Partida Rol por web

Lo habitual habría sido desmembrar al que me atacara y cuando lo tuviera bien cansado, empalarlo con la estaca. Sin embargo y puesto que ninguno de aquellos idiotas había saltado directamente a por mí. Traté de acercarme a alguno de ellos por un flanco descubierto con la intención de lanzarle una estocada con la punta de madera directa al corazón.

Cuando hubiera cazado a uno ya estaría listo para entrar en modo destrucción total. Pero el trabajo siempre es lo primero. Por algo los alemanes habíamos conseguido levantar un imperio. Rigor y luego diversión.

El cuerpo del hombre previamente apuñalado por Bree, a la izquierda de la formación, se tensa y vuelve rígido ante el ágil y subrepticio movimiento de la muñeca y hombros de Andreas, quien, tras un borrón de movimiento, puede ser visto conectado al corazón del hombre a través de una estaca. El hombre cae, quedando fuera de combate.

El anciano Jarek abrió los ojos hasta el punto de que parecía que se le iban a salir de las órbitas. Señalando como un maníaco a ambos flancos, donde no había nadie, grito: 

—¡Nos rodean!

El enemigo en frente mío cayó con sorprendente facilidad, sin embargo los gritos de alarma de Jarek me llamaron en seguida la atención y mi mirada volteó a ambos lados.

- Flanco este señorita Crox, el oeste es mío.

Claro y conciso, acababa de quitarle de encima su oponente así que esperaba que siguiera mis indicaciones con tal de mantener al viejo con vida.

Saqué un segundo cuchillo de mi cinturón, este era mucho más fino y puntiagudo que el primero.

Tocaba ocuparse del flanco oeste hacia donde miraba espantado el tremere invalido.

Jarek anunció el flanqueo, lo cual llevó a Andreas y Bree a ponerse en guardia y alerta. Victoria, la guardaespaldas de Jean Luc, aprovechó su posición en el Mercedes para rematar al hombre del hacha. Tras mover violentamente sus hombros, y agarrándose del techo del auto para tener mejor palanca, hizo un violento movimiento descendiente con su brazo al pecho del gigante, ahora inerte y con un cuchillo en el corazón.

Detrás de la barricada de autos están Eugene, Jean Luc, Andreas, y Bree, con un último Huérfano a la derecha. Detrás, está el camión donde Angie y Lía se cubren, y detrás de este, el sedán de Bree con Jarek dentro.

La asistente del Señorito Eugene Aelker saltó del auto y se puso al lado de Andreas, atenta al ataque por los flancos. De estos, salen dos Huérfanos, vestidos de negro y delgados, con caras demacradas, y atacan a los peleadores en los flancos que han tenido una actuación más estelar. El Ghoul de Eugene dispara y falla, mientras que el atacante de Bree conecta un golpe en su brazo con una espada de apariencia sanguinaria. El segundo Rojo, que cargó contra Andreas, dio una estocada con buena técnica, pero no pudo ni atravesar la piel del casualmente vestido Ventrue.

El hombre que acababa de atacar a Bree, sin embargo, fue capturado y constreñido por un cilindro centelleante de lo que parecía ser agua. Quienes tienen tiempo para darse cuenta, ven a Dana haciendo gestos con las manos, sus cejas hundidas en concentración. El otro ghoul en el frente, toma una desesperada acción todo-o-nada contra Jean. Su estocada fue dirigida con tal fuerza que ni la condición vampírica ni la armadura pudieron hacer nada al respecto, y dejando al Brujah tumbado sobre un charco de sangre.

Demasiadas cosas, demasiado rápido. De tener palomitas de maíz me hubiera quedado en el auto un rato más, pero la llegada inesperada de más salvajes demandaba presencia. Salgo del auto y me dirijo a paso calmado hacia la batalla. Jean caía frente a mí como un gran saco de patatas y el portador del arma que abatió al grandote parecía un simple humano.

-Vampiros...- le digo en perfecto ruso- Ya no los hacen como antes, no?

>>Ahora... alejate de él- Junto con la frase utilizo una parafernaría sobrenatural bastante útil en batalla esperando alejarlo.

El vampiro comienza a huir, momento en el cual el aire alrededor de Bree explota con una presión que no se experimenta pero se siente en el aire, y sale a la caza del cobarde, clavando su cuchillo hasta la mitad en el torso del vampiro en un movimiento ascendiente hacia la derecha, para rematar con otra explosión de velocidad y rematarlo con un movimiento descendiente hacia la izquierda. La X de la herida brilla en el aire y se quema en las retinas de los espectadores mientras el resto de su cuerpo se convierte en cenizas y es soplado por el viento.

El hombre en el cilindro de agua de Dana sigue atrapado, mientras que el último, quien había intentado atacar a Andreas, explota al igual que Bree, intentando apuñalar a Andreas con una doble estocada de su espada. Andreas seguía ileso, su ropa la única víctima.

¡Segunda Ronda!

Jean Luc está incapacitado. Turno de Eugene. Queda el hombre que intentó atacar a Andreas. Hay otro estacado y uno atrapado en agua por Dana.

