Adrien volvía a tomar otro trago y luego miró a Maren para asentir con la cabeza y los ojos a la vez. Sus parpados caían mientras Austin pedía más información.

El espíritu investigador de Ravenclaw estaba en sus adentros, y no se iba a frenar, por mucho sentimiento que se pudiera derrochar. Al final intentó dejar un poco aire en la conversación.

Adrien evaluaba como había cambiado la forma en la que sus compañeros le veían después de lo que paso, era un precio justo pero no suficiente que aceptaba aunque le doliera en verdad.

Baños del Segundo Piso

Y mientras aquello pasaba la puerta del baño se volvía a abrir en un estruendo, apareciendo lanzados adentro Tim y Anne, y tras ellos la muchacha pelirroja del baile en el Salón.

Dentro estaban Marcus, cubriendo con su brazo a Maren, al lado de Kerry y Austin, y un poco más a dentro, la prefecta de Ravenclaw, Vissel LeGrand, atendiendo con una copa parecidas a las del Comedor a Adrien, que aún estaba con cara fátigada y ropa mojada entre los demás.

La entrada hizo que Vissel sacasé rápida su varita y apuntase a la puerta con los dientes apretados, pero al ver aquel pelo cobrizo apoyarse en la puerta bajó el brazo y soltó un grito no controlado.- ¿Podrías ser un poco más silenciosa la próxima vez? Si no tienes cuidado alguien podría lanzarte cualquier tipo de maldición...- Dice casi advirtiendo su propósito en aquella ocasión.

La pelirroja puso un mal gesto y dijo gesticulando en demasía con la cara, casi como burlando la actitud de la prefecta, pero esta vez en voz baja.- Mira quien lo dice... si hablas un pelín más alto puede que incluso quien se está escondiendo en el bosque oscuro sepa fácilmente donde buscar.- La pelirroja bufó y miró a los demás para ver quien había, y luego dijo anunciando lo que acababa de contar.- Hay alguien en el bosque... hemos visto cuando veníamos luz...

Debemos ser rápidos por lo que pueda pasar...

Tim se sorprendió al ver a todos los que estaban allí. "Deben haberse indigestado con algo" pensó al principio, aunque cuando comenzaron a hablar en seguida supo que algo más ocurría en ese lugar.

- ¿Qué su-sucede? Parece que hubierais visto un fa-fantasma. - dijo el joven Downsend tratando de bromear, como le había dicho su abuelo que hiciera para conseguir amigos. El que hubiera tanta gente reunida le preocupaba y ponía nervioso, pero ya habían incumplido varias normas para llegar, así que no era momento de amilanarse.

Como si Tim y yo fuéramos solo un saco de patatas, Renê nos tira dentro del baño al que la estábamos acompañando. Dentro me sorprende la presencia de los Ravenclaw, incluida la prefecta, y de Maren. Les miro por un momento con cara de haba. ¿Qué narices está pasando aquí? 

Al volver a reaccionar, me doy cuenta de que estoy sentada en el suelo. En el suelo de un baño. Esbozo una mueca de asco y me levanto. Las instalaciones de Hogwarts están limpias siempre, pero el impulso sigue estando ahí. Mi mirada salta entre los allí presentes, primero entre mis compañeros de segundo curso, luego entre las mayores, y por último vuelve hasta Kerry. 

-Sí, eso, ¿qué pasa aquí? -secundo la pregunta de Tim. -Sí, es cierto que hemos visto luz a través de las ventanas. Pero, ¿de quién nos estamos ocultando?

Y allí estaba, aún pálida con aquella voz en mi mente que se repetía una y otra vez de solo recordarla, llevaba la ropa del baile completamente mojada, al igual que mi cabello. La expresión de mi rostro era un tanto o bastante diferente a la que solía tener, estaba un poco confundida y contenida. Por suerte me encontraba en los brazos de Marcus, quien rodeándome me acompañaba en silencio con esto, a pesar de que la mirada estaba puesta únicamente en Adrien y nadie más. 

Sólo que al ver su aceptación a mi propuesta, pronuncié en silencio pero si moviendo mis labios un "Gracias" y un "Avísame cuando" acompañado de una mirada a los cuartos de baños, allí con un muffliato podríamos hablar tranquilamente sin las miradas cargadas de preguntas y acusaciones de todos. Podía entenderlo y ni siquiera yo con lo osada que soy, me aguantaría semejante cosa. 

-Dame un segundo Marcus... - expreso tras soltarme de sus brazos e ir hacia donde se encontraba la Prefecta de Ravenclaw, donde le susurro a mi oído unas palabras. Al finalizar espero su respuesta y la de Adrien, mientras regreso a mi lugar junto al otro Ravenclaw.

