Partida Rol por web

Dos días después, y tras viajes por aparición y trasladores, el grupo de Emily, Sean y Zoey llegó a Australia. Eran las ocho de la mañana de un caluroso día y frente a ellos se mostraba el orfanato Oceans. Los terrenos no eran amplios como los de Hogwarts y el edificio no era un castillo como Hogwarts. Se trataba de una amplia finca rodeada por vayas eléctricas y cámaras de seguridad. Los terrenos eran verdosos y había una piscina en la zona oeste del lugar. El edificio era alto - tendría un total de diez pisos, robusto y ancho. Parecía un hotel pero en medio del campo y con claramente menos comodidades.

La misión que les había tocado era una de las más importantes. Debían alcanzar el último de los pisos, una zona restringida para todo aquel que no fuera estrictamente Tower. Según las notas de Porcher, era considerado como el desván del lugar, pero debía de esconder algo más. Allí seguramente se encontrara uno de los secuestrados. 

Sean:- Según las notas, solo se puede acceder a esa planta mediante el ascensor del segundo piso. Además, hace una llave para insertarla y que te lleve ahí.- informaba Sean, transformado mediante poción multijugos en Bella. Habría dos Bella's, por lo que más valía no cruzarse unos con otros.- No creo que la magia nos ayude en eso. Pero según Porcher, hay un chico que sabe cómo conseguir todo lo que quieras. 

Faltaba solo un minuto para tener que entrar en el edificio. Habían logrado sortear, gracias a los códigos que les había dado Jane Porcher, las vaya. Aquella sería la mejor hora porque todos los alumnos bajarían en tropel al comedor para desayunar y de ese modo, irónicamente, podrían pasar más desapercibidos. Sobretodo para las cámaras de seguridad.

- En las notas pone que se llama Dan. 

Dos días después, y tras viajes por aparición y trasladores, el grupo de Kegan, Jean y Eileen llegó a Australia. Eran las ocho de la mañana de un caluroso día y frente a ellos se mostraba el orfanato Oceans. Los terrenos no eran amplios como los de Hogwarts y el edificio no era un castillo como Hogwarts. Se trataba de una amplia finca rodeada por vayas eléctricas y cámaras de seguridad. Los terrenos eran verdosos y había una piscina en la zona oeste del lugar. El edificio era alto - tendría un total de diez pisos, robusto y ancho. Parecía un hotel pero en medio del campo y con claramente menos comodidades.

- El truco está en mezclarse entre la multitud.- les explicaba Jane.

La misión que habían elegido no parecía de las más complicadas. Según Jane Porcher, en el tercer piso, cuarto del conserje, había alguien secuestrado. Había pasado varias veces por ahí y visto a Tower interesarse por esa sala más de lo necesario. Tenía claro que ahí tenían a alguien o algo importante. La misión era clara: llegar al tercer piso y meter el código o pasar una tarjeta para abrir la puerta. 

- Lo primero será entrar en el vestíbulo. Es la hora punta en que todos bajan a desayunar. El mejor momento para que las cámaras de seguridad no nos reconozcan.- estaba dando los últimos apuntes. Pues en un minuto, entrarían en el interior del Oceans y comenzaría la misión- Hay dos caminos para llegar: el ascensor o las escaleras. Os dejo la elección a vosotros. Pero tendremos que hacernos también con el código o la llave del conserje. Habrá que encontrarlo también.- en el sobre les habían adjuntado una foto del conserje:

Miró su reloj. Parecía bastante calmada para lo que iban a tener que hacer:

- Es casi la hora. ¿Estáis listos?

Dos días después, y tras viajes por aparición y trasladores, el grupo de Vilma, Bella y Max llegó a Australia. Eran las ocho de la mañana de un caluroso día y frente a ellos se mostraba el orfanato Oceans. Los terrenos no eran amplios como los de Hogwarts y el edificio no era un castillo como Hogwarts. Se trataba de una amplia finca rodeada por vayas eléctricas y cámaras de seguridad. Los terrenos eran verdosos y había una piscina en la zona oeste del lugar. El edificio era alto - tendría un total de diez pisos, robusto y ancho. Parecía un hotel pero en medio del campo y con claramente menos comodidades.

