Partida Rol por web

-Yo soy dueño de dos pirámides. No he dicho cuáles, ni lo voy a decir. Por otra parte, ustedes están presuponiendo que he dicho que esta pirámide me pertenece, lo cual es incorrecto. Yo sólo he venido a recuperar los restos de mi antepasado, pero sólo por ver la entrada, sé que esta NO es la pirámide que busco. Si fuera la pirámide en la que yace mi antepasado, ustedes no habrían sobrevivido a la apertura de la puerta principal... Aún así, quisiera buscar en su interior. No me interesan tesoros, ni oro ni nada por el estilo. Sólo me interesa saciar mi curiosidad. 

-Gracias Marcus por echarme una mano con la explicación de lo del aceite. Supongo que el señor Kurtz no es de los que se les ve arrastrándose por los angostos pasadizos de las pirámides. Más bien tiene pinta de ser el que da las órdenes desde la comodidad de su asiento en la puerta de la pirámide...

La conversación empezaba a interesar al periodista, que hasta aquél momento había tenido bastante con mirar dónde pisaba para no darse un buen golpe. Sin embargo, no quiso intervenir y permaneció en silencio, atento a cada palabra. Sólo estar en aquél lugar ya era una experiencia de gran valor para él, pero si encima contaba para su artículo con testimonios como aquellos... mejor que mejor.

Max escucha las tonterías de sus compañeros mientras avanzaba despacio, inspeccionando el lugar y esperando algo más de colaboración.
- En lugar de tanto hablar podríais ayudar.

Perdona Max, no quiero importunarte....pero si necesitas que los que no son arqueólogos hagan tu trabajo ya sabes por donde se sale de la pirámide porque no te necesito para nada....

Sonriente, cojo una de las gominolas que me ofrece Tsoukalos y comienzo a caminar con el resto del grupo, prestando de vez en cuando atención a las conversaciones que se estaban dando.

- ¿Pero necesita ayuda de algún tipo? -Enarco una ceja y miro a Max.- Pensaba que usted se sabía el camino. O al menos eso había dicho.

Tanta trifulca y negligencia profesional me estaba poniendo nervioso. Había venido de vacaciones no a trabajar ni a aguantar insolencias.

- ¡Os mataré a todos! - Grité poniendo una expresión lo más amenazadora posible teniendo en cuenta que no tenía rostro.

Luego me acerqué a Giorgio y tímidamente le pedí una gominola. Esperaba que no se me pegara en los dientes...

Matar? quien?! Luego de escuchar la terrible frase del terrorista, se queda estupefacto del miedo, congelado en su lugar observa como la calavera ambulante le roba una gomilona.

Dado su estado calavérico debo suponer que tendrá que robarle el aparato digestivo a uno de los aquí presentes para comer eso, ja! terroristas...

-¡Tranquilidad chicos! Es norma que antes de empezar con la expedición a fondo estemos un poco tensos, oero nos tenemos que intentar relajar.
Ernest también se encontraba tenso con la entrada en la expedición. Vio que todavía tenía algún cigarro guardado, por lo que quiso encenderse uno.
-¿Alguien de aquí fuma?¿Quiere un cigarro? Le vendrá bien para relajarse.

-¿Fumar? ¿Dentro de una pirámide? ¿Qué clase de idiotas han venido a esta expedición? Les recuerdo que están en una pirámide que nadie ha visitado antes... Esto no es una excursión... Madre mía... No sé si esperar un par de días a que estéis todos muertos y luego entrar yo a inspeccionarla...

Gordon camina junto al grupo, mientras va haciendo fotos de cada una de las piedras que ve y niega constantemente con la cabeza.

- Me la imaginaba de otra manera, ¿vosotros no? Está muy hecha trizas y no se parece en nada a la que sale en la propaganda. Esto es lo que yo llamo publicidad engañosa.

¿Y dónde carajos se habrá metido mi mujer? -se pregunta, aunque no excesivamente preocupado por ella.

- Miren, miren. -comenta señalando un vasto ladrillo con un gran ojo tallado en él.- En una película que vi, apretando en un ladrillo como éste, se activaba una trampa y los protagonistas eran cosidos por una lluvia de flechas. -les cuenta a la vez que, imprudentemente, apoya su mano sobre el ladrillo y empuja con todas sus fuerzas.

Escribe en su cuadernillo a mano al escuchar a los presentes: Pedir un examen psiquiatrico a los asistentes de las excursiones antes de salir.

- Tenga cuidado -dijo Max a Gordon-. Si ha leído que hay trampas mortales, le aseguro que es muy cierto. No me sorprendería que salga de aquí con un dardo en un ojo si sigue apretando ladrillos alegremente...

El periodista también se preguntaba con qué clase de gente había acudido allí. Sólo un par de ellos parecían tener dos dedos de frente, y si se pegaba mucho al grupo, acabaría corriendo peligro.

- Y no es solo por las trampas... -Me giro horrorizada, y hago amago de querer apartar la mano del turista de la pared.- Haga el favor de tratar con más ciudado lo que toque. No hay necesidad de ser tan brusco. -Luego examino la pared. Aunque de lejos. A saber qué ha armado ahí el amigo.- Es un Udyat, u ojo de Horus, como es más comúnmente conocido. Es un símbolo protector, además también puede representar la capacidad de renacer, entre otras cosas, así que es bastante común y lógico que se encuentre en esta y otras pirámides.

