Partida Rol por web

HLCN - Experimento en Chernobyl

Día 0: En las afueras de Pripyat

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29/04/2016, 23:54
Narradora

Pripyat, ciudad fantasma, antiguo hogar de una de las joyas del poder nuclear de la antigua Unión Soviética. Los habitantes de esta ciudad abandonada solían ser quienes trabajaban en la planta nuclear de Chernóbil, pero los cuales se vieron en la obligación de abandonar su ciudad con solamente un aviso de evacuación temporal. Quién diría que no volverían y que su destino los separaría para siempre de lo que una vez llamaron hogar.

La desolación se palpa en sus calles, la tristeza de los sueños abandonados y de los familiares dejados atrás, ya que el fantasma de las víctimas aún no ha desaparecido y aún pueden sentirse sus lágrimas en la lluvia, sus lamentos en el viento, su tristeza en el suelo… Todo se convierte en el eco de la desgracia. A pesar de esto, no todo es gris, ya que la naturaleza ha encontrado su camino y especies en peligro de extinción han encontrado un refugio en esta zona libre de humanos.

Pocas familias viven en las afueras de esta tóxica ciudad, pero ninguna de ellas logra librarse de los daños causados por la radiación, ya que los cánceres de tiroides son cosas de todos los días para ellos y, aunque saben que se debe a su posición, dicen no tener otra opción a dónde ir.

Un día, llegó correspondencia a sus domicilios, con los tiquetes de vuelo y las autorizaciones correspondientes. Se trataba de casi una torre de permisos y contratos, todo con el fin de evadir toda responsabilidad de la vida de los voluntarios al experimento por parte del gobierno de Ucrania, el país con el mayor interés por hacer de este proyecto un éxito. Alguno que haya tenido el coraje de leer, podría notar todas las causas posibles de muerte y cómo, en cada una de ellas, el gobierno no se haría responsable pues las formas indicaban eso exactamente. Habían aceptado someterse a ello y los únicos responsables de perder la vida serían aquellos que se han sometido a la prueba. Sin embargo, se le aseguraba una generosa recompensa a quien culminara con éxito el experimento, una suma que permitiría vivir tranquilamente por casi toda su vida, así que unos cuantos daños genéticos no importaban mucho.

Cada uno viajó desde su país hasta Ucrania, donde abordaron un bus, el cual los dejó en el punto de encuentro en el día pactado. El gobierno pagó la estadía en los hoteles a aquellos que se encontraran más lejos y toda la atención era estelar. El avión era bastante cómodo y lujoso, así que era posible que ninguno se quejara por ello. El gobierno no había escatimado en gastos, eso era seguro, pues el autobús era cómodo y lujoso, igualmente. Alguno podría preguntarse si se trataba de un preámbulo para lo que se vendría próximamente.

Al llegar al punto de encuentro, el silencio era absoluto y la desolación del paisaje podía absorber a algunos de ustedes. Era difícil no dejarse llevar por semejante atmósfera de tristeza. Frente a ustedes, vieron un monumento que marcaba los bordes de la antigua ciudad de Pripyat y a pesar de todo, solo los sonidos de algunos zorros los acompañaban. En la base de este monumento, una corona de flores marchita, la cual estaba destinada a conmemorar a aquellos que habían perdido su vida a causa del desastre, pero que también había sucumbido a las mareas del tiempo. Este monumento marcó alguna vez lo que era la prosperidad de la Unión Soviética, pero hoy en día es casi la lápida de esta ciudad.

Todavía parecía no llegar nadie, pero las instrucciones los llevaban a todos allí. Si bien ese lugar tenía un índice de radiación alto, era seguro, al menos si pasaban un corto tiempo en este lugar. Según la guía, solo restaba esperar que el guía apareciera.

 

Notas de juego

Para este primer post, me gustaría que hablaran de cómo llegaron al lugar, de su experiencia en el viaje, de los pormenores anteriores al viaje, todo lo que les ocurra hasta llegar a este lugar n.n.

Bienvenidos y comenzamos :D.

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05/11/2016, 08:46
Tifu Akari

Manos en los bolsillos, mascando chicle, una bolsa deportiva cruzando su torso y una maleta con rueines, sacaba a ratos un peine de su bolsillo y peinaba orgulloso su pelo. El traje que llevaba parecía bueno, tal vez hecho a medida.

El hotel no había estado mal, pero hubiera esperado que a su majestuosidad, le fuera premiada con una lujosa suite, cinco estrellas no bastaban para un genio del arte televisivo como él. Su cara podía sonarle a alguien que hubiera visto la televisión japonesa en algún momento, los programas de corazón se lo habían rifado un buen tiempo, pero su popularidad se enfrió como sus pésimos chistes, o magníficos según él y tal vez cuatro fans perdidos también en el olvido.

El billete de avión para viajar en primera clase era un insulto para alguien que creía merecer un jet privado, pero ser un artista era a veces sacrificado, todo aquel entramado de tonterías, le permitirían volver a la televisión y contar todo lo que le ocurriera ¿acuerdo de confidencialidad? ¿a quien le importaba? Si se quejaban ya los denunciaría por acusar a su grandeza.

Y por fin se encontraban allí, cerca de su próxima ubicación, unos zorros adornaban un buen paisaje, lejos de tanta gente quisquillosa - que llanura tan bonita, esta hecha unos zorros,... - al ver que nadie reía lo hizo él - je je je, supongo que sois más de humor quemado de ese, je je je.

Sin perder más tiempo, se apresuró a sacar una loción solar de la maleta, y se la puso por cara, cuello, manos, y cualquier fragmento dscubietos de su cuerpo, y al guardar el bote, sacó unas gafas de sol sonriente - hay que prevenir, dicen que hay radiación de esa - a pesar de que esa reacción si podía haber servido como chiste, no parecía reír esta vez, quizás pensaba que la radiación de ese lugar era como estar unas horas en la playa. Sería difícil saber si solo intentaba improvisar algo de humor negro.

