Partida Rol por web

Rennor desciende de Brisa y saluda con una inclinación de cabeza, claramente la mujer elfa es una exploradora y podría aportarles mucha información de la zona.

- Me llamo Rennor y estos son mis compañeros: Khastal, Mal'ak, Mara y Shallana'ha - va señalando con la mano a cada uno. Teníamos intención de quitar las trampas nosotros mismo pero gracias por tomarte la molestia. Hemos sido contratados para explorar la región y limpiarla de bandidos.

Con los sentidos en alerta Mara avanzó junto a sus compañeros al escuchar aquella voz. Dejando hablar a Khastal que parecía dominar el elfico con naturalidad. Lo que se encontraron le pilló por sorpresa. Aunque por suerte parecía que no era enemigo. Visto que Rennor había hecho las presentaciones asintió.

- Exacto, tal y como ha dicho Rennor. - Afirmó asintiendo con la cabeza. - Encantada de conocerte Helena.
-

No me gustaba demasiado ese animal que acompañaba a Helena, si bien, parecía que estaba con nosotros y era a quién habían encontrado para solucionar el problema de las trampas, pero esa bestia....no sabía bien qué pensar de todo aquello.

Mientras el resto hablaba, me concentré sobre la mujer para ver la verdadera naturaleza de sus intenciones, y así evitar caer en una trampa.

-¿Conoces a quien ha puesto las trampas y por que?-le preguntó en común esta vez-estamos intentando que la región sea lo menos peligrosa posible... y no parece que la gente que pone trampas indiscriminadamente nos lo vaya a poner fácil-Khastal miraba con interés a la elfa, tenía algo que le atraía. Quizás era el hecho de que era una elfa, elfa sin más, no una mestiza como ella. Quizás le traía recuerdos de su propia familia. 

La mujer sonríe conforme Rennor os va presentando a todos... Y responde con una cortes inclinación de cabeza. -Es un placer conoceros a todos... Helena mira a Khastal cuando esta le pregunta acerca de las trampas. -Bueno por lo que se, las puso un trampero de la zona con demasiado desprecio por la vida ajena... La elfa te mira y sonríe divertida. -Ahhhh... no te preocupes por él... Recibió justo lo que merecía... Acabo su miserable vida, sabiendo que la causa de su muerte había sido una de sus propias trampas, jejeje... Que trágico accidente... La voz de la elfa denota una cierta ironía en sus ultimas palabras.

El rostro de la elfa se ilumina y os mira. -¿Volvéis ya al puesto, o aun vais a continuar explorando? No tengo nada mas que hacer, y aunque sombra es muy mono no es muy buen conversador... ¿Os importa que os acompañe un poco?

Denotas que su alineamiento es Caótico Neutral

Sabes que esa criatura es un Felino de esencia Mágica, un depredador que suele habitar en el primer mundo... Es un ser compuesto de magia, ademas de carne y huesos, por lo que su dieta alimenticia se basa en devorar magia, ademas de pequeñas criaturas que pueda cazar.

Sabes que de normal se suelen unir a lanzadores de conjuros, ya que en el plano material necesitan una fuente constante de magia que le alimente, por lo que el gato de Helena, no es la mascota de un explorador o un druida, sino el familiar de un mago...

- Por mi parte no hay problema en que nos acompañes, dice francamente Rennor. Curiosa criatura tu familiar ¿cómo le encontraste? Espero que no devore la magia de mis compañeros.

Tras un rato observando a Helena, mientras el resto hablaba con ella, frunzo un poco el ceño sin decir palabra alguna.

No podía reprocharla el que hubiera acabado con ese cazador, aunque tampoco podía saber las causas por las que había puesto esas trampas. Por lo que había comentado, había sembrado de manera indiscriminada el bosque, por lo que la posibilidad de que lo único que intentara fuera alimentarse quedaba descartada. Con toda probabilidad se trataría de algún cazador en busca de pieles que vender.

Sea como fuere, el tenerla entre nosotros podía ser una ayuda, al menos mientras nuestros caminos fueran en la misma dirección. No estaría de más tener un ojo puesto en ella, viendo que el resto parecía complacido con ella y su mascota.

