Partida Rol por web

Las mejillas de Karl se tiñeron de color carmín cuando vio al príncipe acercarse a ellos. Se mordió el labio inferior para reprimir una sonrisita tonta, nada acorde a la imagen de "víctima" que quería mostrar al resto - ¿Se puede ser más perfecto? - Pensó con cierta de admiración y envidia en respecto al recién llegado. Observó a Claire, Felicia, Bryan y Gabriel plasmados en una imagen que rebozaba de perfección en todos los aspectos. Atractivos, de buenas familias, de una acaudalada cuenta bancaria. Habían estado en la cima durante toda su vida y no conocían otra cosa. El conflictuado rubio no podía pensar en otra cosa que no sean sus sentimientos encontrados con respecto a su grupo de amigos. Por un lado, sentía que debía estar agradecido por formar parte del grupo, por haber sido incluído. Y otra, como aquella vocecilla diminuta que por mucho que intentes no puedes hacer callar, le decía que nunca había sido como ellos y jamás lo sería. Como un burdo granjero había nacido, como un burdo granjero moriría. - Cállate. - Musitó en voz alta sin darse cuenta, intentando silenciar aquel pensamiento que tanto le atormentaba.

Se dio cuenta de su metida de pata y no hizo más que sonreír como si no hubiese pasado nada, esperando que nadie se diera cuenta. - Pues Joao ya ha terminado de armar la tienda ¿Verdad, Joao? - Le respondió a Gabriel mirando en dirección al brasilero. Lanzó una risita tonta y se colocó al lado de Maddie. - Bueno, si llegas a tener algún inconveniente siempre puedes pasarte por nuestra tienda. - Le dijo a su mejor amiga guiñándole el ojo en señal confidente. A Karl no se le escapaba nada, y sabía que entre el príncipe y su amiga había una química que no se podía negar.

- ¿Qué tocarás, Gabriel? A lo mejor Maddie puede acompañarte con su voz esta noche ¿No? - Agarró a su amiga del brazo y tironeó suavemente de ella para convencerla. - Porfa, porfa, no digas que no...

Como genuino "outsider", Bill se sienta en la base del tronco del árbol donde hacía un momento se había recostado. Las aguas parecían haber vuelto a su cauce y "la corte" al parecer, se afanaba en organizar una especie de "concierto" en torno al fuego.

Yo no tenía más remedio que estar al tanto de lo que dijera la Srta. Libby, así que me quedé mirando toda aquella actividad desde mi improvisado "trono". Hubiera sacado la Tablet y me habría sumergido en mi mundo, pero era demasiado pronto para eso y si Libby me viera pasándolo bien, posiblemente me diría cualquier gilipollez sobre acarrear algún cargamento para la cena o cosa así, por lo que preferí pasar todo lo desapercibido que pudiese.

Arquee una ceja mirando a Libby… ¿pero qué mierda?... mire a Bill que se quedaba sin decir nada y luego al grupo de la reina…¿y por qué mierda debo decirle así?. Cerré los ojos respirando profundo era una becada y no tenía la libertad de putear a medio mundo como los nenitos esos, si me sacaban del instituto sería una completa desilusión para mis abuelos.

Hija mía, nunca dejes de hacer lo que crees correcto…las palabras de mi madre volvieron a mi cabeza, donde dejaba de escuchar al resto y el dolor de mi dedo desaparecía, miraba a Felicia y sus amigos con absoluta rabia, no era odio, no del mismo que sentía por James, pero me hervía la sangre, mi mandíbula tensa y las manos empuñadas, era el límite, bromas de mal gusto, críos que no se sabían comportar y otros pagando los platos rotos.

Pero debía mantener mantener la puta beca y no darle problemas a mis abuelos, pero le habría dicho unas cuantas verdades a esa consejera que era una completa inepta...¿quien en su sano juicio juntaría el aceite con el agua?, ¡solo ella!.