Ya comenzaba a sentir el frío por la ropa, al margen de que todos estábamos manos o menos igual y mientras pensaba en varias cosas a la vez, como nunca antes lo he hecho. Aparece Anne y Tim, a quienes saludo con una media sonrisa. - Hola Chicos. -  expreso alzando una mano pero sin responder a su pregunta, es probable que la Prefecta se encargue de aquello. 

Ahora lo que me causaba curiosidad era lo que había en el bosque, quizás tenía relación con lo que me ha pasado recién. Debía averiguarlo, de alguna manera. De momento no sería ahora, así que a la espera de Adrien y Vissel me encontraba para realizar mi próximo movimiento. 

- Vissel... ¿Podrías lanzarnos un Muffliato cuando Adrien y yo nos pongamos a hablar? Así no salimos de aquí mientras el resto se pone al día con todo esto. Serán unos minutos, no más. - susurro en su oído. 

Al escuchar el estruendo junto a la puerta de los baños me aparte un par de pasos, y espere algo asustado por lo que podía entrar, pero eran los chicos de Hufflepuff, Me alegre de ver a Anne, se había caído al suelo y antes de que pudiera hacer el ademan de ayudarla a levantarse ya lo hizo ella sola.

Eso mismo deberías decirnos a nosotros, Adrien quería hablar de algo con nosotros en privado y vosotros ¿Cómo habéis llegado hasta aquí? 

Mis ojos no se apartaron de la pelirroja, apenas habíamos hablado desde que llegamos, pero claro entre unas cosas y otras no había surgido el momento.

Cuando parecía que Adrien iba a explicar finalmente que le pasaba la puerta del baño vuelve a abrirse, no me esperaba que Anne y Tim viniesen la verdad, ni tampoco la pelirroja cuyo nombre no recuerdo. Esto ya parecía un club social y no una reunión clandestina.

Los salude con la cabeza según hablaban, solventadas los saludos y levantada Anne del suelo me quedo meditando lo que ha dicho la chica pelirroja sobre alguien en el bosque. Perfecto, primero unos baños abandonados y ahora el mismísimo Bosque Prohibido, menos mal que con todo el tema de Adrien Maren no ha prestado atención sino ya me habría arrastrado hasta allí.

-¿Habéis visto luces en el bosque? ¿Hoy es el día de las reuniones clandestinas o qué?- intentó ocultar mi nerviosismo con una pequeña broma, todo el mundo sabe que es mejor no pasear por el bosque de noche.

-A mí también me gustaría saber cómo os habéis enterado de que estábamos aquí pero primero quiero escuchar la historia de Adrien.- digo mientras me giro hacia mi compañero Ravenclaw.

Miró todas las preguntas que salían de todos y luego a Maren y dijo como si por primera vez sintiese el peso de Adrien en sí. Sus hombros cayeron y dijo a los Hufflepuff que parecían algo perdidos.- Qué luego Renê os explique... - Se giró al resto y dijo.- Y el resto hacer el favor de escuchar y dejar de preguntar...

Fijo sus ojos en todos y empezó a hablar despertando preguntas, y alguna que otra exclamación... dudas, miedo o compasión, pero todos callaron mientras ello contó lo de Adrien, el fatídico año, y su maldita suerte.

Fue junto a Adrien y empezó a hablar con voz baja narrando partes que conocían o que supondrían antes de comenzar.- El año pasado fue duro... para todos.

Tan duro como para que este año sea diferente, pero no en el hecho de que ni siquiera este año se mencionen los EXTÁSIS, ni que hayamos podido entrar gracias un Polvo Flu especial por nuestra chimenea en Hogwarts. Si no porque este año se ha descubierto un daño que a pesar de destrozar a una sola persona, es la cerradura que devolverá el mal...

Levanta tras sus palabras la camiseta aún mojada de Adrien y muestra a todos, un cuerpo extremadamente flaco, y que oculto bajo la ropa, mostraba miles de marcas, de diferentes momentos, que lo laceraban desde dentro hacía fuera... como si alguien con un látigo lo estuviera martilleando día y noche, destrozando su esencia, dejando luego un velo de piel que impidiese a la sangre demostrar el daño a los demás. Adrien agachó su camiseta con vergüenza, mientras Vissel seguía hablando entre los demás.

Lo que pasó el año pasado... fue un ataque orquestado, por alguien desde el exterior... que se aprovecha de una antigua maldición que aún perdura en el cuerpo de Adrien. Una maldición que los mayores pensaban calmada, pero que finalmente esta volviendo entre los demás.

