Partida Rol por web

El humanoide se volvió hacia el resto del grupo - #¡Rápido! Parece que alguien se acerca, ¡tenemos que darnos prisa.# - La voz sintetizada de RC parecía preocupada.

Prisas, prisas, malas consejeras. En los combates clandestinos el luchador con prisas tenía solo una pequeña posibilidad de ganar. No contra mí, pero sí contra alguien sin mis poderes. He visto demasiados buenos luchadores caer por las prisas... Aprieto los puños, presto para lo que pueda pasar, mientras analizo la situación. La puerta por la que hemos entrado viene del corredor en el que hemos descojonado dos grandes portones. Si vienen de allí ya sabrán que pasa algo. ¿Habrán dado la voz de alarma? Joder, esperaba sirenas y luces al menos. Quizás crean que se han estropeado por un mal funcionamiento. O podrian venir por el lado contrario, por el camino que debemos tomar. Pero entonces RC no nos metería prisa. No, tienen que venir de atrás. Bien, movámonos -Digo mientras agarro el respaldo de la silla a la que está atada la secretaria y empiezo a arrastrarla tras de mi sin esfuerzo alguno. Ya veremos qué hacer con ella más adelante. Ahora quiero cruzar ese pasillo y ver qué hay más allá de la siguiente puerta.

El pasillo resultó ser solo eso, un largo pasillo acristalado a ambos lados que acababa en una puerta que daba al distribuidor que había indicado la secretaria. Ni los sentidos agudizados de Panda ni los sensores de RC detectaron medidas de seguridad en los treinta metros de corredor, solo un sensor de movimiento sobre el marco de la puerta destinado a abrirla de forma automática cuando alguien se acercara a ella. Abajo, la actividad transcurría con total normalidad. Nadie parecía ser consciente del grupo que caminaba sobre sus cabezas arrastrando a una secretaria inconsciente sobre una silla de despacho. Los técnicos seguían trabajando, anotando y consultando datos.

Cuando se encontraban a unos cinco metros de la puerta, esta se abrió de repente. Al otro lado del marco los esperaban dos hombres vestidos con batas de laboratorio. Uno de ellos, de estatura media, los miraba como si fuera un gigante por la arrogancia y superioridad que destilaba su mirada. Todo en su postura indicaba que estaba acostumbrado a ser obedecido sin chistar y que no toleraba los contratiempos. Aunque parecía joven, las marcas de expresión de su rostro y las canas que peinaba en una línea sobre las orejas lo hacían parecer mayor. Los miraba fijamente, con disgusto.

El otro hombre bien podría haber formado parte del grupo asaltante por lo extravagante de su vestuario. Llevaba bata de médico y sonreía de oreja a oreja. Tenía todo el aspecto de un empollón con pelo de cepillo y barba de un par de días que pasara mas tiempo en el gimnasio que en la biblioteca y que, en algún momento de su vida, se hubiera inflado a anabolizantes por su musculatura bien desarrollada. De espalda ancha y fuerte, llenaba por completo la bata blanca, resaltando la potencia de sus músculos pectorales. Sonrió de medio lado, alzando una ceja sobre las gafillas redondeas de técnico con que protegía sus ojos. Tenía los brazos blindados con un extravagante armazón robótico de color rojo óxido que crepitaba cargado de electricidad con cada uno de sus movimientos.

El primer tipo señaló a Braddock con un gesto de la barbilla, cruzándose de brazos.

- Os he estado vigilando. - Anunció - Se a qué habéis venido y porqué. Puedo reconocer el potencial de un equipo de asalto cuando lo veo en acción y no os falta talento, por lo que le voy a proponer un trato. - Hablaba directamente a Braddock, que iba en cabeza y arrastraba a la mujer. Lo había identificado como el líder, por lo que ignoraba a los demás. Por no decir que no parecía sorprendido de ver un oso panda vestido al estilo oriental y un androide. - Abandonen mis instalaciones sin causar mas problemas y no tomaré represalias.

Trató de ver rápidamente lo que había tras la puerta, pero sólo pudo dar un vistazo rápido a aquella sala. El hombre de las gafas parecía peligroso a simple vista, pero es no hacía más que desconfiar de la supuesta debilidad del otro. No podía quitarles el ojo de encima a ninguno, por lo que se esforzó en averiguar si, como el resto, no eran humanos.

