Partida Rol por web

Eleanor, no te prometo nada, pero podría haber un resquicio por el que pudieras llegar a poseer un cuerpo esta noche y volver con ello a la vida.

Si te interesa, necesito que me digas el nombre de dos huéspedes. Uno sería tu opción como asesina de grupo, el otro sería tu víctima personal como asesina independiente.

Suerte!

Asesina Independiente: Sir Gustave Cavanough

Asesina de grupo: Yvette Mercier

Una perturbación en la Laguna de las Sirenas anuncia la llegada de almas a este lugar. El túnel que arroja los despojos de los vivos fluctúa y se abre para dar entrada una amalgama de almas que se confunden y se debaten, como en un torbellino, al pié de la misma laguna.

Así, aparecen en este lugar las almas de Sally Miles, Prudence Bennet, Sean Arbuthnot y Sir Gustave Cavanough. También aparece un alma irreconocible, de aspecto deplorable e, incluso, aterrador.

Casi al tiempo en que estas almas se distinguen del caos que las trae aquí, algo más sucede pues, en la laguna, medio palmo debajo del agua y en posición yacente, como si durmieran, estaban las almas de Martin Crowden, Ágape Stolness, Benoni Fausto Predatore, Alfred Dyle, Frederick Von Baach, Dr Dumont Champlain, Eleanor Morstan y un alma en pena irreconocible.

Pues en ese momento, algunas de estas almas resurgen de las aguas y se enderezan completamente rectas, desplazándose ingrávidas sobre las aguas hasta posarse gracilmente en la orilla del la Laguna, cobrando consciencia y observando a los nuevos inquilinos del lugar. Las almas que así lo hacen son las de Alfred Dyle, el Doctor Dumont Champlain y un Alma en Pena. El resto, permanecen en la Laguna, sin inmutarse.

Contemplando todo este espectáculo se encuentra el alma consciente y serena de Everet Schuls y de una presencia adicional entre la bruma que los muertos no distinguen del todo bien. Se diría que es un hombre, pero su consistencia es distinta, como si no estuviera en este mundo. Como si permaneciera en un plano a medio camino de los dos mundos.

Wesley no sabe como reaccionar ante tanto horror. Las cosas de han ido completamente de madre y ahora contaban con cuatro muertos de nuevo. Del mismo modo, algunas almas desaparecidas habían vuelto. Mira a todos con extrañeza, pero primero repara en un alma entre las recientes: Sally Miles. Se aproxima a esta con paso lento envuelto en su extraño porte místico.

- Decir que lo lamento es mísero. - Ya próximo a ella le dedica una avergonzada inclinación de cabeza. Luego mira al señor Cavanough. - Amigo, lo siento... Tenía esperanzas en usted y Penny. Debe estar destrozada en estos momentos. - Por su menor trato con Sean y Prudence no se atreve a decir nada y solo les mira con dolor. 

En este momento dirige su atención al Doctor y al mayordomo, pues el alma en pena no promete ser muy reveladora. - ¿Pueden explicarnos qué ha pasado? ¿Por qué estaban en el mundo de los vivos? - Pregunta airado.

¡No! ¡No puede ser! ¡Es que no habéis oído a Mercier! ¡¡Yo no soy un negrito!! ¿Es que son estúpidos?

Grita mi alma enfurecida cuando es arrastrada al otro mundo.

Una vez allí. Con el calmada agua cristalina todo parece dejar de tener importancia. Mis sentimientos se apaciguan por la quietud, ¿o quizás por estar muerto?. Miro a mi alrededor y reconozco los rostros de casi todos, los muertos y los viv... los recién muertos, pero no reconozco los seres sin rostro y su sola presencia hace resquebrajarse y temblar mi alma. Me alejo de ellos y me reconforta ver que Penny no está entre nosotros.

Aunque ya todo carece de sentido... ¿No es así? - Le pregunto, con voz ya más tranquila, al resto sin esperar respuesta. - ¿Qué habrá ocurrido esta noche para que los asesinos enloquecieran así? ¿Cuatro muertes sin distinguir negritos y no negritos? ¿Por qué?

Wesley le dirige unas frases y le devuelve el vívido recuerdo de Penny.

Amigo, dile a Penny que no sufra por mi. Dile también que si puede, busque un objeto del que le hablé, uno de mi pasado, relacionado con mis estudios. Ella sabrá de qué hablo. Quizás yo no esté ya allí para utilizarlo pero si ella supiera como usarlo...

