Partida Rol por web

El rocío de la mañana tintineaba entre las hierbas arropaban las ruinas del castillo…

Y un susurro dulce y cálido comenzó a despertaros de vuestros aciagos sueños… Aquellas palabras, mecían la maleza mientras los pájaros despertaban en un suave trinar… Y finalmente las palabras de aquel leve susurro parecieron traer de vuelta un alma ya caída…

El cuerpo de Sëren se estremecía alimentado por la ligera brisa de la mañana… su pelo volvía a mecerse entre sus trémulos labios…

El calor de la casa de Eglantine volvía a su corazón…

Una vez alzada sus pies eran bañados por un suave tono rojizo… vuestras miradas buscaron aquello que alimentaba aquella luz rojiza… y buscando encontrasteis las huellas de unos pies que terminaban descalzos y mugrientos en el suelo…

Tras esos pies, descansaba el cuerpo de Gunhilda… esta vez, no había podido aguantar la embestida, y su cuerpo ensangrentado y amoratado por la batalla descansaba sin vida sobre el frió suelo mientras un hilo de sangre de su cuerpo, conectaba su sombra con el pebetero… y era en aquel antiguo cuenco de agua, donde ahora relucía un nuevo blasón…

La vida se escapaba del cuerpo de Gunhilda, había resistido un envite pero no aguantó la batalla.

Termina despertando tra el sueño atroz que nos invade.

Bosteza sonoramente y sonríe al ver a Sëren.

-Es un placer tenerte de vuelta entre nosotras... Sabía que conseguirías volver, aunque algunas no se fíen de las que vuelven... Yo sí me fío de tí.

Se inclina cortés y finalmente se fija en el cuerpo de Gunhilda y no puede evitar retroceder un paso, negando con la cabeza.

-No... No puede ser. ¡Se supone que el escudo que tenías por runa tenía que haberte defendido! ¡Tenía que habernos dado un día más...!

Se acerca a ella y se arrodilla a su lado. Cierra los ojos.

-Genial... Acabo de demostrar mi don, y tú caes... Tras haberme acusado. Es algo... Realmente inteligente.

Con sus ojos busca fijarse en el resto de presentes.

-Yo no soy el... Vidente Corrupto, o Brujo, o como queráis llamarme. Yo puedo saber el don de las caídas, no de las vivas... Sé que ellos tienen que esperar a que caiga la noche... Y no tuve tiempo a corroborar el don de Kaleshie, pues su don también se alimenta de la luna... Kaleshie no llegó a ver la primera luna. Me creáis o no... Sé que he demostrado mis capacidades.

Me pongo en pie y mis ojos buscan directamente a Vikonia, mirándole en una súplica silenciosa.

-Sólamente aquella que posee el don del que habláis puede pronunciarse... A mí me ha pedido que guarde silencio... Y viendo cómo actuáis, creo que será lo mejor...

Se cruza de brazos, sin dejar de mirar a Vikonia, de algún modo, no era necesario para ella pronunciar ninguna palabra más, salvo que se le hablase directamente.

Una día más, una nueva muerte con la luna y una nueva vida que se levantaba con el sol. Un ciclo un poco peculiar al que la sierva de Eglantine se había acostumbrado según avanzaba el Conclave...

- Pero Naive...el don de Kaleshie si fue averiguado... miró de reojo a la joven bruja, desagradablemente sorprendida por la incoherencia. Y Gala aún no ha confirmado tu acierto. Tomó asiento en el suelo. No quería saber más de los muertos, pues muertos estaban, y no serían ni los primeros ni los últimos en aquel sangriento conclave. Grunhilda había sido miembro de su propio clan, pero eso ahora mismo no significaba nada para ella. La bruja había conseguido olvidarse de clanes y rencillas: solo había hermanas y traidoras desde el principio. Sabes que siempre te he defendido delante del Conclave, pero últimamente algunas de tus palabras me preocupan.

-Lo siento.

Agacha la cabeza.

-Lo que quería decir... Es que... Averigüé su don antes de que fuese posible del método que ellas dicen...

Cierra los ojos.

-Y las últimas palabras de anoche de Gala... Confirmó que yo tenía razón sobre Cassie... Yo... A lo mejor me explico mal, me voy por las ramas... Sí, suelo hacerlo bastante... Si algo te resulta confuso... Tan sólo dímelo, y yo te responderé, Nebaleth.

La llegada de SËren fue la única sorpresa que esperaba ver Vikonia. La muerte de Gunhilda, simplemente era una muerte mas al igual que las pasadas 4 noches con sus días. La muerte estaba siendo algo habitual en ese Akelarre y ella, hija de Gió estaba acostumbrada a ello.

-Sëren, ¿Puedes decirnos algo de interés? Tal vez sepas el nombre de quien te ha devuelto a la vida, supongo que quien te haya devuelto no sera una traidora y podríamos descartarla, así como ver sus mas cercanas competidoras, puede que eso de una ayuda.-Intercambio miradas con Naivé, no tenia mas que decirle por el momento, ahora no era ella el centro de atención. Al menos para Vikonia.

