Partida Rol por web

Abandono la prueba de Runas Antiguas antes que ningún otro y me quedo fuera esperando a que salga Aaron. Ese chico es una de las pocas personas cuya compañía aprecio sinceramente a pesar de que no hace mucho que nos conocemos. Aunque solo es un año menor que yo, no puedo evitar verle en cierto modo como el hermano menor que nunca tuve. Tal vez porque es huérfano y siento conmiseración por él. O tal vez porque es de los pocos lo suficientemente inteligentes como para pensar en silencio. Aprecio eso en la gente.

Sin embargo, el siguiente en salir del examen es Bobrinsky. No es que me sorprenda, dado que Durmstrang forma a sus alumnos para ser eminentemente superiores a los del resto de colegios en los que se enseña la magia. Supongo que es bueno ver que Vity, superada la impresión inicial de su llegada a Hogwarts, ha vuelto a ser el mismo. Le saludo con la cabeza pero no me aventuro a iniciar una conversación. No sé mucho de él, siempre ha estado en la clase de Aaron y nunca me he tomado la molestia de conocerle a fondo pero tengo la impresión de que es un muchacho soñador y no particularmente brillante. Que haya sido el segundo en salir habla de manera muy elocuente del nivel del resto de escuelas participantes. 

Un rato después es uno de los alumnos de Hogwarts el que sale del aula. El famoso No-se-quién de Gryffindor, ese chaval falto de cariño que se esfuerza tan denodadamente por llamar siempre la atención y que fue el primero en interpelar a Shacklebolt durante la presentación del torneo. No obstante, tengo que reconocer que sus fuegos artificiales me hicieron gracia, quienquiera que creara esos dragones pirotécnicos es un auténtico maestro en lo suyo y el chico tuvo el buen gusto de apreciar esa genialidad y compartirla con todos como bienvenida a Hogwarts. Puede que después de todo no esté tan mal. El mundo mágico también necesita showmans.

A continuación sale Aaron. Es una pena que haya sido el cuarto pero estoy seguro de que en la próxima prueba le irá mejor. Al menos eso es lo que le aseguro, dedicándole palabras de ánimo y ofreciéndole irnos a tomar algo para celebrar el primero de los muchos oros que me esperan.

Por un momento siento la tentación de quedarme un poco más y esperar a ver cómo le ha ido a la Beauxbatons pelirroja de ojos de hielo, la única con el estilo suficiente como para no mostrarse desesperada por agradar al resto con fingimientos. Por fortuna, este instante de estupidez personal se me pasa pronto. ¡Confraternizar con el enemigo, qué locura! Seguro que ha estado tratando de embrujarme desde que llegué...

Miró a Nikolay quien estaba esperando afuera antes que él. Al verle saludar devolvió el gesto y siguió su camino en el pasillo hacia el patio empedrado. Siendo uno de los primeros en salir, los pasillos estaban vacíos, y las sensación de soledad hizo que sintiera un escalofrío que recorrió todo su cuerpo antes de llegar al Patio central; caminaba sin prisa, mirando los alrededores del patio, las murallas y los vitrales que adornaba, con todo su desgaste producto de la anterior guerra. Sus manos tocaban los rastros de hollín y pateaba las piedras y pedazos de vidrio que no habían sido recogidos mientras conservaba el mismo libro carmesí en sus manos, abierto.

En su corto paseo vio varios pájaros en el aire de distintas especies y géneros, pequeñas plantas naciendo entre la tierra y las baldosas agrietadas, que el viento le hacía pensar la posibilidad de que lloviese en dos días más. Todo eso pensaba mientras impregnaba el carbón en las páginas de su cuaderno antes de sellarlas, y entonces se puso en cuclillas hacia las plantas, las cuales apenas crecían pequeños tallos en ellos; sacó una varita de Alerce, y con un movimiento gentil susurró unas palabras y disparó una pequeña luz verde hacia dicho tallo sin hojas. El tallo creció mientras pétalos desplegaron la forma de una orquídea que crecía rápidamente; Vitaly guardó nuevamente sus varita y entonces empezó a dibujar la forma peculiar de la orquídea, la cual con sus colores púrpuras salían manchas amarillas que asemejaban la forma de un mono.

Aaron vio a sus compañeros de Durmstang al pasar por el patio. No esperaba encontrase a Kolia allí, aunque se alegro de verle. Se acercó y le saludo con gracia. No entendía porque le había dicho aquello. Se encogió de hombros y le dijo:

Acabo de llegar del baño comentó. Realmente no sé si acabé de los primeros o no. Si que estoy seguro de haber hecho bien la prueba, claro. Pero no llevé el conteo de la gente que salió antes de mi.