Tome mi mochila y mire a Liz… -Vamos, no quiero tardar mucho en volver- le dije a mi mejor amiga, después fui con Bill... -Lo siento, otro cumpleaños arruinado, ten- le entregue una cajita que tenia una tarjeta*, me acerque mas a él y le mire un instante dudando en hacer lo que tenia en mente, simplemente lo hice, le di un beso corto en los labios -prometo remediarlo- le sonríe y frote el cabello luego me alejarme hacia la enfermería.

No sabia si aun tenia oportunidad de volver con él, no después de todo este año, pero lo intentaría, solo hasta que él mismo me dijera lo contrario, lo que sentía por Bill era mucho mas grande que mis propios miedos y traumas y si me daba la oportunidad, intentaría remediar todo lo que hice mal hace un año.

...Siempre te sentirás libre si lo haces…nuevamente la voz de mi madre y mire al cielo agradeciendo, sonreí con el pecho mas liviano, solo me importaba Bill, Liz y Carter, de los demás ¡al diablo!, jamás seria como ellos y era un alivio, no sé qué mierda hago aquí aun…sonreí ante esos pensamientos, pero lo cierto es que mis amigos marcaban la diferencia y el "aún" eran ellos.

Ciel y Elisabeth, escoltadas también por Julie, se alejaron del claro donde se asentaba el campamento para dirigirse a la enfermería. Al atravesar las puertas principales del internado, las tres notaron cómo el ambiente había cambiado por completo. Lo que antes era una estancia rebosante de vida y jóvenes revoloteando por ahí, ahora no era más que la lúgubre sombra de un castillo semiabandonado.

Se adentraron en uno de los oscuros pasillos, acompañadas sólo por el ruido de las pisadas. Algo les erizaba el vello de la nuca, y no desviaban su atención del camino. No importaba cuantos años tenías en St. Agnes, siempre tenías que fijarte por donde pisabas para no perderte.

Julie las guiaba con seguridad y sin decir ni una palabra, aunque obviamente estaba molesta por todo lo que había sucedido ¿Por qué sus compañeros no se podían comportar como seres humanos decentes? Dejó escapar un suspiro de resignación antes de abrir la puerta de la enfermería. - Aquí es. - Anunció innecesariamente.

La enfermera no tardó en atender a Ciel. Le limpió la herida, le desinfectó y luego le vendó ante la mirada curiosa de Elisabeth. Una vez terminada la faena, se disponían a volver a la acampada cuando algo les detuvo en el pasillo.

- ¡Ciel! ¿Qué ha ocurrido? - La voz potente del abuelo inundó la estancia, quien no tardó en aproximarse a su nieta y tomarle de la mano con expresión preocupada. Frunció el ceño al observar la venda. - ¿Quién ha hecho esto? ¿Te están molestando, Ciel?

Libby se quedó de brazos cruzados mirando a Ciel y a Elisabeth, escoltadas por Julie, alejarse del claro donde se asentaba el campamento para dirigirse de vuelta al internado. Las estuvo observando un buen rato hasta que se dio media vuelta y le echó una mirada fulminante a Bill, como si se tratara de un terrorista que ponía en amenaza el bienestar de todos.

- ¡Oh, Gabriel! ¡Siempre es bienvenida una guitarra en la fogata! A ver con qué canción los deleitarás este año. - Le animó Libby, sin siquiera molestarse en disimular el favoritismo que tenía por el chico. - ¡Muy bien! Necesito un grupo de muchachos para ayudar al profesor Hastings a buscar leña para la fogata ¡Y rapidito que se nos viene la noche!

- Claro, sólo los hombres. Porque las chicas somos todas princesas que no podemos cargar con un simple pedazo de madera... - Refunfuñó Naomi por lo bajo, lanzándole una mirada furtiva Claire. Las princesitas como ella dejaban mal parado a todos su género.