La misión de este grupo era una de las más claras y mejor localizadas. No deberían recorrer todo el edificio a ciegas y lo cierto es que aparentemente estaba cerca del vestíbulo. Debían acudir a los sótanos del Ocean, un lugar que ningún alumno del lugar había pisado debido a que pensaban que había fantasmas malditos por los sonidos que a veces se escuchaban. La teoría de Jane Porcher era que más que fantasmas eran magos secuestrados y torturados. La única manera de acceder al lugar era desde la cocina, en el mismo piso que el vestíbulo principal, planta baja. Una vez allí, deberían entrar en la despensa y encontrar algún tipo de mecanismo que abriera el hueco hacia los sótanos. Desafortunadamente ella no lo había podido encontrar, pero tenía la certeza de que estaba allí. En el sótano fijo que había alguno de los secuestrados, o todos.

Iban a ser las ocho de la mañana, momento en que deberían entrar según lo previsto en el vestíbulo.

- Todo el mundo baja deprisa al comedor a esta hora. Habrá muchísima gente pero lo bueno es que podríamos pasar desapercibidos para las cámaras de seguridad.- les explicaba Bella. No le hacía ni pizca de gracia estar allí. Tenía miedo. Mucho miedo. Pero lo hacía por sus amigas y porque era el único modo de esquivar la amenaza del señor T ahora que ella estaba implicada.- Lo bueno también es que yo he entrado alguna vez en las cocinas, así que me conocen y no les parecerá muy raro verme. Pero habrá que convencerles de que sois nuevos o algo así... - miró el reloj. Ya casi era el momento de actuar. Miró a sus dos compañeros.- ¿Estáis listos?

Dos días después, y tras viajes por aparición y trasladores, el grupo de Lucas, Anwen y Tabatha llegó a Australia. Eran las ocho de la mañana de un caluroso día y frente a ellos se mostraba el orfanato Oceans. Los terrenos no eran amplios como los de Hogwarts y el edificio no era un castillo como Hogwarts. Se trataba de una amplia finca rodeada por vayas eléctricas y cámaras de seguridad. Los terrenos eran verdosos y había una piscina en la zona oeste del lugar. El edificio era alto - tendría un total de diez pisos, robusto y ancho. Parecía un hotel pero en medio del campo y con claramente menos comodidades.

La misión de este grupo no era sencilla pero al menos no tendrían que entrar en Oceans. Sino que tendrían que entrar en la casa del señor T, una gran casa que estaba en los terrenos del Oceans pero alejada del gran edificio. En esos momentos, cerca de las ocho de la mañana, momento en que empezaría la misión rescate para todos, Lucas, Tabatha y Anwen estaban escondidos detrás de unos arbustos, a bastantes metros de la casa.

- Según el mapa tendremos que llegar al dormitorio de Tower. Yo no sé exactamente donde está. Pero sé que siempre está muy vigilado. Quizás ahora esté menos...-  les explicaba- Hay dos entradas claras: la puerta principal y la puerta trasera que da a la cocina. No sé si habrá otro modo de entrar.

Observa la casa desde los matorrales. No parece muy halagüeño entrar en una casa que seguramente está totalmente vigilada. Es que ese plan hace aguas por todos lados. Se van a dar cuenta de que ellos no deberían estar ahí. Si los descubren, descubrirán a los demás.

-Creo que lo mejor es entrar por la cocina. Supongo que estará menos vigilado.

Mira a Lucas.

-¿Creciste con todas esas vallas alrededor? - no le gusta ese ambiente para crecer y estudiar.

Bella era muy amiga de Henry, o al menos antes... Eso me traía confianza. Pero no entendía porque mi novio no estaba en la misión. Sin embargo, una duda mucho más importante me recorría la mente... Pero quizás no sería el momento. Aunque yo nunca era muy acertada en eso de los momentos. Así que me acerco y le susurro. 

