Partida Rol por web

El mapa que os proporciona Lord Padraig es bastante preciso. Parece que el camino os llevará bastante tiempo por la Carretera y algo por campo a través.

La mañana es fresca pero el cielo está semicubierto, con suerte el sol estará de vuestra parte y caldeará el ambiente mientras viajáis.

Pues tengo que deciros que después de pensarlo bien, me gustaría que me llamaseis Rhogar. le dice al resto del grupo mientras caminan. ¿Qué os parece? Bastante mejor que Ruphus, ¿no? ¿Qué te refleja este nombre, Zenram? dice mirando al mediano.

Mientras discutís sobre los nombres de los dracónidos y su significado escucháis unos gritos de guerra saliendo de los arbustos y varias criaturas se lanzan sobre vosotros desde sus escondrijos. Son similares a las que encontrasteis ayer, tres de ellas llevan espadas cortas y una escama de dragón a modo de escudo, otro lleva una especie de máscara de hueso que quiere asemejar la calavera de un dragón y el último lleva una armadura ligera y una lanza.

El kobold de la lanza se abalanza sobre Zenram pero el mediano logra evitar el golpe. En cambio de los tres que llevan espadas dos caen sobre Merhin consiguiendo que el enano pierda la posición y apenas pueda levantar el escudo para cubrirse. El tercero asalta a Morodar que a duras penas logra salvar su gaznate del golpe de la criatura.

El kobold de la calavera parece tomar posiciones en el camino por delante de vosotros.

Al observar la acometida de las criaturas el mediano no puede sino dibujar en su rostro una mueca de enojo y frustración...

Maldita sea de nuevo ustedes ahora verán lo que puede hacer un Zenram...

El mediano desenvaina rápidamente su arma al tiempo que con un veloz zigzagueo de su mano hunde el acero hasta el fondo del costado de su enemigo...

Allí tienes bestia!!!!

Creo que deberíamos acabar antes con el skirmisher y el wyrmpriest que con los dragonshield, ¿no? le dice a sus compañeros mientras desenvaina su espada. Morodar, todos tuyos. le dice guiñándole un ojo.

Merhin perdió medio segundo en ver como lo rodeaban y defenderse de los ataques iniciales. El lagarto situado a su izquierda pero levemente adelantado era el que más atento estaba a sus movimientos, pronto a rajarle si la atención del enano se desviaba hacia alguno de los otros Kobolds.

- Como iba diciendo -continuó el enano mientras golpeaba a los lagartos-, no importa que el nombre de Rufus te lo adjudicasen tus padres o tus tutores. Hubo otros Rufus antes que tú que hicieron del nombre lo que es hoy en día, y es tu responsabilidad -ahí hizo una pausa para largar un mandoble a otro de los lagartos-, tu responsabilidad es que Rufus sea ahora un nombre mejor para quien lo herede de ti.

- Mira mi ejemplo, yo soy Merhin, hijo de Merhin y nieto de Merhin. Mi abuelo era cabrero, pero al menos fue un cabrero bastante bueno y dejó a mi padre un buen rebaño y un nombre con fama de cabrero. Mi padre también fue cabrero -Merhin continuó hablando rápido mientras seguía amangando golpes y defendiendo otros-, pero fue un pésimo cabrero, así que yo no heredé ni una sola cabra, y un nombre desastroso, devaluado. Como no tengo ni idea de cabras, ahora soy Merhin, un Don Nadie, que intenta recuperar para su nombre un poco de brillo y que el siguiente Merhin que venga al mundo -sea hijo mío o no- tenga un cierto orgullo por su nombre.

Y en ese momento, justo al final de la narración, Merhin descargó su golpe contra el lagarto al que había estado vigilando, esperando que con tanta charla descuidase un poco la defensa. Un golpe preciso y poderoso.

