Partida Rol por web

Violet, iba a contestar a Troy, pero todo aquel lió la calló por un momento.

Después la profesora salió con Adrien del aula, y luego Austin, y entonces se giró hacía Troy y dijo con furia en su mirada, casi en un reproche a Troy.- Claro que es por Agnes... ¿a caso la has visto bien?.

Es su penúltimo año, y ahora no tiene varita imbécil... Déjate de tanta broma y piensa un poco en tu familia... aunque te cueste reconocer que el resto vestimos de verde, seguimos siendo Knight.

La furia no le hizo pensar, y sin controlar lo que estaba por enseñar a los demás, lo hizo... no tenía ganas de hablar por un rato con nadie más. Y entonces se quedó quieta por un momento, y se cruzó de brazos y al segundo su cuerpo se transformaba en un golpe de agua que se estampaba contra el suelo.

El agua mojaba el suelo del aula... y segundos después, parecía filtrarse por el suelo hasta que al segundo no quedaba rastro de humedad en el suelo ni de Violet Knight.

James y Nathan iban a calmar a la fuirosa Violet, incluso Amelia. Los Slytherin parecían dispuestos a estar unidos tras la conversación de la noche anterior... pero entonces Violet hizo eso.

Y la boca de sus compañeros de casa se habría de par en par, sobre todo la de los chicos. James en silencio tras su flequillo... Nathan alucinaba sin poder contener la sensación a pesar de lo que acaban de vivir.- Cómo mola tu hermana, Troy...

Y Amelia se cruzó de brazos con una sonrisa de autosuficiencia y dijo.- Una Slytherin como dios manda...

Al escuchar el comentario de Amelia, no puedo evitar enfurecerme.

¿Acaso no oíste a Violet? Esto no se trata de colores de casa, si no de familia y nadie debería involucrarse en ello. Troy te aconsejo que vayas a buscar a Violet, así no lo admita, te necesita.

Cuando todos los demás te fallen. Sólo podrás contar con la familia. Al menos eso es lo que suele decir mi padre. - digo mientras pongo mi mano sobre el hombro de Troy.

La interrupción por parte de Equidna al hechizo no me agradó, permitiendo que una sombra en mi rostro surgiera, arrasando con todo lo que se interponga en mi camino. Torcí el gesto y apreté con fuerza la mano de Ladien, estábamos unidos y a través de nuestra magia quisimos ayudar a Adrien, no era justo entorpecer un buen acto de bondad. 

Bajo la varita lentamente mientras escucho a Violet, la forma en que trató a su hermano y como se retiró de allí, solo permitió que mi ceño se frunza ligeramente. - Cobarde. - dije entre susurros,  no sorprendida por aquella particularidad de hacerse agua ya que estábamos en una escuela de Magia y había tratado mal a mi mejor amigo. Así que el fastidio venia en incremento. 

Y como era de esperar, Artemis decora la escena con su idiotez de hacerse el bueno. - ¿Quieres hacer algo bien por tus compañeros? Cierra la maldita boca Artemis. - expresé enojada, siempre metiéndose a donde no le llaman y eso me sacaba de quicio. 

- Dame un minuto. - le pido a Ladien mientras me acerco a Troy y tras besar su mejilla con cariño susurro. - Déjala que pueda tranquilizarse, fue muy fuerte lo que a Agnes le pasó, pero no por ello vas a dejar de sonreír y a su vez de preocuparte por los demás. Si cree en lo que dijo, en verdad no te conoce. Te quiero Troy, nos vemos en breve. Me voy con Ladien. - al terminar, lo abrazo con fuerza y mientras cojo la escoba con una mano, lo despido con una sonrisa. 

Al pasar le dedico una mirada a Markus como diciendo: "te debo un momento juntos " y a Lavinia: "tenemos que hablar", pero no lo verbalice, quería irme ya. 