- Max... ¿Qué me querías decir la otra noche? Que no tuvimos ocasión de hablar...- Y por ello había estado toda la noche sin dormir y dando vueltas a la cama. Joder, Max y yo en una misión de vida o muerte... Bella sobraba, en mi opinión. Pero era de agradecer que alguien supiera la distribución del Oceans... Y a nosotros nos había tocado colarnos directamente donde se sospechaban que estarían todos los presos. 

- ¿Y qué tal si Max y yo nos volvemos invisibles con un Caeca Temporalis?- Le propongo a Bella. -Así no tendríamos que buscar excusas... Es más, hasta tú podrías hacerlo. 

Miro a Max y espero a que me responda antes de decir que "estaba lista" ¿Por qué tendría que depender tanto de él? si era idiota. Y además, sabía que si pensaba en Meredith era un punto fácil y débil y me preocupaba por él... Era un sinvivir lo mío. 

- Oye, Bella... ¿Henry sabe algo de esto?- Le pregunto. 

Había llegado el momento. Teníamos una misión clara y concisa: infiltrarnos en las cocinas para intentar encontrar aquel sótano maldito. Por suerte teníamos la baza de que Bella conocía el lugar y eso podía darnos la oportunidad de saber por dónde nos estábamos moviendo.

-Creo que la idea de Vilma es la mejor. Si no llamamos la atención y sólo te ven a ti allí es más probable que podamos infiltrarnos sin que nadie sospeche. -Entonces el susurro de Vilma me hizo girarme hacia ella. -Un segundo Bella, por favor.

La llevé a un aparte para poder hablar con ella con cierta intimidad y así ser todo lo claro posible. -Mira... antes de nada quería pedirte perdón por no haberme dado cuenta de que sentías algo por mi. Soy un idiota, en esos aspectos nunca me entero de nada. De verdad, lo siento. -suspiré, ahora venía lo difícil. -Pero ahora quisiera pedirte que dejes aparcado a un lado eso que sientes para centrarnos en la misión. Se que es difícil pero tenemos que estar concentrado al cien por cien si queremos sobrevivir aquí salvando a mi madre y al resto de secuestrados. Te prometo que si salimos vivos de esta podremos hablar respecto al tema ¿vale? -por primera vez, sonreí. Era raro que no lo hiciera como a menudo pero los últimos acontecimientos me habían quitado la alegría. Sólo pensaba en rescatar a mi madre y en ayudar a terminar con esta estúpida guerra. 

Pero como lo tenga delante no voy a dudar.

Si no hubiera sido Max quizás le hubiera dado una bofetada, pero era él...

- Oh, no te preocupes... Bueno, yo estoy con Henry y ya no siento nada por ti.- Le digo con firmeza. - No voy a dejar que ningún sentimiento pasado intervenga en la misión, no te preocupes. Luego podemos hablar de lo que quieras.

Y. no. pensaba. dejar.  que. ningún. NINGÚN. sentimiento. interviniera. en. la. misión. Lo acababa de decidir, tras mucho darle vueltas al asunto. 

Miro a Bella. 

- Listos. No hay tiempo que perder. 

Saco la punta de la varita de mi bolsillo, intentando que no me vieran ni Max ni Bella y rezando porque me saliera bien el hechizo. Me concentré en lo que quería... Sí. Meredith existía, por supuesto. Pero no recordaría nada de ella, solo que era una alumna más de Hogwarts. Todos los recuerdos bonitos, feos y asquerosos con ella se los borraría. TODOS. También sus sentimientos hacia ella... 

- Obliviate...- Susurro apuntando a Max. 

Yo no era mala persona, lo hacía por su bien. Y que Meredith no le preocupara nunca más le iba a hacer un bien a él, a mi, a la misión y a todos. No le iba a hacer cargar con la culpa y la tristeza de alguien que no valía la pena. Y además, así, quizás tuviera una oportunidad con él, aunque eso era completamente secundario. Lo que más me preocupaba era su felicidad.

