Gracias Marty. - digo mientras me quito la bufanda y la coloco sobre los ojos de Natasha.

Con dificultad empiezo a andar hasta la parte de atrás del despacho de la directora.

Adrien, somos Artemis y Marty, hemos venido a ayudarte, Maren nos pidió que te sacaramos de aquí. - digo mientras busco a Adrien por el despacho.

Yo no me fío en absoluto y me quedo en guardia mientras Arty busca a nuestro amigo. Ya llevábamos suficientes ataques y sustos como para confiarnos.

No quitaba ojo de la puerta por la que habíamos entrado, que igual que escuchamos nosotros los gritos, alguien pudo escuchar nuestro estruendo.

Espero que Adrien aparezca y nos podamos ir de aquí. Podríamos avisar de nuestra enemiga congelada, para ver qué hacer con ella. Espero que dure el efecto del hechizo.

Artemis se introducía poco a poco en aquel despacho, que bien parecía el despacho de una pitonisa, con su bola de cristal y su tapete con sus cartas para barajar...

Unos velones de terciopelo segmentaban la zona central de las salas laterales, como secretos a quien entrase, pero Artemis debía de revisar todo. Y trás alzar la cortina que tapaba la sala de la izquierda, bajo el ventanal, tendido sobre el divan... a la sombra de un jarrón lleno de lavanda que llenaba la sala de aquel particular olor... allí estaba Adrien, demacrado, como dormido.

Acomodado sobre un cojín, y tapado por una sabana como si aquel diván fuese una cama más del lugar... Adrien no respondía a las palabras de Artemis, pero en su cuello aún se atisbaba el latido de sus venas que luchaban mientras el dolor se hacía dueño de su historia.

Artemis entraba en el despacho, mientras Marty esperaba en el hall de las escaleras, supervisando aquel hechizo... esperando que siguiera el efecto hasta que Artemis saliera junto con Adrien y pudiera escapar de aquel lugar.

Los ojos del chico miraban a Marty y luego a la pelirroja; y la chica no podía para de esgrimir odio con sus ojos... deseando tener control de sus manos para pagar aquella acción.

Miraba una y otra vez a la hechizada. No podía creerme lo bien que me había salido el hechizo, y mucho menos en el momento oportuno. Pero el miedo de que algo o alguien lo terminase seguía ahí.

Si esa arpía se libera, se nos come con patatas. Mejor largarse cuanto antes. Corre, Artemis... Apúrate con Adrien y vámonos de aquí -le apremiaba con mis pensamientos.

Si podíamos bajar sin problema, pensaba dar aviso a la directora de lo que estaba pasando cuando subimos, y que se haga cargo de Natasha. Está claro que era víctima de algún conjuro malvado que la enloqueció, o algo así.

¡Marty, ven por favor! ¡Necesito tu ayuda! ¡Ya encontré lo que vinimos a buscar! - grito mientras intento despertar a Adrien.

Vamos Adrien, despierta, no puedes quedarte así y menos ahora que los mortífagos están en el castillo. - pienso al tiempo que trato de hacer que Adrien se incorpore.

El grito de Arty me saca de mi ensimismamiento, y casi me provoca un infarto. Jadeando del susto, me giro hacia donde proviene la voz, y allí me dirijo. Sonaba urgente y necesitada, así que me olvido de la arpía congelada. Si logra moverse, ya le atizaré con algo.

Ahora voy a donde está Artemis, corriendo.

Abandonando el hall... Marty se introdujo en el despacho de la Directora, aquella zona que tantos evitaban y que ahora se abría a sus ojos, como una pequeña consulta de una lectora del futuro de una vieja feria con su bola de cristal sobre el tapete y sus cartas dispuestas para formular preguntas a las musas del azar.

Una zona demasiado pequeña para el despacho de una directora, franqueada por dos grandes telones rojos que parecía septar la zona como dos grandes muros, como queriendo ocultar todo aquello que hubiera detrás... Marty seguía avanzando guiada por la voz de Artemis cuando destapó uno de los telones, y al pasar bajo el dió con un gran ventanal... que dejaba a la vista la noche intensa, y bajo la luz de la luna, iluminaba un viejo divan bien acomododo, sobre el que descansaba Adrien sin consciencia, y frente a él Artemis intentando alentarlo a alzarse, a la vez que un florero lleno de lavanda inundaba la sala con su aroma.