Después, como si se acabase de dar cuenta de una cosa.

Oh, sí... También necesitaréis conocer qué ha ocurrido... Poco puedo ayudaros, no te daré los detalles desagradables, pero me asesinaron mientras dormía, no pude ver al agresor, porque utilizó un cojín de tela para que no pudiera ni gritar. Me mataron con arma blanca y desde la espalda, si es que eso también sirve de algo. Y también, a alguien debí molestar mucho, porque creo que puedo garantizarte que se ensañaron bastante, sobre todo teniendo en cuenta que mi muerte no era para nada necesaria.

Sean se despertó y al ver a los anteriores fallecidos levantó la cabeza y comenzó a buscar. Por suerte no tardó en encontrar lo que buscaba, y se arrodilló a acariciar a Prudencia.

Esperaba que lo primero que viese ella fuera eso, ya que seria una sorpresa sin duda y almenos darsela adormilada seria lo mas piadoso.

A caricié la cabeza de Ella en silencio como peinando sus cabellos. El resto carecía de toda importancia ya.

Tras una mala noche se despertaba en un sitio peor. Sally sabía que las reuniones secretas tenían su riesgo, que podría estar metiéndose en la boca del lobo cada vez que las hacía, y al ver que al poco de empezar a hacer este tipo de reuniones moría no pudo dejar de pensar que quizá ambos hechos estaban relacionados. Mas ahora ya poco importaba, estaba muerta.

Wesley se le acerca, aparentemente compungido. Ella no quería que la viera así. La noche anterior su corazón le había dicho que se acercara más al joven. Ahora no podría volver a hacerlo. Si había surgido algún tipo de relación se había esfumado con el viento.  -  Ni... ni siquiera me dio tiempo a saber si eras un negrito o no.  -  El secreto que había guardado en vida con tanto recelo salió de su boca con ligereza al no tener sentido seguir ocultando la verdad ahí.  -  Aunque los asesinos parecen matar sin preocuparse de quien lo es o quien no. Al final, moriremos todos de seguir así.

Sabía que de haber confesado lo que hacía los asesinos podrían haberle perdonado la vida. Pero, ¿valía la pena condenar su alma para salir viva? ¿Para que la mataran igual después de haberla utilizado? No, ella tenía dignidad y moral, a pesar de haber asesinado a su marido a sangre fría.

Pero, Sally - ahora que estaban muertos lo mismo daba llamarla por su nombre de pila - ¿Acaso tú podías saber quién era negrito y quién no? No es que a nosotros nos importe ya, pero a Wesley y a los vivos Sí. - dijo pensando en Penny. No había rencor en su voz, muerto al fin se tomaba las cosas con calma.

¿Acaso Yvette podría tener tu misma habilidad?... bueno, en cualquier caso, podrías decirle a Wesley quién es negrito y quién no ahora que no pueden tomar represalias contra ti

Miró a Gustave. No era su favorito en vida, y quizá tampoco ahora. Pero estaban muertos, y aunque no estaba segura de la lealtad del escritor ni antes ni ahora, cosas como el recelo tenían menos importancia allí.  -  Wesley ya sabe todo lo que he descubierto, hablé con él ayer antes de que me... me llevaran aquí. Sí, tengo... tenía ese don que dices e ignoro si alguien más lo tiene. Pero Wesley ya está al corriente de todo lo que averigüé estos días. Y decirlo aquí otra vez no tiene sentido. Al menos para mí.

Si Wesley quería decírselo a todos que así fuera, pero Sally, aun muerta, tenía miedo a que alguien inapropiado usara su información. Estaban muertos, sí, pero tenían consciencia. Sally no creía en las cosas sobrenaturales y ahí estaba, como un fantasma. ¿Quién le podía negar ahora que tales cosas como las resurreccciones no serían posibles?

Perfecto. Con eso es más que suficiente.

Sally, en vida pude notar que mi comportamiento la incomodaba. Aunque ya no tenga mucho sentido, le puedo prometer que yo no era uno de los que organizó todo esto y se dedicó a matar gente. Quizás si hubiese contado con una habilidad como la suya podría haber ido más encaminado, pero no era el caso. Ahora bien, déjeme que le asegure que lo que dije en vida sobre usted era cierto. Me parecía que sus intervenciones eran dignas de ser escuchadas.