Asunto zanjado. Pensó Bella, que había permanecido algo ajena a aquella conversación - aunque pendiente de forma disimulada-. Pero entonces, algo ocurrió en la cabeza de Max:

Meredith, su novia, estaba en el hospital luchando por vivir...

Meredith, su novia, le besaba...

Meredith, su mejor amiga, lloraba con enfado...

Meredith y su sonrisa...

Meredith, su mejor amiga, bromeaba...

Meredith librándoles de un castigo...

Meredith presentándose a Max...

Esa chica pelirroja del tren...

Meredith...

Mere...

Me...

...

Fue un fogonazo de luz en su interior y de pronto ya no recordaba nada de aquella chica. Todos los recuerdos de Meredith Wolfstrang se habían difuminado hasta desaparecer de la mente de Max Scofield.

Bella frunció el ceño al ver su expresión:

- ¿Max? ¿Estás bien? 

Nuestro sobre, tal vez cómo una especie de broma del destino, incluía la misión más misteriosa de todas. Se trataba de llegar al lugar más inaccesible de todo el complejo y sin saber muy bien qué debíamos esperar ahí. Nosotros que sabíamos más que nadie y llevábamos en el percal más que ninguno, teníamos la misi´n más incompleta y estadísticamente por ello la más peligrosa. Ironías de la vida.

Tras un largo viaje con muchas paradas y una corta recuperación de algo parecido al Jet-lag con el que venía mi madre cada vez que viajaba a ver su hermana en avión, llegó el momento. 

Estaba nerviosa, mucho. Por muchos planos que tuviésemos y por mucho que repasásemos el plan, la verdad era que había mucho agujeros y estábamos en territorio enemigo y desconocido. La balanza no estaba inclinada a nuestro favor, pero era lo lógico. 

Había sido extraño ver a Sean convertirse en Bella. Sabía que era él, actuaba cómo él, hablaba como él y llevaba nuestro anillo... Pero su aspecto y su voz eran los de Bella, lo que me confundía enormemente. Esparaba que terminásemos deprisa antes de que mi cabeza se volviese loca pensando en si Seanbella debía hacerme sentir mariposas en el estómago o no.

Algo que tal vez Porcher no habái tenido en cuenta era que probablemente Tower ya conocía mi cara. Estaba metida hasta el cuello y nos habíamos cruzado cara a cara en el Cabeza de Puerco, y siendo mi padre quién era y dada la situación, mi foto había aparecido alguna vez junto a la suya en el profeta. Sólo esperaba que Tower no fuese el encargado de mirar las cámaras de seguridad, ya que todo eso sumado a su obvia obsesión controladora quería decir que me detendría a base de maldiciones antes de poder levantar las manos.

Y allí estábamos. Habíamos sorteado aquellas vallas que rodeaban la finca y las camaras que vigilaban el perimetro y en cualquier momento teníamos que fundirnos con la marabunta de alumnos. No me gustaba aquél lugar, y no entendía cómo nadie parecía hacerse preguntas sobre por qué un colegio necesitaría esa clase de seguridad. A mí me parecía una cárcel. No querría estudiar o vivir en un sitio así.

Tal vez fueran los nervios, o estar cansada de la sensación constante sobre la incompetencia de los aurores, pero no pude evitar bufar ante el comettario sobre el tal "Dan".

- Y obviamente eso es más que suficiente para encontrarle. Entraremos gritando su nombre. ¿Por qué no hemos pedido una descripción a Bella? Seguro que sabe quien es... - suspiré, arrepentida de mi tono. - Lo siento, no me gsuta dejar tanto al azar cuándo las vidas de todos peligran...