Alfie ignoró alegremente la petición de Libby, mientras terminaba de darle los últimos detalles a la tienda - No es que me importe realmente, pero... ¿Alguien ha visto a Su Woo? Estaba con nosotros en la sala de estudiantes y luego ha desaparecido.

La cajita contiene un pastel pequeño, un cupcake de los que le gustan a Bill y la nota dice : ¡Feliz Cumpleaños!...¿Dame la oportunidad de intentarlo de nuevo?, un beso Ciel.

- Samantha la verdad es que no conozco mucho de Gabriel. Parece un chico lindo y se que esta en la línea de sucesión del ducado se Kent. Es una lástima que este reunido con la realeza de Saint Agnes pero creo que aún tienes oportunidad de salvarle.

Mirando un poco más allá note que la Madeleine buscaba la atención del guitarrista.

- Espero que te preste más atención a ti. Naomi!! Que bien quedo la carpa, estoy segura que no se va a caer. Chicas vengan.

Metí mi bolso dentro de la carpa y una vez que Samantha y Noemi podían verme y solo ellas abrí mi bolso y apartando algo de ropa saque una botella de ron. Estaba empezada pero seria suficiente para nosotras. Con picardia volví a cerrar el bolso y salimos de la carpa.

- Creo que no pasaremos frío. Dije sonriente.

La profesora hizo un llamado general para buscar leña.

- Deberían mandar a Karl, susurre.

Me acerque a la profesora q miraba a Bill como si fuese un terrorista árabe.

- Profesora, no le puedo decir que hacer con Bill pero debe saber que Karl lo provocó, el es el verdadero culpable, así que debería deja a Bill que compartiera la noche y se mantuviese alejado de Karl.

Mire a Bill seria. No había necesidad de esto y si lograba sacar a Bill del castigo eso molestaría a Karl y me sentía culpable así que espere por la profesora antes de volver a mi carpa.

Tumbado sobre la hierba, Carter se limitó a ser un mero espectador de los sucesos, sin que se le atravesara por la cabeza intervenir en ningún momento. Esa era la parte buena de su "maldición" de ser invisible. Nadie le notaba y por ello, jamás se metía en problemas. Estaba seguro que algún día podría ponerse a bailar desnudo en el medio del salón de clases y sus compañeros le ignorarían mientras que los profesores le soltarían alguna tontería como que su hermano baila mejor.

De todas formas no podía ponerse del lado de ninguno de los dos. Bill le daba mala espina, y el hecho de que ahorcara a Karl le confirmaba que era un tipo con el que no deseabas meterte, ni siquiera hablarle. Y Karl, bueno, Karl era Karl. No quería ni establecer contacto visual con el rubio. Sin embargo, Carter podía afirmar que gozaba de cierta "inmunidad" con los populares por tratarse del hermano menor de Bryan.

Miró de reojo a su hermano y bufó, sin darle más importancia de la que se merecía. Le dedicó una sonrisa a Brad y sacó su móvil de última generación con grabación de vídeo en HD - Sí, tenía una mala relación con sus padres pero no dejaban de cumplir con sus caprichos- Apretó el botón de grabar y filmó un panorama del campamento.

- ¡Bienvenidos a otra edición de 'Preppy Nightmare'! En esta ocasión estamos de acampada, idea de nuestros brillantes directivos, y ¿Adivinen qué? ¡La distribución de las carpas es al azar! - Carter lanzó una risita irónica y filmó las carpas. - Así es, a veces sospecho que somos parte de un sórdido experimento social. Esta es una idea de nuestra brillante consejera escolar.

- Como sea, me ha tocado dormir con el pesado de mi hermano y ya se han desatado los primeros conflictos en la carpa vecina, pero ¡Eh! ¡También estoy con Brad! - Carter dirigió su móvil en dirección a Brad y le filmó. - ¡Hola Brad! Cuéntanos sobre tus expectativas de esta noche, cómo piensas sobrevivir, o del conflicto que acaba de ocurrir entre el minion y el freak.