-Y las mias no? Señor Cavanouhg han muerto todos,TODOS por no querer oirme,por apartar la cara del niño tonto que incomoda,les dije desde un principio quien y el por que y ustedes estan igual de muertos que yo y la Señora Owens Yvette se rie en sus caras

"De vuelta en la laguna" tras volver a incorporarse el doctor observa en silencio los "cuerpos" que siguen inertes en el agua, eso debe significar algo, como la presencia de los espectros irreconocibles

-mmm, ¿que haciamos?. Se abrio un...portal, abertura, no se.  Y usted da tan poca información. No se los otros pero yo decidi volver al mundo de los vivos para enterarme de algo de lo que pasa-

Dando por zanjada la cuestión camina con tranquilidad alrededor de la laguna obserbando a su amigo aparentemente inerte

-Digame Barrow, ¿han muerto 4 o cinco personas esta noche?¿y cuantos negritos?-

Hace caso omiso a la chachara del gales, sigue igual de obtuso muerto que vivo preguntando cosas que el ya sabía hace dos días

Pues Everett, dado que Sally tiene la habilidad que Mercier habia afirmado tener, tu historia tiene más credibilidad.

En fin, ya lo sabremos. ¿Como se sale de aquí? han hablado de portales. ¿Significa eso que podemos avanzar al siguiente paso e ir al purgatorio? .

Master yo puedo postear en esta escena ahora, o hago algo por la casa?

- Prudence?

- En efecto. Me veía con Sally desde hacía un par de noches. Ella me confesó su don y nos ganamos nuestra confianza mutua. - Asiente y la mira con tristeza. - No sé si soy un negrito o no, Sally, pero gracias por creer en mi. - Sonríe a la viuda y se acerca a ella, ofreciéndole su cercanía.

Mira al doctor Champlain a continuación. - Muy bien, salieron. ¿Se tomó una botella de buen vino y tocó el piano? ¿Qué hizo en ese tiempo? - Pregunta enfadado por la eterna postura de que hace mal su labor ahí, cuando nadie entiende lo que significa esta carga. - Han muerto cuatro, señor. Gustave, Sean, Sally y Bennet. - Aclara con calma Wesley. Niega con la cabeza. - Ninguna estatuilla se ha roto. 

Se gira entonces a su amigo Gustave. - Penny está destrozada, Gustave... Cuidaré de ella, lo prometo. Le daré ese mensaje. - Sonríe con tristeza al sir.

Era consciente de que sus dudas hacia Cavanaugh eran evidentes. No había congraciado con él en vida y tampoco le hacía gracia en muerte, claro que era por la situación. Era difícil que se fiara de nadie, menos cuando moría tanta gente. Le habló sin formalidades, por su nombre de pila, al haber hecho él antes lo mismo.  -  Disculpe mi frialdad. Como le dije en la reunión, hay algo que me dice que usted no es un asesino, pero sus suposiciones hasta ahora no me han parecido acertadas. Ignoro ya si lo de la conspiración que sugirió ayer tiene sentido o no, aunque yo quiero creer que Cavendish es inocente. Por otro lado, ya no sé qué decir de la francesa, desde que pilló de aquella forma a Everet me ha hecho dudar.

Sintió entonces que Wesley se acercaba. Ella estaba muerta, pero, ¿por qué seguía con aquellos sentimientos? Quería abrazarle, si es que ella podía abrazar a alguien en ese estado. No probó a hacerlo, incomodaría por un lado a Barrows y por otro no quería demostrar que no podía hacerlo, prefería la intriga a una realidad más dura que implicara que no pudiera tener contacto con él nunca más.  -  Creo que, si de cuatro muertos ninguno éramos negritos, hay alguna posibilidad de que al menos uno de ellos fuera un asesino, o simplemente ha sido casualidad. Pero 4, y que ninguno sea "negrito", es un número alto, demasiado, como para que todos sean inocentes.

Ahora quedaba el mal trago de decidir si realmente había al menos una rata entre los cuatro, quien sería esa rata.

Muajajajaja

Mis suposiciones... He lanzado todo tipo de teorías, alguna tenía que estar errada y alguna acertada por fuerza ¿no?. De todos modos, ya que nada importa le diré que lo de ayer sobre Cavendish fue una estrategia. Yo mismo se lo aclaré a la periodista. La verdad es que confiaba en que los asesinos no me matarían por no ser negrito, pero parece que en eso también me equivoqué. El caso es que yo en vida tenía total confianza en la inocencia de Cavendish y Mercier.

La risa de un ser horrible me interrumpe y por primera vez, me deja totalmente mudo*