Partida Rol por web

Hasta que no os encontráis al otro lado de la pared, no os percatáis de lo realmente cargado y sofocante que estaba el ambiente en el anterior sótano.

Ahora por fin sentís la fría humedad en la piel, mientras que el ruido ambiente de las llamas devorando todo el edificio asi como el vapor exhumando a través de las paredes, queda atrás. 

Frente a vosotros, hay las caras de los humanos que se avanzaron a atravesar primeros, expectantes y aterrados. Tratando de distinguir algo en la completa oscuridad.

Realmente estaba oscuro, la única luz que penetraba en el lugar era el reflejo del fluorescente parpadeante del otro lado, y este solo dibujaba un pequeño charco de luz en un suelo lleno de tierra, polvo y trozos de ladrillo hecho pedazos.

Aun que vuestra visión sobrenatural permitía veros ligeramente el contorno de las paredes; Mavis, Suzy y Jane parecían completamente ciegas y permanecían totalmente quietas, con temor a moverse y encontrar accidentalmente aquella criatura de pesadilla que acechaba en las tinieblas. Parecían extremadamente vulnerables en aquel estado.

A vuestro alrededor, había un profundo túnel de negrura con paredes de cemento cuyo final ni si quiera la recién adquirida visión excepcional lograba determinar.

La oscuridad se abre ante nosotros. El pequeño agujero es lo bastante grande para pasar por él sin problemas, pero no se ve un pimiento. Sin pensarlo dos veces, cruzo por el agujero y trato de distinguir dónde estamos. Una placa en la pared, una muesca, una escalerilla, cualquier cosa que denote la más mínima presencia humana. Intento forzar a mis ojos a acostumbrarse lo antes posible a aquella oscuridad tratando de enfocar la vista, casi como cuando intento leer o ver sin gafas. 

Mientras tanto, doy gracias a dios por que mis compañeros de cautiverio apenas me vean. Tengo que estar dando una imagen patética ahora mismo. Aunque la otra opción es ir a por una "antorcha" a la parte alta de la escalerilla, y no he visto voluntarios.

Sin pensar más en ello, continúo esforzándome por ver algo que nos ayude a salir de allí.

Por muy poco había conseguido frenar el impulso de besar a Jane y finalmente nuestros cuerpos se habían unido en un breve pero intenso abrazo antes de cruzar el oscuro pasaje. Es curioso como este tipo de situaciones, en las que acecha el peligro, en las que sientes que la muerte está cerca, las personas se olvidan de sus problemas y afloran los sentimientos... Es cierto que le tengo un gran afecto a Jane, pero salvo algún comentario jocoso por parte de la gente del trabajo nunca había visto a Jane de aquella forma, nunca había sentido ese impulso por besarla... me alegré de no haberlo hecho, no era el lugar apropiado, pero me prometí mientras gateaba por aquel agujero que cuando salieramos de allí pensaría muy seriamente en todo aquello.

En aquella nueva estancia sólo había oscuridad, pero desde luego era preferible al sofocante calor que había en la anterior, además había sido un alivio dejar atrás aquellas paredes manchadas de sangre. Había dejado atrás el miedo, aunque el hambre todavía acechaba en mi interior, así que sentí que tenía que avanzar, que tenía que sacar de allí a toda aquella gente, teníamos que vivir para contar lo que nos había pasado, había que avanzar.

Tomé de nuevo la mano de Jane y fue como una inyección de seguridad en mi mismo, me sentí capaz de hacer cualquier cosa, sentí que saldríamos vivos de aquello.

- Escuchadme todos, creo que estamos en algo así como una alcantarilla o algo parecido teniendo en cuenta que estábamos en un sótano - dije hablando a las siluetas que distinguía en la oscuridad - Creo que estamos a salvo de las llamas pero tenemos que seguir avanzando ¿de acuerdo? Si alguien tiene un mechero o unas cerillas que no le hayan quitado, es el momento de usarlas... pero lo más importante es que permanezcamos juntos, así es como saldremos de aquí, juntos...

Traté de modular mi vista para adaptarla al entorno mientras buscaba en mis bolsillos algo que pudiera ser de utilidad.

No se veía absolutamente nada en aquel pasillo, sin embargo por las sombras que van tapando aquel charco de luz de neon que proviene del sótano de la casa diría que todos han ido pasando a este lado. Sin duda se siente más fresco aquí.

- ¿Dónde estamos? no se ve nada

Cuando entro en aquella sala oscura intento mirar alrededor, con poco éxito, intentando buscar la manera de iluminar nuestro camino. Intento pensar en algo de la sala anterior, pero tampoco se me ocurre que podría ayudarnos. De cualquier manera, no puedo evitar aliviarme tras haber huido del fuego... lo peor ya había pasado en mi opinión. Caminar a oscuras no sería para tanto. Al menos esa era mi opinión.