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05/11/2016, 10:37
Camille Rodrigues

          " Por favor Phillipe encarga te como mi representante de informar a la prensa simplemente las razones altruistas por las que hago esto y de como deje que me convencieras de ello; agrega el video que te envíe conforme avance la estadía en este ... lugar durante el proyecto, e intercala las con las del anterior documental que me hicieron previo a la última competencia en la que participe, elige y edita las imágenes con un profesional antes de la próxima temporada para promocionar la línea y avísame por favor conforme tengamos resultados de la campaña publicitaria previa "    

          Terminó de decir lo anterior la chica de un poco mas de 20 años, estatura cercana al 1.70, mulata con figura atlética y atractiva y evidente seguridad al caminar, que casi hasta hace poco perceptible la prótesis metálica que usa en la pierna al subir al avión de primera clase junto con un grupo de gente desconocida a quien le sonrió con carisma natural antes de decirles:

         " Buenos días a todos ustedes aventureros, sin embargo me parece que tendremos que depender un poco de que la fortuna nos sonría y que la radiación realmente se haya reducido como indica el gobierno ucraniano "   

          Tal vez haya alguien que pueda reconocer a la chica debido a su corta pero exitosa carrera deportiva paraolímpica o por su reciente comienzo de carrera en las pasarelas a pesar de comentarios tan diversos en las redes, sin embargo no era ninguna de esas razones las que le traían a ese páramo olvidado de dios, ya que traía consigo a parte de un poderoso bloqueador solar y un traje con una ligera lámina metálica de recubrimiento por si acaso, material y equipo de laboratorio para poder hacer sus propias pruebas, mediciones radioactivas y grabaciones con audio y video en algunas maletas que su asistente le ayudó a llevar hasta el avión antes de despedirse de ella

       " Trataré de comunicarme cuando me sea posible con mis padres, pero por si no me es posible hacerlo desde allá avísales por favor que me has visto bien y que todo saldrá bien Amy, trataré de avisarte las novedades a ti también "    

       Tras un viaje cómodo, pero tenso por los nervios para Camille por fin se encontraban allí, cerca de la ciudad de Pripyat entonces se aplicó la loción solar de la maleta, y se la puso en casi cualquier lugar descubierto de su cuerpo, antes de ponerse gafas de sol y una gorra para cubrirse la cabeza y los ojos del sol antes de decir le a Tifu en portugués y repetirlo el francés o ingléscon cierto trabajo: 

         " Sinceramente ese ligero bloqueador solar podría no ser suficiente contra la radiación si aún existe amigo, así que si te interesa podría pasarte un poco de un bloqueador mas potente que los comerciales si antes me ayudas a aplicarlo donde quedo expuesta y me es complicado hacerlo guapo "  

Notas de juego

Espero no haber incumplido alguna regla en mi primer mensaje de la historia chicos .. besos!!

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05/11/2016, 11:24
Mariano Valuo

- Sí.... sí. Si claro. No. No, no llueve. No sé, no se está mal. ¿Qué tal la noche sóla? ¿Ha ido ya tu madre a casa? Tranquila, que ya verás como dos semanas se pasan volando. Sí. Sí Rebeca, verás como merece la pena, esta va a ser la solución. No. No sé, es probable que no haya cobertura dentro, son búnkeres de hormigón y no creo que Vodafone se haya ocupado de cablear la zona. Que petó en los 80 Rebeca... Sí, lo intento. Pero no te asustes si no doy señales de vida pronto. En cuanto pueda. Sí. Dale un beso a los niños. 

Te quiero - dijo más bajo con el móvil ya alejado de la cara. 

Mariano llegó con una mochila negra y un traje marrón al punto de encuentro donde dos personas charlaban entre ellas mientras se aplicaban crema. 

 Sinceramente ese ligero bloqueador solar podría no ser suficiente contra la radiación

Puffff, pues no hija no. Eso no te protege ni del sol en el trópico..... en fin

- Buenos días, ¿Venís para el experimento no? Soy Mariano, Mariano Valuo, español - y les alargó la mano cordialmente. 

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05/11/2016, 12:11
Irina Morovoiv

- Estoy harta de esta mierda - pensé mientras iba pasando la esponja con desgana sobre cada plato y dejándolo con rabia sobre el escurridor. Eran días los que llevaba ya sin poder salir de casa porque mis padres se inventaban la más estúpida tarea contar de que no pudiera ver a mis amigos y disfrutar de mis, hasta ahora, asquerosos 19 años.

Si mi madre pretendía que acabara tan amargada como ella, lo llevaba claro - En cuanto pueda me largo de esta maldita casa - En ese entonces, un grito desde el salón me calentó aún más la sangre por dentro - IRIIINA - Era mi madre, como siempre - ¡Ven a ayudarme un momento! - Estaba hasta las narices de aquello. Me trataban como si fuera una cría de 11 años cuando ya era una mujer adulta, capaz de tomar mis decisiones y con derecho a llevar la vida que me diera la gana. Me giré ante el berrido descomunal de mi madre, cómo conseguía agotarme la paciencia... - ¡¿Qué hostias querrá ahora?!

 

Ignoré aquel grito como si no fuese conmigo, estaba cansada de ella, no podía aguantarlo más. Caminé hasta la entrada con la intención de subir las escaleras hasta mi habitación, allí podría encerrarme por fin y seguir con el cautiverio que mis padres me habían impuesto tan sutilmente, no sin antes echar un ojo por el resquicio de la puerta para ver qué le pasaba a aquella loca. Nada más llegar al recibidor, mi cara se iluminó por la sorpresa y la emoción que me produjo ver mi llave para salir de esta cárcel. Corrí ansiosa para recogerla del suelo, aquella carta auguraba el principio de un futuro mejor, alejado de todo este lugar y el malestar que en mi interior levanta.

