Partida Rol por web

- Siempre tiene que estar dando el cante - pensé con cara de asco nada más vi la sangre salir por la nariz del raven - Ahí te desangres como vuelvas a agitar tu varita capullo - Pero Maren enseguida puso dirección hacia Adrien para limpiarle con su pañuelo - ¡¿Otra vez?! ¿Van a estar siempre con estas tonterías? - Caminé rápido hacia donde estaban después de que hubiesen intercambiado algunas palabras - Me alegro de la bronca que te ha caído, ¡por imbécil! - ¿Estás bien Adrien? - le pregunté poniéndome en medio de los dos. Entonces miré a Maren sonriente cogiéndole la mano y luego volví a girarme hacia Adrien con cara de ira - Como vuelvas a acercarte a Maren te destrozo.

En ese momento, algunos alumnos siguieron con sus hechizos, entre ellos Nathan. Al ver su resultado sonreí sinceramente - ¡Bien hecho capullo! - me alegré por mi amigo - Ya veo Greengrass. Felicidades - le felicité sin soltar la mano de la Gryffindor pero dirigiéndome directamente al Slytherin - Ha estado muy bien

Unos cuantos más continuaron con la clase y al final, la profesora dio tiempo para que aquellos que habían fallado lo volvieran a intentar - Vamos Adrien, inténtalo de nuevo - A ver si esta vez te estalla la cabeza... - Seguro que esta vez te sale - le dije falsamente al chico. No quería que se juntara con Maren... - No me fío ni un pelo de ti - pensé mirándolo fijamente esperando a ver los resultados de su nuevo hechizo.

¿Y a este que chinche le ha picado? – pienso enarcando una ceja cuando Nathan se acerca hasta mi preguntándome si se algún truco para ayudarle. Cuanta amabilidad será el golpe que te has dado en la cabeza.

-Lo tuyo no tiene remedio Greengrass, eres idiota y vago...– empiezo a decir cuando el Slytherin inicia su hechizo y continuo mientras el resultado se materializa… - Vas a sacar un churro. Algo más grotesco que la copa de Artemis. ¡Por Merlín que alguien acabe con su sufrimiento! – pienso mirando esa horrible criatura que ha creado Artemis.

Cual es mi sorpresa cuando veo que la copa de Nathan se convierte en un ave insignia de Slytherin, presente en la decoración de nuestra casa. Me pongo roja como un tomate al ver como me da un zas en toda la boca y mientras miro al cuatro ojos expreso con el temple que puedo fingir en ese momento. -La suerte del principiante. Por dentro me muero de rabia. ¿En serio Nathan ha conseguido un colibrí de ojos sellados? No lo quiero admitir ante él pero me sorprende. Y mucho. Estúpido.  

A continuación, quedo ensimismada escuchando a la profesora Joice, quien hace un comentario sobre mi loro invitándome a la meditación. Sus palabras me hacen pensar sin querer en mi. No eres inferior, eres diferente como yo, que soy una sangre sucia. – pienso mientras miro a mi lorito cojo con una sensación agridulce, quiero sonreír pero no me sale siento lástima por él y en ese momento recuerdo parte de la conversación que he tenido con Marty y Artemis.

Y de repente una voz me sorprende, una voz que no consigo identificar a quien pertenece hasta que mis ojos dan con el mago en cuestión. ¿Adrien? – pienso sorprendida. Pero si ni siquiera lo he visto entrar en la clase, realmente se ha convertido como en uno de los fantasmas que viven en el castillo. Lavinia, que no te de pena. – me digo a mi misma, él no sintió pena por ti. -Si… - es lo único que me sale decirle a Adrien, muy concisa en mi respuesta pero educada.

Observo a Marcus intentando de nuevo el hechizo y sonrío mandándole un mensaje. Á-ni-mo. Y guardo silencio.