Adrien no reaccionaba, estaba muy delgado, y un su rostro compungido se denotaba el dolor bajo sus grandes ojeras...  Adrien no se iba a despertar.

Marty, necesito que me ayudes a sacarlo de aquí, voy a cubrir su rostro con la túnica para que no lo reconozcan. - digo mientras paso mi brazo por debajo del hombro de Adrien.

Entre los dos podemos sacarlo de aquí y llevarlo hacia la enfermería, se lo prometí a Maren. - agrego al tiempo que recargo el cuerpo de Adrien contra mi hombro.

Veo a Adrien tan mal que no puedo dejar de angustiarme por él. Quizás todo esto le pase más factura de la esperada, pero ojalá no sea irreversible.

-¡Vamos! -le digo sin más a Artemis, sujetando a nuestro amigo por el otro hombro y cargándolo contra mí en la medida de lo posible. 

Agradecía que al menos todo fuese en descenso ahora, y sería mucho más fácil bajarlo de la torre que si hubiera sido al contrario. Hasta la enfermería nos quedaba aún un buen trecho, pero quizás nos encontrásemos más ayuda por el camino. Se me ocurrió usar el hechizo de levitación, pero aún no lo tenía dominado y no quería que Adrien pudiese resultar aún más dañado.

Miré de reojo a la arpía congelada antes de salir, que nos observaba escupiéndonos veneno con la mirada. Le saqué la lengua con rabia y alcé mi dedo medio de la mano de modo burlón, conteniéndome de todo lo malo que podría intentar hacerle, y nos llevamos a Adrien a la enfermería.

De ella daríamos cuentas más tarde.

Vuestros pasos, empezaban a escurrirse por las escaleras del recibidor que daba a la puerta del despacho de la directora, cuando un pequeño terremoto os hizo caer...

Aguantasteis el tipo, y el cuerpo de Adrien, pero en la sacudida no fuisteis los únicos en sentir el efecto... Y aquellos que permanecían parados en el descanso de la escalera, caían de su postura... Natasha relamía sus dientes con saña, mientras buscaba su varita y Lex se incorporaba de rodillas y sólo alcanzó a gritaros antes de que todo se iniciara otra vez.- ¡¡¡ CORRED !!!

El temblor me hizo perder el equilibrio, pero intenté resistir en lo posible sin soltar a Adrien. No dio mucho más tiempo, giré mi cabeza y ya ví a la rata traidora buscando su varita para atacarnos.

-¡Hay que hacer algo o nos matará!

Me giré y la apunté con la mía en un último esfuerzo a lo lejos de volver a congelarla, y conjuré otro Inmovilus totalus apuntando hacia ella.

Mis palabras resonaron en entre las piedras de Howgarts como un ladrido enfurecido.

Mientras nos preparabamos para huir, Natasha se libera del encantamiento de Marty, gracias a la terrible sacudida de la torre.

Marty corre voy a ganar tiempo. Si logro salir vivo de aquí los veré en dónde ya tu sabes. Buena suerte. - digo mientras apunto mi varita hacia Natasha. - Si no lo logro, dile a Maren que no hay rencores y a Lavi, que me gusta.

Incarceron. - digo mientras intento lograr ese poderoso conjuro que había visto usar tantas veces a mi padre, desafortunadamente resulto un fiasco.

Marty enarboló su varita y sin dudar, con la valentía esperada de una Gryffindor esperaba volver a usar ese efecto sobre aquella mujer con la misma eficacia... al igual que la primera vez, de la varita de Marty, salió un eco sordo que tras traspasar a Natasha la dejo quieta... aunque esta apretaba sus músculos y esperaba poder lanzar su maleficio a tiempo.