- Habrá que guiarse por la dirección de las paredes. - Comento, ante la falta de respuesta ante la pregunta de Robert - Tened cuidado de donde pisais.

Y, acto seguido, me aventuro a oscuras, vigilando donde piso a cada paso.

En la oscuridad los esfuerzos de Attila para ver con mas detalle los contornos que se distinguían en las paredes empiezan a dar sus frutos: La difuminada oscuridad parece esclarecer ante tus sentidos y como si se tratara de un aparato cinematográfico tu vista empieza a enfocar con claridad, mejorando la resolución de lo que hay delante tuyo pero pronto vuelve a desenfocarse haciéndose incluso más borroso que al principio. Vuelves a esforzarte para ver con claridad y entonces tus sentidos responde a tales intenciones pero es como tratar de aguantar con los ojos medio cerrados muy fijos en tu objetivo, la concentración que requiere es extrema.

Aguantas y aguantas, el pasadizo esta claro para ti durante algunos segundos y en frente a lo lejos ves que hay un agujero: es un canal de aguas residuales bastante profundo en el que de seguro caería alguien sin querer si seguíais caminando hacia a delante. Pero no muy lejos, otra galería lateral gira a la derecha, solo a escasos metros de donde estáis. De repente todo se vuelve oscuro de nuevo y los ojos te arden adoloridos junto a un molesto dolor de cabeza.*

El resto del grupo sigue desorientado, parece que la opción más adecuada tras haber expuesto todas las opiniones era la de ir a tientas y seguir adelante, pero Attila os detiene justo a tiempo guiandoos a través del pasillo lateral que había visto en aquel pequeño lapso de tiempo.

Este otro pasaje es más estrecho que el anterior y el aire que fluye a través de el se nota menos pestilente para los que tienen auspex.

Sin duda aquello se trataba del sistema de alcantarillado de la ciudad y no tardáis en verificarlo cuando un circulo de luz en el techo ilumina el contorno de una tapa de la cloaca. Habéis llegado a un pozo de mantenimiento y tras subir las escaleras salís finalmente en la calle.

El humo del incendio y el reflejo en una fachada de las luces de los vehículos de emergencia se puede ver a solo una manzana de distancia.

La pequeña Suzy todavía tose un poco, pero no parece que nadie haya sufrido daños mayores.

Nos deslizamos por los malolientes túneles mientras aquel chico del pelo negro nos guiaba. Parecía como si fuese capaz de ver en la oscuridad o algo así, lo que me hizo plantearme si aquello tenía que ver con lo que a mi me estaba pasando... en cierto modo podía tener sentido, la camilla, aquellas jeringuillas, la sangre, el secuestro... quizás habíamos sido víctimas de algún extraño experimento clandestino, aunque era posible que todos estos pensamientos sólo fueran fruto del estado en el que nos encontrábamos en aquellos momentos.

Finalmente alcanzamos un pozo con una de esas escaleras incrustadas en la pared. Subimos a duras penas hasta toparnos con una superficie metálica con unas pequeñas rendijas por las que entraba el aire del exterior. Utilizando nuestras últimas fuerzas conseguimos apartar la tapa de la alcantarilla y escapar finalmente de nuestra prisión. La alegría se mezcló con el cansancio y la confusión, hasta ahora no habíamos tenido tiempo de reflexionar sobre lo que había pasado.

- Estamos a salvo... os lo dije... os dije que saldríamos de esta - dije mientras recuperaba el aliento - ¿Te encuentras bien, Jane?

Pero la emoción me embargaba, nada me importaba más que seguir vivo y que ella estuviera a mi lado, así que ni siquiera esperé a que contestara y la abracé con fuerza.

Cuando salgo a la superficie miro alrededor, calmado y a la vez ansioso. Llevaba demasiado tiempo encerrado y demasiada adrenalina acumulada. Necesitaba de lo mío...

-Bueno damas, caballeros... Lo hemos conseguido. Y yo marcho hacia mi hogar. - digo con un leve gesto de cabeza a modo de despedida - Imagino que nos volveremos a ver, ya que denunciaré esto a la policia en cuanto me calme un poco. Ya nos vemos.

Y sin esperar mayor respuesta, me largo a por lo que realmente necesitaba.

Aquel tipo parecía contento por haber escapado pero seguía nervioso y con ganas de marcharse. No iba a ser yo quien lo retuviera allí más tiempo, pero después de lo que había pasado se me hacía que era una despedida demasiado fría. No le debía nada, ni él a mi, pero quería al menos conocer su nombre.

- ¡Eh! ¡Espera! - le dije antes de que se fuera - Dime al menos tu nombre, amigo...

Cuanto detuvo sus pasos, me aparte un momento de Jane y me incorporé para acercarme a él, dispuesto a estrechar su mano en cuanto me dijera su nombre. No pretendía retenerle más tiempo, sencillamente quería conocer su nombre.

Me giro cuando me llama la atención. Tampoco había motivos para ser maleducado. Extiendo mi mano para estrecharla con la suya.