Al final y después de todo, mi cumpleaños no iba a salir tan mal: También Ciel me había regalado una curiosa cajita: Tan delicada y con tantos detalles hermosos como solo una mujer puede preparar.

La vi alejarse con Liz y apretando su dedo herido con su otra mano mientras un par de veces se giró para lanzarme una de esas miradas suyas que conocía tan bien. Al fin y al cabo, habíamos salido una buena temporada y algo ya si que nos conocíamos.

Recostado en aquel árbol, abrí su regalo con cuidado y saqué aquel bonito cupcake de los que a ella le gustaba hacer y mientras lo comía -pues me encantaban- leí su nota, que tengo que decir que me sorprendió en cierta medida pues no me esperaba leer lo que ahí había escrito.

Aquel tranquilo momento fue interrumpido por los graznidos de la Srta. Libby que quería hacer no sé qué de unos hatos de leña.

Me levanté pero solo para rodear el árbol y sentarme apoyado en él de igual manera pero mirando hacia el bosque y dando la espalda al campamento. Con un poco de suerte, Libby me dejaría tranquilo con mis pensamientos y disfrutando del rgalo de Ciel.

Incluso con un poco de suerte, hasta podía llegar a olvidarse de mí.

Devolví la sonrisa a Claire cuando su mirada se cruzo con la mía. Pase la otra mano por su hombro abrazándola a mi .
-Claro que me sentare contigo , nada en este mundo puede impedir eso.-le respondí mirándola a los ojos con una mirada cargada de ternura. Entrelazando un poco mas nuestras manos devolviéndole el gesto.

Después cuando comento sobre sobre ir a ver las estrellas. Me quede pensativo un momento. No sabia si me dejarían salir por allí con tanto control que había sobre nosotros. Pero pese a ello lo intentaría, pensé. Estaba seguro que esta noche acabaría metido en un lío pero ¿Que mas daba?

-Ir a ver las estrellas. ¿Sabes?, por ti seria capaz de bajarte una de ellas.-respondí susurrándole al oído. Tras lo cual  le di un beso cariñoso en la frente. -Alégrate que esta noche no sera tan mala como piensas.

Tras lo cual me dirigí a Karl.

¿Como estas? he visto que has tenido un percance con Bill, ¿Todo bien?-después sonreí cuando este trataba de juntar a Gabriel y Maddie.

Aunque por lo que intuía a este le interesaba mas Samantha.

En eso Libby se acerco a pedir voluntarios. La tarea no era demasiado glamurosa ni delicada. Pero si no la hacia yo tendría que hacerlo otro de mis amigos. 

-Si necesitan voluntarios yo ayudare, así no tendrá que cargar otro.-comenté 

En eso Alfie preguntaba sobre una alumna. -¿Su Wo?, no me suena. ¿No esta aqui, quizas se haya perdido?-Dije mirando a Libby.

La idea de que Maddie me acompañara en el canto era fabulosa, también le mire casi con suplica. —Tengo una especial para ti, pero luego la cantamos, porque ahora es hora de bailar, ¡Vamos chicos, síganme!. Justo la consejera pregunto por qué canción tocaría, supe que era momento de actuar, saque de su bolso mi guitarra azul con negro, hermosas tonalidades que brillaban con cierta magia, claro, digno de un príncipe… ¿azul?

Rasgué las cuerdas para probar su afinación y tras hacer unas leves correcciones, comencé a tocar y cantar…Can't stop the feeling de Justin Timberlake…

Espere a que todos hicieran un circulo alrededor de donde iría la fogata y continúe tocando recorriendo el alrededor, invitando a seguir la melodía.

...So just imagine, just imagine, just imagine...

Mire a Samantha y guiñe un ojo, quería que bailara junto a mí y la invite con la vista, pero preferí cantarle haciendo círculos a su alrededor, no había tenia la oportunidad de hablar con ella, pero quizás lo hiciera esta noche..