Se puso al lado de Braddock. Si llamaba su atención quizá tuviera tiempo de dejar a la chica en un lugar seguro.

Si nos ha estado vigilando, no habría estado de más que hubiese ido a nuestro encuentro con anterioridad. Es mejor recibir un "no" pronto... que tarde.

Y nosotros no nos iremos de vacío. - Pensó. Estaba preparado, un movimiento en falso y su arma estaría en su mano lista para ser usada.

Tras el dúo de extraños se abría una sala de unos siete por siete metros, un pequeño distribuidor de cuatro paredes con una puerta similar a la anteriores en cada una de ellas. Mantenía la estética de la oficina y el pasillo, en blanco antiséptico. Esta vez las puertas si estaban rotuladas y todas estaba cerradas por paneles de seguridad con teclado numérico y reconocimiento dactilar. Por la de su derecha podrían acceder a la planta inferior mediante un elevador que les llevaría al distribuidor del taller-laboratorio que habían visto desde las cristaleras. La puerta que tenían frente a ellos daba a los archivos. La puerta a su izquierda a las oficinas. De tener que elegir una de las opciones, las dos más obvias para encontrar lo que buscaban eran las puertas del frente y la que accedía a las oficinas.

Me sorprendo al ver a esos dos tipos esperándonos, y por mucho que lo he intentado seguro que se habrá hecho evidente en mi cara. No lo esperaba, sinceramente, porque creía que habíamos hecho las cosas lo bastante bien como para evitar ser descubiertos. Pero bueno, ¿qué más da? A lo hecho, pecho. Después de todo, ya tenía ganas de algo de acción... Siento la presencia de Panda a mi lado. Es bueno saberse respaldado. Seguramente Wormhole y RC también están ocupando posiciones. Pero este tipo, el que parece mandar de los dos, me habla a mí. Cree que soy el líder de este -¿cómo lo ha llamado?- equipo de asalto, algo que me halaga. Jeje... -Río entre dientes, posando una mano en el hombro de Panda cuando oigo sus palabras, tomando el relevo- Sí, mi compañero peludo lleva razón, si hubieras aparecido antes nos hubieras ahorrado bastante trabajo ¿sabes? -Deposito la silla, con la secretaria encima, en el suelo con un ligero golpe, antes de cruzarme de brazos mostrando mi poderosa musculatura- La oferta no es mala, para empezar, pero tendrá que subirla bastante. Hemos trabajado mucho para llegar hasta aquí, y por lo que se nuestro objetivo está relativamente cerca. ¿Pretendes que nos demos la vuelta sin más? -Camino hacia un costado, cambiando mis manos hasta ponerlas en mi cintura. Mi caminar me aleja de la secretaria, pero también de Panda y de los otros. Desviar su atención, separarnos y poder actuar desde distintos flancos, eso es cuanto se me ocurre de momento- Esta es MI oferta: -Digo cuando llego a un costado de la sala, clavándoles una dura mirada- apartaos de mi camino, y no sufriréis las consecuencias cuando pase por encima vuestro.

El que parecía el jefe alzó una ceja, mirando a Panda con condescendencia.

- No estáis los primeros en mi lista de prioridades. - Fue la respuesta que le dio antes de volver a Braddock, al que fue siguiendo con la mirada hasta que se posicionó a un lado del pasillo, separándose del grupo. - Mala decisión. - Chistó un par de veces, negando con la cabeza. Parecía decepcionado como lo estaría un padre con un niño desobediente que hubiera escondido las verduras debajo de la servilleta. El matón de las gafillas redondas sonrió enseñando todos los dientes en una mueca lobuna.

Los sensores de RC se volvieron locos de repente al captar una subida de energía que sobrepasaba con mucho los niveles que debería emitir un humano e incluso un simulacro como los que habían enfrentado hasta el momento. El origen era el tipo que se encontraba tras Roland, el matón de los brazos mecánicos. A Panda se le erizó todo el pelo del cuerpo a causa de la estática que se estaba acumulando en el pasillo un parpadeo antes de que Thunder, que así se llamaba el matón, apuntara con uno de sus brazos enfundados en metal a Braddock. El tipo ladeó la cabeza y ...
¡¡ZRRRRRAAAACK!!
Un rayo de pura y crepitante electricidad dio de lleno en el pecho del luchador, que salió despedido varios metros hacia atrás, volando por el pasillo sin control. Chocó contra las cristaleras de las paredes en su camino, haciendo estallar una de ellas con el impacto. Los cristales llovieron sobre el grupo como una cascada de pequeños trozos de luz.

