Partida Rol por web

Mi hermano no se estaba comportando como esperaba, todo aquel parloteo de ciudades y transportes se me hacía algo denso, quizás se estuviera tomando un tiempo para reconocer a nuestros compañeros antes de poner sus cartas sobre la mesa. Lo miré de reojo y al ver que no parecía hacer ademán de querer intervenir me fijé en Darla.

- Quizás ya lo hayas contemplado, pero tener un método seguro de hacer transferencias y asegurarnos tener disponible dinero sería algo más que deseable.

y girándome ahora hacia Jean Luc.

- ¿Y cómo pensáis pasar las armas? No se si habéis utilizado alguna vez arsenal soviético, pero yo preferiría no usar nunca más esos petardos de feria defectuosos.

No dudaba de poder pasar armamento militar con nosotros, pero si varios planeabamos lo mismo quizás sería mejor llegar a un acuerdo al respecto.

Lo del castillo que dijo el Doctor Straad me pareció muy inapropiado: meternos en la guarida de un demonio en su territorio y ayudarle en sus rendijas personales me parecía una verdadera locura. Sin embargo no dije nada, ese era un tema exclusivamente político y lo trataría mi hermano en todo caso. Yo me limitaría a la logistica.

- Iré con el grupo de Darla y el convoy de abastecimiento.

Aun que se me hacía mucho más apetecible la idea de infiltrarse con los desarrapados, alguien tenía que cuidar de que nuestros preciados activos llegaran sin altibajos, además así me aseguraba de que el arsenal adecuado formaría parte del paquete.

─Pues si el doctor, éste, ─señaló con un leve gesto de mentón a Jarek─ no tiene nada más que objetar, lo mejor que podemos hacer es unirnos a su convoy usando nuestro vehículo. Se trata de una furgoneta de tamaño medio, adaptada a las necesidades físicas del doctor, así que no habrá problema en transportarlo.

Si era totalmente sincera... me daba lo mismo llegar un día antes, dos, o tres. Lo que me importaba era llegar, y dada mi ausencia de sentido para leer los mapas y trazar rutas pues probablemente la opción del viejo fuese más oportuna para la situación.

─Y sí, personalmente preferiría dedicar esta noche a preparativos, y partir la siguiente.

Respecto al precipitado plan de captura de aquel castillo que podríamos usar como refugio, ni opiné. Me era completamente indiferente.

Sonrio simpática -Eso va a ser dificil, el convoy sale esta noche y yo parto mañana a primera hora-Murdo apenas el labio inferior de manera seductora -Y sería excelente contar con un poco de fuerza y estrategia que me acompañe- Acaricio uno de los brazos musculosos de Andreas -Vendrás conmigo a protegerme en tan peligroso camino? -Es más una sugerencia que una pregunta.

Sacando pecho y en tono altivo respondo a Darla.

- Por supuesto.

No dudé de la decisión ni un segundo: quedaba bien con la chica, con el clan, y de paso me olvidaba de todo el rollo burocrático para pasar mi instrumental al otro lado.

- Tu te encargas de que no revisen nuestros vehículos y yo que nadie rasguñe esa preciosa piel.

Grupos hasta ahora:

Primera noche:
Equipo Carisma: Straad, Vladimir, Dominik

Segunda noche:
Equipo Mean Girls: Los Aelker, Bree, Darla, Jarek.

Faltan Jean Luc (por tus horarios te conviene unirte a las chicas pesadas), y los Tremere.

—Será un placer mantener esa conversación, señorita Darla. Espero que me provea de las referencias bibliográficas apropiadas... —y después, dirigiéndose a los miembros del otro grupo, les advirtió— Ustedes, caballeros, partan ahora, y se encontrarán con que tras cubrir una escasa distancia no hallen refugio alguno. Haganlo mañana, y puede que alcancen Berlín antes de que amanezca. Por Caín, sean sensatos... —después, ya murmurando para sí, continuó— Ni siquiera me parece adecuado hacerlo mañana. ¿Acaso no tenemos toda la eternidad para cumplir esta misión?

-Lo siento Jarek, una eternidad para reinar. Pero no creo con que contemos con más de un año sin relacionarnos en Europa del este -Lo digo levantando el pasaporte -así mismo, esperar información desde este lado sería inútil. Nadie la tiene, por eso vamos nosotros.

Eran esos los momento en las que me convertía en un tiburón, la ansiedad de expandirme en nuevas aguas donde comer. Quería explorarlas y tener fuertes conquistas antes que cualquiera de mis competidores de otras sectas. Ser un foco de poder donde la camarilla pueda apoyarse

-Además -Sonrio y le guiño el ojo a Adreas -Porque hacer esperar la diversión?

Tomo mis cosas y me dispongo a retirarme.

-Los veo mañana a media noche en la Estación central- Me despido cordialmente.

Luego de escuchar atentamente, Erik intercambió miradas con su compañera. Ya imaginaba lo que ella diría, pero quería ser conciso y mostrar algo de iniciativa para variar, así que al final se decidió a ser él quien hablase.

"Gorski tiene razón, no hay apuro." Dijo mientras le dedicaba una mirada al más anciano en apariencia, una rápida, reconociéndolo. Tras eso, pasó la vista por los demás, sacando tarjetas de contacto y poniéndolas en la mesa.

"Ya hemos hecho los preparativos sin embargo. Pensabamos ir mañana, habiendo asegurado la ruta y la llegada. Si alguien quiere sumarse, es bienvenido siempre que avise antes de las seis de la tarde, para tener todo en regla." Añadió Erik mientras se ponía de pie. Miró a Dana de reojo.

"Partiré con ud Vladimirovich parece ser que no le gusta perder el tiempo..."
 

Por mi parte prefería cruzar solo, llamando menos la atención, ya había dispuesto ciertas cosas desde que supe de lo que se trataba el asunto. Muchos me tomarían por un mastodonte de músculos sin cabeza, pero era su problema.

Está bien si se me permite me uniré al grupo de los caballeros Aelker, las damas Bree y Darla junto con el Señor Jarek. Dije. Aquí les dejo un número de teléfono seguro. Puse en la mesa varias tarjetas. En cuanto estén en Berlin nos pondremos a la tarea. Acabe por decir. Estaba aburrido de tanto hablar, planear, siempre que asistía a algo así, nunca se acababa de hacer bien las cosas, por lo que me uniría a todos en Berlin. Tenía mis tareas que atender antes que nada.

Me levante puse las gafas de Sol y me encamine a la salida.

"¿Disculpe, Mr. Zarovich?", digo en un tono ligeramente molesto, "No conozco a ningún Vladimirovich. Yo soy Korsakov. Dimitri Korsakov."