Pues si alguna vez tengo descendencia, llamaré a uno de mis vástagos Rhogar y así tendrá un gran nombre y un gran pasado, el mío. dijo con un tono algo tosco mientras empuñaba su espada y su escudo dando a entender que el tema quedaba zanjado y que no era el mejor momento para discutir.

El inmenso golpe de Merhin golpea al kobold en todo el cuerpo a pesar de que la criatura trata de interponer su escudo. Además, la inercia del enano hace que pegue un empujón al kobold de la lanza que pierde por un instante la posición. Viendo que es un enemigo poderoso, la criatura decide maniobrar para tener ventaja sobre él, algo que consigue pero su golpe es débil y a pesar de ir bien dirigido casi toda la fuerza del mismo la absorbe la pesada armadura del enano. Viendo que esto podría ser más difícil de lo que preveía, el kobold se retira.

El kobold herido intenta maniobrar alrededor del enano pero no esperaba que este fuera tan atento y recibe un nuevo mazazo por parte de Merhin. Este segundo golpe hace que la sangre mane por los golpes. Aún así la criatura logra dar un buen mandoble al enano y el castigo recibido por las criaturas comienza a ser visible sobre su cuerpo. Los otros dos kobolds, se acercan a él y tratan de abrumar al enano pero es un combatiente feroz y se desembaraza de ellos sin problema.

Morodar recordo que los kobolds les perseguian cuando intentaban separarse en combate asi no se molesto em retirarse. Junto las manos delante del el y conjuro una llamarada que envolvio a los lagartos en fuego.

Tras ver la lluvia de fuego que había hecho caer Morodar, el kobold restante se concentra y escupe una especie de globo viscoso a Merhin. Afortunadamente, el enano logra quitarse de la trayectoria del escupitajo que cae al suelo entre siseos...

Enojado por su fallo, la criatura alza la voz y dice unas palabras en su idioma que parecen incendiar a las criaturas que toman nuevas posiciones.

Mikael estaba escuchando ensimismado la conversación sobre los nombres sin decidirse a pronunciarse, y para cuando levantó la vista ya tenían a los kobolds encima. Antes de poder reaccionar hay un fuerte intercambio de golpes que deja a Merhin herido y sangrando.

Tranquilo amigo, yo me ocupo de tus heridas.

Antes de rezar a Bahamut para que cure al enano sin embargo, se lanza contra el kobold más cercano dispuesto a acabar con el, pero el ímpetu de su golpe le hace fallar en el último momento debido a un traspiés, y tiene que conformarse con únicamente curar a su compañero.

Examinando la situación y conociendo la agilidad de sus adversarios en huir, piensa que lo mejor es quitar a esas bestias de alrededor de sus compañeros. Y sin decir nada, comienza a moverse.

- Bueno Rhogar, es obvio que ya has decidido tu nombre, pero un descendiente tuyo va a robar la gloria que estaba reservada para otro. Alguien llamado Rufus no heredará la gloria de tu nombre porque lo has humillado deshaciéndote de él. Pero bueno, es tu decisión, y es obvio que en este tema los humanos pensáis de una forma totalmente distinta a la sabiduría enana.

Merhin golpeó de nuevo, en medio de la conversación, al lagarto que estaba tan pendiente de él, para evitar cederle huecos con los que atravesar sus defensar. Su martillo penetró bien sus defensas y golpeó con fuerza en un costado, momento en el que el enano se tiró contra él para hacerlo trastablillar un momento, de forma que al recuperar su vertical su codo derecho golpeó a su vez el costado del otro kobold.

Merhin, incluso a pesar de su insulsa charla mientras combatía -no podía evitarlo, y además solía distraer a los enemigos-, estaba completamente pendiente del combate, sabía que los enemigos poderosos no eran los que estaban ahora contra él, pero esos malditos lagartos eran capaces de salir volando en cuanto él se moviese lo más mínimo, así que los otros dos kobolds tendrían que esperar a que cayesen estos dos, a no ser que sus compañeros los cazasen antes.