Entonces vuelvo a prestar atención a la profesora que va explicándonos cuales son los resultados de los hechizos de mis compañeros. Escucho atenta y mirando con recelo a ver quién ha sacado el pájaro más perfecto. No es que yo tenga envidia con el loro tan colorido que tengo en el hombro, pero claro, si no me hubiera quedado cojo estaría más contenta.

Como se me queda la boca de abierta cuando veo que los ojos de Maren adoptan un color amarillento y negro convirtiéndose como los del búho que ha hecho acto de presencia en el aula tras lanzar su hechizo. -¿Has visto eso Patapalo? – me sale directamente llamarle así a mi loro. Está cojo, le va que ni pintado. Inmediatamente recuerdo de donde proviene el nombre, de una canción infantil que versaba sobre un pirata. Esa canción la cantaba con mi prima Marty cuando jugábamos a las palmas siendo muy pequeñas.

La verdad es que el logro de mi amiga me pone feliz, si no fuera mi amiga sentiría envidia, pero como la quiero no la siento. Sino que me alegro. Y viendo con una sonrisa la conexión que hay entre mi loro que ladea la cabeza escuchando como ulula el búho de Maren me atrevo a decir en alto. -¡Maren estás hecha una buhita! – UH UH UH (Pio) (Pio) (Pio) - se intercalan los cantos de nuestras aves dando la bendición al apodo que está a punto de nacer. Recuerdo lo mucho que Maren ama el quidditch, está como loca por presentarse a las pruebas este año. El Quidditch, dichoso deporte. – pienso con fastidio pues no me gusta nada y nunca he ido a animar al equipo de mi casa pero por Maren sería capaz de ir. -Ya sabemos cual va a ser tu grito de guerra en el campo, leona. – le digo a mi amiga sin perder la sonrisa, esperando que haga como suyo el canto del búho. UH UH UH.

Sigo observando los resultados de los demás y pongo los ojos en blanco cuando Artemis lo intenta de nuevo. Procuro que no me vea y entonces levanto los pulgares a modo de ánimo como ha hecho el antes felicitándome. Si, vamos, esta vez seguro que lo consigues. – pienso poco convencida. No sé que se le dará bien al león, pero transformaciones desde luego no.

Y cuando llega el turno de Ladien, que me felicita por mi loro con una falsedad que ni la dama gorda cantando rompiendo copas, le devuelvo la sonrisa, muy amable mirando su cria fénix de color negro. -Vaya, parece que has aspirado un poco alto, pero para empezar está bien. – no me la guardo, se la tiro. ¿Que será lo próximo Ladien? ¿Subirás a la torre de astronomía a mear las cabezas de los que están abajo?. ¡Anda ya! ¡Fantasma!.

Y como no mi prima consigue también un éxito haciendo que una preciosa paloma blanca cruce la clase, una paloma que no está coja y simboliza la paz. Miro a Marty con una sonrisa y la felicito de corazón.

Cuando llega el turno de Amelia respondo casi indignada a su comentario. -No te hace falta la suerte, eres la mejor. – sonrío devolviéndole el beso en la mejilla. Me siento contenta por ver que mi amiga sigue a mi lado y no tengo que preocuparme por el león. -La princesa del ladrón. Que nombre más bonito Amelia. ¿Ves como no necesitabas suerte? Por favor, si anoche arreglaste el estropicio de la sala común como si fueras una alumna avanzada… – Joder. Pienso enseguida cuando se me escapa eso sin darme cuenta. Bien Lavinia, bien.

Por ultimo me fijo en Violet, quien está totalmente ausente de la clase y conjura el hechizo prácticamente sin ganas, creando un espectacular cisne. -¿Si llegas a poner todo de ti, que habría salido amiga?. Veo como una lagrima cae por su rostro y enseguida acaricio su cabello. Intentando animarla le digo. -Mira, ¿has visto el estropicio que ha hecho Troy?. Seguro que hace explotar la clase de pociones, jajaja. - me desternillo de risa en ese momento, algo poco habitual en mi en plena clase.