Las lecturas de RC indicaban que aquella descarga hubiera bastado para tumbar a un elefante. Braddock, sin embargo, no parecía muerto. Pataleaba en el suelo a causa de los calambres que sacudían su cuerpo humeante, pero aún respiraba. La camiseta había quedado destrozada, al igual que su cazadora de piloto.

Dio un paso atrás en medio de la confusión provocada por aquel tipo. El sr. Harris, en su cabeza, gritaba de auténtico terror, y estaba seguro de que habría ensuciado sus pantalones de no ser porque en esos momentos no disponía de un cuerpo físico.

Apoyó su pie (o su pata trasera, nadie estaba nunca absolutamente seguro) en la silla en la que estaba la mujer y, de un empujón, trató de que rodase hacia la puerta contraria. Si no la mantenía a salvo, al menos la alejaría del peligro.
Después, comenzó a saltar.

La lentitud con la que se había movido con anterioridad contrastaba seriamente con la velocidad actual. Sólo una mente experta podría haber visto cómo alcanzaba el bo que tenía a su espalda. Brincaba, rodaba, se apoyaba en las paredes... siempre avanzando hacia el enemigo. Siempre con una agilidad envidiable para cualquier animal, mucho más para un enorme panda.

En su mente estaba claro, debía ser el próximo objetivo, pero nunca un objetivo claro o podría pasarle lo mismo que a su compañero. Así podría darle tiempo a recuperarse...
Y Wormhole y RC, seguramente ya estén en otro sitio.

Wormhole desapareció en un parpadeo mientras la violencia se desataba a su alrededor. El espacio en torno a él mientras él continuaba con la vista fija en su objetivo. Sus compañeros se encargarían del tipo de los rayos. Él lo haría del otro, que no había demostrado poderes hasta el momento. Su mente analítica había dado ya con el modo más rápido y efectivo para acabar con su amenaza.

Ouch... -Digo inconscientemente, tumbado en el suelo entre cristales, cin el pecho ardiendo y humeante- Esto es nuevo... En efecto, desde que despertara en aquel edificio nunca había pasado por algo así. En ninguna de las peleas ilegales que afronté después, algunas de las cuales fueron contra otros metahumanos, tampoco me había encontrado algo semejante. Trato de levantarme, pero siento el cuerpo agarrotado y a lo más que llego es a girarme e incorporarme ligeramente clavando una rodilla. Los demás no están lejos. Siento la tentación de coger a Panda por la espalda y arrojarlo como un proyectil contra el cabrón que me ha tumbado, pero el oso se aleja de mi haciendo cabriolas de circo. Wormhole se esfuma ¿para combatir o para huir y dejarnos tirados? Si fuera lo segundo no podría reprochárselo. No tengo ni idea de lo que pienda hacer RC, porque ya no les presto atención. Golpeo el suelo con un puño, hundiéndolo en el piso como si fuera la superficie de un estanque, solo que salpicando escombros en lugar de agua. Todo lo lejos que alcanzo, clavo igualmente el otro puño, sabedor de que empiezo a recuperar el control muscular, pero también de que no aguantaré muchos impactos como ese. Con el pie bien afianzado, empiezo a tirar, a levantar, haciendo un esfuerzo para no descomponer el cemento, hormigón o lo que sea. Levanto la enorme plancha de suelo construido delante de mí, poniéndome en pie. Con ella en las manos, replanteo mis ideas. ¿Lanzarlo? Es una opción, la primera en que he pensado ante la escasez de objetos que arrojar. Pero si lo lanzo ¿Entonces qué? ¿Quedar expuesto a otro rayo? Lo que realmente quiero es llegar hasta ellos y partirles la cara... Comienzo a correr, con el bloque entre las manos delante de mi, a modo de escudo.