Un nuevo amanecer y una nueva muerte Gunhilda había sido asesinada y Serën había vuelto entre nosotras. Tras el cruce de acusaciones de la noche anterior, muchas cosas ya estaban claras y las que quedaban por saber se leían en las miradas de aquellas que preferían callar y evitar alzar su voz, por miedo a perecer el próximo día.

Me acerqué a Serën y dije:

- Bienvenida seas Serën, espero que nos puedas traer algo nuevo del otro lado- le dije mientras observaba la tensa mirada de Naivé hacia Vikonia-.

Ya ni se inmutaba cuando venía y volvía alguna de las caídas, suponía que la diosa tenía algún plan en todo esto, ya que entonces no entendía que murieran alguna de sus hermanas independientemente fuera o no inocentes.

Bienvenida Sëren, espero que nos ilumines para saber que ha pasado ahora y no volver a las desconfianzas infundadas y a los reproches pasados.

La mañana tan solo acababa de empezar, y Gunhilda descansaba inerte en el suelo, pero pronto una llama comenzó a cubrir su cuerpo… y a diferencia del resto, el fuego no la quemaba…sino que llenaba de vida su cuerpo, como si de un fénix se tratara…

Poco a poco su pelo se vio enfundado por una gran llama, sus labios volvieron a ser trémulos y tiernos…

Sus ojos se abrieron dejando ver su color aterciopelado por las llamas que de nuevo la llamaban a la vida…

Todas estabais estáticas, y solemnes ante aquel momento… pero  aquella vuelta se vio truncada por los gritos de angustia de una de vosotras…

Os girasteis en busca de aquella que gritaba con terror, y pudisteis ver como una fuerza sobrehumana, sin cuerpo ni forma, tan solo poder… agarraba a Sëren de sus tobillos y la arrastraba por el suelo del lugar, arrancando su piel entre las esquirlas afiladas del lugar…

La hizo ascender por las abruptas paredes y de nuevo la llevó a rastras por el techo hasta que la voz de Sëren se quebró en un golpe sordo contra el suelo… la altura y una vieja mesa de piedra sirvieron de féretro para Sëren… su cuerpo descansaba en una forma antinatural, mientras la sangre aún fresca del techo de la estancia poco a poco goteaba sobre el pebetero…

En breve se formaría un blasón… pero antes el pebetero necesitaba más sangre…

- Pero...pero ¿Qué ha ocurrido?- dije estupefacta ante lo que presencié- 

Miraba a Gunhila con desconcierto, no sabía que había ocurrido pero estaba atemorizada.

Se levantó impávida ante el acontecimiento y se acerca a Gunhilda y la ayuda a levantarse.

¿Estás bien? Has conseguido un nuevo récord. Bienvenida de nuevo.

Dijo entre sorprendida y algo animada.

No tuvo tiempo de saludar a Gunhilda de regreso de entre los muertos cuando algo ataco a Sëren.

Sorprendida se acerco al cuerpo para observar si continuaba convida, se agacho y su pelo se recogió para que no tocara el suelo.
-Esta muerta.-Observo a la recién llegada, ¿Una había vuelto para irse otra? No entendía nada.

- Naive...por favor, me gustaría oir que dice la sangre de Seren. miró a la joven bruja a los ojos. Tengo cierta sospecha que me gustaría confirmar con tu ayuda...

No confíes en Naivé, ella era la amante de Morgana y efectivamente Morgana era una asesina, así que posiblemente Naivé sepa quienes son las demás, pero ella jamas las ha delatado, es más, creo que Naivé es una de ellas, pues en realidad cuando "murió" fue por qué le dijo a su novia lo de su mancha de corrupción y aprovechandola la pusieron de su lado para tener a su favor a alguien en quien todas confiábamos, de modo que vuelve a haber 4 asesinas como dijo una vez alguien.

Otra prueba es que las dos veces que la acusé en público me atacaron.

No dudo que ella pueda ver el verdadero don de las muertas, pero si dudo que lo que diga sea verdad pues cuando le convenga dirá la verdad o una mentira y no habrá manera de comprobarlo.

Si hay justicia ella será la siguiente en morir!!!!!

La sonrisa de la pequeña bruja se ensancha al ver reaparecer a Gunhilda.

-Gracias por escucharme, ahora...

Sin llegar a terminar sus palabras, rápidamente se gira hacia Serën y arranca a correr intentando, sin éxito, socorrerla. Y cae de un modo sordo mientras es Naivé quien, sin haberse percatado, está enganchada clavando las uñas en el techo con una fuerza claramente sobrehumana.

-¡Sëren!

Sin dudarlo se deja caer al lado del cuerpo y un sonoro crack indica que posiblemente algún hueso se habrá roto, aunque no parece darle importancia, ya que rápidamente comienza a recitar algún conjuro que, en vano, no consigue ni cerrar las heridas del cuerpo muerto. Cierra los ojos.

-Parece un capricho del destino... Tú, que sólo intentaste salvarme... Hayas caído tan rauda. ¿Qué está sucediendo...? Parece un capricho del destino...