Justo antes de que yo lanzará el hechizo, Anne no había conseguido realizar el suyo. Con algo de precipitación lancé mi conjuro, eso sí no me faltó determinación, estaba convencido de que me saldría bien, y más tras las demostraciones de los otros. Cuando vi mi pajarillo con aquellos colores me dije a mi mismo, no ha estado tan mal.
Me lleve mi pájaro a mi pupitre mientras escuchaba las palabras de la profesora.
Más tarde llegó el turno de Austin. Ánimo, le dije en voz alta animandole para que lo consiguiera también. Y eso fue lo que ocurrió. Asentí con la cabeza cuando levantó su pulgar hacia mí.

No sabía porqué todo esto me estaba sucediendo a mi, tan sólo una canción comenzó a surgir en mi mente y era una de mis preferidas. La letra resultaba por momentos ser muy convincente y sin comprender el motivo de que ahora justamente surgiera, al menos ha logrado que muerda mi labio, casi al punto de hacerlo sangrar. - No te pongas de nuevo nerviosa Maren... Céntrate, clase, búho y Transformación. - me sentencio al sentir el tacto de Ladien en mi mano, sujetándome con fuerza mientras le dedico una mirada de total confusión. 

- ¿Qué haces? - me pregunto sin manifestar nada a través de alguna expresión, sólo esbocé una media sonrisa. Observando como se colocaba entre Adrien y yo, congelando todo en tan sólo unos segundos. - ¿Por qué? - vuelvo a interrogarme paralizada por el avance de Ladien, mientras éste le preguntaba al Ravenclaw si se sentía bien. - Son celos... pero si estamos hablando de las casas... Ni que hubiera visto lo de anoche... - callo mis pensamientos de golpe, bajando la mirada y en total desconcierto mantengo aquella expresión neutral. 

Take me to the place where you go
Where nobody knows if it's night or day
Please don't put your life in the hands
Of a Rock n Roll band
Who'll throw it all away .... 

La melodía continuaba agobiando mis pensamientos, intentando silenciar todo lo que en mi mente surgía y al dedicar una fugaz mirada a Adrien, esa estrofa de la canción se materializa profundamente a modo de recuerdo y diálogo intrínseco hacia él. Sólo que ahora al ladear por unos instante mi cabeza, permitiendo que el cabello se acomode y atenta a todo lo que hacía Ladien, permanezco allí a su lado. Intentando no cruzar la línea de fuego, ya había discutido con él tantas veces por Adrien que poco sentido tenía decir algo más. 

- No lo comprendes... - musito al detener la mirada en el Slytherin mientras redirijo la atención hacia el resto de mis compañeros, en especial en mi amiga. - Gracias, entonces... ¿Buhita es mi mote? Nada mal amiga y será mi canto de guerra, cuando ingrese al equipo para ser la Buscadora de Gryffindor. Ya lo verás. -afirmo convencida de aquello, sonriendo de tan solo pensar en la situación. Era uno de mis mayores sueños, porqué no navegar un rato en ellos. 

- Entonces... ya que estamos de la mano. - porque te mueres de celos.- ¿Lanzamos un hechizo juntos? - pregunto a Ladien al detener mis ojos en los suyos, si se mostró tan territorial delante de Adrien, al menos que le de utilidad a su acción. ¿Verdad? - Profesora... ¿Podemos intentar algo los dos? - no era mala idea, a los dos nos habían salido bien el hechizo. - venga, ponte detrás... yo extiendo mi brazo con la varita y tu sujetas mi mano. Pronunciamos juntos. ¿Vale? - le indico mientras espero alguna reacción por su parte. 

Tim estaba jugueteando con su Alaudon mientras observaba como lo hacían sus compañeros. Se sorprendió cuando Maren casi se transforma en búho, parecía que el hechizo podía tener efectos secundarios sobre el lanzador así que lo anotó en su cuaderno y siguió observando.