Subí todos los escalones lo más rápido que pude hasta llegar a mi habitación y dar un tremendo portazo quedando liberada de todo lo que me rodeaba. Al abrir aquel sobre, el billete de avión con destino a Ucrania me dibujó una tremenda sonrisa en la cara. No esperé ni un segundo más - Maleta, ropa...¡uy! Y esto no se me puede olvidar - dije al meter en el equipaje la caja de preservativos que tenía escondida en mi habitación.

Tardé mi tiempo en tenerlo todo, pero se me hizo corto comparado con estos últimos años de continua tortura. Por un momento, empecé a pensar en todo lo que dejaría atrás...mis amigos, mis fiestas, incluso mi familia. Aunque me tratasen como una estúpida princesita infantil, sabía que mis padres me querían más que a nada en este mundo y a pesar de todo, yo a ellos también. Bajé de nuevo las escaleras hasta volver a poner mis ojos en aquella rendija que me dejaba ver a mi madre recogiendo todo el salón y no pude evitar emocionarme un poco al dejarla atrás de esa manera. 

                                               

No lo pensé más. Volví a recoger la maleta y salí de casa por la puerta de atrás para no hacer ruido. Me esperaba un corto trayecto hasta el aeropuerto y luego otro un poco más largo hasta llegar a - ¿Pripyat? - Bueno, en realidad no tenía ni idea de dónde estaba eso, al menos tenía claro que era dentro de Ucrania.

Una vez entré por fin en el avión, no paraba de mirar todo a mi alrededor, fascinada por lo lujoso que era  - Si a partir de ahora esto será siempre así, no tardaré en acostumbrarme - pensé mientras asentía con la cabeza contenta y emocionada por la experiencia que iba a vivir. Me recosté en el sillón y me dispuse a disfrutar del viaje, la verdad que en ese momento, no me importaba mucho cuánto tardase el vuelo, como si queríamos estar toda la vida allí dentro - Libertad - Cerré los ojos y me hundí en aquel sillón acolchado olvidándome de todo lo que dejaba atrás.

El bus que nos condujo al hotel siguió en la línea del avión, igual de cómodo y lujoso, y del mismo estilo parecía el hotel. Cada vez me alegraba más de haber mandado aquel correo, se podía apreciar que no se habían parado a escatimar en gastos y todo aquello era enterito para mí...bueno, casi. Nos habían reunido a todos los que entramos a formar parte del experimento en un punto de encuentro, así que cogí un chicle de mi mochila, me lo llevé a la boca y me dispuse a emprender mi camino hasta allí.

Una vez llegué, achiné los ojos por culpa del golpe del sol y observé aquel desierto paraje sin un atisbo de vida más allá de un par de plantas y algún que otro animal salvaje. Estaba rodeada de un montón de gente desconocida, con la luz pegándome fuerte en la cara - ¡Ey, mira! Estoy como tú - le dije mascando chicle desagradablemente y señalándome los ojos a un tipo oriental que parecía formar parte de aquello al igual que yo. No pude evitar echarme a reír, soltando algún gruñido en el proceso. Estaba muy contenta por todo lo que me estaba pasando y me había venido arriba con tanto lujo.

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05/11/2016, 15:45
Tifu Akari

Quienes habían ido con él, eran raritos, pero no dijo nada, cuando una primera le dijo lo de la loción solar, hizo una semimueca sonriente - claro que si preciosa, a mandar, con bombones tan dulces suerte no ser diabético - le respondió en un inglés bastante fluido, idioma que pensó que sabrían todos los presentes puesto que era una ¿especie de concurso o algo así, mientras le pagaran, le bastaba.

Después de ponerle la loción y ponerse un poco de paso, extendió la mano, dándole el sobrante de la crema de sus manos - ponte un poco también no te vayas a descolorear... - no fue demasiado correcto tal vez, pero mejor era aprovechar la cremita esa.

Cuando la siguiente se rió, el muchacho agrandó su sonrisa,... - por fin alguien con sentido de humor - se acercó a ella y le colocó sus propias gafas de sol, guiñándole un ojo.

Después rebucó en su mochila unas segundas gafas de sol más alargadas que las anteriores, aunque parecía tener algún modelo más.

Notas de juego

No se si podemos un par de post pero me arriesgo :P (pese a decir Japón, la imagen es de un koreano XDDD)

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05/11/2016, 16:48
Irina Morovoiv

Después de lanzarle la broma a aquel tío, vi a un gañán unicejo tendiendo la mano en medio del grupo sin que nadie le hiciera caso. Me acerqué hasta él para presentarme. Agarré su mano y me la fui acercando a mis labios como si fuera a besarla, pero cuando la tenía a poco milímetros de mi boca, saqué mi lengua lamiendo el dorso de su mano por completo - Encantada Mariano, yo soy Irina, bielorrusa - le dije con una sonrisa extravagante sin parar de mascar chicle exageradamente y acentuando inevitablemente cada una de las erres - Por cierto, tienes algo ahí - añadí haciendo círculos con el dedo alrededor de su ceño.

Volví a darme la vuelta y a separarme de ese señor tan extraño - ¿Español? ¿Eso está en Hungría? - Negué con la cabeza haciendo una mueca de indiferencia, no me importaba realmente. Fue entonces cuando el chinito de antes decidió venir a darme la bienvenida también - ¿Qué haríamos sin sentido del humor, Jackie Chan? - le pregunté exagerando mi tono melancólico. Sonreí ampliamente cuando me puso sus gafas de sol y saqué un paquete de cigarros de mi mochila para prenderme uno en la boca - ¿Quieres? - inquirí de nuevo haciéndole un gesto con el paquete - Me caes bien Jackie. Tus bromas no hacen gracia, pero valoro el esfuerzo - confesé dándole una palmada en el hombro y alejándome de él en dirección a aquella escultura que teníamos en frente.

Caminé hasta los pivotes y me senté en el suelo apoyando mi espalda en uno de ellos, sin dejar de mascar chicle y soltando el humo del cigarro en dirección a mis compañeros - ¿Tendremos que esperar mucho? - No sabía qué teníamos que hacer allí y los lujos del hotel me estaban llamando a gritos - Me espera una bañera muy espumosa. Si quieres puedes venir conmigo Jack - terminé bajándome sus gafas, guiñándole un ojo y soltando una leve carcajada.