Quizás muchos ni siquiera habían oído hablar de aquello, así que Vissel explicó.- Hace poco más de 12 años, la madre de Adrien descansaba en su casa embarazada, esperando que su marido llegase para contarle como había ido la clase de ese día. Sus manos mesarían su barriga demostrando amor, supongo... - Dijo mirando a Adrien que no levantaba la cabeza del suelo, aquella historia la conocía, y no hacía daños ya... pero si levantaba frío... aquel que llegaba al darse cuenta de su suerte entre los demás.

Samantha Swann, era una de las mejores magas en Encantamientos que han existido jamás, una situación de la que ella no se aprovechaba... incluso desperdiciaba por ver a su marido feliz dando clases en aquello en lo que ella era un portento, fingiendo descubrir todo al lado de su marido.  No puedo deciros el por qué pues aún ni lo sé... pero alguien esa noche decidió acabar con la su vida por alguna razón...

Lanzó la maldición Cruciatus sobre ella, de forma indefinida... aquel que lo hizo no esperó ni siquera a ver la muerte en los ojos de Samantha, dejándola sola y sufriendo su fin... un fin que veía cierto, pero que intentó salvar hasta sus últimos esfuerzos. Sus conocimientos le permitieron crear un campo protector a lo largo de su vientre, para que las contracciones y punzadas no llegaran a Adrien... lo cuál aumentó la potencia de la maldición al exponer la maldición a una menor superficie de acción, centrándose finalmente en su cabeza, donde tras un intenso dolor, ahogó su vida en un alarido de lágrimas, mientras caía al suelo, aún el niño en su interior.

Todo esto se sabe gracias al último recuerdo sacado de su mirada, por Katelynn Swann, que además de amortajar el cuerpo de su propia hija tuvo que ayudar para que naciese Adrien, pues aún después de muerta el hechizo seguía vigente en las paredes de su vientre, dando latidos a pesar de la niebla de muerte que inundaba su corazón.

Vissel tomo aliento, pues incluso a ella misma la historia le secaba la garganta impidiéndole avanzar.- Alguien aprovechó ese hechizo que parecía extiento, para entrar dentro de Adrien y propagar aquel estado de sumisión en él y los demás que sembraron el terror entre los demás el año pasado.

Aquel hecho tiene varias repercusiones, entre ellas... que el espíritu de Voldemort parece tomar fuerza en las sombras, alentado por alguien que se jacta tras todo lo ocurrido... y otra que la maldición Cruciatus de Adrien parece a verse despertado y parece parar... estamos intentando hacer todo lo posible pero las crisis no cesan de aparecer...

Miró a todos e silencio y dijo casi como si hiciera falta una explicación.- Buscamos ayuda para parar a Voldemort de nuevo. El año pasado demostrasteis que erais fuertes, inteligentes y con valor... y nos preguntábamos si antes de que despierte la batalla, contaremos con vuestra labor...

Ahora con un poco más de frío, escucho con atención lo que Vissel cuenta acerca de Adrien y pienso automáticamente en mi familia cuando preguntaba por la muerte de mis abuelos paternos, la forma en que evadían aquella parte de la historia por mi edad, excusándose ante mi de forma automática y austera. Algo que cuando en teoría dormía, hablaban de la pureza de sangre, Voldemort y su férrea creencia de no permitir muggles

También en ese mismo instante rememoré mi maldición, lo que según mi abuela materna tengo prohibido hablar y en mi traviesa mente, asocié todo. Lo cual me mantuve en silencio, atenta a esa historia pero recordando la mía de forma vívida. Jamás me explicaron lo que sucedió en ese despacho con la serpiente de papá, hasta que sola investigué de que se trataba y comprendí porqué mi familia me quería en Slytherin y no en Gryffindor. Era una aberración al don que llevaba corriendo por mis venas, riéndome en la cara de todo un linaje purista. 

Lo tenía asumido, mi familia no por desgracia y la historia de mi amigo ahora me recordaba todo aquello. En ese momento bajé la mirada un tanto confundida, tan sólo quería ayudarlo para que se salvara de ese estado y fuera el Adrien que conozco. - Cuenten conmigo, haré lo que sea para ayudarte Adrien. - respondo a Vissel decidida, no me importaba exponerme a todo riesgo si podía liberarlo de aquello. Eso sí, me exponía a conocerme a mi misma en el proceso y saber todo el legado que mi familia esconde debajo de la alfombra, a sabiendas de que la oscuridad puede aparecer delante de mis ojos y tal vez no me muestre tan reticente como el año pasado. 

Mi lealtad seguía firme y mis ideas también, era una Gryffindor. Por esa razón, me acerco a Adrien y le tomo la mano, reflejando mi unión al Ravenclaw pese a todo, exponiéndome a lo que sea por él. Asumiendo las consecuencias, desatando los huracanes y fluyendo la magia sobre mi. Allí estaría, por Merlín que si. 