Ahora sujetando la mano de Ladien, le dedico una mirada y al saber que la interpretaría, tironeo de su mano para retirarnos finalmente de allí. 

Y a esta que mosca le pico. - pienso ante la reacción de Maren. - Un simple no te metas bastaba. 

Al cuerno con Maren, sólo falta que Troy también me largue. Eso me gano por intentar ayudar. La próxima vez los dejo a su suerte. - pienso mientras observo a Troy esperando su reacción y rogando a Merlín que entienda que sólo quiero apoyarlo.

Observé como la profesora de transformaciones ayudaba a Adrien después de hacer un sobreesfuerzo conjurando el hechizo por el cual su nariz empezó a sangrar. Maren y Ladien se acercaron a él. De Maren me lo esperaba. Eres demasiado buena. – pensé cuando limpió la nariz del Raven. Eso no me sorprendió, lo que me hizo revolverme el estómago fue la falsedad de Ladien. Al menos yo no voy a fingir como tu que me preocupo por él. Solo es un poco de sangre en la nariz. Cuanto victimismo.

Pero Adrien no contento con intentarlo una vez, lo intentó una segunda, un conjuro que salió mal y se desmayó. Ahí si que me asusté cuando vi las heridas que tenía en la espalda. ¿Qué le pasaba al Ravenclaw?

Tras un cruce de miradas y palabras entre la profesora, Maren y Ladien, la tensión en la clase explotó cuando Violet le habló mal a su hermano. Jamás la había visto tan enfadada. Criticaba muchas veces a su mellizo delante de mi, pero su rabia era muy dura, demasiado. Troy no tenía culpa de lo que le había pasado a Agnes. El único culpable era Ladien.

Miré a Amelia, y negué con la cabeza. -No es momento de alabar las virtudes de Violet. Aunque su desaparición haya sido una pasada. – le dije a mi amiga poniendo la mano sobre su hombro y después mirando a Artemis, quien había hecho un comentario en relación a los colores de nuestras casas. Yo también estaba de acuerdo con eso, la fractura entre nosotros me parecia un tanto rídicula, el año pasado lo tuve muy en cuenta y este iba a seguir teniéndolo presente, pero creía que su comentario no tenía nada que ver con lo que había expresado Amelia.

Entonces Maren saltó muy agresiva contra el león y me pregunté que estaba pasando con mi amiga. ¿Qué le han echado a la leche del desayuno? – primero Violet, ahora ella. Teníamos que hablar seriamente, esta no era la Maren que yo conocía. Desde que llegamos ayer a Hogwarts sentía que nuestra amistad hacia aguas por todos lados. Miré a Ladien con desprecio, porque veia lo que estaba haciendo con Maren. Júntate con una serpiente que escupe veneno y acabarás muy mal.

Desvié la mirada de la pareja y me centré en el león. -Artemis ¿estás bien?. – pregunté un tanto preocupada por su condición de animago y la reacción de Maren contra él. No conocía mucho al Gryffindor pero se había portado bien conmigo antes cuando me puse nerviosa en el comedor. -Oye, si quieres podemos ir a dar ese paseo por el lago. – dije sonriéndole con amabilidad.

Gracias Lavinia, creo que aqui salgo sobrando como siempre. - respondo mientras me alejo del lugar sin mirar a Maren quien parece estar muy feliz al lado de Ladien a quién quería matar sólo algunas horas antes.

Fuera del salón.

Lavi, ¿Puedo llamarte así verdad? - pregunto algo nervioso, no quería que ella también se enfadara conmigo. - ¿Alguna vez escuchaste hablar de la Plataforma Élfica de Defensa del Derecho Obrero? 

Sí se que suena a sindicato, pero lo que ocurre es que anoche encontramos una insignia rara en el dormitorio con las iniciales P.E.D.D.O.  Y Aaron nos pidió averiguar que significaban las siglas y quién era el dueño.

