Partida Rol por web

Con la puertas abiertas, el rumor de la multitud es ensordecedor, que poco a poco va descendiendo hasta convertirse en un leve murmullo. De pronto, una potente voz, sobresale entre las demás.

-¡CIUDADANOS DE KORDAVA!, ¡HA  LLEGADO EL MOMENTO DE IMPARTIR JUSTICIA!

La multitud vuelve a rugir como una bestia sedienta de sangre, y no es hasta varios segundos después que se vuelve a oír la potente voz

- ¡HOY EN LA ARENA TENEMOS A CUATRO DESECHOS DE LA SOCIEDAD, CUATRO SERES DESPRECIABLES, CULPABLES DE LOS MAS TERRIBLES CRÍMENES!

Nueva pausa para dejar que la multitud acalle un poco su rugido.

- ¡TENEMOS A HÉCTOR! AUTO PROCLAMADO ¡EL SUPERDOTADO! CON SU BELLO ROSTRO Y DULCES PALABRAS, SE ACERCA A MUJERES DESVALIDAS, A HONRADAS CIUDADANAS PARA VIOLARLAS Y GOLPEARLAS SIN PIEDAD.

Se escuchan abucheos e insultos

- CUANDO LAS BESTIAS ACABEN CON ÉL, VEREMOS SI ES MERECEDOR DE TAL SOBRENOMBRE

Se escuchan ahora carcajadas y chanzas. Cuando de nuevo la multitud calla, la potente voz continúa.

- LUEGO TENEMOS A ATOR, EL GIGANTE NORTEÑO, Y SU SOCIO RORIK, DOS SALVAJES DE LEJANAS TIERRAS, ADORADORES DEL CULTO PROHIBIDO DE SET, QUE AYER MISMO SACRIFICARON A SU OSCURO DIOS A CINCO CIUDADANOS ENTRE ELLOS UNA HONRADA E INOCENTE MUJER!

De nuevo se oyen gritos de odio que denotan una sed de sangre nada saludable. Pasan unos segundos hasta que la potente voz continúa.

- Y POR ÚLTIMO TENEMOS A VAL, LA BELLEZA DE LOS NEGROS CABELLOS, LADRONA DE CABALLOS Y ASESINA DESPIADADA, CON SUS MALIGNOS ENCANTOS SEDUJO Y MATÓ A UN CHICO DE APENAS 12 PRIMAVERAS. EL POBRE DESGRACIADO GANABA ALGUNAS MONEDAS ENCARGÁNDOSE DE LOS CABALLOS EN UNA CÉNTRICA POSADA DE LA CIUDAD. SE DICE QUE ES LA CAUSANTE DE LA MUERTE DE FAMILIAS COMPLETAS DE GRANJEROS MAS ALLÁ DEL RIO NEGRO.

Otra vez la multitud clama sangre y muerte, y quizás algo de sexo no consentido...

Los guardias que os custodian abajo en la sala, desenfundan sus espadas, y os miran amenazantes

- ¡A que esperáis perros, salid a morir!

El superdotado no, el biendotado, murmuro a los guardias cuando escucho mi nombre. Empiezo a pensar que el rubio de los huevos quería que escapásemos antes de llegar aquí... Pero entonces por qué tantas monedas? Por la visita y la discreción? Joder, la hemos cagado bien. Allá va mi vida. Subir o luchar aquí... 

Cruzo mi mirada con la de mis compañeros mientras el presentador ese sigue nombrándonos. Los miro y ladeo la cabeza hacia los guardias mientras levanto mis hombros en señal de interrogación. Vamos a por ellos o subimos, chicos? Pienso mientras sopeso sus reacciones a los gestos.

Me acerco a Val y la ensarto un beso en los morros, tras esto la digo - Lo siento -  y la empujo sobre el guardia más a la izquierda  e intento arrebatarle el arma girando sobre ella, para terminar el movimiento con una grácil salida a la arena. 