Ignorando todas las conversaciones anteriores, y toda la situación, se lleva un dedo a la boca pensativa mientras una luz brilla en su pierna y costillas, sanándola a gran velocidad aunque nuevamente no parece ser consciente.

-Sólo puede ser o Morgana o la desaparecida Lissandra. Desde su muerte, todo ha cambiado... Y algunos muertos vuelven del bando de los traidores aunque hubiesen sido, o no, inocentes. Otras muertes conllevan algunas vidas... Como Cassie y yo... ¿Qué tan poderosa era, o és, esa bruja? ¿y si está usando su don incluso después de muerta, o una parte de su alma continuase con vida entre nosotras?

Naivé parece pensativa, aunque rápidamente la bruja sonríe amplia e inocente, niega con la cabeza.

-Tenemos que terminar con esto, y antes de que vengan más muertes a por sangre...

Sin dudarlo ni un instante, saca su puñal y se hace un corte enorme en forma de cruz en la palma de la mano izquierda y la sangre corre libre sobre el cuerpo de Sëren y el propio y funesto pebetero, inconscientemente un leve corte en el dedo corazón de la mano izquierda de ella hace que una burbuja, sin necesidad de decir ningún hechizo esta vez, se alce y entre en el puñal. Mis ojos se clavan, doloridos, en Gunhilda.

-He pedido que volvieses. Y me han escuchado. Está claro que te han atacado por segunda vez para acabar contigo por que eres un peligro... Pero también para que esgrimieses contra mí. No te culpo, pero nunca, nunca, nunca... Vuelvas a decir que Morgana era mi amante. Era una bruja extraña, pero no la amaba, ni la amo, ni la he amado. ¿Por qué cuatro traidoras? ¿Tanto ansías mi muerte...?

Su voz se torna algo apenada.

-Tómala, te invito a ello. No arreglarás nada, pero quizás... Quizás te dés cuenta de tu error, quizás te des cuenta de que sólo yo puedo confirmar los dones de las caídas, mienta quien mienta en vida. Quizás te des cuenta de que estás siendo usada por ellas.

Naivé cierra los ojos por el dolor de la sangre que fluye hacia el pebetero, pero no se mueve.

No dudo que realmente puedas ver el don de las muertas, pero tampoco dudo que tu ocasionas las muertes!!!!

Guardate tu falsa inocencia para otra persona que se trague tus mentiras, a mi no me engañas.

Nebaleth carraspeó, antes de acercarse al grupo de las brujas. Estaba harta de sus griterios, de sus evitar respuestas y de todas las inmensas tonterías que ocupaban lo que deberían ser dialogos productivos.

- Grunhilda, creo que tu postura ha quedado ya clara. Y Naivé- miró a la chica, esta vez con severidad. Si te dejases de estupidas expresiones teatrales y lenguaje rebuscado, ayudarías a las que aún te apoyamos a confiar verdaderamente en tí. Está muriendo gente. Su vista viajo por el resto de las brujas. Y vamos a morir más.

- Solo una de las difuntas era una verdadera traidora contrastada. Y Cassie sigue diciendo que su don era el de la niña. Y resulta que la creo, y eso me causa un pequeño problema con tu lectura de su sangre. Pero ese no es el caso. Se giró para mirar al resto de sus hermnas, y anunció sus intenciones. Creo que Sëren era una traidora. dijo, en voz alta, antes de girarse de nuevo hacia Naive. Por eso quiero que leas su sangre. Si así fuese, bien podrían estar nuestros ancestros ayudándonos, evitando que las traidoras vuelvan a la vida incluso cuando es "su turno".

Si le conviene decirte que es una traidora te lo dirá y si no te dirá que era cualquier otra cosa, no se puede confiar en ella, no es más que una mentirosa, además el primer día ella insinuó tener el poder de Cassie y después dijo que tenía otro, como explicáis eso????

-¿Entonces algo está afectando a nuestras visiones, ayudándolas a ellas, y a su vez las está matando... Ayudándonos a nosotras?

Pregunta un tanto confusa, aunque asiente con la cabeza.

-Vale, eso sí lo entiendo, no como lo que me ha dicho Gunhilda. Intentaré ser... Más sen-ci-lla.

Parece que la propia palabra le cuesta, como si en su entrenamiento el lenguaje hubiese sido parte de él.

-Aunque la verdad es que no creo poder leer en el interior de alguien que no ha muerto a manos del cónclave... ¡¡Haré lo que está en mi mano!!

Una nueva decisión y brillo irradia en sus ojos.

-¿Quién crees que es la culpable entonces, Nebaleth?

Finalmente se gira hacia Gunhilda.

-Yo no insinué nada... Quizá tú creyeses eso, lo siento si te lo pareció.

Pues te lo explicaré otra vez le dijiste a tu amada Morgana lo de tu mancha de corrupción y te convirtieron en una de ellas, así conseguían poner de su lado a una persona a la que todos creían inocente. Pero te hemos pillado