-Oye Helena, ¿de donde eres?-preguntó la semielfa con curiosidad- ¿vives por aqui? No conocemos a muchas... personas viviendo por aquí aparte de los kobolds y los bandidos...¿como acabaste quitando trampas en un sitio tan lejano?-le preguntó mientras se reanudaba la marcha.

La mujer mira a Rennor visiblemente sorprendida. -Vaya... Sorprendida me hallo... no esperaba que ninguno de vosotros supiera sobre mi pequeño amigo... Interesante... Sin decir palabra la elfa giro sobre sus talones y entro en el claro y visteis como se agachaba a trabajar desmontando un cepo que había sido medio enterrado para que no fuera visible. -Dejadme un minuto que desmonte esta cosa, y podre ir con vosotros... La elfa trabajaba desmontando la trampa pieza a pieza guardando algunas en su morral y tirando otras. -Y por cierto, no os preocupéis por Sombra, pese a su aspecto es bastante inofensivo... Y aquí solo se alimenta de la magia que yo le doy... aquí no es como en su mundo natal... allí los remolinos de magia pura son prácticamente visibles y se pueden tocar... En cuanto a como acabe aquí... bueno... jejejeje... supongo que a causa de una mezcla de búsqueda de conocimientos y mala suerte... El como acabe en Las Tierras Robadas, fue por la búsqueda de conocimientos... En estas tierras la separación entre nuestro mundo y el Primer Mundo es mucho mas delgada que en cualquier otro lugar de Golarion, por ello vine desde mi hogar en Kyonin hasta aquí, conseguí viajar al otro mundo y pude investigarlo a mis anchas... Sin embargo a la vuelta me vi robada de todo mi oro por alguna hada cabrona con los dedos muy largos... Mis andanzas por las ciudades de Brevoy me llevaron a conocer a Garen, el cual me ayudo a salir del apuro... a cambio de su ayuda, yo alguna vez le ayudo con diversos asuntos... La joven se encoje un poco de hombros y se incorpora del suelo sacudiéndose las manos y guardando sus herramientas de nuevo... -Cuando supe que se había metido en todo ese problema con su familia y que había decidido dejarlo todo atrás y marcharse voluntariamente a un destierro en un puesto fronterizo perdido en tierra salvaje, me puse en contacto con él y le dije que estaría en la zona investigando el Primer Mundo... La elfa se gira con un amplia sonrisa en sus labios... -Y eso es todo... resumido... quieras que no son cientos de años resumidos en apenas un minuto... pero lo demas es bastante superfluo y no es necesario...

El hecho de ver a una elfa, por casualidad, en el lugar en el que estaban, le suscitó cierta suspicacia en un primer momento, especialmente al no ver, escuchar ni detectar con quien hablaba. Al hacerlo, al descubrir al extraño felino, aquél sentimiento se vio sustituido por la curiosidad, y de nuevo se tornó en recelo al descubrir que se alimentaba de energía arcana. Con un movimiento casi imperceptible, al enterarse de aquello por boca de Rennor y la no negación de Helena, hizo que su caballo retrocediera un par de pasos, aumentando las distancias; aquél bosque estaba lleno de criaturas mágicas, muchas de las cuales no comprendía y el resto que había visto solo en los libros que su maestro le enseñaba. No las temía, pero era precavido respecto a lo que podían suponer para él, y estaba claro que verse sin sus hechizos, por pocos que estos fueran y apenas supusieran un tentempié para el animal, no era lo mejor que le podía pasar. Sin ellos no era más que un guerrero mediocre, un espadachín como muchos otros, y como muchos otros en aquél lugar, moriría tarde o temprano. Así que, sin tener nada contra Helena ni su mascota, era mejor que hubiera distancia entre ellos. Física, al menos.