Cuando llego el momento de Anne y vio el fallo la animó. Habían fallado bastantes personas, así que no era una vergüenza. Adrien también erro el hechizo, sin embargo del esfuerzo comenzó a sangrar por la nariz. Esperaba que no se le hubieran abierto de nuevo las heridas y se preocupó. Quizá fuera mejor que reposara en la enfermería.

Maren se muestra algo reticente cuando me acerco a cogerle de la mano - ¿Qué pasa? ¿No le puedo dar la mano a mi novia? - pensé cuando vi su corta sonrisa, a la cual me limité a responder del mismo modo.

Me mantengo firme en mi sitio observando a Adrien, a quien había animado a que repitiera su hechizo, mientras Maren se limitaba a hablar con el resto - ¿Qué verá en él? - me preguntaba mirando con cara de asco al Raven - Es un perdedor y un mentiroso... - un pequeño vacío inundó mis pensamientos cuando de pronto volvieron a aparecer de forma súbita al ver el rostro del chico - No sé qué te habrán hecho en verano, pero poco ha sido...tendrían que haber acabado contigo - Pero todos estos pensamientos se vieron interrumpidos por la voz de Maren.

Giré la cabeza bruscamente hacia ella - ¿Eh? - se me escapó mientras lo hacía - ¿Quiere que lancemos un hechizo juntos? ¿Para qué? - Por mí no hay problema - ¿Qué más da? - Si la profesora también está de acuerdo en que lo hagamos, podemos pensar algo entre los dos - le dije a la Gryffindor volteándome hacia Joice para esperar respuesta - ¿Aunque no será que ambos usemos la varita a la vez? Seguro que así sale algo grandioso, solo tenemos que pensar en lo mismo...así se sumarán los poderes de ambas varitas.

Mientras esperaba nuevas órdenes, ladeé un poco la cabeza para juntarla más a la de Maren - Por cierto, ¿te parece si al salir damos una vuelta por el castillo? - le susurré al oído - Antes a penas pudimos estar juntos - le dije ahora mirándola a los ojos con una amplia sonrisa aunque aún en voz tenue. 

- Podríamos elegir un ave entre los dos y concentrarnos para que tome esa forma. A ti te gustan los fénix y a mi los búhos, aunque coincido contigo en gustos. ¿Y si transformamos la copa en un cuervo? - pregunta a Ladien entre susurros, era un animal muy místico para ella y le agradaba ese tono lúgubre que tenía aquella ave.

Y mientras esperaba la aprobación de la Profesora, para no hacer algo indebido y tener dos motivos para estar en Dirección, siento la cercanía del Slytherin al hablar en mi oído. - Vale, tengo una idea. - respondo con una amplia sonrisa, entre divertida y alegre, sin desviar la mirada apreciando el azul de sus ojos que eran muy parecidos a los míos. - Sin peleas... ¿Está bien? - le advierto al apretar un poco la mano que sujetaba la mía. No quería otro momento de discusión con él, parecía ya una costumbre desde que he pisado Hogwarts. 

Asentí a las palabras de la Gryffindor - ¿Un cuervo? Puede estar bien...Aunque entre los dos podríamos hacer algo más grande - pensé al escuchar a Maren - Pero bueno, quizá apuntando más bajo salga algo mucho mejor - Me parece genial - respondí muy sonriente - Además, ese aire siniestro del cuervo...me mola - pensé riéndome por dentro.

Volví la vista a la profesora pero manteniendo la atención en Maren para escuchar lo que me decía. Entonces una amplia sonrisa se me forma en la boca y vuelvo a clavar mi mirada en sus ojos - Yo nunca peleo - bromeé con la leona. Mantuve una pequeña pausa perdido en sus ojos y esa sonrisa de diversión se convirtió en una llena de cariño - Prometido - respondo a su leve incremento de presión a mi mano - _{^{A ver si salimos pronto de aquí...está claro que a nosotros no nos hace falta -}} le susurré en tono jocoso haciendo alusión a nuestros resultados con las respectivas copas.

