Partida Rol por web

El viaje avanzaba mientras Kevan intentaba no perder la concentración ante posible emboscadas. Sin embargo, procuraba sacar algo de tiempo para conversar con la anciana Koya y asegurarse de su bienestar.

Otro día mas aprendiendo los complicados metodos de manejo de los carros,otro día mas de charla banal con los enanos que cada día le caían mejor, igual que Kevan. Incluso le hacía gracia el serio y enmascarado Drombar. Debbe se había abierto más durante el viaje con sus compañeros hasta el punto que aquella noche su caracter infantil le había dominado y había echado polvo de bayas picantes enla máscara de Drommbar. La pícaro había entrado sigilosamente en la caravana y había espolvoreado la sustancia.Al día siguiente el enano iba a pasarse un buen rato estornudando 

Drommbar se había pasado la mañana enfurruñado, entre estornudo y estornudo. Tenía la barba pelirroja erizada como un alfiletero, y no se había puesto la máscara en todo el día desde que se la quitó poco después de desayunar.

- ¡Maldita sea! ¿Qué demonios comí anoche? -gruñó-. Debo tener alguna a... a... aler...

Lo siguiente fue un estornudo enano, lo cual no es ninguna broma. Todo el vagón de la caravana se zarandeó y los ejes de las ruedas crujieron de forma amenazadora, mientras la armadura de Drommbar tintineaba como un racimo de cascabeles.

- ¡Gwaaaargh! -Drommbar cogió una de sus pequeñas hachas arrojadizas y la hundió con furia en una de las barandillas de madera del vagón. Tenía que desfogarse o acabaría matando a alguien.

El día había pasado tranquilo, el sol comenzaba a acostarse por el horizonte y ya estabais pensando en parar a acampar... cuando Vankor pegó un chillido.

- ¡Eh! - dijo mientras seguía conduciendo - Veo algo ahi delante.

Sandru se movió incóodo en su asiento, incluso llegó a desenvainar una pequeña daga. No era normal avistar movimiento en estos caminos, ya que todo el comercio se hacía por vía marítima. Por la cabeza de Sandru pasaban solo posibilidades de encontrarse con monstruos o con alguna banda de bandidos o goblins.

Todo mucho mas lejos de la realidad.

Cuando se hubo acercado lo suficiente, pudisteis ver que se trataba de otra caravana, que iba en dirección contraria. De pie en la parte delantera del primer vagón, un hombre os saludaba con una gran sonrisa. Al acercarse*, os saludó efusivamente.

- Raro es encontrarse con comerciantes varisianos en estas tierras. - parecía contento, y Sandru, normalmente desconfiado, había guardado la daga y sonreía abiertamente. - Pero, de haberme encontrado con alguna, estaba segura de que sería tu caravana. ¡Sandru! ¿Cómo estás?

Tras los saludos y presentaciones os enterasteis. Era un viejo mercader, conocido de Sandru. Había ido al norte para vender ciertas mercancias y ahora volvía al sur. Os estuvo preguntando las razones por las que ibais vosotros en esa direccion, pero Sandru se limitó a decir que temas de negocios.

Finalmente, decidisteis compartir acampada. Sería más fácil poder protegerse de algun asaltante, y además podriais compartir una noche de bailes y negocios muy agradable.**
 

Tras un pequeño encuentro con los comerciantes, algo bueno ya que al menos aquello daba un aire nuevo a los integrantes de la caravana, el grupo continuó adelante. Grongar hablaba con Ameiko siempre que podía y trataba de entretenerla con sus historias para que al menos pudiese relajarse un poco pero ya estaban cerca de su destino y el grupo entero lo tenía muy presente.

A medida que ibais acercandos a Brinewall, la sensacion opresiva del clima y una cierta sensacion angustiante comenzaba a hacer mella en vosotros. Ameiko parecía cada vez más y más nerviosa y, a pesar de ello, su semblante parecía estar más cansado de lo usual. La longevidad del viaje era tal, que seguramente estuviera haciendo mella en la pobre mujer. Eso, tampoco os ayudaba en nada a vosotros.

El camino que habiais estado siguiendo, pasaba por un viejo puente de madera y piedra situado encima de un río, que Sandru identificó como el 'Steam River'. Estabais ya a un solo día de camino. La vegetación se hacía cada vez más densa. Un pequeño cartel señalaba hacia el sur del río "Hacia Brinewall" y señalaba hacia un sendero cubierto que se introducia en el interior de un denso bosque.