Con una amplia sonrisa, que de nuevo parecía más un signo de amenaza que de amistad –cosa que por otro lado no podía evitar, solo esperar que no se malinterpretara–, miró a la elfa mientras trabajaba y hablaba hasta que, cuando volvió, asintió. El monólogo de la mujer sobre el Primer Mundo había, otra vez, llamado su atención y abierto su mente a la sed de conocimientos que albergaba, así que tenerla como compañera, podía ser no solo útil, sino también increíblemente fascinante.

– Será un placer que nos acompañes – corroboró por su parte, tras el rato que había permanecido callado, rompiendo así su silencio –. Seguro que puedes contarnos más acerca del Primer Mundo, de las maravillas que allí tuviste que ver.

Mara escucha atentamente, parpadeando por la sorpresa ante aquella historia de la elfa, tan llena de aventuras y detalles. Por supuesto, era lógico debido a su edad. No tenía mucho que añadir salvo quedarse boquiabierta y apuntarse componer una historia sobre aquello.

El caso es se encontraban ahí, frente a ella. Y parecía que se quería unir a ellos. En realidad no sentía que fuese peligrosa o que tuviese malas intenciones. Además, parecía haber sido bastante honesta. - La verdad es que es muy interesante. Supongo que no habrá problemas en que nos acompañen. Cuantos mas mejor, y mas en estos bosques donde no sabes que puedes encontrarte. -

Khastal escuchó atentamente la historia de la elfa con mucho interés. Desde luego no se parecía a las pocas elfas o que había conocido. Esperaba poder tener mas tiempo para hablar con ella en el puesto. Pero ahora lo primero era lo primero y debían ponerse en marcha.

-¿Que sabes de esta zona? Estamos explorandolo y no nos vendría mal algún consejo de hacia donde ir o que nos vamos a encontrar-le explicó la guerrera.

La elfa sonrió mirando a Mal´ak y negó con la cabeza. -Puedo contaros cosas acerca del primer mundo, pero la mayor parte de la información la mantendré en secreto, ya que es información clasificada para mi futuro libro... Este sera el libro que me permitirá acceder al grupo Pathfinder y con ello a todos los secretos que guardan en sus bibliotecas... La elfa sonrío con ojos soñadores durante unos instantes, antes de devolver su atención hacia vosotros. -Pero bueno... ya habrá tiempo para ello, otra cosa no, pero de tiempo dispongo bastante... Por lo menos a lo que se refiere muerte natural... Siempre puedo acabar muerta de formas menos naturales... La elfa se coloca junto a vosotros y tras buscar en su mochila, saca un libro forrado en un cuero negro, con filigranas en plata y con símbolos arcanos plasmados en ambas tapas... Tras ojear un momento, la elfa sonríe y tras soltar el libro, este se queda flotando delante de la elfa, mientras esta empieza a hacer los símbolos arcanos y a conjurar el hechizo... delante de esta se materializa un bello corcel blanco ensillado y embridado con una silla de estilo élfico. -Bueno... ahora si que estoy lista... Este pequeño me durara unas cuantas horas... La mujer os sonríe divertida ante vuestras reacciones hacia su conjuro. -¿Que? Me gusta caminar por el bosque, pero no correr detrás de cinco personas a caballo. Con un ágil salto Helena sube a sus silla, mientras que Sombra se coloca cerca del caballo mirándolo de vez en cuando con cierto deseo.

La elfa se queda pensativa unos instantes mientras empieza a trotar con calma a vuestro lado... -Ummmm... La verdad es que estas zonas no las conozco tan bien como para poder haceros de guía... Puedo avisaros de que por las zonas suele haber una especie de pseudo dragón que suele esconderse en zonas oscuras y atacar cuando alguien pasa cerca... Puede sonar peligroso, pero en verdad son un poco meh... Si estáis avezados en combate esas cosas no os deberían suponer problema alguno... La elfa gira la cabeza y os mira a todos. -De los que deberíais preocuparos es de aquellos que son como nosotros, pues de un animal puedes conocer sus técnicas de caza, pero de los bandidos no... son peligrosos y a cada día mas numerosos... Si fuera vosotros empezaría a pensar en como acabar con esos bastardos, antes de que se conviertan en una amenaza que superen vuestras fuerzas... Según se de mis contactos, en algún lugar de este bosque cerca de la linde del bosque se esconde el campamento que usaban para acosar el puesto comercial... Vayamos a por esos bastardos y acabemos con ellos, no sin antes sonsacarles a golpes donde se esconde ese líder suyo... el cual por lo que he oído se hace llamar entre los suyos como Lord Venado...