​Gracias al señor Bettens averigüé el significado de las siglas, pero aún no descubro al dueño, pensaba colarme en la cocina y preguntarle a los elfos. ¿Te apuntas?

Sentí la cabeza de Maren sobre mi hombro y una ligera sonrisa se formó en mi boca, sonrisa que pronto se borró de nuevo al volverme a concentrar en aquel imbécil que estaba allí tirado. Tenía un gesto de ira y apretaba la varita con fuerza intentando transmitirla al hechizo, hasta que la profesora nos cortó.

- Esta es un poco estúpida, ¿no? - Era la segunda vez que se interponía entre Maren y yo, cortándonos las alas - Para una vez que intento ayudar... - Pero la atención de todo el mundo se volcó en Violet en ese momento. La chica menor de los Knight se había desbordado y nunca mejor dicho, desapareció de allí de una forma espectacular después de cantarle las cuarenta a su hermano - ¡Qué pasada! - Era una salida impresionante para alguien de segundo - Está claro que es una Slytherin...Que no cuentan los colores dice... - pensé al escuchar a Artemis - Eso será para ti, fracasado.

Escuché la bronca de Maren a Artemis y asentí cuando me soltó la mano para ir con Troy - No intentes ser amigo de todos, es un poco patético - dije bien alto para que me escuchara desde donde estaba. Mis ojos se posaron en Lavinia después de decir esto, rondaba cerca de Artemis en ese momento - ¿Pidiendo una cita Lavinia? - La imagen de esos dos juntos me producía mucha gracia - Dos imbéciles juntos. Lo que puede salir de ahí... - pensé respondiéndole con una gran sonrisa a la cara de asco que me ponía la asquerosa sangre sucia.

Al terminar, Maren volvió a donde estaba y me cogió otra vez de la mano tironeando de mí. Dediqué una sonrisa picarona a la leona y me dejé llevar por ella saliendo al fin de aquella clase.

¡Pero qué borde era su hermana! Parecía mentira que fueran hermanos gemelos. No entendía el problema que suponía lo de la varita. Sí. Se había roto. Pero no iba a ser como si no fuera a tener otra pronto. Sus padres le comprarían una nueva y punto. 

Molesto y dolido por la actitud de su hermana, se quedó callado, viendo cómo se marchaba. Le había dejado bastante en evidencia y eso le molestaba. ¿A qué venía tratarle de aquella manera? Niña borde...

Y si no tenía suficiente con aquella contestación, muchos empezaron a halagar a Violet. ¿En serio creían que molaba? ¿Por qué? ¿Porque era una borde inaguantable? Enfadado por lo que él suponía mofas, apretó las manos en dos puños, con cara de pocos amigos. No les contestaría pero se estaban metiendo donde no se les llamaba. Y hablando de entrometidos... ahí estaba de nuevo, Artemis intentando solucionar una situación no consciente de que lo estropeaba.

- ¿De qué vas, tío?- comentó con enfado, apartándole de un manotazo la mano de su hombro.- ¿Acaso me ves desvalido o que necesite un gran héroe que me diga qué hacer con mis problemas familiares?

El problema estaba, sobretodo, en que Artemis y Troy no eran amigos. No al menos de momento. Y es que apenas llevaban un día en el colegio y ya habían tenido un par de encontronazos. Le miró con enfado, pero ahí apareció Maren, quien sí que sabía lo que necesitaba en esos momentos. Recibió el beso sin moverse y fijó su mirada en ella. Sus palabras le reconfortaron de alguna manera. Por supuesto que no iba a buscar a Violet. ¡Esa idiota era lo que quería! Si le necesitaba ya le buscaría. En esos momentos lo que necesitaba era estar a solas o distraerse. Igual que su hermana.

- Vale.- le contestó al "nos vemos luego".

A continuación miró de nuevo a Artemis, pero no le dijo nada más. No era tan directo como su amiga. Recogió sus cosas y solo se dirigió a Marty.