Se sentó a su lado y sacó un libro. Ya había pensado hacer aquello antes, el patio en el que estaba parecía un lugar concurrido y quería observar a la gente. A lo lejos vio a Vitaly, le saludó con la mano antes de enfrascarse en la lectura.

-No hace falta que me des las gracias por lo de Bonnie, además, ella se lo pierde-, le hago un gesto co l alengua en señal de aprobación.

-No se muy bien que sentido tiene la prueba de las runas con la reconstrucción del castillo, pero estoy segura de que la directora McGonagall no da puntada sin hilo. Me quedo absorta mirando el lago;parece muy tranquilo, nada haría pensar que una civilización de pseudosirenas vive en el fondo. De repente me viene la imagen de Harry cuando compitió en el torneo de los tres magos, todo el mundo clamaba y aplaudia. Aunque yo en ese momento era alumna de primero lo recuerdo como si fuera. Uupps se me acaba de ir el santo al cielo.

-Artemis,¿te parece que volvamos al colegio?, tengo ganas de saber quién ha ganado la primera prueba.

Cojo a Artemis de la mano y tiro de el fuertemente hacia el colegio.

El cielo estaba despejado y un sol radiante para ser septiembre brillaba en lo alto del cielo, la primera prueba había resultado ser bastante fácil, el nivel era alto, sobretodo con el resto de competidores que se habían presentado de las otras escuelas. La fría piedra del banco en el que estaba sentado le recordaba que por muy buen día hacía hasta en los momentos de mayor felicidad y tranquilidad se pueden levantar malos momentos y no debía dejar pasar por alto nada.

Ya que nadie pretendía molestarle, o alegrarle el rato con un poco de conversación interesante Gabriel decidió sacar un libro para pasar el rato. Era el libro del actual curso de Encantamientos de Miranda Goshawk y tenía varios consejos sobre los encantamientos no verbales, así que se sumergió entre sus páginas y vislumbraba el método práctico.

Mientras paseo por el patio reflexionando sobre las pruebas y como cada vez me alejo más de recuperar el elixir, veo a Eileen, quien parece estar bastante pensativa.

Hola Eileen ¿Qué pasa? Te noto preocupada. ¿Quieres dar un paseo? Accio escoba. - digo mientras apunto mi varita hacia el castillo y espero que la escoba llegue, cosa que no tarda mucho.

Tras la tercera prueba fue donde el patio empedrado como de costumbre, mirando a algunos estudiantes de Hogwarts que transitaban dicho sitio; algunos reían, otros corrían con prisa, otros se sentaban en la cornisa del pasillo hablando y unos pocos estaban leyendo algún libro, y si algo estaba claro es que la actividad era constante en dicho lugar, mas no había mucha gente presente como pensaba; Vitaly caminaba lentamente a un costado del pasillo con sus manos en los bolsillos.

Entonces se detuvo en un muro mientras abría su libro color carmesí, y al estornudar por la combinación de azufre y rosas del libro se dio cuenta de la muchacha de cabellos dorados caminando a la distancia hacia donde estaba él, cuyo rostro reflejaba una sensación de derrotismo y melancolía. Vitaly suspiró mientras se dió cuenta que sus manos tiritaron ligeramente mientras sujetaba el libro, y lo cerró de golpe, estornudando otra vez mientras lo amarraba nuevamente en su morral; respiró profundamente mientras seguía viendo a la muchacha acercándose, viendo su piel pálida y sus ojos entrecerrados mirando al piso, sus comisuras bajas y su suspiro producto de la decepción.

Entonces, desde el lado izquierdo de su cinturón y sin posibilidad de verlo desde la perspectiva de ella, sacó su varita de Alerce y dijo en voz baja unas palabras. Del aire surgió unas plumas blancas, otras marrón y algunas azules, y finalmente la forma de una pequeña ave surgió de la varita y la vio volar justamente hacia la muchacha mientras la guardaba nuevamente al compartimiento en su cinturón, ocultándolo con su manto mientras miraba esta vez a algunos muchachos incrédulos al ver una ave de dichas características en Hogwarts volar en los pasillos desde la nada.

La semana que llevaba en Hogwarts, puesta en perspectiva, no había sido de las mejores que Elphie había vivido. Sí, la medalla y las felicitaciones de sus compañeros de Beauxbatons la llenaban de orgullo y felicidad pero las pesadillas de la guerra sobre este terreno vivida aun poblaban sus noches. En eso envidiaba a los alumnos de este colegio que se presentaban al torneo: tan equilibrados y seguros de si mismos después de haber luchado en la que probablemente era la experiencia más terroríficas de sus cortas vidas. Y aquí estaban, peleando un día más. En efecto, eran envidiables.