Me perdí, quien queda?

No había mucho que pensar en aquel momento, todos cumplían su papel a la perfección, ahora las cosas eran simples y el instinto de proteger a su hermano, su propia sangre, brillaba más que cuando decidió meterse de lleno en el combate para ayudar a otro Ventrue.

Sus movimientos eran rápidos y el bastardo se movía casi tan rápido como Bree, una de aquellas monstruocidades que parecían disfrutar la violencia. Cierra un ojo y alza el arma apuntando para soltar un único tiro hacia quien ataca a su hermano.

Noté el frío filo de un arma seccionar la superficie de mi brazo derecho, apreté los ojos con fuerza y no pude evitar que en un acto reflejo fuese mi arma la que se precipitase al suelo fatidicamente. Me volteé y observé con rabia el demacrado rostro de aquel tipo que, ahora, se encontraba en una especie de tubo cristalino, con un líquido casi transparente dando vueltas a su alrededor.

Parecía que el imbécil estaba atrapado, alguno de mis compañeros lo había hecho, pero yo no iba a quedarme ahí, sin más.

─¡Hijo de puta! ─apreté los dientes con fuerza, noté la sangre fluir vertiginosamente hacia el punto donde emergía el dolor─ ¡¡No matéis a este cabrón, lo dejaremos para después!! ─grité a mis compañeros, esperaba que todos me escuchasen─.

─Necesitamos información, y matar a todos sería un error estúpido. Podríamos saber con un buen interrogatorio quienes les mandaban, si eran independientes, si había más emboscadas preparadas... ─pensé─

Pero ahora había que dejarle indefenso. Primero una patada contundente a través de aquel extraño líquido. Para distraer su atención, y después agarrar su brazo, estrujarlo hasta casi partírselo, y a continuación arrebatarle su espada... o lo que fuese esa mierda afilada.

El disparo de Eugene roza el cuerpo del atacante de su hermano, generando un rasguño útil, pero no decisivo.

"Lo tengo atrapado," grita Dana, entre gestos. "No podrás atravesar el agua, tampoco. ¡Concéntrate en el otro, Bree!"

En ese momento, Eric carga contra el único vampiro aún libre, aprovechando que está ocupado con Andreas y azuzado por Eugene. La tercer rueda del conflicto filial entra con una espada, pero su efecto es nulo. "Joder," grita. "¡Atrapa a este también, Dana!"

Jarek, testigo desde la retaguardia, se dirigió a las chicas que servían a Jean Luc. 

—¡¿A qué esperan?! ¡Saquen a su maestro del frente! —gritó, acompañando la orden de un aleteo nervioso de la mano indicándolas que se acercaran. ¿Acaso anulaba el yugo de la sangre toda forma de iniciativa?

Ante la imposibilidad de poder retirar el arma al individuo que se encontraba en aquella prisión líquida, quedé paralizada durante un segundo. ¿Qué era aquello? Entonces lo entendí, Darla tenía a aquel tipo bajo constricción y debía centrarme en otro objetivo.

Eché un vistazo rápido alrededor, y no había muchas más opciones aparte de tumbar al tipo que se dirigía de forma amenazante hacia Andreas.

Tomé carrerilla y me dirigí velozmente hacia él, con ambas manos por delante, y en la derecha firmemente agarrada; mi arma.

La advertencia de Dana hizo que Bree perdiera un paso, y retrasara su reacción. Rápidamente, sin embargo, cambió de objetivo y replanteó su teoría, concentrándose en tumbar al último huérfano en posar una amenaza. El hombre cayó, a la merced de los Aelker y el agresivo Tremere, cuya valentía física salía de lo usual dentro de su clan.

Con una cínica sonrisa dibujada en los labios caigo sobre mi rival, el cuchillo largo y afilado se lanza punzante hacia sus entrañas y el ancho empieza a propinar cortes centelleantes dejando que la sangre me salpique la cara para terminar levantándome con una blanca y reluciente sonrisa.

Las puñaladas apuradas y feroces de Andreas no dieron perfectamente en el blanco al principio, pero la segunda lo debilitó, la cuarta penetró la piel y golpeó un órgano vital, y la última acabó con su vida. Todos se encuentran en sus respectivos lugares, con un enemigo empalado y otro en una conveniente prisión de agua.

La situación permite curación de las heridas e interrogación de los prisioneros.

Pelea terminada. Se rompe la iniciativa.

-Y tu!! No causaras mucho prob...-El vampiro se desplomaba encontrando la muerte definitiva antes de que sentencie la frase -Oh... Una lástima.

Dirijo mi atención hacia Jean que yacía tirado en el suelo. No mucho tiempo, pero quien sabe? podría ser suficiente.

-Antes que demos inicio al interrotario. sería conveniente alimentar a Luc para reanimarlo. Podríamos utilizar al vástago empalado, que ya no va a ofrecer ningún tipo de resistencia, y darle muerte definitiva antes que se complete el proceso de Diablerie.

>>Necesitamos despejar la ruta antes que lleguen civiles, probablemente desviarnos del camino para el interrogatorio.