- Me voy. ¿Te vienes?

Sujetando la mano de Ladien avanzo a paso firme por el extenso pasillo, algunas veces contemplando los enormes ventanales mientras calculo la altura, tenía una escoba y pensaba usarla. Era un momento entre los dos, sin discusiones de por medio, algo que en verdad necesitaba ya que durante el verano éramos muy unidos. 

Y mientras observaba los alrededores, detenía por momentos la mirada en el Slytherin y sonriendo la desviaba hacia un costado. Tenía que reconocer lo bonito que se veía allí a mi lado, incluso cuando se enojaba hacía esas caras de asqueroso que le daban ese toque único y especial. Tal vez nadie comprendía el motivo de que me guste tanto, también era cierto que lo conocía de otra forma, más íntima. 

- ¿Preparado para estar unas horas conmigo, culebrilla? - pregunto utilizando su mote, sólo cuando estábamos lejos del resto podía usarlo y me divertía que así fuera. - No puedo vivir sin molestarlo, es más fuerte que yo. - pienso al desviar la mirada a su cabello, siempre tan radiante y bien peinado. - ¡Que pijo es! - refunfuñé entre risas mientras detenía mis pasos y me coloco delante suyo, sonriendo a través de un halo travieso.

Era bastante más pequeña que el Slytherin, aunque no me afectaba su altura para las maldades. - mmmm, creo que... debo... - rompo el silencio al ponerme de puntillas sin quitar la mirada de sus ojos, conectando desde el azul que compartíamos los dos, pensando que se esperaba un beso de mi parte. - No sé... tal vez... - continúo cada vez más cerca, a nada de sus labios y cuando justo estaba a punto de recibir mi "supuesto beso", revuelvo su cabello con ganas. 

- Ups... - abro mi boca mientras la cubro con mi mano. - He tocado tu cabello. ¡Qué horror! - simulo preocupación mientras camino hacia atrás, atenta a lo que pueda hacer. - Sin varita, lo sabes. - aclaro por las dudas, su maldad no tiene límites.  - Dijiste que no peleas, así que te lo aguantas. Es el precio de haber prometido algo. - lo pico y al sacarle la lengua, me preparo para lo peor. De alguna forma se vengaría y luego volvería hacerlo yo, era algo de nunca acabar hasta que terminábamos a los besos. 

Asiento a Artemis. -Llámame Lavi, no hay drama con eso. – sonrío. Continúo hablando respecto al tema que me comenta. -Tengo una ligera idea, supongo que se encargan de defender los derechos de los elfos domésticos, tan maltratados por algunas familias. Presto atención al resto de detalles. – Ahá. Entonces tienes que averiguar quién es el dueño… - frunzo el ceño ante su propuesta. -No creo que ir a la cocina sea una buena idea, merodear por allí no está permitido y si el conserje o algún profesor nos pilla pueden descontarnos puntos para nuestras casas. Si, si Lavinia, recuerda eres una Slytherin, romper reglas es lo tuyo. -No quiero más problemas. – le digo a Artemis un poco resignada. -Anoche ya hice bastante destrozo en mi sala común, es por ello que Ladien se quiso vengar de mi. Él se estuvo metiendo conmigo y conjuré un tragababosas contra él. De ahí que Agnes nos mandara ir al bosque oscuro para buscar unas hierbas que lo ayudaran. Y el resto… ya sabes como terminó.

Tim observó con curiosidad todos los acontecimientos. El hechizo de convertirse en agua había sido una sorpresa, aunque no creía que pudiera superar la transformación de Artemis. Sin embargo, en vez de alabar a los buenos magos, sus compañeros parecían más dispuestos a tirarse los trastos a la cabeza y luchar entre ellos.