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05/11/2016, 19:42
Shahrzad Golshiri

Guardó en su portafolios la montaña de contratos y cláusulas que eximían a Ucrania de lo que fuera que pasara con un nudo en la garganta. Iba a ir directamente desde su despacho al aeropuerto, y se sentía, de alguna forma, traicionando a su estilo de vida hasta ahora. Sentía que estaba a punto de hacer una locura, pero se lo había prometido a sí misma... tenía que hacerlo.

Suspiró mientras apuraba el ritmo de sus manos para terminar de hacer las maletas. Se colocó la chaqueta y justo, como si la hubiera estado esperando, el sonido del claxon del taxi que había pedido le hizo saber que ya no había vuelta atrás. Bajó a la puerta y apalabró con el hombre 3.000 rublos por el viaje hasta el aeropuerto. 

Mientras Kazan se alejaba bajo ella, se descubrió a sí misma echando una lágrima. ¿Qué locura había decidido hacer? Pero se obligó a recordar el por qué, y sonrió. Estaba orgullosa de sí misma. Tantas mujeres estaban dando la vida por hacer lo correcto... ella tenía que hacerlo también. Y si podía salir de allí con vida, mejor...

El viaje se le hizo demasiado largo a pesar de los lujos, sobre todo el avión. En cuanto tuvo tierra bajo sus pies, se sintió algo más aliviada. La visión de gente por las calles y de los campos abiertos le ayudó a parapetarse en historias bucólicas que se le ocurrían sobre aquellos lugares y aquellas personas. Y le sirvió hasta que la corona de flores marchitas en el letrero de Pripyat la sacó de aquella ensoñación, como si se encontrara con los cadáveres de todas las víctimas. Reconoció en alguno de los lugareños el bocio irregular del cáncer, y le heló el cinismo que calaba en aquella gente: las enfermedades por la radiación les eran tan naturales como cualquier achaque de vejez.

En cuanto se bajaron del bus, se colocó en algún lugar donde no molestara, y tomó su teléfono móvil. Apretó un botón y grabó una frase: Ez niha li vir im. Xwezî min serkeftin.

Guardó el teléfono en el bolsillo de su pantalón vaquero. Iba vestida de forma bastante sencilla: un jersey de cuello alto de color granate y un vaquero, así como unas botas de cuero barato, marrones. Sobre todo iba un abrigo digno del invierno ruso al que estaba acostumbrada, pero lo llevaba abierto. Junto a ella, descansaba una maleta con cuatro ruedas que movía grácilmente a su alrededor —a pesar de su cuerpo grande y algo grueso— cuando necesitaba desplazarse; y, enganchada al asa extensible, mantenía una mochila con bastantes bolsillos: se notaba que era una mujer que tenía costumbre de salir por ahí y llevarse muchas cosas con ella. Se veían bastantes bolígrafos, de hecho, y una cantimplora deportiva plástico verde descansaba en una red lateral.

Suspiró profundamente mientras examinaba a los demás, sin atreverse a acercarse a nadie. Le costaba hablar con desconocidos así de buenas a primeras. Alzó una ceja al ver que una muchacha se dedicaba a lamerle la mano a uno de los hombres, uno que le resultó llamativamente feo —por lo cual se riñó a sí misma internamente, por superficial—. Rebuscó en su bolso para distraerse de ese pensamiento y cogió un cigarrillo. Eran Ява, y se había llevado unos cuantos paquetes. No fumaba mucho, para su bien, pero si no los tenía cerca, más ganas de fumar le entraban. Encendió uno y con la primera calada, todo pareció fluir algo más pausadamente a su alrededor. Dejó que el humo se depositara en sus pulmones, lo notó cálido y con ese sabor que sabía que solo anticipaba enfermedad en el futuro, y acabó expulsándolo con parsimonia: era un ejercicio de relajación, el de soltar el aire por una abertura mínima de la boca, y con el humo saliendo tenía el feedback visual de que lo estaba haciendo bien. Cruzó el brazo izquierdo, que tenía libre, escondiendo la mano en la flexura del codo del otro lado, y siguió mirando a los demás, intentando evitar a aquella extraña pareja recién formada.

Eran raros. Muy raros. No entendía qué podía interesar a aquella gente un proyecto como este. Y eso la intrigaba. 

Inhaló otra calada.

При́пять —musitó—, прости1.

 La exhaló igual que antes.

Notas de juego

1Si alguien sabe ruso, que me pregunte por privado por otro lado y le traduzco. 

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05/11/2016, 22:50
Alexei Ivanov

¿Que necesitaba en la maleta? Nada, vuelvo a casa.

Me sorprendí a mi mismo pensando eso con la maleta a medio hacer. Realmente no necesitaba nada. Tan soolo un par de mudas y un abrigo. ¿Me daría tiempo a cambiarme los calzoncillos? ¿Nos dejarían?

-Bah!. Dije metiendo un par de zapatos en la pequeña maleta.

Es extraño que en ocaso de mi vida tenga que hacer un viaje tan lejos. Si, era cierto que solía acercarme a Moscú a beber vodka con un amigo. Pero era muy lejos para mis viejos huesos. Aunque como se suele decir: las raíces tiran. Y mis raíces estaba podridas por una jodida radiación porque alguien se dejó levantada la tapa del retrete. Genial.

Meti en mi bolsillo el reloj dorado, pero no antes de llevármelo al oído para ver si estaba bien. Perfecto. Siempre perfecto. Miré al reloj de bolsillo dorado como quien mira un juguete largo tiempo perdido en un baúl en el trastero de la casa de la abuela. Un jodido tesoro sentimental. Recogí el bastón que me servía de apoyo y baje para llamar al taxi.