No tenía ni idea de como había pasado, pero entre la curiosidad acerca de ese tal grupo Pathfinder, el deseo por aquél libro negro, y el asombro ante el magnífico corcel que había hecho aparecer de la nada, de repente aquél paseo se había convertido en una expedición de asalto. No le dio tiempo a hablar antes de que se pusiera en marcha, a todas luces buscando satisfacer su sugerencia de acabar con los bandidos. Tuvo que azuzar al caballo para darles alcance y hablar.

– Eh, eh. Espera. ¿Qué? ¿Quieres ir ahora, sin un plan ni nada, a por esos hombres? – preguntó, escéptico, levantando una ceja; bueno, lo que sería una ceja, porque él carecía de tales cosas. Lo cierto es que lo mejor que podía hacer era enfriar los ánimos mediante razonables argumentos, antes de que algún otro se apuntara tan alegremente a la cacería –. No sabemos cuantos son, no sabemos sus defensas y desconocemos dónde están exactamente. ¿No habría que replanteárselo un poco mejor? ¿Mejor primero un reconocimiento y luego vemos?

- Estoy de acuerdo con Mal'ak, se posiciona el explorador, ahora mismo estamos reconociendo terreno cercano al puesto para asegurarnos de que es seguro. Aunque tenemos intención de ir a por los bandidos debemos primero obtener información que nos permita trazar un plan y no meternos de cabeza en un campamento lleno de enemigos.

La elfa os mira con cara divertida mientras se ríe. -¡No! ¡Claro que no estoy diciendo de lanzarnos a lo loco!... Yo me considero una persona sensata y cautelosa... siempre viene mejor un asesinato silencioso, que una carga a lo loco contra un campamento lleno de bandidos... Simplemente os decía lo que pensaba... La joven se detiene y gira su caballo para miraros a todos... -¿Os habéis parado a pensar en esto? Sabéis que tienen un campamento avanzado a apenas unas horas a caballo del puesto comercial... Habéis matado a varios de sus hombres cuando fueron a extorsionar de nuevo a la familia... ¿Cuanto creéis que tardaran en envalentonarse de nuevo y atacar el puesto como venganza? La elfa os mira con expresión seria y suspira. -Vosotros sois los jefes de esta expedición, yo solo he ofrecido mis servicios y mi opinión... La cual es simplemente que no creo que sea bueno dejar que los bandidos se recuperen... 

Khastal no podía apartar la vista de la elfa, asombrada.

-Tiene... tiene razón. Deberíamos volver al puesto, reforzar las defensas y luego planear nuestro siguiente movimiento-dijo la semielfa- Será mejor atajarlo cuanto antes y no convertir esto en una guerra. Además, si contamos con su ayuda será más sencillo que si vamos nosotros solos-Khastal sonrió ante la idea de que Helena les acompañara.

Había estado callada, y había intentado estar callada, pero la insistencia de la mujer era un tanto cargante. No dudaba de que tuviera su parte de razón, pero no estaba dispuesta a modificar nuestros planes por sus palabras

Disculpa Helena, entiendo lo que quieres decir, pero lo cierto es que ahora mismo sería un suicidio si intentaran atacar el puesto fronterizo con la guarnición que han trasladado hasta allí. Y si son capaces de vencer a los hombres de Garess, no veo las opciones que pudiéramos tener nosotros solos atacando encima su campamento.

No, no vamos a precipitarnos digo mirando esta vez a Khastal tenemos que asegurar la zona o de nada valdrá que ataquemos a esos bandidos. Mínimo quiero llegar a encontrar un templo abandonado e intentar descubrir qué ha pasado. Al menos esa es mi intención ahora mismo. Una vez cumplido el compromiso con el sacerdote Jhod.