Qué es este lugar?

Me pasé la mano por la cara limpiándome lo mojado de las mejillas

Cargando editor
02/12/2011, 11:44
Robert Atkinson

Finalmente conseguí llegar hasta Jane arrastrándome por el suelo. En cuanto estuve a su lado busqué su mano y la agarré, el contacto de su piel me dio una dosis de realidad, ya no había duda de que era ella y no un mal sueño.

- Ya estoy aquí Jane - apreté fuerte su mano y con la otra le acaricié la mejilla - No nos pasará nada si seguimos juntos ¿de acuerdo?

Otras voces desconcidas se mezclaban en la sala con ruidos metalicos, un hombre que gritaba, una mujer que susurraba, sonidos de personas arrastrándose... El que nos había encerrado allí todo este tiempo no se encontraba entre nosotros, aquello no era más que la celda en la que nos retenían, nos éramos más que prisioneros.

- Escucha, Jane - dije mientras me levantaba, pero sin soltarle la mano - vamos a levantarnos y a buscar una salida... si hubiera luz aquí todo sería más fácil...

Comencé a tantear la pared en busca de un interruptor o algo parecido, quizás una puerta o ventana... Parecía que algunos de los presentes hacían los mismo, asustados por la incertidumbre, y no era para menos, despertarse en un lugar desconocido y oscuras sin saber cuanto tiempo ha pasado es de locos. Y estaba ese maldito hambre que me corroía por dentro...

- Escuchad todos - me dirigía a la negrura mientras apoyaba la espalda en la pared - No sé qué demonios está pasando aquí pero yo estoy tan asustado como vosotros... parece que alguien nos ha encerrado aquí con algún extraño propósito, si alguien recuerda algo sería de agradecer que lo compartiera con el resto... mientras tanto quiero que intenten encontrar un interruptor o algo para hacer luz en este lugar, si no vemos nada no podremos encontrar la salida.

Cargando editor
02/12/2011, 13:26
Attila

-De acuerdo, busquemos la salida.- Digo tanteando en las sombras mientras fuerzo la vista tratando de acostumbrarme a la oscuridad.- Espero que no me la estés jugando, aunque en una situación como esta... poco importa, no tengo mucho que perder.

Sin decir más, me arrastro por el suelo de la habitación tratando de seguir las voces.

Cargando editor
02/12/2011, 15:10
Ryan "Boston" Blake

Un creciente estruendo comenzaba a llenar el aire con sonidos caóticos y desesperados. Gritos, gemidos y llantos se confundían con el estrepitoso entrechocar de algunos objetos metálicos. Todo era confusión y terror. Locura y oscuridad. Y hambre.

Ryan permaneció inmóvil en su posición. No parpadeaba. No respiraba siquiera. Solo aguardaba, atento a cuanto ocurría a su alrededor. Las difusas figuras de la negrura comenzaban a tomar forma. Quizás no ante los ojos del joven, pero si en su mente.

Había un par de mujeres allí. Y también unos cuantos hombres. Tal vez algún chiquillo. Todos parecían asustados. Tan asustados como el propio Ryan. Esto lo tranquilizó un poco y, de alguna forma, permitió que su acuciante ansiedad disminuyera.

“Mal de muchos, consuelo de tontos…”, solía decir su abuelo con desprecio. De todos modos, tonto o no, un consuelo era mejor que nada. Y Ryan se sintió algo reconfortado por la angustia común que envolvía la escena. Tal vez no lo suficiente como para olvidar siquiera un instante el profundo terror que lo paralizaba. Ni tampoco para desoír los desgarradores alaridos de su estómago vacío. Pero al menos era algo…

La voz firme y autoritaria de uno de los hombres lo sacó abruptamente de sus pensamientos. Ryan escuchó aquellas palabras, y un resquicio de luz se abrió paso entre las sombrías nieblas de su mente.

Poco a poco, comenzó a tantear el suelo que lo rodeaba. Tras ello, se puso de pie y repitió el proceso, esta vez contra la rugosa pared que tenía a su espalda. No sabía que buscaba. Un interruptor, una puerta, una ventana… hasta una simple colilla olvidada le habría servido. Cualquier cosa era mejor que aquella opresiva oscuridad sin forma.
 

Cargando editor
03/12/2011, 11:56
Richard Knox

Sigo en mi sitio, derrumbado, con mi mano en mi vientre.

Si claro, aquel que nos ha encerrado seguro que nos ha dejado una llave, una linterna, y un plato lleno de carne para cuando nos despertemos poder salir de aquí y volver a nuestras casas... es lo más lógico.

Ante la falta de acción que entretenga mi cabeza, no puedo dejar de pensar en el hambre que ocluye mi estómago. ¿Cuánto tiempo podríamos estar allí? Bastante, para que el hambre sea tan atroz. Empiezo a impacientarme. ¿Pedirán un rescate por nosotros? ¿Será simplemente un loco psicópata que querrá matarnos para satisfacer su locura? No sé que hacer, me siento impotente...

Cargando editor
04/12/2011, 17:28
Ahney Tao

   Ahney escucha con atención las voces que oye en la oscuridad en silencio. Buscando la pared más cercana a su posición. Una vez llegada a esta apoya su espalda en la misma y se queda sentada cogiéndose las rodillas expectante. Un poco asustada intentando si mucho éxito conseguir ver alguna cosa o entender que hace allí encerrada con toda esa gente que le suena extraña