Si no hubiese sido porque tenía mas problemas que un bárbaro sin modales Ator habría salido de esta situación sin parte de los labios por haberse acercado demasiado a mi sin mi consentimiento. Pero en aquel momento decidí aprovechar aquella situación cuando este buscó atraer la atención de los guardianes, así que me dejé caer hacia atrás cayendo entre dos de estos y miré hacia arriba mientras estaba en el suelo.

De todos es sabido que las armaduras tienen fallos y hay ciertas partes que no cubren nunca, y desde mi punto de vista aquello parecían dos torres con sus campanarios. Si erran seis y Ator había eliminado a uno antes de huir y dejarnos a nuestra suerte, ¿por qué no podría encargarme yo de dos?

Lancé mis dos puños cada uno hacia los genitales de nuestros enemigos.

Luego me arrastré aun por el suelo empujándome con las piernas para quedar detrás de ellos cubierta por sus cuerpos e impidiendo que se acercasen demasiado a mi los otros.

El bárbaro se abalanza sobre la mujer plantándole un beso directamente en la boca. Val, abre mucho los ojos pasando primero por la sorpresa para ir pasando progresivamente a la ira. 

Los guardias al ver esto sonríen levemente y bajan un poco la guardia, momento que Ator aprovecha para propinarle un empujón a la mujer que la hace trastabillar y caer junto a dos de los guardias. Esto salva al norteño de recibir un más que probable mordisco en la lengua, acompañado del clásico rodillazo en la ingle por parte de la mujer de las marcas.

Los años de entrenamiento de Val, dan sus frutos, pues en apenas un parpadeo, reacciona, golpeando a los guardas en sus partes bajas, haciendo que estos pierdan la poca compostura que les quedaba.

Ator tampoco se ha quedado quieto, pues de un salto, se coloca junto a uno de los guardias, le arrebata el espadín de sus flojos dedos, para a continuación propinarle una patada, y aprovechar el impulso para salir corriendo hacia las escaleras en dirección al tumulto.

Val con un rápido movimiento, le quita la espada al otro guarda, y rueda para ponerse en pie, y seguir a Ator a la arena.

Rorik, al ver que los guardias están tan sorprendidos como él, decide correr hacia la arena en pos del bárbaro loco.

Aprovechando la situación de desconcierto general intento hacerme con otra espada golpeando la muñeca de uno de los guardias. 

Dunkel al ver los movimientos de sus compañeros de celda, intenta un movimiento similar con otro de los guardias, pero éste, alertado por la situación consigue evitar el agarre, y decide contraatacar con un rápido movimiento de su espada.

Una vez me hago con el arma salgo corriendo para poner tierra en medio de los guerreros dando zancadas largas hasta que asomo por la puerta de la arena y el sol deslumbra mis ojos.

Una vez estoy fuera sigo corriendo unos pasos levantando pequeñas nubes de polvo en cada uno de ellos y de repente... el grito del tumulto me sorprende. Freno un poco la velocidad y me coloco una mano como si fuese una visera y observo al público. Junto mis dos pies y levanto los dos brazos estirándolos al máximo y llenando los pulmones de aire como si estuviese orgullosa de lo que se me acusaba mientras mascullo entre dientes:

-Si quieren espectáculo, yo les daré espectáculo...

Dunkel, contraataca intentando golpear con sus puños al guarda que armado con su espada consigue mantener la distancia, evitando cualquier daño. Nuestro atractivo ladrón no es tan afortunado al recibir un pequeño corte en un costado, por parte del espadín del guardia.

El resto de guardias miran furibundos al único preso que queda en la estancia, pues todos los demás han salido ya hacia la arena. - ¡A que coño esperas perro!, ¡si no sales ahora mismo, seremos nosotros los que te cortaremos las pelotas! - grita el sargento.

No sabemos si por las alentadoras palabras del guardia, o por lo poco beneficiosa de la situación, pero Dunkel, decidió dirigirse corriendo a la arena para compartir el mismo destino que sus compañeros.