El taxi me llevó al aeropuerto y después otro mas, que parecía primo del primero, me acerco hasta el autocar. Y allí si que sonreí con ironía. Menudo cuadro de gente extraña. Y yo era uno de ellos, claro. Íbamos a Chernobyl a morir. Bueno, eso deduje de los papeles que firmamos. Que moriríamos si ...bla bla bla... y que era culpa nuestra ...bla..bla..bla... y mas Bla!

Mientras marchábamos en el autocar me vino a la mente una vieja canción rusa, y cerré los ojos para recordarla mejor. Mi memoria ya no es lo que era, pero en cuanto la acompañe de un silbido me vinieron a la mente tiempos mejores. Hasta que alguien habló. Jodido chino! O sería Japones? Nunca sabría distinguir a ningún comelimones. Pero me parecía gracioso el ligoteo que tenía con las chicas mas Jóvenes. ¿Se creía un Rodolfo Langostino o algo así?

El caso el los graciosos hicieron su turno. El mundo estaba lleno de graciosos. ¿Porque me tenían que tocar a mi todos juntos? Estos jóvenes... Pero bueno, intentemos pasarlo bien, porque desde luego, Alexei este será tu ultimo viaje.

-He, chico!! Dije apoyado en mi bastón.- Si te queda crema de esa quizá quieras darme un poco en la espalda - rei entre dientes.

Pero cuando la jovencita ligera sugirió un baño junto al chaval solo pude resoplar sonoramente y reirme después. ¿Que creían estos chicos? ¿Que esto es Gran Hermano?

Así que simplemente le hice un gesto con el pulgar hacia arriba como diciéndoles Que crack, chaval!

 

Notas de juego

Bueno, yo lo aviso... Alexei tiene muy mala uva, así que que nadie se siente ofendido.

Perdón de Antemano por si acaso

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05/11/2016, 23:33
Lydia Kerr

Había recorrido muchos kilómetros para olvidarle, para pasar página. ¿Por qué se pasó entonces casi todo el viaje en autobús desde que salió del avión llorando, secándose las lágrimas con un pañuelo? La distancia no curaba las heridas del corazón, aunque esperaba que el experimento, o lo que fuera aquello, le ayudara a cambiar de aires y centrarse en otra cosa. Estar con otra gente que no le recordara a Viktor tenía que funcionar. 

Llegó al edificio con una mochila, como el resto de gente allí reunida. Cuando vio a los otros se sorbió la nariz y trató de poner una sonrisa. Sus ojos rojos seguramente no engañarían a nadie, pero lo intentaría.

- Hola - se dirigió al grupo de gente que se estaba presentando- yo soy Lydia, de Manchester. ¿Creéis que va a ser duro? Con lo que pagan no creo que sea moco de pavo- dijo para romper el hielo, con no demasiado ánimo aunque intentando forzarse a ella misma a socializar.

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05/11/2016, 23:55
Taylor Aiden

Taylor está sentada en la cama de su celda leyendo la carta que tiene en la mano. Mira al alcaide, luego la carta y de nuevo a este.

-¿Seguro que seré libre si participo en esto?

El alcaide se limita a asentir con la cabeza, le tiende una mochila y sale de la celda. Taylor mira dentro. Pff... Podría haber sido un poco menos rata. Sin poder mirar más, los guardias se acercan a ella para custodiarla hasta la salida, donde la espera un agente de la condicional para acompañarla en el viaje de ida hasta Ucrania.

El viaje le resulta rápido, ni se entera del trayecto hasta el aeropuerto, ni del vuelo, ni de las escalas hechas. Para ella es un sueño, poder salir por fin de esa maldita cárcel. Aunque sea un experimento, aunque no consiga salir viva de ahí, aunque salga con tres brazos... Eso es mejor que esa asquerosa cárcel, si dice para si misma. La estancia en el hotel es de lo mejor que le puede haber pasado, y aunque tuviera que compartir habitación con el agente de la condicional, no le importa, es libre. No puede evitar pasar toda la noche con una sonrisa de oreja a oreja.

Al día siguiente, se pone una camiseta que hay en la mochila que le dio el alcaide, unos tejanos, y una sudadera. Eso acompañado por unas zapatillas deportivas roídas y la gorra de baseball de su padre, y sale del hotel. El agente la acompaña hasta el lugar de encuentro. Se despide de ella diciendole que no tardarían en venir a buscarla junto a las demás personas que estaban ahí. Al verlo marchar Taylor no puede evitar sonreir. Se da la vuelta para ver a sus compañeros de aventura, pero lo primero que ve es la estructura que usan como punto de encuentro. No puede evitar ponerse triste. Yo soy libre, pero aquí murieron muchas personas. Sin decir nada, sin saludar a los demás, se acerca al monumento y se sienta en el suelo al lado. Se queda ahí callada con las piernas y los brazos cruzados, mirando el suelo.

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06/11/2016, 19:05
Nicolaj Sigurdsson

Recibió la carta con una botella en las manos, la misma botella con la cual saludó a su visitante de papel y que les acompañó por el resto de la noche.

Rayando el alba, todavía consciente y lúcido hasta un grado más o menos aceptable, los pensamientos referentes a aquello finalmente se abrieron paso a través de su mente bañada en alcohol. Así que le habían escogido. Era de esperar; la vida siempre encontraba nuevas formas de alimentar su amargura, por mucho que esta se oxidara. Lo apropiado era interpretar su rol, acudir a la ciudad perdida y unirse a los fantasmas que allí encontrara. Tal vez encontrará algo. Por fin, algo...

El viaje fue cómodo, tenía que admitirlo. Irrelevante, pero un cambio en cierta forma agradable considerando sus recientes trayectos y estancias temporales. Dejó pasar el tiempo; el objeto de su interés aún no estaba ante él.

Llegaron al punto de reunión. Retiró sus lentes y las limpió, despacio. Vestía una camisa vieja y desteñida, en otro tiempo una de sus favoritas. Sonrió sin alegría. Un traje sencillo, oscuro y elegante, desgastado. De su mochila surgía algún que otro tintineo de las botellas que portaba, acompañadas por paquetes de tabaco y un par de libros de tapa blanda obtenidos recientemente. Observó con desapasionada frialdad al resto de "sujetos".