-Knox, Richard Knox. - digo, con una ligera sonrisa de cortesía. - Lo dicho, supongo que nos veremos en la comisaría dentro de no mucho. Lamento irme con tanta prisa, pero este lugar me incomoda bastante. - hago un gesto de despedida con la mano y me propongo, nuevamente, abandonar el lugar.

La experiencia por las cloacas es demasiado para mi. No sé cómo acostumbré mis ojos a las tinieblas tan deprisa, pero está claro que me ha pasado factura. Sentado en el suelo seco de la superficie, noto cómo mis ojos arden. No puedo apenas ver, pero escucho cómo uno de los integrantes del grupo intenta separarse.-Esperad todos.-Digo señalando a tientas.-¿A dónde vas? ¿No te das cuenta? Si un maldito psicópata nos ha encerrado en una casa y le ha prendido fuego ¿Crees que podremos sobrevivir solos? Propongo movernos todos juntos, así tendremos más opciones de que no nos vuelvan a coger por sorpresa. ¿No creéis? 

  Ahney sigue al grupo por la alcantarilla. El olor es nauseabundo así que intenta aguantar la respiración todo lo que pueda hasta poder llegar a la superficie.

  Una vez fuera observa en silencio al resto de personas que le han acompañado en estos momentos. Una vez en el exterior intenta observar el lugar dónde han parecido para poder orientarse. Realmente quiere intentar ubicar el edificio dónde han estado retenidos mientras comenta.

 - Creo que tengo que dar la razón al muchacho, de gafas. No se el resto pero a mí personalmente me encantaría saber a que se ha debido todo esto. No quisiera vivir el resto de mi vida mirando por encima del hombro. O que quieres contar a la policia, que has estado en una sala que no sabes dónde esta? y que no sabes como llegaste ahí? - Se queda mirando al señor Knox -Sabes como suena eso?

Los últimos minutos habían sido apenas unos destellos de confusión para el aturdido Ryan. Solo unas imágenes extrañas que habían pasado vertiginosamente frente a sus ojos, sumidas en la más profunda y exasperante oscuridad. Apenas si recordaba el inmundo olor de la podredumbre penetrando sus fosas nasales. Quizás el sordo chapoteo de unos pies que corrían apurados por algún lugar cubierto de lodo o algo así.

No tenía idea de donde estaba. Y, lo que era aún peor, tampoco estaba seguro de cómo diablos había llegado hasta allí. Solo escuchaba los lejanos murmullos de aquellos que se habían reunido a su alrededor, pero le llegaban apagados y distantes, como si provinieran de una habitación contigua, lejana.

En su mente, solo había lugar para un pensamiento. Una idea. Una sensación. El hambre…

Y, en un segundo plano, aunque intentando abrirse camino a través de ella, con la ardiente desesperación de alguien que hubiera sido enterrado vivo y arañara la tierra en busca de aire… una certeza.

Una verdad tan clara e inapelable como la misma vida. O tal vez como la muerte. Una conciencia incontrovertible e irrefutable, que no dejaba ningún margen de duda.

Pues Ryan había escuchado el siseo de su mano quemada. Había olido el penetrante aroma de la grasa derretida, y había visto su palma desfigurada. Había sentido el dolor, no solo en su mano, sino también en su alma.

Sin embargo, todo eso había desaparecido ya. Sin dejar rastro alguno. Y aquella terrible certeza, tan simple como evidente, era aún más acuciante que el propio hambre.

Sin apartar su mirada de sus manos desnudas, el perturbado muchacho se dejó caer lentamente, hasta quedar arrodillado en el piso.

A la luz de las farolas empezabas a darte cuenta de más cosas por momentos. La belleza de Jane ya no parecía tan exultante como solías pensar y podías ver las pequeñas imperfecciones de su joven piel. Percibías su respiración como un desquiciante y constante ahogo que no hacía más que demostrar su fragilidad.

Pero lo más raro ocurría al observar a los demás, al encajar las manos con ese tal Knox. Sus movimientos no parecían para nada espontáneos, como los de un actor que se puso un disfraz que le resulta incómodo. Si, los otros chicos y la asiática presentaban esa peculiaridad, parecían anti-naturalmente vívidos, por decirlo de alguna forma. 

Finalmente respiro aliviada y levanto a Suzy entre mis brazos para abrazarla bien. Poco a poco empezaba a procesar lo cerca que habíamos estado de la muerte en aquel sótano en llamas.

La vida parecía tomar un nuevo significado y cada segundo del aire fresco de la calle me parecía un regalo.

- Gracias, de verdad

Les dije especialmente a los hombres que habían tomado la iniciativa para sacarnos de allí; A pesar de que el del pelo alborotado parecía algo ausente.

- ¿Lo ves hija? te dije que no pasaría nada

Le decía a Suzy mientras los ojos se me empezaban a llenar de lágrimas de alegría sin querer