...

A sus espaldas las puertas se cerraron con un ronco chirriar.

Salgo a la arena maldiciendo mi suerte. Mi vista recorre las gradas y observa indiferente a la berreante multidud. Sus compañeros de celda ya están allí. El nórdico y la hermosa guerrera portando sus espadas y gesto bravo. Rorik tras ellos mirando a uno y otro lado. Y qué hago yo? Pienso a la vez que me toco la herida producida por la espada del guardia. Seré nulo... En fin, ahora sólo queda esperar que mi suerte mejore en este día de mierda... Murmuro.

Después de mi saludo inicial, hago una pequeña reverencia y me voy acercando a los otros convictos para que estuviésemos mas reunidos en aquella arena:

-Bien, ¿ahora que va a pasar? -luchar en un sitio tan grande nunca lo había hecho, al menos de esa manera-

Comencé a escrutar las paredes de aquel circo. Si habíamos salido por una puerta abría mas y de esa saldrían bestias o diferentes guerreros.

-Me parece que de aquí sólo hay dos formas de salir. Con la cabeza alta o con los pies por delante y yo voy a salir con la cabezam muy alta. -realmente no estaba acostumbrada a pelear tan acompañada y no sabía las intenciones de los otros-

Mientras vuestros ojos se acostumbran a la repentina luz del sol, el bramido de la multitud os paraliza en el sitio, acelerando vuestro corazón. 

Poco a poco las imágenes se van haciendo más nítidas. Os encontráis en el extremo de un óvalo de más de 50 varas de largo y unas 30 de ancho. 

En la arena que pisáis podéis ver restos de sangre de las "actividades" anteriores. En dos puntos que serían los ejes del óvalo hay dos altas y gruesas columnas de mármol blanco.

Las paredes que os separan de la vociferante multitud miden unas 4 varas de altura, y se ven interrumpidas cada cierto número de metros por pesadas puertas enrejadas.

Las escaleras por las que habéis ascendidos, desaparecen tras una sólido portón que se cierra progresivamente.

No estáis muy seguros de si el griterío de la muchedumbre disminuye, o si vuestros oídos se van acostumbrando a tan molesto bramido, pero el caso es que poco a poco parece remitir.

Expectantes, aguardáis a ver cual es el siguiente paso en este demente juego.  

De pronto un chirrido de cadenas y engranajes comienza a sonar, y el público calla expectante.

Una reja al fondo de la arena, frente a vosotros, a unas 40 varas, comienza a abrirse lentamente

En las gradas, sobre esa reja, un tipo gordo comienza a vociferar.

-¡PUEBLO DE KORDAVA!, LOS ELEGIDOS PARA ESCARMENTAR A ESTAS VILES SERPIENTES SERÁN

- ¡¡LOS LAGARTOS DEVORADORES DE HIPERBÓREA!!

- ¡REPTILES CONTRA REPTILES!

Del túnel desvelado por la reja ahora abierta sale un extraño sonido similar al de un ave de gran tamaño, que es respondido por sonidos similares.

Poco a poco van surgiendo del túnel, cuatro criaturas reptilóides, con la piel grisácea cubierta de finas escamas, de largo cuello y larga cola que serpentea tras ellos. Pese a poseer cuatro patas terminadas en temibles garras, parece que andan sobre las dos traseras, mucho más fuertes que las delanteras. Sus enormes mandíbulas chasquean segregando una espuma babeante de color blanquecino (cosa que denota que no han comido en mucho tiempo).

Se detienen al poco de salir, alzando sus cuellos olfateando el aire y mirándoos a la vez que giran sus escamosas cabezas.

La reja de la que salen se cierra súbitamente, y el público enloquece.

Do un paso hacia atrás al ver como loslagartos salen enfurecidos y miro de reojo a los otros que componían el grupo.