Los labios de la pelirroja dijeron de una vez.- Melefors... - Y lanzó su destello anaranjado sobre el rostro de Marty. Tras una nube espesa que broto al impactar el hechizo, la cabeza de Marty se había introducido dentro de una calabaza cerrada.

Artemis intentó entonces lanzar una respuesta pero aquel aspecto de Marty le dejó confundido, en conjunto a la dificultad del hechizo nada ocurrió después... sólo palabras.

Lex miro a su hermana y lanzó con furia y ahínco un hechizo que su propia rabia desencajo y le hizo estallar con el mismo... Y sin esperarlo desde su experiencia veía como su cuerpo se empezaba a jundir en uno con el suelo, imposibilitando su movimiento.

De pronto, todo en el despacho de la directora se volvió un caos, mi hechizo un fiasco total, Lex maldiciendose así mismo y Marty con su cabeza dentro de una calabaza.

Estaba confundido, pero el tiempo era crucial, por lo que tras un par de segundos, finalmente logré recordar las palabras de mi padre y mi abuelo, "en una situación de riesgo, neutraliza primero la amenaza y luego auxilia a los heridos, sino corres el riesgo de convertirte en un herido más".

Con esas palabras en mente, decidí aprovechar que Natasha estaba paralizada para arrebatarle su varita y guardarla en mi túnica, luego me giré hacia Marty y sin mayor dilación apunté mi varita y dije: - Finite.

Todo se volvió oscuro a mi alrededor, y húmedo. Me llevé las manos a la cabeza, asustada, sin saber qué había pasado, y noté que algo me la rodeaba. Algo que me ahogaba y se me metía en la boca.. era comestible, eso sí.. ¿Calabaza? Pero la sensación de no ver era terrible. Escuchaba ruidos sordos amortiguados por mi muevo casco vegetal, y no sabía qué estaba pasando.

Mi agobio iba en aumento, y un conjuro gritado por Arty fue lo único que pude entender.

Despacho de Katelynn Swann

Los pasos corrían por los pasillos, y sin hacer caso al cansancio y guiados por la furia de la mirada de Maren, llegaron pronto al recibidor del pasillo que llegaba hasta la zona del despacho de la Directora, parecía que Maren se supiera bien su situación... Pero no había tiempo para preguntar o al menos para responder.

Maren, llegaba junto a Austin y Marcus exhaustos a aquel pasillo, donde sus ojos se encontraros con una escena un tanto desconcertante... era tiempo de reaccionar y seguir adelante.

En una esquina apoyado contra la pared, descansaba el cuerpo de Adrien, su cara pálida y con grandes ojeras demostraban un cansancio y extenuación límites... su pecho se alzaba... lento... de vez en cuando...

A un lado, cercano a el Artemis, apuntaba con una varita a un cuerpo de chica que mantenía su cabeza encerrada en una calabaza. Pero la llegada de los compañeros parecía sacar de su concentración a Artemis, el cuál apenas recitó bien el hechizo, y por tanto no tuvo éxito.

Unos pasos más lejanos, estaba aquella chica pelirroja, Nathasa, la hermana de Marcus... con los ojos llenos de furia, parecía paralizada, aunque sus piernas y manos comenzaban a temblar... Y a escasos metros, el otro hermano de Marcus, sus piernas se fundían con el suelo, y se esforzaba por no acabar derretido entero, mientras miraba con sorpresa la llegada de su hermano y gritaba.- ¡¡¡ VETE MARCUS !!!... - Iba a seguir instando a su hermano pero necesitaba las fuerzas para contrarestar aquella maldición...

Que bueno que llegaron chicos, salgamos rápido de aquí y si alguien puede retirar la cabeza de Marty del interior de esa calabaza, por favor hágalo. - digo mientras me dirijo hacia Adrien con la intención de sacarlo de la habitación.

¡Vamos chicos! El tiempo apremia, Natasha no va a tardar en liberarse y les aseguro que no quieren estar aquí cuando eso pase. - los urjo a los demás, sabiendo de antemano que no gozaba por completo de su simpatía, pero esperaba que Maren me secundara, después de todo estaba aquí porque ella me lo pidió.