Wormhole fue el primero en comprender porqué aquellos tipos se mostraban tan seguros y pagados de si mismos. El espacio se plegó mientras el exmilitar era tragado por el vacío como acostumbraba cuando usaba sus increíbles poderes, desapareciendo de la vista. Pero no llegó a dónde esperaba, nunca se materializó a la espalda del que parecía el jefe del dúo de científicos locos. Sintiendo que las leyes de la física eran violadas de la forma mas brutal concebible, fue vomitado por la propia realidad, a la fuerza, unos metros tras la pareja, cayendo al suelo como un trapo. Como en un mal parto, reapareció boqueando como un pez fuera del agua sin llegar a entender qué había ido mal. Nunca le habían fallado los poderes de aquella manera...

Fueron los sensores de RC los que captaron el porqué de tan malogrado salto. Décimas antes de que Wormhole fuera tragado por el espacio, Roland Reed había activado un campo de fuerza desde un dispositivo en su muñeca. Fue un gesto imperceptible que todos pasaron por alto y que le había costado al ex militar quedar expuesto a espaldas del dúo. Una burbuja de energía de un par de metros de radio protegía a ambos enemigos de cualquier forma de ataque físico o energético, invisible a los ojos de todos, solo perceptible para RC. Y por lo que parecía, era un campo de gran poder de repulsión.

Al tiempo que Braddock cargaba, Thunder apuntó con sus brazos mecánicos hacia el cada vez mas cercano Panda con la intención de freírlo en pleno vuelo. De nuevo se le erizó todo el pelo al avatar chino cuando el matón descargó su mortífero rayo, pero este no impactó contra el oso por muy poco, sino que pasó de largo. Sus increíbles reflejos, imposibles en una mole de músculo como era, lo salvaron en el último momento, apartándolo de la trayectoria del haz de energía. La descarga impactó a la espalda del panda, haciendo explotar otra de las vidrieras, que cayó al piso inferior como una cascada de cristales.

- ¡Cabrón de mierda! - Maldijo a voces por haber fallado, con los músculos del cuello tensos como cables de barco. Por un momento parece dispuesto a abandonar la burbuja protectora para salir a partirse la cara con el panda, pero en ese momento ve a Braddock cargar con un trozo de suelo en las manos y recula.

Wormhole rodó por el suelo, esforzándose por comprender la naturaleza de auqel campo de fuerza en un esfuerzo por averiguar como atravesarlo o desactivarlo. Mientras alteró su campo espacio temporal personal para volverse superdenso en previsión de algún ataque.

Nadie sabe cómo por el ajetreo del momento, pero RC de repente estaba apuntando una pistola contra Reed. Fué una milésima de segundo, pero la bala fué disparada enseguida, con una trayectoria perfecta hacia su objetivo. Seguramente fuera por los servos automáticos del personaje, pero estaría fuera del alcance normal de un humano.

Reed sonrió con arrogancia, de brazos cruzados, tras la burbuja protectora. En un abrir y cerrar de ojos apareció un arma de cañón largo en la mano de RC, que resonó con un potente estampido cuando este apretó el gatillo de forma automática. La bala rebotó en el campo de energía, saliendo despedida hacia el techo y dejando un agujero tras impactar en él. La sonrisa de Reed se ensanchó un poco mas, consciente de que debería estar incapacitado por el tiro del androide, pues la trayectoria de la bala debería haber atravesado su hombro derecho limpiamente.

RC, gracias a las fluctuaciones captadas por sus sensores en el campo de energía al recibir y repeler el impacto su de arma, y Wormhole por su mente analítica, resolvieron que el aparato que generaba aquella burbuja debía haber sido diseñado por una mente preclara, un genio de la tecnología con amplios conocimientos en física. Aún así, concluyeron que no era perfecto. Parte de la energía cinética era devuelta al medio mientras que el resto era absorbida por el campo, por lo que una serie de impactos repetidos y de gran potencia podrían acabar sobrecargando el generador de muñeca del científico, haciendo que el campo se apagara y dejando al dúo de enemigos expuesto.

- ¿Cuánto mas van a intentarlo antes de entender que no hay posibilidad de que venzan? - Preguntó sin prestarle demasiada atención a las cargas de Panda y Braddock, dando por hecho que se estrellarían contra el muro de energía sin llegar a penetrarlo.

La burbuja apareció de repente ante él como por arte de magia, dejando una barrera que, gracias a RC, pudo adivinar como infranqueable. Saltó sin pensárselo para descargar un golpe con su bastón sobre ella, pero su arma salió rebotado sin que se resintiera lo más mínimo.