Adrien agradecía el gesto de Maren, incluso sus ganas de apoyarme. Escuché su susurro y no moví ni un gesto como sabiendo que eso era así.

Pero tan pronto estaba cierto en aquello la presencia de Ladien me crispo. Su figura entre los dos, y aquellas bonitas palabras a pesar de su cara de total enemigo hacía mí.- ¿Pero que le he hecho...?.

Empezaron ambos a debatir si lanzar un hechizo juntos mientras los que quedábamos... Anne, Marcus, Artemis, James, Troy y yo, teniamos una nueva oportunidad de probar aquel hechizo.

Y sin pensármelo ante las palabras de los dos... y sin mirar a la copa casi, apunté con mi varita, y sin mover los labios esperé a la vez que lanzaba un rayo.

El apoyo de mis compañeros y los errores de los demás no me hacía sentir tan mal... pero pese a eso quise poder realizar lo mismo que los demás.

Cerré los ojos de nuevo y tras seguir los consejos de Equidna trate de enmendar lo que antes había hecho mal, repitiendo aquello que logré pasar...- Avio Verto

Equidna esperaba la resolución de los primeros hechizos cuando Maren y Ladien propusieron hacerlo unidos. Me acerqué a ellos y dije.- Esa materia no es cosa de alumnos de segundos... ambos magos deben de compenetrar sus objetivos, mentes y magias... Pues aunque ambos magos quisieran lo mismo, y ya estuviera hablado si sus magia no se equilibran y luchan la una y la otra por ganar, se producirá una mezcla de magia inestable que no dará buen resultado o bien dará un desastre como tal...

Miro a Ladien y dijo.- Antes de poner metas en años siguientes, primero convoca a tu animal completo... si no llego a alentarlo yo con fuego, no hubiera aguantado...

Estaba aún algo osca, aunque menos, se notaba en su manera directa al hablar. Y antes de que se diera cuenta los que aún no lo habían conseguido comenzaron a convocar a la par....

Primero Anne, que tras cerrar los ojos y esbozar una sonrisa en sus labios centró su varita y rápida saco un rayo gris que al proyectarse contra la copa parecía mutarlo en una especie de neblina gris y anaranjada que de forma rápida ya empezaba a claquear su pico vizco entre el resto.

Equidna tuvo que parar y mirar el ave, y retomar el ritmo de la clase casi obligada aunque aún de mal humor y decir.- El piquituerto, nos enseña que la perfección no es lo único que progresa, pues gracias a la forma de su pico, puede desgranar con rapidez el grano o fruto mientras revisa que no lo sobrevuele un ave rapaz...

 Sin tiempo casi a mojarse los labios estaba la actuación de James, que ahora se centraba y atraía una corriente negra azulada hacía su copa y esta empezaba a girar como un torbellino, y cuando empezó a frenar, una estilosa ave negra azulada, os miraba antes de graznar de forma casi melódica.

 Equidna se centró en el nuevo ave, mientras se veía casi pillada a tras pies y esperaba que no siguiesen el ritmo frenético los demás, cuando decía de forma atropellada, para darse tiempo a sí misma.- Una Urraca Azul... usa sus colores para aventajarse entre los grupos de cuervos a la vez que usa su largo pico de ladrona para tomar lo que más interesa entre lo demás.