Sus ojos apenas se detuvieron por unos instantes sobre los primeros en actuar, sin dejar traslucir emoción ni pensamiento algunos. Contempló unos segundos de más al hombre que había llegado hablando por teléfono. Sus nociones de español eran suficientes para reconocer el idioma y deducir a grandes rasgos el contenido de la conversación, pero de poco más le servían. No tardó en dejar de mirarle.

La mirada danzó entre la mujer rusa y el anciano, y las comisuras de sus labios casi llegaron a sugerir una sonrisa que no llegó a formarse ante el comentario de este último.

Observó asimismo a las dos mujeres jóvenes, pero tampoco en esta ocasión pronunció palabra alguna. Pasado un momento, dejó de contemplar a la que permanecía silenciosa, con la cabeza gacha, y dirigió su atención a las inmediaciones.

Un paisaje melancólicamente bello, tal y como había esperado. Poco que  decir, aunque por el momento estaba satisfecho con la manera en que aquella región abandonada por los hombres optaba por recibirles. Permaneció en pie, la mano izquierda dentro del bolsillo de la chaqueta, aguardando. A un responsable, al destino, a la parca...¿quién podía saberlo con certeza?

Notas de juego

Y esta, damas y caballeros, es la máxima expresividad que va a mostrar mi chiquillo durante gran parte de la historia xD

Leyendo entre líneas, igual podéis sacar bastante información de lo que opina del resto, aunque ya que acertéis es cosa vuestra :P

También comento que cuando se queda quieto pone sin darse cuenta una pose un poco como de estar modelando, así con "gesto casual y misterioso" xD

Por cierto, me ha encantado el detalle de la música :D

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06/11/2016, 21:53
Alessandra Parker

Para ser sincera me pilló por sorpresa el mensaje del proyecto. En el momento en el que lo leí sentí un poco de tristeza, pensaba que estaba preparada de sobras para dejar a mi familia, ya que llevaba tiempo pensando en la posibilidad de ser parte de esta iniciativa, pero me equivocaba. Subí al avión decidida, sin mirar atrás, a pesar del bajón emocional que había tenido minutos antes. Pobablemente se me notaría en la cara cómo me sentía, pero por nada del mundo dejaría escapar una lágrima y mucho menos delante de los que todavía eran desconocidos.

Mientras buscaba mi asiento en el avión eché una rápida ojeada a los otros pasajeros, me fijé en un chico oriental y no pude evitar recordar mis vacaciones en Tokyo, por lo demás no insistí en analizar a cada una de las personas allí presentes, ya que ya tendría tiempo en los días venideros. 

Entre el lujo del avión y el del hotel no daba abasto, parecía irreal, como un sueño. Siempre había sido una chica sencilla a pesar de que mi padre estaba dispuesto a concederme cualquier capricho que se me antojara, pero tanta majestuosidad me parecía excesiva. Tenía que ir a un punto de encuentro ya acordado, donde estarían el resto de personas pertenecientes al proyecto. Mientras me iba acercando podía notar el calor excesivo del lugar que apenas tenía un árbol que diese un poco de sombra. Vestía una sudadera de la universidad de Madrid, donde era profesora, unos pantalones vaqueros ajustados y unas deportivas Adidas, que ya eran como una marca de identidad en mi look diario. Llegué al monumento y apoyé la mochila de tela vaquera adornada con parches de grupos y cantantes en un pivote de mediana altura. Me saqué la sudadera dejando al descubierto una camiseta corta y ajustada de color blanco que enseñaba el piercing que tenía en el ombligo y la guardé en la mochila. Tuve mis dudas acerca de llevar aquella prenda, me parecía atrevida, a pesar de que tenía un buen tipo, pero era un regalo de una buena amiga y me pareció bonito tener conmigo un recuerdo suyo, además decía que así llamaba la atención y a lo mejor conseguía un novio durante el experimento. Sonreí al pensar esto y cogiendo de nuevo mi mochila me acerqué al grupo de gente con paso lento pero decidido. Hola, me llamo Alessandra, soy española, encantada de conoceros -dije en un inglés perfecto, ya que me había licenciado en esa materia, aunque se notaba ligeramente mi acento español.

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07/11/2016, 01:30
Ember Koval

Un día llegó la carta con miles de papeles, autorizaciones, permisos y contratos acompañados de un ticket de avión. La larga lista de posibles muertes y demás desagradables consecuencias apenas hicieron mella en mi determinación, la paga bien lo merecía y, ¿qué era la vida sin un poco de riesgo?

Media hora para hacer la mochila de viaje, cinco minutos para llamar a mi jefe para decirle que me considerara despedida, otros cinco minutos para despedirme de mis padres y estaba de camino a mi destino, dejando atrás mi pequeño pueblo de campo al sur de Inglaterra. No llevaba muchas cosas, principalmente ropa cómoda, víveres básicos, un pequeño kit de supervivencia y un libro sobre arqueología. Siempre me había gustado viajar y no llevaba más de lo prescindible. Casi ocupaban más la montaña de papeles que me habían mandado y los documentos para el viaje que mi equipaje.

Un tranquilo viaje, una cómoda estancia y en camino de nuevo, esta vez a un destino algo menos agradable que un hotel de lujo. El lugar de encuentro no era lo que se podría decir la alegría de la huerta. Con gesto serio, e incluso solemne, bajé del bus observándolo todo con interés. Llevaba puestos unos pantalones de tela ligera, una camiseta de tirante y unas gafas de sol acomodadas en mi cabeza. Una pequeña cámara de fotos colgaba de mi cuello de una correa, como si fuera una turista.

Miré a mis compañeros, resultaban una extraña mezcla de lo más variopinta. Los coqueteos de las chicas y el japonés resultaban graciosas en nuestra situación, especialmente las respuestas de la chica rubia que parecía algo ligera de cascos. Sin embargo, el sarcástico comentario del tipo mayor que se les acercó consiguió arrancarme una buena sonrisa, algo que los chistes malos del japonés no habían conseguido.