La tercera prueba y última prueba de runas antiguas había sido imposible para la joven bruja. Por más que lo intentaba, las letras se entremezclaban entre sí y mientras sus compañeros ya estaban tachando palabras en la sopa de letras, ella aun seguía traduciendo. No quería darse por vencida tan pronto en el torneo pero el ver como algunos alumnos entregaban ya sus respuestas, no hacía más que estresar y frustrar a Elphie. Menudo intento de campeona estás hecha, vilmente se repetía una y otra vez en su cabeza. Finalmente, decidió arrugar su pergamino y tirarlo a la basura mientras salía molesta del aula.

Mientras se dirigía a un patio empedrado anexo al castillo para respirar un poco de aire fresco, Elphie vio que Aline tampoco estaba teniendo un buen día. Antes de que pudiese acercarse a hablar, unas hermosas aves acudieron en su dirección mejorando lo que hubiese sido sino una abrumadora mañana.

¡¡Artemis¡¡, la verdad es que te agradezco el paseo, Accio escoba. Me viene bien pasar un poco de tiempo con mi amigo, Me encantaría ir a Hogsmeade y tomarme una cerveza de mantequilla en "Las tres escobas",se me hacía la boca agua con tan sólo pensarlo.

Mientras emprendemos el vuelo puedo ver a Gabriel leyendo un libro cerca de la puerta del castillo, así que le hago una señal a Eileen, para descender un momento.

El tejón nos llevaba la delantera en la competencia y era justo reconocérselo.

Hola Gabriel, Eileen y yo nos vamos a escapar a Hogsmade, la última prueba me dejo hecho polvo y pensé que quizá te interesaría acompañarnos. ¿Qué dices?

Tras la última prueba, la sensación de satisfacción era notable y al ser la última prueba de Runas Antiguas, probablemente tendrían un par de días de descanso antes de que se efectuase la siguiente ronda de pruebas de otra asignatura. ¿Cuál sería esta vez la afortunada? Realmente no tenía predilección por ninguna, sabía que al fin y al cabo las iba a hacer todas y tratar de adelantar en el medallero a Durmstrang todo lo que pudiese, aunque estaba difícil con ese tal Nikolay tan puesto en Runas.

- En el caso de que las medallas fuesen para las escuelas, Durmstrang ya tiene dos oros, una plata y tres bronces, Beauxbatons un oro y nosotros dos platas. En el caso de que fuese por participantes, obviamente este chico nos lleva la delantera a todos con dos oros y un bronce. - Murmuraba para sí Gabriel con un libro abierto de Eldred Worple titulado Hermanos de sangre: mi vida entre los vampiros, una curiosa biografía donde el autor narraba sus vivencias con tales seres, cuando de repente aparecieron Artemis y Eileen en escoba.

- Hola Gabriel, Eileen y yo nos vamos a escapar a Hogsmade, la última prueba me dejo hecho polvo y pensé que quizá te interesaría acompañarnos. ¿Qué dices? - Dijo el chico de Gryffindor mientras le miraba sonriente.

- Claro, me encantaría, ¿Vais a ir en escoba? En ese caso traigo la mía en un segundo y nos vamos. Nuestros aposentos no nos permite traerla con accio, así que no tardo. - Dicho esto el joven Hufflepuff se marchó a recoger su escoba y en menos de cinco minutos volvió con ellos.

Aline salió bastante deprimida del aula donde tuvo lugar la última prueba de Runas Antiguas. Su trayectoria en el torneo había sido bastante mediocre, y no quería decepcionar a sus compañeros y profesores. Había sido elegida para representar a su escuela, y no estaba haciendo justicia a las personas que habían confiado en ella para desempeñar tal cargo.

Suspiró hondo, y, cabizbaja, se dirigió hacia el patio empedrado, lugar de reunión de los estudiantes. Necesitaba salir y respirar aire fresco. Cuando estaba llegando a su destino, vio cómo un ave de diversos colores alzaba el vuelo y se dirigía hacia ella. Aline permaneció quieta, embelesada ante la presencia de un animal tan hermoso. Sonrió. Pensaba que, tras la desastrosa prueba que había tenido lugar una hora antes, su día no podría mejorar, pero se había equivocado. Con una enorme sonrisa, entró en el patio. Vio a varios de sus compañeros del torneos. Esperaba socializar con ellos, ¡tenía muchas ganas de conocer a gente nueva! Se sentó en uno de los bancos, y vio que Elphie se dirigía hacia ella, también sonriendo.

—¡Hola! ¿Qué tal estás?—le preguntó. 

Los tres nos pusimos en marcha hacía Hogsmeade,-Vamos Gabriel le indico al chico de Hufflepuff. El día estaba más bien frío, pero yo agradecia el viento en la cara alborotádome el pelo, pero en lo que realmente pensaba en en Honeyduks.

-Chicoooooos, el último que llegue invita a cerveza de mantequillaaaaaa¡¡¡¡¡,incliné mi escoba hacia adelante y salí despedida como una centella. Me sentía como un fénix alzando el vuelo.