Ladien había empeorado su carácter con respecto al año anterior. Eso podría ser un problema enorme para los planes que tenían pendientes los alumnos de ese año. No le importaba demasiado, simplemente le evitaría como había hecho durante casi todo el año anterior hasta los "sucesos". Empero, su comportamiento parecía afectar negativamente a la gente que le rodeaba y eso podría ser peligroso. Tendría que vigilar con más atención todo eso.

Cuando vio el desplante que hicieron a Artemis, completamente innecesario, el joven Downsend estuvo tentado de ir a hablar con él. Pero no podía hacerlo en ese momento. Para él aún era un desconocido y, a pesar de todo lo sucedido, aún seguía siendo demasiado apocado.

"Quizá la próxima" pensó mientras recogía el libro y se dirigía hacia afuera saludando a su compañera de casa.

¿Qué tan grave se encuentra? Sé que Troy me ha dicho que no me meta, pero si puedo ayudar con algo, me gustaría hacerlo aunque sea desde lejos. - digo cabizbajo.

En lo sucesivo creo que me mantendré lejos de esos tres a menos que me den un motivo para hablar con ellos. Bueno, si no podemos ir a la cocina, ¿Dónde crees que pueda encontrar alguna pista sobre el sindicato élfico? - pregunto más animado.

En verdad me gustaría unirme, pues no soporto a quienes maltratan a otros. 

Juntos, anduvimos rápido por aquellos pasillos, casi corriendo de la mano. No podía aguantarme la risa, me estaba resultado muy gracioso todo. Ver a la Gryffindor tan ansiosa, como ella misma sabía, tironeando de mí para que avanzara, me provocaba una sensación muy entrañable.

No podía desviar la mirada de Maren mientras corríamos. Estaba claro que esa chica era especial, conseguía despertar en mí sensaciones que nadie más era capaz. Con ella era casi otra persona. Meditaba todo esto mientras notaba su mirada y su preciosa sonrisa cada vez que giraba la cabeza para mirarme y solo podía responderle con una sonrisa llena de amor.

Nos paramos una vez ya estábamos lejos del resto y quedamos uno frente al otro - Pfff, ¿horas? ¿Tanto? - refunfuñé para picarla. Era nuestro pan de cada día, así habíamos empezado y probablemente así seguiríamos para siempre - ¡Tonta! - La leona despertaba en mí un cariño inmeso. No podía pensar mal sobre ella, ni evitar sonreír ante todo lo que estuviera relacionado consigo. Me eché a reír fuertemente y le di un toque en la nariz suavemente con mi dedo para hacer evidente de que se trataba de una broma.

Al fin estábamos teniendo tiempo para disfrutarlo juntos, los dos solos y solo para nosotros. Me quedé parado mirándola fijamente a los ojos después de aquel gesto que había tenido con ella y me preparé para recibir un beso. Cada vez la tenía más y más cerca. Sonreí por la ilusión que me provocaba estar así con ella y cerré los ojos para disfrutar de aquel beso en su plenitud, pero nunca llegó - ¡Capulla! - exclamé boquiabierto por lo que había hecho. Me había dejado el pelo como un estropajo - ¡Joder! Como odio que me hagan esto - pero no me podía enfadar con ella, no por nuestra promesa, sino porque simplemente, no me salía. Agarré la varita con cara de enfadado para apuntar contra Maren cuando me cortó de repente - Joo, aburrida... - pensé bajándola lentamente - ¿Sin peleas? - pregunté aguantando el tono serio. Estaba de broma, pero no quería que se diera cuenta. Caminé hacia ella para recuperar los pasos que había dado - Entonces no podré hacerte esto - La amenacé levantando la varita de nuevo, sin embargo, la guardé tan rápido como pude para empezarle a hacer cosquillas. Me recordaba a aquella vez en el Muffliatto, cuando utilicé el rictusempra para devolverle su pulla - Pide perdón o no paro - Quería tirarla al suelo de la risa. Me lo estaba pasando muy bien en ese momento, no podía dejar de reír y no pararía hasta que contestara.