Los ocean no iban con uniforme, era por eso que Eileen había cogido ropa de calle. Como su ropa era normalmente de segunda mano y de mercadillos, por lo menos estaba claro que no iba a desentonar por su vestuario: un pantalón tejano negro con un roto en la rodilla y una camiseta de manga corta, que le dejaba un hombro al descubierto, de color morado. Claro que seguía pensando que un rostro desconocido en seguida desentonaría. Además de que le parecía una pésima idea que Bella y Lucas tuvieran que infiltrarse porque alguien les reconocería, recordaría que no debían estar allí y quizás alguien sospecharía.

Por lo demás, esperó a que la santísima Jane Porcher les diera las indicaciones. Había dicho que todos los grupos tendrían libertad de actuación pero tenía claro que ellos iban a ser la excepción porque si proponía una idea que ella no hubiera pensado antes, esta sería descartada sin piedad. Y Kegan, por supuesto, apoyaría a su reencontrada madre.

- Voto por las escaleras, si pasara algo podrían cortar la electricidad y no quiero quedarme encerrada en un ascensor - murmuró como respuesta antes de añadir -. Y lo del conserje, si ensuciamos algo a lo bestia fijo que aparece.

No dijo más, por su parte estaba preparada. Le habían pedido su opinión y ella la dio, si le hacían caso o no era otro tema.

Llegaron al lugar dos días después y con ropa de calle. Kegan se encontraba emocionado por la situación y quería hacerlo bien. Tras la explicación de cuál iba a ser su misión por parte de su madre y dejándole las opciones de ascensor o escaleras, Kegan tras pensarlo añadió.

- Ensuciar algo podría ser buena - pensó unos segundos - ¡Ya se! Podéis entrar en unos baños, atascar los desagües de los lavabos y abrirlos, eso nos dará tiempo a escondernos antes de que llamen al conserje y podemos quitarle el código o la llave.

- Pero para subir al tercer piso, aunque por las escaleras tengamos más libertad, por el ascensor nos cruzaremos con mucha menos gente, ¿No?

Todo sucedió de repente y los recuerdos, el dolor, el remordimiento y la angustia se esfumó. Pestañeé confundido un par de veces y miré a Bella sonriendo.

-Si claro, todo va bien. -me encogí de hombros. Estaba nervioso pero decidido. Las emociones se entremezclaban en una especie de euforia extraña. -Empecemos entonces. ¿Vamos a seguir la idea de Vilma? -pregunté. -Es una buena idea.

Anwen también esperaba que fuera el sobre que le llevara a rescatar a su padre. Pero le había tocado ir a por el señor Tower. Eso tampoco le molestaba, quizá fuera la misión más difícil pero también la más interesante. Ahora bien, su compañía no le gustaba en absoluto. Tabatha estaba a una distancia social enorme de Anwen y la Rhys no se había preocupado lo más mínimo por su existencia. De Lucas no se fiaba por razones obvias. Confiaba en que la auror hubiera tomado las precauciones adecuadas (que menos con un juramento inquebrantable). Además cualquier esperanza de que Tabatha fuera competente se había esfumado con el comentario 'Espero que sea una misión fácil...' ¿En serio?

Durante los dos días de viaje Anwen había estado en tensión y no esperaba que se rebajara. Quería estar alerta.

-Estará vigilado y además tendrá cámaras por todas partes. ¿Dónde está el cuarto de Tower concretamente? Quizá podamos entrar por una ventana. También puede haber algún sótano o similar.- Comentó Anwen, pensando un poco para si misma. No era momento de apresurarse.

Lucas miró a su novia y asintió ante la pregunta sobre vivir allí. La verdad es que no era malo. Simplemente les protegían del exterior. 

- También puedo servir de distracción o cebo. Saben que soy del Oceans, claro. Y las habitaciones suelen estar en los pisos más altos, ¿no?

Mientras Lucas daba ideas, Anwen y Tabatha observaban mejor la casa. Había dos guardias apostados en la entrada principal con uniforme grisáceo. Luego había otros dos que daban la vuelta a la casa cada uno en una dirección y coincidían en la puerta de la cocina a los pocos minutos. Siempre seguían la misma rutina. Había ventanas pero la mayoría estaban cerradas y romper un cristal podría ser realmente aparatoso... pero entonces ambas pudieron ver que en el segundo piso una de las ventanas estaba entreabierta. El problema sería cómo llegar hasta ella.