Drommbar gruñía en la parte de atrás del vagón en el que viajaba, observando el ambiente cada vez más amenazador. No sentía miedo, por supuesto... pero tampoco podía decir que estuviera dando palmas de alegría. Todo en aquellos parajes parecía listo para saltar sobre cualquier viajero desprevenido. Aunque al menos ellos contaban con la ventaja de no ser precisamente viajeros desprevenidos.

- Un sitio encantador para unas vacaciones... -rezongó en voz baja y grave.

Kevan agradeció silenciosamente que la vegetación aumentase mientras se enjuagaba el sudor y el polvo de la frente. Parecía que el viaje se iba dando bien, sin problemas ... y en su fuero interno eso le extrañaba.

Bueno, hay sitios peores...de todos modos creo que deberías averiguar a que eres alérgico Drommbar... ¿Hay algo nuevo en el ambiente? Es peligroso andar estornudando por ahí...

Debbe se había divertido de lo lindo.Cuanta mas confianza cogía a sus compañeros mas relajada parecía...y pensaba que sería buena idea repetir la broma con otro compañero otro día...La escuchumiciada figura de la chica se estiró para coger mejor el aire del lugar mientras oteaba a su alrededor.

El viaje hasta Brinewall había sido francamente duro. Ameiko había ido de mal en peor. El cansancio claramente estaba haciendo mella en ella, la preocupación también. No obstante, ahora que conseguiais atisbar la ciudad por encima de los árboles, suponiais que Ameiko se alegraría y que supondría para ella un alivio el estar por fin alli.

Nada parecido a lo que realmente estaba sucediendo. La cara de la mujer estaba más pálida que nunca, excesivamente pálida. Algo que descubristeis a pesar de que ella estaba intentando ocultarlo, quizás pensando que ibais a considerarle excesivamente débil. Y entonces, en un momento determinado, las piernas le fallaron y se desplomó sobre el suelo, completamente inconsciente.

Grongar, que estaba alli cerca, comprobó que estaba bien y dijo lo que todo el mundo ya sabia: Está cansada, necesita reposar. Asi que la llevasteis a la cama de Koya, el lugar mas confortable de la caravana y alli donde la mujer podía cuidar de vuestra amiga. Sumida en ese profundo coma, Ameiko gritaba y pataleaba en sueños... o más bien en pesadillas. El grupo, recien arribado a Brinewall, comenzó a preocuparse un poco más.

- ¿Que le ocurre a Ameiko, Grongar? Parece estar emferma ... o algo peor.

La preocupación que aparecia en el rostro de Kevan parecía auténtica.

Grongar no se había separado de Ameiko desde entonces. Trataba de animarla a beber y comer algo pero la mujer parecía mas empeñada en seguir avanzando que en cuidar de su porpio estado. Desde luego algo la preocupaba pero no lograba encontrar la causa de aquellas pesadillas que la atormentaban cuando dormía. 

-Koya-le dijo susurrando mientras Ameiko dormía- dime que es lo que le ocurre. Tu tienes mas conocimiento que yo en esto. Dime, ¿que le pasa?¿Cómo puedo ayudarla?-le preguntó el enano lleno de preocupación.

Podiamos darla una de las pociones derestauración que encontramos—comentó Debbe preocupada pero sin atreverse a tocarla—al menos hará que descanse mejor...

A Debbe le preocupaba de verdad Ameiko. Gracias a ella había podido comer caliente y dormir muchas noches que no tenía una mísera moneda de cobre y ella a cambio no robaba ni hacía trampas a nadie en su taberna y delataba a los ladrones.

Koya habia estado con Ameiko y con Grongar prácticamente todo el tiempo, haciendo turnos.

- Sea lo que sea que esté causando esto en Ameiko, seguramente esté relacionado con el Legado Kaijutsu, hay algo en Brinewall que hace que ella esté asi. Estoy segura de ello. El otro día estaba diciendo cosas en sueños, lo que pasa es que lo estaba diciendo en algún idioma extraño que yo desconozco.

Apoyó una mano conciliadora sobre Debbe.

- Estará bien. Tenemos que resolver este misterio. Eso seguro que la ayuda. Malgastar una poción no le va a hacer nada bueno. Ni a vosotros tampoco.

A Grongar la idea de Debbe no le habia parecido mala pero Koya sabia de lo que hablaba. Aun asi seguia preocupado por Ameiko.
-Bien, ¿como podemos ayudarla? Cuanto mas nos acerquemos peor se encontrarapero debemos llegar alli para deshacer este entuerto. Malditasea-mascullo el enano frustrado por no poder ayudar a Ameiko.