...Nothing I can see but you when you dance, dance, dance...

Incluso a la consejera se animaba a bailar y los que no, pues ya se animarían, me monte en un tronco para alcanzar altura y cantar mas fuerte, incluso rasguear con energía la guitarra, saltando para hacer pasitos de bailes y girar sobre mi eje, muy noche de halloween seria pero seria especial, la haría especial, para los que quisieran ver las estrellas, celebrar un cumpleaños o beber hasta embriagarse, esta noche espera que al menos las diferencias del St. Agnes quedaran de lado.

Ciel se acercó a Bill, yo me mantuve alejada. No quiero saber nada del tema, intento distraerme mirando a mis alrededores. Que aburrido todo, tengo ganas de emborracharme y que empiece la fiesta. Los populares a su rollo como siempre, y los outsider al suyo también. El instituto es una mierda algunas veces. Me acerque a coger mi mochila, no sería buena idea que Libby encuentre el alcohol.

Tengo ganas de animar esto. Seguro que esta noche vamos a tener una buena fiesta, si la aburrida de Libby se va  pronto a dormir. Miro de reojo a Grabiel. 

Durante el camino al instituto, Ciel y yo hablamos de cosas triviales de amigas. Tonterías y nimiedades.  Julie era demasiado silenciosa y aburrida para mi gusto, pero da igual. Al entrar se me hizo raro tanto silencio, un silencio que se rompio con nuestros pasos. Me encanta el silencio. Caminamos despacio y en silencio, como acompañando el ambiente.

La enfermera curó a Ciel mientras la miraba, al menos ha sido rápido y probablemente llegaremos ante que anochezca. Al menos, quiero intentarlo. La voz del abuelo de Ciel se hizo presente, le pregunto sise metían con ella.

Si alguien se metiera con ella, Ciel le estamparía el martillo en la cabeza, señor.- Río de forma sosegada y descarada.- Se golpeo ella sin querer. Nada grave, no se preocupe. No dejaré que nada le pase.

La compañía de Julie mermaba cualquier charla intima que quisiera tener con Liz, pero charlar de temas banales era algo que al menos ayudaba a hacer rápido el trayecto a la enfermería; como siempre los pasillos del St. Agnes era escalofriantes, un lugar que podría servir de locación para cualquier película de terror de estudiantes perversos, incluso para una pintura surrealista y siniestra, e incluso para inspirar los relatos mas oscuros.

Pronto llegamos a la enfermería y sin decir mucho la enfermera ya me había desinfectado y vendado el dedo, en realidad fue mas un golpe que algún corte o lesión pero pero si dolía un poco, por suerte el desinfectante contenía lidocaina y con ella tendría el dedo adormecido por algún rato, al finalizar agradecí y salimos con la intención de volver a la acampada.

Mi abuelo nos encontró en el pasillo, su voz preocupada y su mirada no me gustaron mucho, la verdad no quería darle problemas ni que se preocupara por esas cosas, mas cuando había sido todo culpa mía.

-Tranquilo abuelo, erre un golpe y me pase a llevar un dedo, pero ya estoy bien...- alce la mano y la moví abriendo y cerrando los dedos; que mas podría decirle, ya le contaría después los detalles.

-Quédase tranquilo ¿si?, si alguien se mete conmigo, Liz se encargara, tengo a la mejor guardaespaldas, ya le he dado suficientes preocupaciones el día de hoy, así que no se preocupe por mas- me acerque y le di un beso en la mejilla y le susurre que lo quería, pronto vendría el fin de semana y quería ir a casa para estar con él y la abue sin los líos de este lugar.

-Gracias Karl- dije con voz dulce a su propuesta de pasarme por su carpa “que amable” pensé aunque no creía poder pasarme por la carpa donde estarían tres chicos… le habría abrazado de no ser porque el hizo contacto antes proponiendo lo de cantar.