Eh, que eso es trampa. ¡Ya verás cuando te atrape! Vamos Gabriel que nos deja atrás - grito mientras salgo disparado a toda velocidad atrás de Eileen.

Al cabo de unos minutos llegamos a Hogsmade sin dificultades y como era de esperar Eileen llego primero, así que me toco pagara las cervezas aunque desde un principio ya tenía pensado invitarla.

¡Oigan chicos! ¿Qué onda con ese estirados de Durmstrang? La verdad, no es que me agrade Rita Skeeter, todos saben que la detesto, pero de allí a empujar al fotógrafo, estoy considerando darle una lección de buenos modales al estilo Weasley.

Una broma tan épica que haría orgulloso al mímisimo Fred. ¿Qué dicen le entran? - pregunto antes de reparar en dos personas que estaban mirándonos de soslayo a la distancia - "Demonios los uniformes"

Chicos creo que mejor nos vamos antes que alguien envíe una lechuza a la escuela informando que nos fuimos de pinta. Aunque no tengamos clase hoy, podemos meternos en líos si nos atrapan fuera de la escuela. Vamos Eileen pasemos rápido por Honeydukes y regresemos a la escuela antes que noten nuestra ausencia, siempre podemos decir que vinimos a comprar algunos materiales extra.

Una gran sonrisa se dibujó en su cara cuando sintió de nuevo el aire golpeándole, llevaba meses deseando probar su nueva escoba, regalada este verano por su tío. La verdad es que no prestó demasiada atención a la competición, simplemente estaba poniendo a prueba la escoba para ver como podría reaccionar en los partidos, así que Eileen que partió con la ventaja de dar ella la salida acabó ganando, y Artemis quedó por detrás de él a escasos segundos de diferencia.

- Se te da muy bien la escoba Artemis, ¿Has pensado en entrar en el equipo de Gryffindor? Este año quedarán muchas vacantes y podrías probar, pero no te recomiendo probar de buscador Ginny Weasley tiene casi todas las papeletas de llevarse ese puesto, pero eso ya lo sabrás. Jajaja. - Le dijo sonriente a Artemis.

Entraron en una taberna a tomar unas cervezas de mantequilla y charlando de varios temas, pero Artemis rompió el hielo con la competencia de este año y con la propuesta de gastarle una broma pesada a Nikolay.

- Yo prefiero darle una lección en el resto de pruebas, que las está encabezando casi todas, pero seguramente me ría como un descosido si se le gasta una broma a lo Weasley.

Después Artemis se preocupó por que unas personas los estaban mirando tomando las cervezas de mantequilla y metió prisa para ir a hacer sus recados en Honeydukes y les acompañó.

Después de pasar apresuradamente por Honeydukes volvimos rápidamente a Hogwarts. Es verdad que nos exponíamos a un castigo por salir de la escuela sin permiso, pero qué demonios, de vez en cuando hay que arriesgar en la vida.

Bueno chicos, voy a ver que cargo en mi bolsa de trucos para hacerle la jugarreta a nuestro amigo de Durmstrang y si de paso logro despeinar los risos de Skeeter será todo un éxito. El sólo imaginarlo ya me hace reír.

Gabriel, dudo mucho que tengamos Quidditch este año por la prueba. ¿Recuerdas la última vez, pero si hay, probaré a jugar de guardián o quizá cazador, lo de perseguir la snitch no se ma da bien. Jejeje.

Chicos, recuerden si McGonagall pregunta, fuimos a buscar materiales para un trabajo de ebanistería. Sí lo sé no es una asignatura académica, pero al menos así la haremos dudar y si pregunta que estamos haciendo, digánle que construyendo una mesa.

Algunos minutos más tarde recorro el patio pensando que jugarreta hacerle a Nikolay cuando veo a las chicas de Beaubaxtons paseando por el patio conversando sobre los abraxan y el viaje a Hogwarts.

La verdad es que no había tenido posibilidad de tratar con ninguna de ellas, así que decidí acercarme a sociabilizar.

Buenas tardes señoritas. ¿Qué tal su estancia en Hogwarts? Espero que sea de su agrado, disculpen el estado de las instalaciones, pero a un loco se le ocurrió convertir nuestro hogar en un campo de batalla.

Permítanme presentarme, mi nombre es Artemis Flamel, es todo un placer tenerlas por aquí.

-Muy bien Artemis, nos vemos luego, despedí a mi amigo y seguí conversando con Gabriel,-Oye, ¿hace mucho que no practicas con la varita?, no estaría mal batirnos en duelo y practicar un poco,¿te apetece?,desde el final de la segunda guerra mágica no había tenido la oportunidad de practicar hechizos y no estaría mal ponerme al día en el asunto.