La profesora se mojaba los labios cuando Adrien parecía dedido a volver a su hechizo pero esta vez algún tipo de reto se interponía entre su mirada y la de Ladien. Extendió su brazo y ni siquiera inició su hechizo con un conjuro labial, sino que retaba al Slytherin con la mirada mientras un rayo casi eléctrico salió de su varita e impacto sobre la copa... que parecía llenarse de luz como a puno de estallar y en medio de aquella luz, surgió un ave negra que se alzaba rápida sin dejar rastro de la copa, y comenzó a graznar... no era necesario ponerle nombre, era un Cuervo común... Empezaba a azorarse aleteando sus alas, nerviosa entre los arcos del techo de la clase, cuando soltó un fuerte graznido, y en medio del estruendo, el ave se rompió en un centenar de ave más del mismo color y forma pero de tamaño menor...

Equidna miró a Adrien y casi sentenció a la vez que preguntaba mirando al Ravenclaw,- ¿Adrien...? - De nuevo la sangre aparecía ante su nariz, pero el mago seguía sin ceder... y mientras continuaba el hechizo el Ravenclaw se desplomaba con aquel sonido hueco que te hace repetir todo y a lo lejos en tu interior mientras la mirada se pierde un poco más, y el equilibrio cede y luego por un segundo todo suena mientras ya solo ves oscuridad antes de perder la consciencia sin más...

Mientras eso pasaba en la cabeza de Adrien, Equidna corría para intentar coger al alumno que caía a plomo sobre el suelo y sus ojos se viraban hacía atrás, a la vez que la centuria de cuervos parecía descontrolarse y girar y graznar de un sitio a otro sin más...

Cuervos que alteraban y avivaban al resto de pájaros, convirtiendo la clase en una jaula que empezaba a trinar, graznar y ulular sin parar...

Todo empezaba a descontrolarse y entonces Artemis centró sus manos en su cabeza, intentando tapar sus oídos... estaba apunto de lanzar su hechizo, pero aquel lío lo había advertido de no seguir, y ahora, se encontraba desvocado, intentando eliminar aquel sonido de su mente, mientras sentía una punzada en su garganta... Empezó a gritar como si sus gritos fuese a callar a las aves, en vez de avivarlar cada vez más... y entonces... su voz empezó a tronar como un silbido más... y luego fue su cuerpo el que parecía cambiar delante de todos los demás... sus huesos parecían destrozarse en medio de aquel sonido estridente... y después de algunas contracturas más, que parecían reducir a cada movimiento el cuerpo del Gryffindor... 

Su chirrido calló, a la vez que en mitad del aire, aparecía allí donde el antes estaba, un pequeño halcón... que dejaba caer plumas sobre el suelo, como si acabara de luchar... y después... el cuerpo de aquel ave, caía sin fuerza y con los ojos cerrados sobre el suelo.

Equidna miraba con los ojos bien abiertos y solo cuando vio al ave caer acertó a decir con Adrien en uno de sus brazos mientras alzaba el otro al techo de la sala y cerraba el puño.- Reparifarge Extenso...

Cada una de las aves creadas por cada alumno, volvió a tornarse en una copa simple de cristal... y aquellas que estaban volando paraban en seco y la copa se rompía al dejar de volar.

Después de la tormenta parecía venir la calma, y la imagen denotaba que todo se había descontrolado, pues la profesora rodeada de cristales aguantaba a Adrien, mientras en el suelo, aquel halcón se estremecía como dolorido...

En unos segundo aquella forma se extendía y donde antes había un ave, ahora estaba Artemis como salido de una mala noche, contrariado y desubicado... rodeado de algunas plumas que aun estaban por terminar de desvanecerse...

Segundos antes de que Adrien convocara aquel hechizo de alguna manera sentiste tu mano acariciada por alguien más... la miraste y allí estaba aquel rastro de estrellas azul... Parece que Adrien no miraba a Ladien, sino que intentaba verte a ti...

Pero luego... de que cayera al suelo, el rastro desapareció...

Continuaba hablando con Ladien hasta que de repente algo me sobresalta primero y suelto la mano de forma brusca al Slytherin, mientras mis ojos se centraban en Adrien, como si no existiera nadie más allí ahora mismo. 