-Pues a mí me gustaría cantar, si a Gabriel no le molesta- sonreí levemente con medio encogimiento de hombros, tenía un par de canciones en mente, y si lo hacíamos yo podía cantar mientras el miraba a Samantha… “y luego Felicia hará papilla conmigo” pensé… mejor ni proponer eso…

Mire de Karl a Gabriel con cierta sorpresa cuando dijo lo de una especialmente para mi, y me olvide de mi propuesta mientras sonreía encantada asintiendo.

-De acuerdo- dije antes de que él se fuera alrededor con la guitarra y cantando, sonreí inevitablemente mientras miraba a Karl con cierta alegría, mientras recordaba la letra de la canción… no muy lejos, vi de reojo, a Gabriel bailar alrededor de Samantha, era evidente que se veían bien, que debían gustarse ¿A quién no le gustaría Gabriel? Cuando era tan amable, “harían una bonita pareja” pensé con delicadeza, ahogando un pensamiento de molestia debajo de este.

Me volvi en ese momento en dirección de Alfie Powell con gesto de preocupación y mire a Karl y Felicia, no… no había puesto atención, pero no la había visto.

-No, yo no he visto a Su Woo… - le mire de reojo antes de poner carita de duda y mirar a Karl y Felicia- ¿La han visto ustedes? Quizás se haya puesto mala… -digo con genuina preocupación. 

Una sonrisa nació en mis labios al escuchar la respuesta de Bryan, sintiéndose bien el que correspondiera a mi gesto, quedando en silencio mientras él pensaba sobre el asunto de las estrellas, pero segura de su respuesta... por ello no quite mi mirada de ilusión, esperando.

Y obtuve una respuesta mucho mejor de lo que esperaba, sonreí dulcemente mientras le escuchaba y cerré los ojos ante el beso que dio a mi frente, sintiéndome como una niña en navidad, los abrí cuando se separó y asentí con una sonrisa enamorada, sin separarme de él.

Hice un mohín leve al escuchar que Bryan iría a ayudar con la madera, con cierta tristeza, tan pronto se acercaba ya debía irse, suspire pensando que era parte de él, el apoyar en todo y sonreí de nuevo, después de todo, era una de las tantas cosas que me gustaban de él.

Me pareció escuchar a Gabriel cantar, y lo vi bailar alrededor de George, apartando enseguida los ojos en atención a Bryan y la pequeña minion de Felicia mientras esta preguntaba sobre Su.

-Su Woo, Bryan- sonreí un poco mirándole sorprendida ¿acaso no había visto a la pequeña minion de Felicia? – es una de las… amigas de Felicia —conteste lentamente y mire de vuelta a Felicia, después de todo, era parte de su sequito antes de volver mi atención a Maddie- quizás se haya enfermado o haya optado por no venir Maddie, o tal vez este ocupada con su grupo –sonreí al final, jugueteando con un mechón de mi cabello mientras miraba alrededor buscando con los ojos a la joven- ¿y si la llaman al móvil? –pregunte al final… sin hallarla. 

Este chico era agradable, ahora entendía en parte porque tenía un séquito de mujeres rodeándolo, hasta las más viejas, como Libby, no evitaban caer bajo el poder de su ángel.

Miré nerviosa a Haily buscando un poco de apoyo, Gabriel se estaba acercando a donde estábamos montando la carpa junto a su guitarra. Su voz era dulce pero varonil a la vez. Respondí a su guiño con una sonrisa tímida pero sincera. Seguí sus movimientos con la mirada, procurando que nuestros ojos siempre se encontraran, intenté seguir la canción moviendo mis labios.

Estaba acostumbrada a que los chicos dieran el primer paso, siempre lo hacían si querían conversar conmigo y anhelaba con todo mi corazón que esta noche se diera la oportunidad de conocer a Gabriel. Era Halloween, sería una noche especial