Sus dedos apretando mi nariz logran que frunza mi ceño entre risas. - Novio malo. - respondo ante sus palabras que denotaban resignación al decir que íbamos a estar horas juntos, bajo una fingida disconformidad. Sin embargo, tras la maldad que le había realizado y su reacción, no pude evitar morir de la risa porque disfruté cada segundo de ilusión al creer que estaba por besar sus labios. 

Sólo que al conocerlo bastante, sabía que no se quedaría quieto, su cabello era tan preciado como la varita y tomaría represalias. Era un Slytherin y no podía esperar menos de él, además su rostro cuando se ofendía me mataba de amor, no podía evitarlo. - Te provocaré cada minuto de mi vida, con tal de ver tu cara así una vez más. - pensé mientras comenzaba con la serie de amenazas al acercarse. 

- Sin peleas. - asiento tras decir aquella frase, ansiosa por lo que pueda hacerme y sin desviar la mirada, busco interpretar sus intenciones. - Veamos cual será tu ataque culebrilla. - musito en silencio, agazapada como leona al acecho. Salvo que niego cuando alza nuevamente la varita, mientras dejo entrever una maliciosa sonrisa, disfrutando de una victoria que ni siquiera era mía. 

Hasta que mi mundo se derrumbó, odiaba las cosquillas profundamente, todo aquel que fuera capaz de someterme a ello se merecía lo peor y mucho más porque era reír hasta desfallecer. - jajajaajajaja ¿yoooo pedirte perdón? jajajajaja ¡Ni Loca! jajajajaajajaja. - era imposible hablar cuando me avasallaba por los costados de mi cintura con sus manos. - jajaja no seas malo culebrilla, eso es jajajajaja, jugar sucio. jajajaja-  continuaba buscando la forma de liberarme, era imposible al ser más alto que yo. 

Tras unos segundos que parecieron eternos, estaba agonizando y me dolía la barriga de tanto reírme, finalmente caigo al suelo para zafarme de él. Totalmente fallido, más a su merced quedaba mientras sentía como sus manos se escurrían por mis costados al moverme tanto, mostrando en parte lo blanca que era de piel y el borde de la falda. - jajajaja no puedo más... jajajaja- confieso a sabiendas de que quería un perdón que me negaba a darle. -¿Quien lo soportaba después? Ni en sueños, me picaría con ello todo el día. - jajajaja No vale tocar debajo de la camisa, son más fuertes. jajajaja Te odio. jajajaja. - expreso sin existir un sentimiento real en esa afirmación, eran las cosquillas que no me dejaban hacer nada. 

Hasta que la agonía gobernó mis sentidos, ya me encontraba despeinada y la camisa fuera de la falda. Por suerte tenía medias negras, así que no se vería nada si intentaba escabullirme o patalear vestida así. Agotada y adolorida por la risa, no me queda más opción que hacer lo propio. -Perdón, perdón... - puff, había costado. - pero lo tuve que decir. Ahora acostada en el suelo, despeinada y con el Slytherin abordándome, espero a que termine mi castigo. -Jodido, tendré que usar la varita la próxima vez. -medito mis futuras maldades mientras esbozo una sonrisa fingida de "Lo siento". 

Suspiro quedamente. -Agnes está bien, no sufrió daños físicos, el daño es más bien psicológico. Se ha quedado sin su varita. ¿Comprendes el drama que eso supone para una bruja en su penúltimo curso? – niego con la cabeza. -Troy parece ajeno a los problemas de su familia. Si mi hermana estuviera así de fastidiada…

A las palabras de después comento. -Solo hay un lugar en todo Hogwarts para buscar pistas. – digo sonriendo en un tono enigmático. -La biblioteca. – sonrío más a Artemis. -Vayamos a investigar, la bibliotecaria nos dejara sacar el libro que necesitemos y después podemos ir al lago.