- Sí, estoy apuntada a este loco experimento - dije contestando al español y saludando a todos los allí reunidos - soy Ember Koval, del sur de Inglaterra, ¿qué hay? Ey, ¿estás bien? - una chica había llegado con evidentes signos de haber llorado, tal vez por los riesgos que entrañaba el experimento - no tengo ni idea de cómo será de duro, pero no merece la pena preocuparse por eso ahora. Intenta tomarlo con tranquilidad.

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07/11/2016, 07:03
Camille Rodrigues

       A Camille le agradó el comentario de Tifu y aún mas que ni el ni ninguno de los otros dijo alguna de esas frases condescendientes que mucha gente le decía al verla por primera vez con la prótesis en la pierna, sin embargo le pareció mas curioso que una chica tan bella como Irina pareciera coquetear le tan burda y evidentemente para ganarle su atención al joven oriental y también le pareció simple pero ingenioso el comentario hecho por Alexei, a quien le sonrió un momento curiosa antes de decir en inglés con acento portugués:

     " Si lo necesita señor aquí tengo un buen bloqueador sobrante que podría ser de mayor utilidad, me llamo Camille ... es peligroso y puede ser incomodo lo que vamos a vivir .. Lydia ... solo espero que contemos con medidores precisos de radio-actividad antes de acercarnos a las instalaciones.      Mucho gusto Alessandra y Ember!  Concuerdo que debemos mantener la calma, la atención y comunicarnos cualquier síntoma que sintamos fuera de lo normal "   

      A Taylor, Shahrzad y Nicolaj les saludo Camille desde lejos en silencio hondeando la mano un par de veces respetando su silencio, pero tratando de mostrarse cordial y educada

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07/11/2016, 15:04
Clive Moore

-Sí, no ya lose esta todo preparado, dijeron que no había problema con las aduanas ellos se ocuparían de todo y no, no te preocupes la radiación ya no es como lo que era, si hasta a vuelto a vivir gente en ella, tranquilo sabes que no voy a hacer locuras como bañarme en agua estancada. Ya sabes porque lo hago, si. Yo también, no, no voy a decirlo estoy en el trabajo. -Clive estaba en mitad de una conversación por teléfono en su despacho cuando la puerta sonó y asomo Clarice la cabeza, al parecer el mensajero ya había llegado. -¡Perfecto! Ya te lo dije sin problemas, parece que ya llega la invitación así, que esta noche nos despedimos a lo grande, sí. A y a mi regreso ten los papeles preparados, y una cita con cada uno de ellos. -Clive colgó y no tardo un solo segundo en abrir la carta, no sin antes vitaminizarse, por lo que pudiera contener.

No pudo evitar esbozar una gran sonrisa y agitar aquella gruesa carta delante de su ayudante.
-Lo hemos conseguido, esta todo aquí. Va a ser una experiencia increíble y con suerte esto nos ayudara a mantener el listón dos años mas. Prepara todo y ven a sentar ese culo en esta silla, mientras estoy fuera tu eres la única en la que puedo confiar. -Así fue como dejo su puesto y una energética bebida en la mesa a su compañera antes de ir directo a casa a prepararlo todo.

El viaje en avión y bus fue un tanto aburrido, por suerte la GoPro y su manual le tuvieron ocupado el tiempo suficiente como para no darse cuenta de que las horas pasaban. Ropa de deporte de la marca Fashion Zoom; cortesía de empresas Zoom Corp , una mochila bien surtida, el nuevo juguete atado al pecho grabando en directo gracias al satélite y una buena protección solar era todo lo que necesito al llegar allí.

Un par de estiramientos, algo de correr en el piso, para reactivar las piernas y rapidas miradas a su alrededor es lo primero que hizo él. Mientras un grueso de personas empezaban a arremolinarse no muy lejos de él, caras guapas y muchos jovenes. -Perfecto. -Dio una palmada y se acerco a ellos sonriente.

-Hola chicos y chicas. ¿Esto es emocionante verdad? Un lugar extraño, rodeado de extraños y con una fauna extraña. Todo es viejo y a la vez en nuevo. EMOCIONANTE. -Aspiro hondo, aunque no tenia muy claro lo sano que seria ese aire. -Soy Clive Moore encantado. Tomar una bebida energética como cortesía, mientras esperamos al guia. -Dicho esto abrió su petate y saco un par de packs de la bebida energética Zoom; una marca bastante popular en Norteamérica y repartió entre los que estaban allí. -Una para ti, otra por aqui y hay te va esa. Si alguien quiere alguna más, no tenéis mas que pedírmelo, tengo de sobra. -Sonriente, con los brazos en jarra y ligeramente alterado, miraba a los que serian sus nuevos compañeros.

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07/11/2016, 15:45
Alessandra Parker

Observaba todo con detenimiento, no quería hablar demasiado ya el primer día, primero quería saber cómo estaba el terreno y qué cosas podía decir y las que no. Cuando Ember se dirigió a nosotros me pareció una chica muy legal, amable. Su acento inglés me llama mucho la atención, me moría de ganas de preguntarle de dónde era, si de un pueblo o una ciudad, y averiguar cosas sobre Inglaterra en general. Pero me contuve en mostrarme tan interesada, ya tendría tiempo para socializar dado que iba a pasar allí un buen tiempo. Un hombre de nombre Clive me puso nerviosa al instante, demasiada actividad y ganas de moverse -pensé- a pesar de que me consideraba una persona deportista y en buena forma, me pareció excesivo. Cuando nos tendió sus bebidas energéticas vacilé un momento, la abrí y me la llevé a la nariz para captar su olor. Un momento después le di un pequeño trago, sorprendiéndome de lo fresca que estaba a pesar de venir en una mochila cerrada.

Sentía curiosidad por el resto de voluntarios, pero no me atreví a ser yo la que iniciase la conversación así que lo dejé estar.

