Partida Rol por web

No sabia hasta que punto aquellos dos eran buenos combatientes, pero yo tenia claro que me habia enfrentado a hordas de goblins sin inmutarme y ahora no iba a dar ni un paso atras, tenia claro que el numero influia en cualquier combate pero tenia esperanza que con el ruido que estaba haciendo, algunos de los guardias terminaran por venir.

-No sois mas que Kruti pasto quemado de las montanas- les dije malumorado, aquel tipo de cuenta pendientes eran malignas y estupidas, matar a sangre fria era en muchos casos sensurable -!KHAZUKANKAZAKIT-HA¡- grite volviendo al ataque.

Jotunn se abalanzó sobre el hombre, ambos chocaron con una viga de la Baya Poma, el hombre aprovechó para lanzar dos navajazos profundos hacia el enano. La mujer intentó trepar al tejado sin éxito, mientras los legisladores estaban cada vez más cerca...

Me revolvi como pude, y no queria sacar mi arma pero aquel tres cuarto de hombre me estaba vapuleando e hiriendo gravemente en mi pie, ahora si que seria dificil una persecusion asi que viendolas venir y en espera aun de la guardia que se estaba tomando su tiempo, volvi a la carga intentando inmovilizar y hacer perder aquel cuchillo asesino.

-Ahora te tengo piltrafilla- dije mirandolo a los ojos e intentando recordar aquella cara pasara lo que pasara -y tu mujer no huyas la guardia ya esta aqui- dije con media sonrisa -A MI LA GUARDIA!!-  volvi a gritar con mas fuerza -APRESAD A LOS ASESINOS!!- dije para infundir miedo por los hechos acaecidos en aquel, aparentemente, infantil juego.

Jotunn, pese a estar herido, embistió al asesino del cuchillo y logró derribarle, usando su peso superior logró agarrarle los brazos mientras éste intetaba zafarse del enano. La mujer pelirroja logró trepar por el poste de la Baya Poma y situarse lejos de las manos de los legisladores, una vez arriba miró a los lados buscando el tejado más próximo al que saltar.

Empezo un forcejeo, el cual gane la verdad que esperaba que mi rival fuera mas fuerte que yo pero debido a los nervios a un centro de grabedad mas bajo como era el mio, domine la situacion rapidamente.

Aquel cuchillo no volveria a matar a nadie mas esta noche, aunque habia que dar muchas explicaciones y se me habia escapado aquella mujer, su secuaz podria dar una descripcion detallada de ella o sufrir el todas las consecuencias el mismo. Fuera como fuera la suerte estaba echada, y yo habia conseguido proteger la ley una dia mas con mi condicion de soldado.

Jotunn tenía bien agarrado al ladrón, y sus intentos por zafarse del ex-peajero resultaron infructuosos. No pudo librarse del enano, y no se libraría de los legisladores. Cuando llegaron los tres barbas se encontraron con una clara situación.

En el suelo había un humano inmovilizado; sobre él una figura más pequeña y robusta. Era un enano sangrando frente a una taberna de Puerta Muerta, ninguno de los legisladores dudaría de su palabra.

¡Detened al humano! -ordenó uno de ellos, en khazalid.

La mujer saltó a la casa más cercana, lejos de las hachas de los legisladores y siguió su huida alejándose de los grilletes y la cárcel. No parecía que los legisladores quisieran perseguir a la pelirroja.

¿Qué ha pasado aquí?

Mira al bien recibido "socorro" y me ergui como un enano con la cara bien alta, orgulloso por el deber bien hecho. Me prepare para dar explicaciones en perfecto khazalid a la turno de guardia que alli estaba:

-Me llamo Jotunn Snorkinson, llamado por otros Matademonios mienbro de la guardia y aventurero en estas inhospitas tierras en mis ratos libres- dije de corrido -en la taberna por desgracia encontrareis a un enano asesinado por este hombre y ese cuchillo-dije senalando el arma que andaba por el suelo -y que a su vez me ha herido a mi- dije senalando la herida que lentamente dejaba de sangrar -un razguno sin duda en manos de un asesino humano como tantos otros que rondan por aqui- dije en un tono de camaraderia. Tuve que pensar en la fugitiva que se me escapaba y anadi -espero que este pobre pueda identificar a la asesina que lo acompanaba o su castigo podria verse acrecentado, era una humana con el pelo rojo pero no pude verla con claridad- la cerveza me habia dado el temple para agarrar a aquel hombre, pero el alcohol me habia nublado la vista como para no estar seguro de si la reconoceria.

Dos de los legisladores irrumpieron en la taberna con aquellas magníficas hachas en la mano mientras el tercero colocaba unos grilletes en las muñecas del asesino. El golpe en la cabeza que se dio el esposado no fue para nada accidental. Del interior de la posada llegó un gran alboroto y pronto empezó a salir gente atropelladamente por las puertas.

Es el segundo enano que asesinan esta noche en Puerta Muerta. El Pequeño Consejo debe hacer algo al respecto de esta pocilga.

¡Yo no he matado a nadie! -gritó el asesino al tiempo que su cabeza se volvía a golpear con el suelo. O entendía el khazalid o sabía de qué estaban hablando.

Aquello era una desgracia, ya teniamos suficientes enemigos fuera del muro que no estaba todo lo bien defendido que deberia estar como para encima tener asesinos de esta calana trabajando para vete tu a saber y asesinando enanos. Vaya desgracias. -Vaya desgracia- dije mientras pensaba la verdad que en mi humilde posicion no podia sino quejarme en el mejor de los casos, pero era una situacion muy dificil que un enano solo no podia arreglar. -Y ninguno de los clanes hace nada concreto?- pregunte al legislador. No lo creia tenia sus propios asuntos que atender, pero aquello era algo a lo que prestar atencion.

Cuando me responde me despido con un apreton de manos, indicando donde pueden encontrarme en la guardia para cualquier asunto.

Los clanes están preocupados. Al otro el enano lo han matado con una bomba, y ha habido otros heridos. Nunca habíamos tenido esta violencia en la Fortaleza de Skalf pero si los humanos siguen matando arrasaremos Puerta Muerta. La justicia caerá pronto sobre éste.

Después se giró hacia el arrestado y le agarró por los hombres.

¿Quién era tu cómplice? -le golpeó en la cara- ¡Responde!

Alrededor la gente se congregaba atraída por el atractivo de una detención.

Que desastre cuantas complicaciones, y no precisamente por la amenaza de un enemigo exterior y comun que tambien estaba, sino por las insidias de palacio, los ajustes de cuentas y los celos.

Con aquel panorama desalentador, a un enano de mis caracteristicas solo se le ocurria doblegar los esfuerzos para conseguir que aquel lugar estuviera a la altura de las circunstancias, al menos hasta que uno de los clanes dejara de ganar dinero a expuerta a costa de los demas, y decidiera tomar los salones inferiores a la fuerza de una vez por todas.

El detenido no tenia mucha intencion de hablar, pero lo haria, lo tenia mas que claro.