De pie frente a ella, alzó su puño izquierdo echando el hombro hacia atrás, tensó cada músculo del brazo y trazó un arco en el aire para descargar toda su fuerza contra el suelo. Una y otra vez. El suelo vibraba con cada golpe que recibía el piso.

Ahora era un blanco fácil, pero tenía poco tiempo para reaccionar y era lo único que se le había ocurrido.
Si piensan quedarse quietos, yo mismo haré que se muevan.

El peso de la plancha que llevo entre mis manos no es demasiado, aunque entorpece mi carrera y he perdido un tiempo precioso en arrancarla del suelo. Sin embargo, correr hacia ellos con un improvisado escudo delante de mí me hace sentir algo más protegido. Aún me arde el pecho, y eso hace que me enfurezca aún más. Cuando estoy a punto de llegar, veo a Panda fintando y saltando como una bailarina. Parece que se le da bien esquivar, pese a su tamaño. Pero lo que llama mi atención es verle golpear el suelo alrededor de esos dos, sin atravesar la barrera que les protege. No se si trata de desequilibrarlos o si pretende destrozar el suelo y que se hunda bajo sus pies. Se supone que estamos a cierta altura sobre la zona de trabajo donde estaban los operarios ¿no? Tenía intención de sencillamente chocar contra ellos en mi carrera, pero de repente el peluche me da una idea. Puede que sea descabellada, pero tampoco tengo ni pajolera idea de cómo funciona ese campo de fuerza, así que no pierdo nada por probar. Tomo impulso y salto, elevándome sobre mis adversarios con la plancha de hormigón entre las manos, y me dispongo a dejarla caer con todo mi impulso sobre ellos. Puede que eso empuje su campo de fuerza hacia abajo, ejerza una presión que se una a los destrozos de Panda, y el suelo ceda bajo sus pies. Si no, pienso destrozar esa barrera a puñetazos…

Los golpes del oso sobre el suelo son devastadores. Demostrando poseer una fuera al nivel de la de Braddock, el suelo tiembla bajo el puño del animal, haciendo que el pasillo se mueva ligeramente cuando los materiales de los que está compuesto comienzan a vibrar. Las cristaleras son las que mas sufren el envite del Panda, amenazando con romperse. Al otro lado del quicio de la puerta, en el distribuidor donde se encontraban Thunder y Reed, el suelo parece aguantar un poco mejor, aunque no demasiado.

El primer golpe hunde ligeramente el suelo. El segundo hace aparecer unas cuantas grietas. Si siguiera golpeando de esa forma podría acabar hundiendo toda la sección del pasillo y el distribuidor, llevándoselos a todos con él, amigos y enemigos.

Este, por su parte, avanzó como un kamikace contra la burbuja protectora, trozo de suelo en mano, dispuesto a saltar por encima de la barrera y dejarse caer, con todo su peso y fuerza, sobre ellos. El arco dibujado por el luchador lo llevó a un metro sobre sus cabeza, casi rozando el techo. El golpe que dio con la placa contra la barrera invisible lo hizo estallar en cientos de pequeños trozos y escombros que volaron en todas direcciones. La fuerza del impacto le fue devuelta a Braddock, que la sintió en sus brazos y lo hizo volar mas allá de dónde estaba Wormhole, cayendo de nuevo contra el suelo, a espaldas del dúo.

El escudo de energía había aguantado el ataque y seguía en pie, aunque se había visto afectado. Mientras que el "salto" de Wormhole o la bala de RC no parecían haber provocado ningún efecto, el golpe de Braddock hizo aparecer una red de luz sorada sobre las cabezas de Reed y su matón que se mantuvo por unos segundos hasta desaparecer de nuevo.

Reed frunció el ceño bajo el campo, dando una primera muestra de preocupación.

Los sensores de RC captaron un pico de energía en el momento del impacto y registraron una bajada en la intensidad del campo protector. Del mismo modo le dieron información sobre el estado estructural del piso, que cedería en breve si el oso golpeaba un par de veces mas.

Wormhole desapareció en el aire sin más, aunque se permitió mostrar una sonrisa justo antes de hacerlo, cuando vio el efecto del golpe de Braddock.