Bella dirigió una mirada significativa a Vilma. ¿No creería que no se había dado cuenta? Pero Max parecía incluso más centrado que antes, por lo que los asuntos de Vilma, mientras no les metieran en problemas, no le concernían. Asintió a Vilma para demostrarle que no diría nada al respecto y después se centró nuevamente en la misión:

- Es imposible volverse invisible en el Oceans.- les informó. Era uno de los conjuros que no funcionaban.- Ya es la hora. Simplemente manteos junto a mí todo el rato e intentar ocultaros de las cámaras que hay en las cuatro esquinas del vestíbulo, ¿vale?- empezó a caminar- ¡Ah! Y no os choquéis con nadie. Mejor que ninguno se fije en nosotros. Cabeza abajo, ¿de acuerdo?

No hubo instante a réplica porque entraron en el Oceans finalmente. La oleada de gente que había en esos momentos en aquella gran sala, bajando por escaleras anchas, y por la planta para ir al comedor, era increíble. ¡¿Tantos estudiantes había por allí?! Bella estaba nerviosa. Bajó la cabeza un poco y les susurró:

- Seguidme.

Niega con la cabeza. No va a dejar que Lucas se ofrezca como cebo para que ellas puedan entrar. A saber que pueden hacerle si lo encuentran. A estas alturas, ya deben de saber que es un traidor y seguro que a Towers no le hace gracia que vayan rondando por ahí.

Observa la rutina de los guardias.

-Podríamos usar un hechizo desilusionador y volvernos "invisibles". Esperamos a que los guardias pasen por la puerta de la cocina y cuando desaparezcan, entrar.

También parece haber una ventana entreabierta en el piso de arriba.

-Es imposible llegar hasta la ventana sin que nos vean... tendríamos que transformar algo para hacerlo escalera y poder llegar, pero seríamos más vulnerables.

Aquel "podéis" no le gustó nada cómo sonaba.

- ¿Podéis? Kegan, llamaríamos más la atención nosotras dos juntas, porque ella parece una profesora y yo una alumna, y si entramos a un baño juntas sería raro - y no le hacía pizca de gracia acabar con ella a solas -. Si lo hacemos tú y yo parece que vayamos a enrollarnos o algo, lo cuál seguro que es más normal - sólo esperaba no tener que fingirlo llegado el momento -. Sobre lo de cómo subir...pues sí - ahí tenía que reconocerle la verdad, ahogando un suspiro -. Pero no me gusta nada. En el ascensor seguro que tienen cámaras y es más fácil reconocernos porque estaremos quietos. Y como nos encontremos con alguien será todavía peor que en las escaleras.

- Te entiendo.

Zoey permaneció callada, suspirando con intranquilidad. No le gustaba estar lejos de Eileen. ¿Dónde estaría? ¿Qué estaría haciendo? ¿Estaría a salvo con esa Porcher y con su hijo? ¿Y si todo era una trampa? No sabía cuanto tiempo aguantaría sin ir a buscarla.

- Pero supongo que ser Bella tiene sus ventajas, ¿no? - y sonrió con picardía. Tenía una especie de plan, aunque era arriesgado- Es la hora. Entremos y busquemos entre la gente a alguien que parezca bastante tonto o inocente para preguntarle por Dan siendo yo Bella.- Era lo único que se le ocurría.- Recordad que hay cuatro cámaras de vigilancia, una en cada esquina del vestíbulo. No levantéis mucho la cabeza.

Y sin más, entraron en el Oceans. La oleada de gente que había en esos momentos en aquella gran sala, bajando por escaleras anchas, y por la planta para ir al comedor, era increíble. ¡¿Tantos estudiantes había por allí?! 

- Buscad a ese alguien pero no os paréis.