Todo lo que sucedió después bajo el hechizo del Ravenclaw puso mi corazón en un puño, observaba los cuervos y la desesperación inundó mi ser. - No...  No Adrien... Ya sabes que no es necesario... Anoche te lo dije y sigue siendo así. - pensé con lágrimas en los ojos mientras corría hacia él al ver que caía al suelo inconsciente. 

Con una lágrima en mis ojos, el revuelo de cuervos alrededor y los gritos de Artemis, saco la varita inundada por un sentimiento más poderoso que cualquiera, uno que sentía por Adrien y ahora se manifestaba. 

Apunté con la varita a su cuerpo mientras Equidna lo sostenía y dije: 

- Ennervate.  - con los ojos rojos,  implorando internamente que el hechizo sirva para que recupere la consciencia. No podía soportar todo esto, tenia que hacer algo o me perdía en él. Había sido mi culpa y me sentía la peor persona de Londres. 

Había pensando en los cuervos, prácticamente lo conjuro conmigo porque sentí su mano y eso, no me lo perdonaría jamás. 

Y mientras intentaba concentrarme lanzando aquel hechizo, siendo capaz de vender mi alma con tal de que Adrien abra los ojos una vez más. En mi mente recordé todo lo de anoche, aquel sentimiento de amor hacia él y como ahora los latidos de mi corazón se desbocaban por la desesperación. 

Nunca en mi vida sentí una sensación semejante, pero me destrozaba interiormente. Adrien no necesitaba probar ante nadie nada, yo lo quería igual y con eso bastaba. Tenía las cosas muy decididas en mi corazón desde anoche cuando por primera vez sentí el calor de sus brazos y la dulzura de sus besos. Confirmando que con él quería estar y no existía la duda, si otra relación por resolver y disipar. 

Solo que al verlo caer, todo lo que tenía guardado se manifestó y a través de un desesperado amor, mi hechizo emergió, implorando a la magia y a mi capacidad como bruja, para que despertase. 

No existía un mañana sin él...  Eso acababa de descubrir. 

Miré a la profesora con un poco de cara de asco cuando nos negó la posibilidad de realizar un hechizo entre los dos - Estoy seguro de que podríamos... - pensé mirándola fijamente. Mientras tanto, los hechizos se sucedían y entre tanto, mis ojos se juntaron con los de Adrien por casualidad - ¿Qué mira este idiota? - Su mirada era algo extraña y enseguida entendí el porqué.

Vi su varita alzada y creí que volvería a intentar cambiar la forma de aquella copa - Ojalá fracases de nuevo capullo - Pero no fue así. Mis ojos se abrieron por completo cuando vi aparecer a ese cuervo en el atril - Hijo de... - pensé furioso apretando mi varita. Pero antes de que pudiera hacer nada empezó a sangrar por la nariz de nuevo - ¡Ojalá te revienten todos los órganos por dentro! - Y entonces sentí el movimiento brusco en la mano. Me giré rápidamente para ver qué sucedía y oberservé cómo Maren corría hacia el Raven mientras se desplomaba. Mi sorpresa aumentó con ese gesto y la decepción se apoderó totalmente de mí.

- Ladien, contrólate - pensé en el momento - Lo prefiere a ti...pues bueno...su problema - Miraba a mis dos compañeros pensativo y al escuchar el intento de Maren por reanimar al chico, caminé fría y tranquilamente hasta ponerme a su lado - ¡Ennervate! - pronuncié concentrado en la vuelta del Raven. Quizá de esa forma el hechizo lanzado por Maren cobraría más fuerza y haría que el chaval volviera en sí. No quería que todo sucediera de esa forma - Ya me encargaré yo de matarte con mi propia varita... 

Con los ojos llorosos concentrada en aquel hechizo siento la presencia de Ladien a mi lado, que lanzando al unísono el mismo conjuro que yo, intentaba devolverle la consciencia a Adrien. Sujeto con mi mano libre la suya, intentando unir el poder del Slytherin con el mío, no me importaba nada más que eso. - A tu lado... Siempre. - susurré a Ladien girando la cabeza y centrándome en su mirada, hasta recuperar la concentración en lo que estaba haciendo. 