Si tuviera un espejo en frente mio podría ver como mis ojos se iban abriendo cada vez más según avanzaba la historia que nos estaba contando la prefecta, no daba crédito a aquella historia, Maldito, Adrien esta maldito, según Vissel nos había elegido a nosotros por como habíamos llevado los acontecimientos del curso pasado, pero la verdad mi aportación había sido más negativa que positiva. Claro que ayudare, necesito resarcirme de lo que hice el año pasado, dije estas últimas palabras mirando a Anne y a Maren.

¿Supongo que esto lo sabrán todos los que estuvimos involucrados el año pasado, o los demás no saben nada? Pregunte para saber hasta donde llegaba la información, me daba pena Adrien, no había nacido y ya tenía una maldición dentro de él.

Tim miró con curiosidad las marcas que Adrien tenía en su cuerpo. Quizá habría algo para paliar su dolor en su libro, pero se lo había dejado arriba y no recordaba haber leído nada semejante.

- Yo ayudaré en todo lo que pueda - dijo, demasiado distraído para darse cuenta de que no había tartamudeado. Su cerebro estaba funcionando ahora a toda velocidad, pensando en todo lo que la Ravenclaw les había contado. Entre los asistentes de esa extraña reunión había dos traidores y, a pesar de que ya les había perdonado, no confiaba enteramente en ellos. "Mejor tener al enemigo cerca" pensó al mirar a Kerry.

- ¿Podemos con-confiar en alguien más? - preguntó el joven cuando se le ocurrió una idea. Estaba claro que necesitaban toda la ayuda que pudieran conseguir. Y faltaban muchos asistentes para esta reunión, varios Gryffindor y, sobretodo, algún Slytherin. Ya estaba pensando en un nombre que podría serles útil, pero le costaría hablar con él después de haber dudado de sus intenciones el año anterior.

¿Puedo usar emendo para aliviar los efectos de la maldición en Adrien curando las cicatrices?

Traté de analizar lo ocurrido. Al parecer teníamos un enemigo desconocido que se aprovechaba de una antigua maldición lanzada sobre la madre de Adrien, responsable además de lo sucedido el año pasado. Apreté los puños. Fuese quien fuese ese cabrón lo iba a pagar.

-¿Alguna idea de quién está detrás de todo esto? -pregunto cruzándome de brazos- ¿Creéis que podría ser el mismo tipo que lanzó la maldición hace tantos años? ¿Y pensáis que ha ido al bosque?

Los ojos se me iban abriendo cada vez más según avanzaba la historia que nos contaba la guapísima Vissel. ¿En serio Adrien estaba maldito? ¿En serio iban a tener que verse las caras con los siervos del señor oscuro otra vez? No podía creerlo. No me entraba en la cabeza. Y aún así, ahí estaban Adrien y sus marcas para demostrarme que sí. 

Pero había otra cosa que no llegaba a comprender. ¿Por qué yo? Solo era la hija de una pastelera. No tenía nada de especial. Todos los que estaban allí eran grandes magos, ya lo habían demostrado el año pasado. Pero yo no. Lo único que hice fue depositar mi confianza ciega en una persona que tenía como mascota un basilisco, pequeñito pero matón. 

-Yo... bueno, todo esto me ha pillado muy de sorpresa. Al principio pensé que Chlo... que Renê querría hacer alguna trastada. No esperaba nada de maldiciones ni de señores oscuros.- Dejé escapar un suspiro. Normalmente era una chica animada. Pero notaba cómo mi ánimo se iba colando por el desagüe de aquel baño. Ahora mismo me sentía apagada. -Pero contad conmigo, por favor. Haré lo que sea para ayudar. -Forcé una sonrisa. -Si estamos juntos en esto, podremos con todo. 

Podremos con todo... ¿no?

Un nuevo golpe de dolor se agudizaba sobre Adrien, que lo solventaba apretando el mentón, mientras abocaba de nuevo la copa a sus labios. Y tras aquel sorbo, agradecía con una cálida mirada a cada uno de los que apoyabais aquel plan. Maren, Kerry, Tim, Anne... Austin.

La prefecta os miró y djo a Kerry.- Se supone que esto no lo sabe nadie más... y si lo saben deberán de explicar como... No sabemos quien es el culpable, y antes de nada nos gustaría investigar...

No apoyó la mención del clasismo entre casas, pero por ahora... Slytherin se quedará fuera... hasta que algo nos invite a cambiar de opinión.

Miró a Adrien, el cual agachaba la cabeza como si aquel comentario no estuviese pactado pero aceptando su decisión. Por último miró a Austin y dijo.- Si tuviésemos alguna idea con respecto, supongo que los de más arriba, hubieran hecho algo ya... pero por ahora nosotros es lo que sabemos... poco más...