La mejor táctica ne este caso sería herir a uno de los otros tres guerreros en una pierna para que los lagartos disfrutasen del festín con el mas débil de nosotros y en ese instante eliminarlos, pero bueno, supuse que realemnte no serían tan malas personas como quisieron hacer creer conmigo, e incluso puede que fuesen inocentes. No se merecían una muerte tan atroz.

-Atentos a las mandíbulas y tened en cuenta las colas, parece que tienen hambre. -sonreí a los chicos- las partes mas blandas deben ser el cuello y la parte baja del abdómen, al menos para los que tenemos armas. Supongo que a ninguno os hará gracia hacer de señuelo, ¿no?

Dos espadas, cuatro guerreros y cuatro lagartos. Aquello no estaba nada equilibrado...

Joder. Vaya un espectáculo. Gente llenando un edificio para ver morir a sus congéneres. En fin, el mundo es así. Lagartos, no me jodas. Dejo escapar un soplido. No puede ser. Dos espadas y cuatro lagartijas. Estamos jodidos. Escucho a Val y me río con lo del señuelo. Yo desde luego no, aunque al no tener espada, mis posibilidades de salir vivo de esta se reducen bastante. No obstante, espero que entre el melenas y tú deis buena cuenta de ellos... Soy muy joven para morir, añado.

Vaaaale, así que esto es la arena. Un montón de gente disfrutando cinicamente de la batalla sin participar en ella. Sin experimentar como crujen los huesos del enemigo cuando hundes tu espada, sin escuchar su último aliento. Me dan pena y asco. Luchar es algo noble, excitante, la satisfacción de sobrevivir, pero divertirse sin participar es propio de un pueblo conrompido en sus raices. Ves Rorick, yo meo tu civilizado. Y tu civilizado mea y caga sobre tu. Correr todos a pared. Solo dejar un flanco de ataque. Rorick conmigo. Dunkel con Val. Todos juntos, espadas en los extremos. Si nos muerden a Val o a mi aprovechad para sacarles los ojos con vuestras propias manos. Dicho esto Corro a la pared más cercana y más alejada de los bichos (espero que los demás me sigan) Espalda a pared dejando espacio para los demás a mi izquierda. Aluino el rubio decir, ayuda inesperada, tener ojos abiertos.

Se nota que eres un gran guerrero Ator! A pesar de que veo más de un fallo en el plan, no tengo ninguna idea mejor si no consigo ver algo que me sirva como arma. Me dirijo a la pared, observando de paso el trasero de Val. No es mala vista, contando con la situación. Cuando mis compañeros toman posición, rezo para que uno de esos bichos no estire el cuello demasiado y me pille contra la pared, más indefenso si cabe. No, joder, no son tan listos. Primero atacarán a los de adelante. Son reptiles, no maestres. Oye Ator, añado, creo que ya nos podemos ir meando en la ayuda de Aluino.

Entonces las cabras cenarán su virilidad. Le digo a Dunkel mientras avanzo.

Como si fuese un trueno dije:

-Bárbaro, son animales y no se si en tu tribu sabéis contar mas de dos. Ellos carecen de inteligencia guiándose por sus instintos y deberían ir a por le mas débil o moribundo, y en este caso quien apesta a sangre y orín es el encapuchado. -Di unos golpes con le lado plano de la espada sobre la palma de mi mano mientras vigilaba a las bestias- PLAS PLAS además, no creo que vayan a hacer una formación de a dos para atacarnos por los flancos. Si nos pegamos a la pared nos rodearán como si fuésemos uno. -miro al suelo a ver si hay un trozo de carne o cualquier desperdicio comestible para un carnívoro- yo propongo que ataquemos a dos con espada y los otros entretengan a los restantes corriendo. -sigo mirando a los lagartos- ¿sabéis cual es el sitio mas seguro en toda esta arena? Es encima del lomo de los saurios, ahí no te pueden morder, azotar con la cola ni desgarrar con las garras. Además, si tienen algo encima no seguirán atacando a los demás hasta que tiren a su huésped.