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07/11/2016, 15:57
Vladimir Petrov

Me despierto en casa, en calzoncillos, son las ocho de la mañana,la rumana que trabaja en el servicio me ha hecho ya el desayuno, ella sabe que tiene que trabajar y ser invisible.... Ver oír y callar era una de mis máximas y la cumplía a rajatabla o quizás ella sabía que eso más le valía. Tomo una taza de café negro, muy negro.

-Buenos días- le digo secamente con mi grave voz y ella lo responde y me señala a la tonga de papeles que me ha llegado por correo.

Me siento en el sofá y los leo, no disimulo mis carcajadas con eso de que el gobierno no se hará cargo

-Jajaja y ¿cuándo lo han hecho? Sobre todo cuándo has sido un niño de la calle tu puta persona es un estorbo más que una vida a la que salvar.... Tanto tienes tanto vales, eso me has enseñado siempre madre Rusia- me digo para mi mismo y bebo de un trago mi café, me levanto y hago la maleta quiero tenerlo todo listo.

Llamo a Iván "Oso" para informarle que todo ha llegado y a que hora debo salír, él sabe que hacer con nuestros "negocios" es mi hermano, mi hermano de calle y eso es sagrado.

Ya aseado, vestido y armado me encíendo un cigarro y miro por la ventana esperándo al coche que me llevará hasta el aeropuerto al verle llegar bajo y yo mismo reviso si hay alguna "sorpresa" de algún que otro "amigo" entro al coche y llegamos al aeropuerto tras esto cojo el vuelo, sin percances, sin problemas, eso ya es mucho para mi, es más me extraña que sepa (porque lo saben) que tengo un arma y me dejen subír, pero claro... Es Rusia... Y todo absolutamente todo, tiene un precio.

Al aterrizar me dirijo al hotel y llamo a recepción

-Hola, soy el cliente de la habitación 200 quiero dos chicas, guapas, quiero a las dos más guapas de Ucrania y que además me traigan algo de cocaina que vayan a buscarla a Raion de Podil y pregunten por Sasha "cicatrices" le dicen que es para "Rompehuesos"  y ...Una botella de vodka,una buena botella de vodka, si lo haces tendrás una buena propina, aparte de loq ue cobren las chicas ¿entendído?- Cuelgo y me alegra ver que el mismo recepcionista ha escoltado a mis chicas al hotel, con lo que he pedído y le pago una buena cantidad de rublos, total, es mi última noche a lo mejor, es mejor vivírla. Paso la noche con ellas hacíendo de todo y usando la coca para aguantar más además de beber el vodka seco, ellas me acompañan.

Duermo unas horas y me levanto me preparo les pago y casi las echo de la habitación, bajo a recepción y voy al destino final, Pripyat, aún recuerdo todo lo que supuso eso para Ucrania... Siendo sus vecinos rusos lo vivímos fuerte, lo gracioso es venír en avión cuándo podría haber venído hasta en coche pero total.. Pagan ellos y am i eso me dá igual.

Al llegar me quedo un rato mirándo la atmosfera.

-Si mi infancia tuviera un lugar que representase como fué, sin duda, sería este- me digo a mi mismo tras ver esa mezcla de ruinas con naturaleza.
 

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07/11/2016, 23:48
Alexei Ivanov

Poco a poco todos salían del autobús y cada uno iba a lo suyo. Los jovenes se juntaban entre ellos haciendo bromas y las mujeres parecían sacadas de las revistas de jóvenes indecentes. Poca ropa, poca cabeza ¿ Acaso no sabían que durante el día haría calor y por la noche Frio? Aquella casi me enseña las tetas! Como cambian los tiempos...

La mujer Kurda parecía que quería relatar su viaje a sus hijos, o a quien fuera. ¿O estaba haciendo un reportaje?

-Это не печально- Dije en ruso con algo de pena, aunque estaba oxidado - Он мертв-

Luego me presenté a ella como lo haría con cualquier persona

-Alexei Ivanov- Dije sin mirarla pues tenia otros objetivos, sobre todo viendo a ese hombre repartir el nuevo elixir de la vida: bebidas tonificantes. - Disculpe- dije a la mujer dirigiéndome pesadamente hacia la chica sentada allí y me intenté sentar a su lado pesadamente

De los que estaban me parecía que era la única que no deseaba estar alli. Simplemente se sentó. Cualquier persona interesada en el proyecto lo primero que haría sería mirar el monolito y después el yermo vacío. Ella solo esperaba a que todo acabara.

-Bueno... Mis huesos ya no son lo que eran, pero algo me dice que no viniste por el paisaje ni a hacer amigos- Dije mirándola de reojo. -¿Te confieso una cosa? Yo tampoco. Pero ya que estamos aquí, ?porque no hacemos la foto de rigor y nos presentamos?- digo tendiéndola la mano- Alexei, señorita.

No sabia si me ingnoraría. Tampoco importaba. Tampoco había mentido. Pero viendo al ruso del sombrero, con pinta de ganster, no me imaginaba peor destino que el pudiera tener una mujer sola.

 

Notas de juego

Me refiero a Taylor Aiden  XD
 

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08/11/2016, 00:13
Shahrzad Golshiri

Cuando el hombre mayor se acercó, se recompuso, intentando mantener una postura seria. Sacudió el cigarrillo para deshacerse del exceso de ceniza y lo miró, quedándose congelada durante unos segundos tras su comentario.

No es tristeza —reconoció con una media sonrisa mientras pasaba el tabaco a la otra mano—, pero como física nuclear tengo la tentación de sentirme algo responsable por lo que se hizo mal en nombre del progreso.

Respondió a su saludo apretándole la mano.

Shahrzad Golshiri —respondió—. Y es cierto: no vengo a hacer amigos. Supongo que nadie lo ha hecho, pero eso no significa ser necesariamente hostil —al soltarle, devolvió el pitillo a su mano derecha y luego esta a un lado para evitar importurnarle con el humo.

Tenemos compañía bastante joven... y, animada —dijo, por no ser ofensiva.