Perdona Max, no quiero importunarte....pero si necesitas que los que no son arqueólogos hagan tu trabajo ya sabes por donde se sale de la pirámide porque no te necesito para nada....

Max se giro sorprendido por el comentario. Estuvo tentado de responder alguna barbaridad pero estaba claro que esa persona era la típica gilipollas que necesita insultar a los demás para sentirse "especial" así que se limito a enseñarle un dedo de la mano que esta en una posición bastante central antes de continuar avanzando.

- Bien, entonces los que no son arqueólogos pueden salir fuera. Busquen un bar y cuando hayamos acabado ya les avisaremos. Si deciden quedarse mantengan una distancia de seguridad con los que vamos delante, así estarán a salvo aunque no podrán ver en primicia los descubrimientos que vayamos haciendo.
Y ahora sigamos avanzando.

El periodista escuchó las palabras de su tocayo y negó con la cabeza.

- Menudo impresentable... -murmuró. Desde luego, se cuidaría mucho de acercarse a él en lo sucesivo. El otro arqueólogo tenía mucho más aspecto de saber lo que hacía y cuál era su papel en la expedición.

Gordon se queda por un momento asombrado ante la explicación de la bibliotecaria y por la reacción de advertencia del periodista, y se separa del ojo de Horus.

- ¿Está usted segura de eso señorita? -le pregunta mientras saca su propia guía de viajes "Egipto en 24 horas (y le sobran 2)", la hojea y maldice pensando que la de la chica debe ser mejor que la suya.- Está bien, está bien, ya no lo toco más. Pero pierdan cuidado, que lo de la trampa lo vi en una peli del Indiana Jones, y además era en el Machupichu, en Brasil, o sea que no hay peligro, ¡ja, ja, ja!

Vaya, parece que me ha tocado el típico grupo de turistas primerizos que se asustan a la primera de cambio. Tendré que tener cuidado de no ponerles nerviosos.

Max usted es un inútil al que le pago para estar presente cuando se  produzca el descubrimiento, pero está claro que el señor Erber si es un verdadero arqueólogo y no lo que es usted. Señor Erber, ¿puede explicar al señor Mordon para que le pago y que se supone que hace un profesional?. Señr Gavin que no se le olvide cuando salgamos desmontar la gran mentira que es el señor Mordon.

- Señor Mathew, realmente me alegro de que haya contratado a Max, desde luego con su afán de apresurarse a ir delante será un señuelo excelente. Por lo demás debemos de investigar la pirámide tratando de alterarla lo menos posible, avanzar con cuidado y tratar de buscar la forma más segura de adentrarse en ella. -

Me giré a mirar al turista gordinflón de la camisa de flores. - Por favor, estas piedras tienen más antigüedad que su suegra, con toda seguridad, tratelas con respeto pues seguramente tienen un valor incalculable. Y si, le asevero que habrá trampas, así que no apriete resuicios o bloques al azar, por su seguridad... y la del grupo. -

Me quedé en la entrada, sin llegar a adentrarme más. - Por otra parte les aconsejaría no alejarse mucho del aire de la superficie por el momento, las piramides se cierran herméticamente por lo que el aire en su interior lleva miles de años sin circular, el crecimiento de bacterias letales para el ser humano es posible, por lo que es recomendable esperar un poco antes de entrar. Mientras tanto podríamos buscar las entradas accesorias. - Expongo mientras indico ambos lados de la pirámide que se alzaba frente a nosotros, me desplazo hacia la izquierda y comienzo a inspeccionar los diferentes bloques.

- Para buscar otra entrada, o salida, deberían estar atentos a posibles resquicios o inscripciones en la roca de los bloques, no suelen estar claramente visibles, pues la idea era que una vez cerrada... no volviera a abrirse... salvo desde dentro... Pero siempre queda una salida accesoria para los monjes del templo que ejecutan los últimos rituales dentro de la pirámide. Y una salida siempre se puede forzar a convertirse en entrada... - 

Me llama la atención la señorita... no sé cómo se llama. Bibliotecaria.

-Vaya, me alegra saber que no soy el único que lee aquí. Me llamo Daniel Kurtz, historiador alemán, y aunque el antiguo Egipto no es mi especialidad, no puedo evitar sentir fascinación por su civilización. Perdone, ¿Cómo ha dicho que se llamaba?

Me giro a mirar al señor Matthew y al señor Erben:

-También me pesento a ustedes dos. Honestamente, no soy partidario de los que cogen lo que quieren aflojando la cartera sin tener en cuenta a nadie más,- digo sin miramientos dirigiéndome al señor Matthew -pero he de admitir que lo tiene todo bien atado y que, por suerte o por desgracia, tiene usted muy buen gusto. Quisiera ser optimista y pensar que sus futuras "pertenencias" acabarán en un museo, aunque sea uno caro.
 

Escucha la presentación del historiador y se acerca -Un placer conocerlo Señor Kurtz, mi nombre es Giorgio Tsoukalos. Soy el director del centro de Erich von Däniken para la Investigación del Antiguo Astronauta. Y algunos me preguntan ¿Como puede ser tan extraño mi cabello? Yo respondo... ALIENS!!!