Mientras mis compañeros continuaban en sus labores, decidí que era hora de ir a por todo así que me concentré en la figura del halcón y la maravillosa sensación de volar. Luego apunte mi varita y lancé el conjuro.

Mientras la magia recorría mi cuerpo, pude notar que algo no iba del todo bien, y entonces sucedio. Aquella extraña y no del todo agradable sensación, el cambio. 

Intenté detenerlo pero fue inútil, el halcón quería salir a dar una vuelta y no sería yo quién lo refrenara.

Intenté pedir ayuda, pero de mi boca sólo salían chillidos. Así que simplemente me dejé llevar y rogué a los cielos que la profesora Joice pudiera ayudarme.

Luego todo fue una extraña cacofonía de sonidos e imágenes fugaces, probé extender mis alas y volar, pero a penas si pude aletear antes que una poderosa energía me devolviesa a la normalidad.

Estaba aturdido, confundido y algo frustrado, tenía que encontrar la forma de dominar el cambio o de lo contrario esto podría repetirse.

Me puse de pie y me disculpe con la profesora por lo sucedido antes de regresar a mi lugar.

Disculpe profesora, no fue mi intención armar alboroto. - digo cabizbajo.

Menudo churro de hechizo que le había salido. Pero eso no desanimó a Troy. Los fallos nunca lo hacían. Era consciente de que no era un mago espectacular, pero al menos se esforzaba. Sonrió y se encogió de hombros ante su intento fallido y observó al resto. Muchos, como Maren, lograban hacer de lo difícil fácil y grandioso. Incluso Ladien parecía muy ducho en aquellas artes. El Gryffindor decidió sentarse en su pupitre, varita en mano y pensando que mejor practicaría solo - o le pediría a Maren que le ayudara- en otro momento, porque visto el nivel que había, solo lograría hacer el ridículo.

Bostezó antes de percatarse de la actitud de Violet. ¿Qué le pasaba? En un momento en que la gente estaba más pendiente de Maren y Ladien que del resto de personas se acercó a su hermana:

- Eh. ¿Qué te pasa? ¿Es por Agnes?

Equidna puso su mano en medio del rayo que lanzó Maren y luego Ladien y negó con la cabeza diciendo de forma suave.- Dejadlo descansar... muchas trazos en un sólo papel...

Aquellas palabras parecían cripticas... pero al alzarlo entre sus brazos, sin conocimiento... la camisa desaliñada dejaba ver en la espalda, un surco de mil lineas abiertas y mal curadas...

Iba a irse cuando sintió la disculpa de Artemis y dijo negando con la cabeza.- Es normal en los animagos no controlar su alma animal al empezar... necesitarás hablar con alguien que te enseñe como... en otro momento te diré... ahora tengo que ir con Gaia... 

Se giro mirando al resto y dijo.- La clase ha terminado por hoy... cierren la puerta al salir...

Y antes de que pudierais decirle cualquier cosa empezó a destellar apareciendo y desapareciendo con rapidez, cargando con Adrien en los brazos, y cada vez más lejos... Imposible de alcanzar.

Las palabras de la profesora, se repetían en mi cabeza mientras en mi mirada la imagen de aquellas heridas... que como látigos se abrían una y otra vez.

Esperé a que la profesora se fuera y dije mirando al resto de Ravenclaws.- Aún no me fío de Hudson, pero mientras lo hago, voy a ver que cojones le hace eso...

Si encuentro algo os lo haré saber... es hora de recabar información...

Y Austin comenzó a correr hacía fuera... pero no siguiendo a la estela de la profesora, sino en el pasillo opuesto a su dirección.

En investigador había vuelto, y estaba seguro de como encontrar información...